El arzobispado de Tarragona ha comunicado públicamente que uno de sus sacerdotes ha sido secularizado como consecuencia de los abusos sexuales que cometió en los años 90. Lo que me ha llamado la atención es que no se dice el nombre de este presbítero, como si les interesara que se supiera que se ha actuado con contundencia con un caso de pederastia, pero que no se pudiera saber quién era no sea que investigando un poco se viera algo que no interesa.
El sacerdote en cuestión tiene nombre y apellidos, se llama Francesc Xavier Morell Rom, y tiene un historial de denuncias continuadas por cuestiones de abusos sexuales, tuvo que renunciar a la rectoría de Constantí al conocerse que había una denuncia contra él por pederastia y por estar en posesión de pornografía infantil. La investigación civil no prosperó y fue sobreseída, por tanto, a pesar de la mala fama del investigado, no se encontraron pruebas suficientes para condenarlo. Se da la circunstancia que el antecesor de Morell, el que fuera también párroco de Constantí, Mn. Pere Llagostera fue acusado por el batería del grupo musical Els Pets, Joan Reig de haber recibido abusos sexuales por parte del sacerdote cuando era niño.
De Morell, que tiene unos 70 años, a pesar de tantos antecedentes vergonzosos, ha sido nombrado para algunos de los mejores destinos de la diócesis, la parroquia de Santa Clara en la misma ciudad de Tarragona, en Reus, en la de Constantí o en la de La Canonja, incluso ha sido delegado de catequesis y catecumenado de la archidiócesis.
Cuando el arzobispo Planellas llega a Tarragona, el historial de Morell era más que conocido, pero el hecho de que había sido absuelto por un tribunal civil, "por no resultar debidamente justificada la perpetuación de ningún delito", hace que se olvide rápidamente de su mala fama y decide contar con él y no para un cargo discreto, sino que nada menos para estar en un puesto determinante para impartir justicia eclesiástica en la archidiócesis, concretamente Secretario del Tribunal Metropolitano de Tarragona, y también auditor y notario del mismo Tribunal, cargo para el que es nombrado en julio de 2022.
Pero algo se tuerce en esa historia tan repetitiva con Planellas, de personas de confianza para el arzobispo, que en dos días dejan de ser merecedores de esa confianza. En ese mismo año 2022, en septiembre y con el nombramiento tan reciente, Planellas en persona recibe a una persona que afirma ser víctima de abusos de Morell en los años 90, a partir de ese momento el prelado se toma el caso como algo personal y quiere llegar hasta las últimas consecuencias, pasando de la jurisdicción civil, no sea que le vuelvan a absolver, se decide a actuar desde la justicia eclesiástica bergogliana, tan contundente y radical en algunos casos y tan suave en otros. El final de la historia ya lo sabemos, Morell pierde su condición de sacerdote y Planellas queda como un héroe que lucha implacablemente contra la pederastia, pero por si acaso mejor no decir el nombre de abusador, porque hasta pocos días de la denuncia de 2022 era un hombre de confianza del arzobispo.
Francesco Della Rovere
Que ganas le tienen al arzobispo Planellas. Hace lo que debe y no lo digieren.
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