Masía en Bacardit de Llumás, uno de los "Poblados contemplativos cosmoteándricos"
Mientras la otrora floreciente Compañía de Jesús hace aguas en todas partes y de manera más acentuada en Cataluña, se dedican a hacer experimentos con gaseosa, que no hay que ser un lince para prever, que para nada, va a levantar el nivel de hundimiento que arrastran desde hace décadas. El último invento de los jesuitas de Manresa, donde se encuentra la emblemática "cueva" de San Ignacio, es la promoción de "Poblados Contemplativos Cosmoteándricos".
A mí, cuando me lo han explicado, me ha sonado a comuna de los hippies de los años 60, aunque con mucho más glamour y comodidades que la de aquellos melenudos contemporáneos o herederos del mayo de 1968. A aquellos jóvenes les movía un amor a la naturaleza y a lo natural, frente a un mundo caótico y materialista, algo no muy distante a lo que se pretende con esta iniciativa, con tintes catalanes, porque se recupera la tradicional "Masía", para reconvertirla en un centro de espiritualidad ecológica, donde conviven personas en contacto con la naturaleza y participando de una espiritualidad cósmica.
Lo de "Cosmoteándrico" lo he tenido que leer dos veces porque esta palabra no la había oído en mi vida y ya soy una persona que me considero anciana. Su origen viene del filósofo y teólogo catalán Raimundo Pániker Alemany, que transformó su nombre en una mezcla de catalán e indio como Raimon Panikkar, después de los muchos años en la India, donde intentó mezclar el cristianismo, el budismo y el hinduismo en una propuesta secretista de la religión. Anteriormente, fue sacerdote del Opus Dei, pero fue expulsado de la Obra por sus originales ideas y postulados. Se casó con la también filósofa y teóloga María González Haba. Falleció en 2010.
Según la versión "cosmoteándrica" de Panikkar, hay que buscar una visión integral de la realidad donde lo "Cósmico" (Universo), lo Divino (Dios/espíritu) y lo Humano (el ser humano) forman una unidad inseparable, no como tres partes sino como una sola con tres dimensiones, existiendo una comunión mutua sin jerarquías absolutas. A mí, todo esto, sin ser ningún experto, me suena a ideas de la New Age, o de aquellos que quieren construir un mundo de espiritualidad global sin religiones.
Pues eso es lo quieren promocionar los jesuitas de Manresa con el P. Xavier Melloni a la cabeza, concretamente en una masía situada en Bacardit de Llumás, a unos 25 kilómetros de distancia de la Cueva de San Ignacio. El P. Melloni ha conseguido un permiso de sus autoridades de la Compañía, incluyendo su Prepósito General y su Provincial, para montar el invento con total libertad y sin las restricciones de una comunidad religiosa, una especie de privilegio como el que el Papa Francisco concedió a la religiosa dominica Lucía Caram para hacer lo que le viniera en gana.
De este tal Melloni ya había oído hablar en otras ocasiones y no precisamente por nada bueno, en cierta manera es como un discípulo de Panikkar, pero sin abandonar el sacerdocio, sus ideas también parten de la compatibilidad de las religiones y de la búsqueda de patrones comunes que puedan ser compartidos por todos. Melloni que se considera un experto en diálogo interreligioso, no pone ninguno límite a ese encuentro, dicho de otra manera, que se pasa la doctrina de la Iglesia y el cristianismo en sí por el forro, porque todo eso es relativo y lo importante es lo que compartimos, es decir un deseo de espiritualidad globalizante.
En cuanto a la mística, que es lo que se supone que la gente va a ir a buscar a esa casa, Melloni la define en su libro "Voces de la Mística", donde afirma que "lo místico se presenta como un nacimiento que impulsa a ofrecer lo mejor de cada religión en pos de la transformación de lo humano. La mística supone un recorrido por las experiencias místicas que tienen todas las religiones; presenta la experiencia trascendente que une a todas las formas de confesión religiosa o espiritual"
Yo me pregunto que hace este hombre siendo todavía jesuita, porque al menos Panikkar abandonó el sacerdocio y se convirtió en un "santón" de estas ideas sincréticas, y me pregunto sobre todo que pensaría San Ignacio de Loyola que uno de sus religiosos, salido de la "Cueva" de Manresa se dedique a esto.
Francisco Fabra

