La difícil misión del exorcista

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Mn. Joan Prat, exorcista de la diócesis de Vic desde 2018

 
Mn. Joan Prat Jorba es el exorcista de la diócesis de Vic, tiene 44 años y nació en Igualada, desde 2018 ejerce esa compleja misión a petición de su obispo Romà Casanova. Fue precisamente en ese año que inicio este particular ministerio que la Santa Sede comunicó a las diócesis la necesidad de que hubiera un sacerdote con ese cargo pastoral y solicitaba a los obispos que enviaran los nombres de sus exorcistas. El prelado vicense no dudó en ponerse  manos a la obra y escogió a Mn. Prat, entonces un sacerdote joven pero muy preparado a nivel intelectual y doctrinal. Otras diócesis no hicieron lo mismo, y aún están sin exorcistas, también las hay que tienen un nombre, pero que prácticamente no ejerce o lo hace solamente para cumplir el trámite.
 
Sorprende que en estos tiempos del pontificado de Francisco, donde hay tanta confusión doctrinal, este tema no haya entrado también en entredicho. Porque para muchos "progres" eclesiales, el tema del demonio es de "carcas" y lo reducen simplemente a una cuestión psiquiátrica de imaginaciones mentales de la gente, olvidándose que los Evangelios nos recuerdan muchas curaciones de endemoniados por parte del mismo Jesús.
 
Pues el Papa Francisco habla en diversas ocasiones del demonio sin ningún problema y en su controvertido pontificado ha puesto un poco de orden en esta cuestión y se ha animado a las diócesis a ponerse al día en este tema y a nombrar exorcistas allí donde no los hay.
 
Hace unos días Mn. Joan Prat fue entrevistado en los micrófonos de RAC1, en la que se le hicieron diversas preguntas sobre su ministerio de exorcista. Es un tema que genera expectación, aunque  curiosamente parece que interesa más o los no creyentes que a los mismos creyentes. Ya se sabe que algunos no creen en la Iglesia, pero sí creen en demonios, brujerías y fenómenos paranormales. 
 
Mn. Joan Prat en una celebración de la Eucaristía
 
El resumen que hace la emisora radiofónica del Grupo Godó es el siguiente: "Los sacerdotes que pueden hacer exorcismos dan un paso adelante para denunciar los mitos, el intrusismo y los estafadores que rodean esta profesión".

Mn. Prat desgranó estas tres ideas, la de que el exorcismo no es exactamente lo que aparece en ciertas películas de terror sobre este género. Aunque es cierto que hay situaciones sobrenaturales: "Se trata de personas que pueden actuar en forma animal o bestial, porque se las llama, y hacen cosas que no permiten una vida normal. Se reza, y si realmente la oración es efectiva, nos da una garantía de que puede no ser una cosa psiquiátrica, sino espiritual". 
 
El exorcista de Vic también alerta de la proliferación de personas que se atribuyen poderes sobrenaturales para expulsar demonios o para limpiar los cuerpos de posesiones demoníacas, estas personas que suelen tener un negocio de brujería o de "consulta espiritual" no tienen nada que ver con la Iglesia y es peligroso que no se haga un tratamiento psicológico además del espiritual. También hay verdaderos timadores profesionales que piden grandes cantidades para liberar a los poseídos cuando todo es una estafa con la intención de ir aumentando progresivamente sus ingresos.
 
Mn Lluís Petit Gralla, ya no es exorcista de la Archidiócesis de Barcelona
 
En nuestra archidiócesis de Barcelona no estamos de suerte en este tema desde hace bastante tiempo, e incluso muchas personas decepcionadas por los exorcistas locales, se van a otras diócesis buscando sacerdotes que les den más confianza. Actualmente, en Barcelona el exorcista es Mn. Josep Serra, canónigo de la catedral y responsable del seguimiento del proceso de los diáconos permanentes. El cardenal Omella quiso complementar este servicio deficiente con alguien muy bien preparado, algo parecido a Mn. Prat en Vic, para ello nombró también como exorcista a Mn. Lluís Petit Gralla, con experiencia en este ámbito en América Latina, pero parece que no se encontraba demasiado cómodo en Barcelona y en poco tiempo ha pedido volver otra vez a esas tierras de misionero. De momento Omella no le ha sustituido, y me da la impresión que con lo que le queda en el convento al cardenal, no me extrañaría que ya no lo hiciera, porque tiene otras cosas aparentemente más urgentes para él, en este periodo de descuento. 

Francisco Fabra

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2 comentarios

  1. En nuestra archidiócesis de Barcelona no estamos de suerte en este tema desde hace bastante tiempo, e incluso muchas personas decepcionadas por los exorcistas locales, se van a otras diócesis buscando sacerdotes que les den más confianza. Actualmente, en Barcelona el exorcista es Mn. Josep Serra, canónigo de la catedral y responsable del seguimiento del proceso de los diáconos permanentes. El cardenal Omella quiso complementar este servicio deficiente con alguien muy bien preparado, algo parecido a Mn. Prat en Vic, para ello nombró también como exorcista a Mn. Lluís Petit Gralla, con experiencia en este ámbito en América Latina, pero parece que no se encontraba demasiado cómodo en Barcelona y en poco tiempo ha pedido volver otra vez a esas tierras de misionero. De momento Omella no le ha sustituido, y me da la impresión que con lo que le queda en el convento al cardenal, no me extrañaría que ya no lo hiciera, porque tiene otras cosas aparentemente más urgentes para él, en este periodo de descuento.

    ...

    No había visto un extracto con tanta razón. La gente se larga bien largada de Barcelona, de su seminario, de su facultad de teología, de sus exorcistas (uno muy bueno pero ama las misiones y el otro muy...), de sus misas, de todo... Desde luego, el caso del exorcista lo sabe Omella desde el mismo momento que lo nombró, hubo un sacerdote que le comentó el desastre, pero ahí está nuestro mañico, empecinado en el sostenella e no enmendalla... alguien que no reconoce la realidad tal como es...

    Y sí, el articulista tiene toda la razón, Barcelona está en el punto más bajo de toda su historia eclesial, sólo superada por la Guerra Civil, donde la izquierda y el nacionalismo barrieron al clero, y luego, se mataron entre ellos (ERC-PSUC-PCE-PSOE contra POUM-CNT-FAI).

    Es cierto que Francisco y Omella están ambos en tiempo de descuento... y la renovación de Barcelona pasa irremediablemente por la renovación del papado, que está en una situación muy grave, gravísima...

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  2. "Mn Lluís Petit Gralla, ya no es exorcista de la Archidiócesis de Barcelona"...

    Conocí a este cura, me gustó, al menos cree en el demonio, y lo digo así, es un exorcista que cree en el diablo... En Bogotá, hace años, hubo un exorcista oficial que no creía en el diablo, nombrado por el obispo incrédulo de entonces, para rellenar el expediente ante Roma. Con el tiempo, tuvo que venir otro exorcista barcelonés (que conocí también) para cubrir la catástrofe exorcística que había hecho el obispo.



    "El problema no es ver el demonio en todos lados, sino no verlo en ninguno"

    Una cuestión muy importante, trascendental para la salvación del alma, tanto del cura exorcista como para el obispo, además del daño que causa nombrando falsos exorcistas o no nombrando a nadie:

    1. Es un dogma de Fé el complejo llamado demonología y exorcística: que existe el diablo, el infierno, el pecado mortal, la necesidad de la confesión para redimir los pecados mortales, la posesión e infestaciones demoníacas de todo tipo, y el exorcismo en sus diferentes modalidades: exorcismo mayor y menor. Que el demonio es el príncipe de este mundo, y Cristo Rey implanta un reinado social

    2. Todo católico que dude o niegue la existencia de la demonología y exorcística es un heresiarca excomulgado latae sententiae non declarata (automáticamente sin necesidad de decreto, por imperativo legal), que implica la sede impedida del consagrado, en especial, el obispo. Pierden los consagrados su tria munera: gobernar, enseñar y santificar, lógico y racional, pues no enseña ni santifica quien niega al ángel caído y sus efectos demoníacos, y la sanción de sede impedida le "impide" gobernar, es decir, nombrar, contratar y legislar.

    3. Dudar comprende todo, desde la duda ambigua, el relativismo de su acción, el silencio u omisión de hablar del demonio, la ambigüedad, el subterfugio y la enseñanza subrepticia: que si existe pero no hace nada, que hace algo pero no es eficaz, que sí es eficaz pero el infierno está vacío, que el infierno está lleno pero los demonios y condenados serán perdonados...

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