ISRAEL UTILIZA AL PAPA PARA BLANQUEAR SU OCUPACIÓN DE GAZA

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Es evidente de toda evidencia que el papa no puede actuar por su cuenta, a golpe de originalidad y ocurrencia, saltándose toda la maquinaria vaticana que da estabilidad a la institución ya sea política, ya religiosa de la Iglesia. Evidente: no puede hacer lo que le pidan el cuerpo y el alma. No puede, no debe. Demasiado de esto hemos soportado en el anterior pontificado, para que ahora exijamos el mismo estilo personalista, pero en sentido contrario.
Y efectivamente, somos muchos los fieles (con firme propósito también de fidelidad al papa) que nos impacientamos viendo el estilo parsimonioso y excesivamente prudente (lo de excesivo es una apreciación personal) de León XIV en cuestiones aparentemente tan esenciales y urgentes como seguir manteniendo la custodia de la Doctrina de la Fe en manos de un cardenal convicto y confeso de pornoteología, por decir lo menos. Han pasado ya cuatro meses del nuevo pontificado, hemos empezado ya el curso académico, judicial, político, etc., y el cardenal Fernández sigue siendo tan defensor fídei como lo fue Enrique VIII. Lo de este defensor de la fe, ya sabemos en qué acabó.
Efectivamente, fue la debilidad del papa entonces reinante, Clemente VII, manejado por los políticos de uno y otro bando, que se dejaba arrastrar alternativamente por uno o por otro, el que precipitó el cisma del defensor fidei. Total, porque no pudo conseguir que el papa le concediese la “nulidad matrimonial”, hoy tan generosamente concedida por la Iglesia a cualquiera que la pida y pague los gastos.
Al fin y al cabo, el caso de Catalina de Aragón se hubiese considerado hoy un caso para ventilarlo en un par de meses. Uno de los casos facilísimos de declaración de nulidad. Pero ahí estaban los intereses encontrados del rey de Inglaterra y del emperador Carlos I de España y V de Alemania que eran incompatibles. Y en ese momento, a Clemente VII le interesaba inclinarse en favor del emperador, que era sobrino de Catalina y en aquel momento estaba en muy buenos términos con el papa. Y esa declaración de nulidad (de hecho, lo que hoy funciona como el “divorcio católico”) le estropeaba al emperador todos sus planes dinásticos. Clemente VII tuvo que elegir entre Carlos V y Enrique VIII (ahí no jugó ningún papel la fidelidad a los dogmas de la fe católica). Y aparentemente se inclinó por la fidelidad a la fe católica. Sólo aparentemente.
 
Habiendo tantos antecedentes de la gestión “política” de los asuntos de la Iglesia, no es gratuito el temor de que el papa, una vez más, se deje manipular por el poder político. Y este caso de la visita del presidente (la máxima representación) de Israel al Vaticano, no es muy tranquilizadora. Sobre todo, si no perdemos de vista que tenemos un papa que en cierto modo es estadounidense, y que los Estados Unidos son el aliado fidelísimo y el financiador indefectible de todas las acciones de Israel (me ahorro las calificaciones) en los territorios ocupados, en los que están en vías de ocupación y en los países vecinos (hasta llegar a los no tan vecinos Yemen e Irán). Y como la alta diplomacia va a lo que va y no da puntada sin hilo, esa visita del presidente de Israel al papa, huele a blanqueo del Estado de Israel y de su derecho a hacer lo que hace. En efecto, con casi tres horas de audiencia, apenas ha habido tiempo para tratar las cuestiones más sangrantes que se están produciendo en Gaza. El gran titular que ha quedado, es que el papa, empeñado en la paz, insiste en la devolución de los rehenes (sin la devolución de los territorios: que, por lo visto, no tiene nada que ver una cosa con otra).
Y naturalmente, esa visita tan oficial, le deja a uno muy mal sabor de boca. Con Parolín muñendo la operación, quizá no cabía ninguna otra opción, como no cupo otra opción en el acuerdo secreto del Vaticano con China, de la misma autoría. Como tampoco hubo ninguna otra opción en la decisión de Clemente VII (con potentísimos tintes políticos) que precipitó el cisma anglicano.
Si a los tempos tan lentos y tan políticos con los que vemos jugar al papa, les añadimos estos episodios de carácter netamente político (pero no de políticas diseñadas por el papa o por el Vaticano, sino impuestas por el Imperio) es normal que se nos empiece a encoger el corazón, temiendo que la solución de los males de la Iglesia no es de hoy para mañana, sino que requiere una paciente cirugía, en la que no se puede extirpar sin más cualquier órgano enfermo. 
Naturalmente que los Estados Unidos, sin cuya voluntad e implicación sería imposible la guerra de Gaza y sus ambiciosos entornos, juegan con todos los medios a su alcance al “yo no soy”, “esto ocurre contra mi voluntad y autorización”; y es obvio que les funciona. A todos los que están a favor de la causa de los Estados Unidos y por tanto de Israel, les cuadra perfectamente esa explicación. El que esas guerras estén totalmente financiadas, hasta el último cartucho, por los Estados Unidos, no les hace cuestionarse a esos partidarios del Imperio, si realmente desean la paz y hacen algo por alcanzarla. Y, claro, que vayan a venderle esa mercancía al papa y que éste no se soliviante para nada, de manera que sus interlocutores puedan interpretar y vender que lo han convencido y que han llegado a una buena entente, será muy muy muy diplomático. Pero que el papa aguante ahí sentado tres horas sin cantarle las cuarenta al representante máximo del país que está robándoles tierras a los palestinos desde hace 80 años, y que en una operación más de esa campaña en pro del gran Israel, esté incurriendo en tremendas atrocidades; que el papa tenga ese aguante, y entienda mejor el sufrimiento de los rehenes que el de los palestinos de Gaza, nos es fácil que lo asimile todo el mundo. A partir de ahí son muchos los que se plantean cuáles son las características de las tragaderas del papa.
 
Y en esas estamos: tanto por la gestión que lleva el papa de los asuntos pendientes y urgentes de la Iglesia, como por sus actuaciones de carácter político, nos invade una sensación de desánimo que apaga nuestras ansias y nuestras prisas. Es cada vez más evidente que los tiempos del papa no son los nuestros. El papa ni se impacienta ni se precipita. No está tan claro que acierte a explicárselo al Espíritu Santo.
La solución apuntada de los dos estados, la referencia a Gaza y Cisjordania y sobre todo la cordialidad con que se trataron esos temas (¿de verdad se puede hablar de esas cosas tan terribles, tanto como los campos de exterminio, con “cordialidad”? Hay que ser muy frío para eso) y la alusión al valor histórico de las relaciones entre la Santa Sede e Israel como punto de partida para esas conversaciones del pasado jueves en el Vaticano, nos recuerdan los malabares que tuvo que hacer Pío XII cuando el mundo estaba en manos del nacismo y del fascismo. Duros, muy duros han sido los juicios que se han proferido contra Pío XII por sus relaciones con los dueños del mundo en aquel momento.
Esperemos que no sean igual de severos los que se pronuncien contra León XIV por semejantes motivos. Esperemos que no prospere la acusación de que como quien no quiere la cosa, le ha dado una discreta mano de pintura blanca al Estado de Israel, y de paso a su fidelísimo aliado y financiador, los Estados Unidos, dispensándoles un trato muy atento (casi tres horas) y “cordial”. Eso refuerza el relato del Imperio, ¿no?          
Virtelus Temerarius

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22 comentarios

  1. Por favor, no manipulen las imágenes. El Santo Padre merece respeto. Los lectores, también. Si no tienen fotografías no las inventen.

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  2. Gran eufemismo el de la “ocupación de Gaza”, tras el que se esconden crímenes propios de la peor barbarie, incluida la del nazismo. Israel necesita blanquear todo eso, y para ello nada mejor que servirse del papa, como referente occidental de la moralidad. Yo creo que le ha funcionado.
    La relación entre el “Defensor Fídei” Enrique VIII, y el nuevo “Defensor Fídei” cardenal Fernández está cogida por los pelos; pero da que pensar. Y la comparación entre León XIV y Clemente VII, pues tampoco es como para tomársela a la ligera. De momento tenemos en el papa actual la inseguridad que caracterizó a Clemente VII. En cuatro meses aún no ha visto claro ninguno de los grandes retos que ha de afrontar como papa: empezando por los graves destrozos que dejó su antecesor. Parece que con el jubileo LGTB+ y su maravillosa entente con James Martin, da a entender que lo de la homosexualización del clero, lo tiene bastante claro: ¡no se va a arriesgar a un cisma como el anglicano, ni va a diezmar el clero cargándose a sus miembros de ese bando!
    Y en cuanto a comparar la “declaración de nulidad” del matrimonio de Enrique VIII con Catalina de Aragón (instada y negada por motivos políticos), con los miles de declaraciones de nulidad que dispensa hoy la Iglesia tan generosamente, también da que pensar. Un papa débil, haciendo un alarde de fortaleza tan a destiempo. Y pagando el precio de un cisma. Y encima, llegando tarde para impedir la invasión de Hungría por los turcos, al mando de Solimán el Magnífico, ocupado como estaba en los graves asuntos de su familia.

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  3. Este libelo antisemita no esperaba encontrarlo aquí. Ni una palabra de condena contra Hamas y su cruel secuestro de rehenes, y el uso de la propia población civil como escudos humanos. Qué poca sensibilidad hacia la legítima defensa por su supervivencia del primer pueblo de la elección divina, cuyos dones no se los ha retirado Dios nunca, como dice S. Pablo sobre los judíos, nuestros "hermanos mayores" (en expresión del Concilio), en la Carta a los Romanos.

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  4. Gracias, Virtellius, por contextualizar con perspectiva histórica la situación del Pontífice. Bien traído el disparate, los disparates, de Francisco, como la justificación de los ametrallamientos de la redacción de Hebdo.
    En casa, como en muchos hogares, hemos comentado la venganza de Israel ante los crímenes de Hamas. ¿Por qué los palestinos no se rebelan contra Hamas? ¿Por qué Hamas no entrega de un vez los secuestrados? Dejaría sin argumentos a Israel, aunque ya carece de ellos considerada la mortandad y hambrunas que lleva a sus espaldas. Hemos hablado a menudo sobre el talante del semita, sea judío o musulmán: ojo por ojo, diente por diente. Si los de Hamas pudieran echarían a los judíos al mar. No es una frase hiperbólica. De hecho hasta el gobierno de Sánchez, por boca de Yolanda Díaz, ha defendido ese obscuro deseo. Y si los judíos pudieran harían lo propio con los palestinos. Son muchos los casos de odio contra Occidente acabado en ríos de sangre (Torres Gemelas, asesinatos en discotecas de varias capitales europeas, los atentados de Barcelona y, dicen, de Madrid).
    Es mi opinión que tendría que haber una autoridad mundial con capacidad de imposición para acabar con tanta muerte inocente. Pero alejada de tanta mugre seudoprogresista, que esconde una adscripción no menos criminal. Como el silencio ante los crímenes de Putin por parte del gobierno español. Un silencio que es cómplice por muchas palabras vanas que en ocasiones se vean obligados pronunciar.

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    1. Completamente de acuerdo con usted, señor JMVG. Aunque recuerde, que la autoridad mundial a que se refiere ya existe. Es la ONU. Pero hay cinco integrantes que gozan de la prerrogativa de formar permanentemente y sin fecha de caducidad del Consejo de Seguridad, añadiendo que tienen el particular privilegio de vetar cualquier resolución que les convenga. O sea, que nunca se llega a llevar a cabo ninguna acción resolutiva en el orbe mundial sin el permiso de esos cinco países. Hasta que ese absurdo privilegio no desaparezca, no habrá ley igualitaria de obligado cumplimiento para todos. Lo que no entiendo es cómo es posible que los 188 países restantes de la organización acepten esta arbitrariedad.

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    2. Sr. Valderas, ¿no le parece que el Papa Francisco merece un poco más de respeto? Leo sus escritos en GG y veo que tienen aquello de lo que acusa al Papa Francisco.

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  5. No.

    Pitjor encara.


    Molt, molt, molt, molt, molt pitjor:

    Per netejar el seu GENOCIDI.

    (Tant com jo sé, PXII no va concedir mai cap entrevista al Canciller alemany, Herr Hitler.)

    Equivocació com una catedral per part de LXIV.
    Molt preocupant.

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  6. Totalmente pro_hamas, una vergüenza en un medio serio como ese, teniendo en cuenta que fueron los palestinos los causantes de lo que ocurre

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    1. Al anónimo 18:31. ¿Los palestinos fueron los que expropiaron los terrenos para regalarlos a los colonos?

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  7. Para blanqueo al de Hamas, como causante de lo que ocurre.

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  8. No se puede empezar una guerra y después llorar por perderla.
    Hamas e Israel han cometido barbaridades, pero no vale señalar solo las de un bando.
    Hoy se ha publicado una declaracion de varios paises arabes insistiendo que Hamas libere a los secuestrados si quiere acabar la guerra. No quieren.

    Lo que no quiere entender Occidente es que a Hamas no le importan nada las muertes de palestinos, es mas, sirven para sus medios de propaganda, y victimas necesarias para su causa.
    No justifico los abusos de Israel, pero entiendo que convivir con un vecino que su maximo objetivo en la vida es eliminarte, no es nada facil de manejar.
    Europa no se da cuenta que el Islam es una amenaza, para su propia supervivència, y cuando se entere sera demasiado tarde.

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  9. La más que posible desaparición de la jurisdicción territorial de Gaza junto con su población y su traslado a otras jurisdicción territorial, posiblemente tenga un antecedente y precedente con el estado de Prusia.

    Justificación de la disolución de Prusia y detalles de su eliminación

    La Ley N.º 46 del Consejo de Control Aliado, promulgada el 25 de febrero de 1947, justificó la disolución del Estado de Prusia señalando que este había sido un "portador del militarismo y la reacción en Alemania", y que su existencia era incompatible con los objetivos de paz, seguridad internacional y reconstrucción democrática de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Esta justificación se basaba en una percepción histórica y política que asociaba a Prusia con el autoritarismo, el expansionismo militar y las ideologías que condujeron a los conflictos mundiales, particularmente bajo el régimen nazi. A continuación, se detallan los aspectos clave de esta justificación y el proceso de eliminación de Prusia:

    Contexto y justificación de la disolución

    1. Asociación con el militarismo:

    Prusia, desde su consolidación en el siglo XVIII bajo Federico el Grande, había sido vista como un símbolo de disciplina militar, centralización estatal y expansión territorial. Su función en la unificación alemana de 1871 bajo Otto von Bismarck y su influencia en la política imperialista y militarista de Alemania en los siglos XIX y XX alimentaron la percepción aliada de que Prusia era la raíz del belicismo alemán. Aunque esta visión simplificaba la historia, los Aliados consideraron que su disolución era un paso necesario para desmantelar las estructuras que podrían perpetuar el militarismo.

    2. Reacción contra el nazismo:

    Aunque Prusia como entidad administrativa ya había sido debilitada por el régimen nazi (que centralizó el poder en el Reich), los Aliados identificaron su legado histórico como un símbolo ideológico que debía ser erradicado para evitar el resurgimiento de ideologías autoritarias. La Ley N.º 46 argumentaba que Prusia "había dejado de existir de facto", dado que sus instituciones habían sido absorbidas por el régimen nazi y su territorio estaba bajo ocupación aliada.

    3. Objetivo de democratización:

    La disolución de Prusia formaba parte de un esfuerzo más amplio para reestructurar Alemania políticamente, promoviendo un modelo federal que descentralizara el poder y fomentara la democracia. Los Aliados creían que eliminar Prusia como entidad administrativa ayudaría a prevenir la concentración de poder que había caracterizado al Estado prusiano.

    4. Paz y seguridad internacional:

    La justificación también se enmarcaba en el contexto de la Conferencia de Potsdam (julio-agosto de 1945), donde los Aliados (EE.UU., Reino Unido y la URSS) acordaron medidas para garantizar la estabilidad europea. La redistribución de los territorios prusianos, especialmente hacia Polonia y la Unión Soviética, buscaba compensar a las naciones afectadas por la agresión nazi y establecer fronteras que redujeran futuros conflictos.

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  10. Detalles de la eliminación de Prusia

    La eliminación de Prusia no fue solo administrativa, sino que implicó una transformación radical de su territorio, población y legado cultural. A continuación, se describen los aspectos clave:

    1. Redistribución territorial:

    - Prusia Oriental: Gran parte de Prusia Oriental (como Königsberg, hoy Kaliningrado) fue anexionada por la Unión Soviética, mientras que otras áreas (como Ermland y Masuria) pasaron a Polonia. Estas transferencias se formalizaron en la Conferencia de Potsdam, que estableció la "Línea Oder-Neisse" como nueva frontera entre Alemania y Polonia.

    - Prusia Occidental, Posen y Silesia: Estas regiones también fueron cedidas a Polonia como compensación por las pérdidas territoriales polacas en el este (anexionadas por la URSS). Danzig (Gdańsk) se convirtió en parte de Polonia.

    - Otros territorios prusianos: Las áreas restantes de Prusia, como Brandeburgo, fueron absorbidas por los nuevos Länder de la Alemania ocupada (posteriormente Alemania Occidental y Oriental).

    2. Desplazamiento masivo de población:

    - La eliminación de Prusia implicó uno de los mayores desplazamientos forzados de población en la historia europea. Entre 1944 y 1950, aproximadamente 12 millones de alemanes fueron expulsados o huyeron de los antiguos territorios prusianos cedidos a Polonia y la URSS, particularmente de Prusia Oriental, Silesia y Pomerania.

    - Este proceso, conocido como la "expulsión de los alemanes", fue especialmente brutal en Prusia Oriental. Durante la ofensiva soviética de 1944-1945, cientos de miles de civiles prusianos huyeron ante el avance del Ejército Rojo, enfrentándose a condiciones extremas de frío, hambre y violencia. Se estima que entre 500.000 y 1,5 millones de personas murieron durante estas evacuaciones y expulsiones, aunque las cifras exactas son debatidas.

    - Los alemanes que permanecieron en los territorios cedidos fueron gradualmente expulsados hacia Alemania Occidental u Oriental bajo los acuerdos de Potsdam, que autorizaban transferencias poblacionales "ordenadas y humanas", aunque en la práctica estas fueron caóticas y marcadas por abusos.

    3. Transferencia de bienes, tierras y propiedades:

    - Las propiedades, tierras y edificios en los territorios cedidos a Polonia y la URSS fueron expropiados y transferidos a las nuevas autoridades. En Polonia, las propiedades alemanas fueron redistribuidas a ciudadanos polacos, muchos de los cuales eran desplazados de los territorios orientales anexionados por la URSS.

    - En Alemania, los activos administrativos y económicos del antiguo Estado prusiano (como instituciones, archivos y empresas) fueron absorbidos por los nuevos Länder o disueltos. Los edificios históricos, como castillos y palacios prusianos, fueron reutilizados, destruidos o abandonados, dependiendo de la región y su nuevo contexto político.

    4. Impacto cultural y simbólico:

    - La disolución de Prusia supuso la desaparición de una identidad regional que había sido central en la historia alemana. Símbolos prusianos, como el águila negra o las tradiciones militares, fueron suprimidos o estigmatizados.

    - En los territorios cedidos a Polonia, se promovió una polonización intensiva, reemplazando nombres alemanes por polacos (por ejemplo, Breslau se convirtió en Wrocław) y eliminando vestigios culturales prusianos.

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  11. Consecuencias a largo plazo

    - Geopolíticas: La disolución de Prusia reconfiguró el mapa de Europa Central, consolidando a Polonia como un estado más homogéneo y trasladando la frontera alemana hacia el oeste. Esto generó tensiones durante la Guerra Fría, ya que Alemania Occidental no reconoció plenamente la Línea Oder-Neisse hasta el Tratado de Varsovia de 1970.

    - Humanitarias: Las expulsiones masivas dejaron cicatrices profundas en las comunidades desplazadas, con millones de alemanes perdiendo sus hogares y bienes. En Alemania, los expulsados (conocidos como Vertriebene) formaron un grupo social y político influyente, exigiendo compensaciones y el derecho al retorno, aunque este último nunca se materializó.

    - Culturales: La desaparición de Prusia como entidad política marcó el fin de una tradición histórica que, aunque controvertida, había sido fundamental en la formación de la Alemania moderna. Su legado sigue siendo objeto de debate, con algunos defendiendo su herencia cultural y otros asociándola únicamente con el militarismo.

    Conclusión

    La disolución de Prusia fue un acto deliberado de los Aliados para erradicar una entidad percibida como un peligro para la paz europea, basado en su legado militarista y su rol en la historia alemana. Sin embargo, este proceso tuvo un costo humano y cultural inmenso, con millones de desplazados, pérdida de territorios y la reconfiguración de identidades nacionales. La eliminación de Prusia no solo transformó la geografía política de Europa, sino que también marcó un punto de inflexión en la historia del siglo XX, dejando un legado complejo que aún se discute en términos de justicia, memoria y reconciliación.

    Según como vaya la guerra entre Rusia y Ucrania, Alemania podría recuperar los antiguos territorios prusianos, en especial los que están ubicados en territorio ruso como Kaliningrado.

    El hecho es que se eliminó la jurisdicción territorial de toda la nación prusiana, un hecho que constituye en Alemania una injusticia histórica.

    La historia puede volver, y con mucha venganza.

    ...

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    1. Sr. Profesor, ¿sobre esto también tiene que pontificar?

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  12. La foto del Papa junto con Netanyajo consta de dos fotos independientes unidas, no han tenido ningún encuentro hasta ahora, es una sugerencia de Virtelius. Cierto que los papas de Roma históricos han sido manipulados por el poder político y actualmente el Poder Político lo tiene el lgtbxyz que vemos como el Papa Bergoglio le hizo concesiones. Cuando se produzca el encuentro real con estos dos personajes no pasará nada y el Papa sólo debería poner cara seriosa sin reirle las gracias y punto.

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    1. Sr. Garrell, pídale al Papa León que le nombre Secretario de Estado.

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    2. Lo del.sabado del clan LGTBY+ es simplemente una profanación de la Basílica de San Pedro...que ya quedó desactualizada al poner la.abominable Pachamama. León XIV no bendijo a la "troupe lavande" pero era conocedor de todo. Todo le.hace parecer muy sumiso al mundo... Nuestra Señora le.ampare y defienda de los.enemigos!

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  13. Don Silverio, que no es el primer ministro de Israel y jefe del gobierno ("Netanyajo") el que se ha entrevistado con el papa, sino el jefe del Estado de Israel, el presidente (Isaac Herzog).

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  14. Repugnante artículo que nunca habría imaginado tener que leer en este blog. Cargado de rancio antisemitismo por parte de un colaborador que, imagino, se despierta por las noches vociferando: "¡Deus vult!". Me siento profundamente decepcionado. A partir de ahora, dejaré de leer los artículos de esta persona, a quien sugiero que considere su conversión al islam, ya que está claro que el cristianismo no lo ha entendido nunca.

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  15. Es posible que Clemente VII recibiera presiones del Emperador, pero a la Santa Sede no le quedaba más opción que negar la nulidad del matrimonio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón. Este matrimonio había necesitado con dispensa de la Roma porque Catalina era viuda del hermano de Enrique. El Papa no podía declarar nulo un matrimonio cuya celebración la misma Santa Sede había autorizado expresamente.

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  16. Creo que es importante no confundir la cordialidad diplomática con la frialdad moral. El Papa, sea León XIV o cualquier otro, no se sienta a hablar de tragedias como Gaza o Cisjordania con indiferencia, sino con la conciencia de que la única manera de abrir puertas al entendimiento es a través de un lenguaje respetuoso. La cordialidad no significa restar gravedad al dolor, sino crear un clima donde, al menos, sea posible plantear soluciones como la de los dos Estados.
    Comparar este momento con los equilibrios de Pío XII tiene su lógica, porque la diplomacia pontificia siempre ha debido moverse en terrenos delicados. Pero así como se han emitido juicios duros contra Pío XII, también habría que reconocer que sin esos malabares, quizás la Iglesia hubiera perdido cualquier capacidad de influencia en tiempos dominados por la barbarie.
    León XIV, en ese mismo espíritu, no “blanquea” a nadie: lo que hace es sentarse incluso con los poderosos para recordarles que la paz y la justicia no son negociables. Si el Papa renunciara a ese diálogo por miedo a que se le acusara de complicidad, entonces sí estaría fallando en su misión universal. El Papa, como sucesor de Pedro, está llamado a ser pastor universal, y eso implica un diálogo abierto con todos, incluso con realidades políticas complejas como el Estado de Israel o los Estados Unidos. Más que “darles una mano de pintura blanca”, lo que hace es tender puentes, favorecer el entendimiento y no cerrar las puertas al encuentro.
    El Papa no refuerza ningún relato de poder, sino que busca espacios de paz y de reconciliación donde otros solo ven intereses geopolíticos. Su misión no es la de un analista ni la de un político, sino la de un pastor que debe estar presente en todos los escenarios para recordar el Evangelio y poner el acento en la dignidad humana. Reducir esas tres horas de cordialidad a un “blanqueo” es no comprender la esencia misma del ministerio petrino.

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