El próximo 28 de enero Sebastià Taltavull cumplirá 77 años, es decir, se acabarán los dos años de prórroga que incomprensible se le concedieron al presentar su renuncia a los 75. En pocas ocasiones se conceden este tipo de prórrogas aseguradas, el tiempo que se alarga puede ser incluso superior a esos dos años, pero con la incertidumbre de que ese periodo se puede acabar en cualquier momento. En estos casos extraordinarios se asegura la tranquilidad y la continuidad de ese pontificado, y se evita la impresión de periodo de "pato cojo".
No tiene ningún sentido esa prórroga en uno de los peores obispos que hay en España, o incluso el peor. Pero a Omella, que hasta ahora ha mandado y mucho en estas cosas, le interesaba tener a Taltavull alejado de Barcelona, y no es de extrañar que incluso siga en Mallorca como obispo, mientras el turolense siga en la ciudad condal, una verdadera tortura y un castigo terrible e inmerecido para los fieles de esa diócesis insular.
La última cacicada de Taltavull ha sido la de prohibir la Misa de Nochebuena que se tenía que celebrar en las monjas jerónimas de Palma, y hacerlo con solo unos minutos de antelación cuando ya el templo estaba lleno de fieles para participar de la celebración eucarística en un día tan señalado. Además, la Misa formaba parte de un programa completo, en el que se encontraba una comida solidaria para personas sin recursos, en un espacio correcto, no en el templo como en la basílica de Sant Just i Pastor de Barcelona, sino en otras instalaciones del mismo monasterio. Estos actos se consensuaron con la Cruz Roja y el Ayuntamiento de la ciudad.
Pero Taltavull un hombre tremendamente vengativo, está dolido por las repetidas sentencias de los tribunales civiles que dan la razón a las monjas contra la voluntad del obispo de quedarse ese espacio céntrico y emblemático de la isla para un posible pelotazo inmobiliario de grandes dimensiones, debe tener los mismos asesores que la "Inmobiliaria Omella". La única manera de hacer daño a esas pobres religiosas es prohibirles la Misa, algo que sí que está en sus facultades como obispo, y que el pobre sacerdote que tenía que celebrar tuvo que acatar, con gran dolor y mordiéndose los labios, para no decir lo que verdaderamente pensaba.
El listado de desmanes, decisiones desastrosas, y gobierno caciquil de la diócesis son difícilmente comparable con ningún otro obispo, pero ahí está ejerciendo y probablemente seguirá hasta que Omella quiera, mientras tanto estos días nos llega la noticia de la defenestración del obispo de Fréjus-Toulon Dominique Rey, con 72 años, es decir antes de presentar la renuncia. Evidentemente, el Papa Francisco lo ha "misericordeado" porque no le gusta su línea pastoral y sus ideas eclesiales, como ya ha sucedido con un buen número de obispos, algunos tremendamente excelentes y con unas diócesis con gran vitalidad y altos niveles de vida cristiana.
Mientras Taltavull sigue en el cargo, con dos años sobre los 75 y Omella con casi cuatro, algunos obispos al llegar a esa edad son cesados de forma fulminante, prácticamente el mismo día de su cumpleaños, otros ni siquiera eso, como Dominique Rey, y es que eso de celebrar Misas por el rito extraordinario y rodearse de ayudantes con sotana y puntillas no se tolera en Santa Marta, mientras que otros obispos "progres" haciendo barbaridades litúrgicas y saltándose las normas celebrativas son aplaudidos y prorrogados en su pontificado.
Lluc Bibiloni
Pero Taltavull un hombre tremendamente vengativo, está dolido por las repetidas sentencias de los tribunales civiles que dan la razón a las monjas contra la voluntad del obispo de quedarse ese espacio céntrico y emblemático de la isla para un posible pelotazo inmobiliario de grandes dimensiones, debe tener los mismos asesorses que la "Inmobiliaria Omella". La única manera de hacer daño a esas pobres religiosas es prohibirles la Mia, algo que sí que está en sus facultades como obispo, y que el pobre sacerdote que tenía que celebrar tuvo que acatar, con gran dolor y mordiéndose los labios, para no decir lo que verdaderamente pensaba.
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De risa y de pena. No es el más malo ni el peor, es el más pésimo, pesimísimo, pesimérrimo obispo non stop de España, y eso que hay de calabacines maximus, pero éste los supera... suerte de sacárnoslo de Barcelona.
De todas maneras, la "Inmobiliaria Omella" parece que tiene una sucursal en Palma y toda esta murga atizada por Taltavull. Corría los principios de marzo del 2022, reunida la parroquia del Espíritu Santo con Omella y sus acompañantes sobre la demolición de la parroquia para construir una macrofacultad de la Blanquerna y devolver una parroquia más pequeña.
El Cardenal Omella visitó la parroquia para dar explicaciones sobre una situación tensa, con gran asistencia de feligreses. Hubo desacuerdo sobre la comunicación previa: Omella afirmó que el párroco había sido informado y había mostrado conformidad a través del obispo auxiliar (ahora fallecido, Vadell), y que se intentó contactar por teléfono y mensajería. El párroco contradijo públicamente esta versión, no constaba la fehaciencia formal.
Ante la reacción negativa de los asistentes, Omella cambió su enfoque: pidió disculpas por posibles errores, propuso diálogo, que hay que andar juntos, que hay quien lo pasa peor, pero advirtió que este diálogo cesaría si el asunto llegaba a los medios de comunicación.
Durante el turno de preguntas, los feligreses expresaron su preocupación de manera contenida pero emotiva. Un asistente cuestionó la decisión de considerar el terreno de la parroquia para una universidad católica, señalando la existencia de un solar más apropiado a 100 metros (antiguo cuartel de la calle Cerdeña).
El encuentro tuvo un desenlace desafortunado: al finalizar, se produjo un altercado en la calle entre el secretario del Cardenal y una persona afectada, pues el secretario dijo que se había mentido a los feligreses, algo en no estuvo de acuerdo en absoluto, lo que requirió la intervención de los presentes para separarlos. Y es que hay que ir con cuidado antes de comerse el mundo como un buscarrazones...
Suerte que Omella envió a un cura para llevarse al Santísimo y poder cerrar la parroquia, y luego parece que sancionó al párroco. Lo que se puede ver en parte en Telegram "No a la demolición del Esperit Sant Barcelona", un servicio de información informal de los feligreses para que conste el atropello de la inmobiliaria Omella. El audio de la visita del cardenal Omella el 6 de marzo de 2022 para explicar el tema de la cesión del suelo a la Fundación Blanquerna y la demolición parroquial está en el día 17 de mayo de 2022.
Y es que parece que hay que estar en alerta sinodal, pues hay diversas parroquias, especialmente las construidas durante los años 1950-1960, de estilo arquitectónico carente de interés, y con baja feligresía, que pueden correr el mismo peligro que la parroquia demolida...
Esta visto que el Infierno acecha a los eclesiásticos más eminentes, suya es la responsabilidad máxima de dar buen ejemplo de cara a la galeria de las gentes sencillas que se espejean en los altos cargos de la Iglesia.
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