Hace ya unos cuantos años me sorprendió que un conocido sacerdote nacional-progresista hablara maravillas de Federico Mayor Zaragoza. No me cuadraba, yo lo recordaba como un franquista reciclado de aquellos que tanto abundaban en la transición y que recalaron en la Unión de Centro Democrático (UCD) para seguir formando parte del gobierno después de la muerte del Generalísimo.
Efectivamente, fue subsecretario del Ministerio de Educación y Ciencia entre los años 1974 y 1975 y a la muerte de Franco recaló en la UCD del entonces presidente Adolfo Suárez, aunque no obtuvo su máximo cargo político hasta la llegada del presidente también centrista Leopoldo Calvo Sotelo que le nombró ministro de Educación, entre 1981 y 1982. A diferencia de otros, no abandonó la UCD en plena descomposición y se presentó como cabeza de lista de ese partido por Barcelona en 1982 con Landelino Lavilla como candidato a presidente del gobierno. Disuelta la UCD se vinculó con el Centro Democrático y Social (CDS) del expresidente Suárez.
Pero parece que siguió haciendo cambios ideológicos, sobre todo al alcanzar la dirección general de la UNESCO, de 1987 a 1999, una de esas entidades internacionales que tanto se mueven para crear un nuevo orden mundial (NOM), Mayor Zaragoza también colaboró con el presidente de la ONU Kofi Annan en su proyecto de Alianza de Civilizaciones. Esos cambios le llevaron a colaborar en algunos proyectos del presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero y a pedir el voto para el candidato del PSOE a las elecciones generales de 2011 Alfredo Pérez Rubalcaba.
Federico Mayor Zaragoza cuando estaba vinculado políticamente al CDS de Suárez
La prensa nacional-progresista, tanto la civil como la "teóricamente" católica se ha volcado en homenajear a este hombre que ha fallecido a los 90 años. Le definen como un catalán universal, a pesar de que nunca se dejó llamar Federic, como un hombre, dialogante, defensor de la cultura de la paz y de los derechos humanos, pero ocultan lo que es más importante para ellos que es su vinculación en los últimos años con el nacionalismo catalán, que le llevó a manifestarse a favor del llamado "derecho a decidir" y a criticar con dureza la actuación policial del 1 de octubre de 2017.
Contrasta tantas alabanzas por parte del clero y personal nacionalprogresista católico cuando Mayor Zaragoza que se vanagloriaba de haber suprimido la clase de religión cuando fue rector de la Universidad de Granada, tiene un historial no demasiado favorable a la Iglesia, lo que le ha valido grandes elogios por parte de las instituciones laicistas. Así por ejemplo Europa Laica afirma: "Mostramos nuestro pesar por el fallecimiento de Federico Mayor Zaragoza, que desarrolló una "muy meritoria labor" en favor de los valores laicistas de la paz, la cultura, el bien público y los derechos humanos, incluyendo la aconfesionalidad del Estado, los cuales defendió sobre todo como director general de la Unesco y como presidente de la Fundación Cultura de Paz."
Desde el colectivo destacan que: "en los últimos años tuvo un papel protagonista y enérgico en la reclamación de la titularidad pública de la mezquita-catedral de Córdoba frente a las "pretensiones de la Iglesia católica". Presidió una comisión de expertos con este fin, y advirtió de que, con la inmatriculación eclesiástica, la Unesco, que él presidía cuando se otorgó a la mezquita el título de Patrimonio de la Humanidad en 1984, podría declarar el monumento «en peligro»".
Desde el colectivo destacan que: "en los últimos años tuvo un papel protagonista y enérgico en la reclamación de la titularidad pública de la mezquita-catedral de Córdoba frente a las "pretensiones de la Iglesia católica". Presidió una comisión de expertos con este fin, y advirtió de que, con la inmatriculación eclesiástica, la Unesco, que él presidía cuando se otorgó a la mezquita el título de Patrimonio de la Humanidad en 1984, podría declarar el monumento «en peligro»".
Un verdadero viraje ideológico, pero lo más importante es que nunca cambió su actitud laicista, a pesar de tener muchísimas amistades en el ámbito del nacional progresismo católico, como por ejemplo con el matrimonio Llorenç Gomis i Roser Bofill, fundadores de El Ciervo y Foc Nou. Mayor Zaragoza aprovechándose de su cargo en la UNESCO consiguió importantes ayudas económicas para esta última publicación que entonces dirigía Jordi Llisterri.
Francesco Della Rovere