Un golpe muy duro fue para todos los valientes cristianos que rezan ante los centros que practican abortos, que todo un arzobispo como el de Tarragona no solo infravalorase su acción, sino que se manifestara en contra de que se hiciera con el argumento de que es banalizar e ideologizar la oración. He tenido la ocasión de hablar con una de estas personas para ver como les había afectado, y aunque el dolor iba por dentro no quiso criticarme ni hablar mal del prelado tarraconense, simplemente me dijo que ellos iban a continuar haciendo su labor en defensa de la vida y con la fe en la oración para que Dios mueva el corazón de esas madres que quieren poner fin a esos niños que tendrían que nacer.
He leído en Religión confidencial un escrito en el que se da voz a los que más han sufrido esas palabras del arzobispo Planellas, que son los integrantes de 40 días por la Vida de Tarragona, que son los que más se sienten dolidos por la actitud de su pastor, del que dicen sentirse desamparados. El artículo revela unos datos que desconocía y es que las declaraciones del prelado a un medio claramente izquierdista, no eran solo un lapsus, sino que hay una historia detrás de maltrato y menosprecio por parte de Planellas a los integrantes de este colectivo Pro-Vida.
Y es que el arzobispo recibió a representantes de este colectivo en el que les manifestó que no estaba de acuerdo con lo que hacían, aunque muy benévolo dijo que no se lo iba a prohibir, cuando 40 días por la Vida no es una entidad canónica por lo que un obispo no tiene ninguna autoridad sobre ella ni sobre sus miembros, dándose el caso de que especialmente en otros países hay miembros no católicos, porque esta lucha por la Vida, afortunadamente no es solo de nuestra Iglesia.
En esa tensa reunión entre Planellas y los representantes Pro-Vida, el arzobispo llegó a llamarlos "manifestantes", cuando es bien conocido que los que rezan ante los abortorios no se mueven, no gritan consignas, porque simplemente oran a Dios en favor de unas vidas inocentes. Llamar "manifestantes" a personas que rezan, es tener un gran desconocimiento de lo que hacen o simplemente mala voluntad y caer en los tópicos de los izquierdistas que quieren evitar que se rece frente a esos centros que practican la crueldad y el asesinato.
Aunque lo más fuerte que dijo Planellas es "¿Y eso para qué sirve?", como insinuando que lo que hacían no servía para nada. Pues hay que decirle al Señor Arzobispo que negar la "utilidad" de la oración es muy grave por parte de una autoridad eclesiástica. Por otra parte, y como recuerda Valerie, la portavoz del grupo, que salió llorando de la visita a su Pastor diocesano, la oración y la actitud de estos voluntarios salva vidas, aunque quizá a Planellas no le importa demasiado que se eviten los asesinatos de seres inocentes.
Efectivamente, Valerie explica que su grupo, que no tiene mucho tiempo en funcionamiento, ya ha salvado una vida, ellos no se movieron del sitio, no increparon a la persona, simplemente al verlos una madre se acercó a ellos diciendo que tenía dudas, y después de entablar una conversación y un seguimiento, finalmente no abortó. En Barcelona, con más estructura y con más años de rodaje, son muchas las vidas que se han salvado y en otros lugares del mundo, donde incluso algún obispo ha ido a rezar con ellos, son miles en total los abortos evitados.
Parece que esto no le importa al arzobispo Planellas, solo le interesa que la Iglesia tenga una buena imagen ante la izquierda política, y ante los nacional-progresistas catalanes. Al desastre de su gestión al frente de la archidiócesis, solo le faltaba su desentendimiento con la vida de los no nacidos y su ataque a los que la defienden y rezan por ellos.
Francisco Fabra

