La Navidad, gran fiesta de todas las cristiandades, incluida la católica, ha sido durante muchos siglos la mayor fiesta del año, largamente esperada, hacendosamente preparada, hondamente vivida. Tampoco había para menos. Es el cumpleaños de la prodigiosa civilización cristiana, centrada en el cumpleaños de nuestro Salvador. Porque durante tanto tiempo tuvimos conciencia de que necesitábamos un Salvador, fuimos conscientes de que no podíamos seguir naciendo y muriendo sin un Redentor.
Pero algo grave, gravísimo nos pasa: nos hemos cansado de la Navidad. Ya suena muy anticuado eso de “Feliz Navidad”. Hoy se lleva con más normalidad el “Felices Fiestas” más globalista, más inclusivo, más respetuoso con los demás credos. Resulta que hemos recobrado una fe ciega y una esperanza desbordada en el hombre, olvidando que todo lo recibió de Dios. Y resulta que esa ceguera y esa locura nacen de las cenizas del Dios al que hemos condenado al más lamentable de todos los holocaustos: el Dios que nos creó, totalmente quemado, reducido a cenizas. Nos hemos autoconvencido de que podemos vivir sin Dios: sin el Dios niño, que requiere demasiados cuidados, y sin el Dios crucificado, que nos recuerda que el mal existe y hemos de combatirlo: mejor con la ayuda de Dios.
Se está pasando de moda la Navidad, cada año más, porque hemos cargado locamente contra la natividad. Vivimos el nacimiento como un castigo, como una cruz, olvidando que todos hemos nacido. Y felices que nos sentimos de haber nacido: tanto, que todos los años lo celebramos. Pero ya está. Parece que, habiendo nacido nosotros, ya no se necesitan ni tantos nacimientos ni tantas navidades.
¡Cómo se está apagando lentamente la Navidad, la gran fiesta de los niños! Luces, sí, muchas luces; pero ya no para celebrar el Nacimiento del que hemos renegado, sino para dejarnos arrastrar a la dulce servidumbre del consumo. Músicas sí, pero cada vez menos los dulces e ingenuos villancicos que iluminaron nuestra niñez; cada vez más lejos ese “vuelve a casa, vuelve por Navidad”. Se nos está desmoronando la casa, nos estamos quedando sin la familia, demolida a conciencia por las élites culturales y políticas.
Ale, ale, antropólogos antropófagos, repasad todas las civilizaciones, todas las culturas, todas las religiones, a ver si alguna ha creado una fiesta tan impresionante, tan genial como la Navidad. Tenemos un gran tesoro (ya sólo nos quedan los rescoldos), el mayor patrimonio espiritual de la humanidad, el mayor tesoro y lo estamos dilapidando: Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz» (Isaías 9,5).
Por eso nos queda el consuelo cierto de que después del diluvio (quizá de fuego), tiempos vendrán en que añoraremos la Navidad y la restauraremos; soñaremos natividades tras la vuelta a la sacralidad de la vida humana, y anhelaremos de nuevo acoger en nuestros brazos y en nuestro regazo al recién nacido al que llevamos ya más de medio siglo vedándole la vida. Dios es grande, Dios es bueno, Dios es misericordioso y se apiadará de nosotros a pesar de nuestra ridícula soberbia. Y entonces el pueblo que andaba en tinieblas verá una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brillará sobre ellos. El Señor nuestro Dios acrecentará el regocijo, hará grande otra vez la alegría (cf. Isaías 9,2). Y volverá esplendorosa la Navidad.
Por eso, y a pesar de todo, también este año ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
Custodio Ballester
Por lo menos menciona un "diluvio" usted padre Ballester pero de forma muy tímida. Ya es un pasito adelante en las prédicas este mencionado "diluvio", pero falta promocionar ciertos libros que lo tratan científicamente y también la relación entre la Ciencia y la Fe: EL DILUVIO DEL GENESIS de Morris y Whitcomb, SIN EMBARGO NO SE MUEVE de Carlos Gorostizaga y Milenko Bernadic, TORNAR A CREURE EN DOS DIES de Jaume Clavé, libros que llevan los descubrimientos científicos actuales para predicar arriba del púlpito y hacer enfadar a algunos. El artículo de usted padre Ballester lo encuentro bueno pero falto de originalidad, es una de las prédicas frecuentes de costumbre eclesial que camina sin demasiado ruido de zapatos.
ResponderEliminarFelices Fiestas, que puede ser Semana Santa, la fiesta patronal u otra fiesta, en lugar de decir Feliz Navidad, es una imposición del Grinch del Gobierno Sánchez del PSOE en este año 2024, dentro de su política de crear tensión social, sólo para destruir y aniquilar las raíces cristianas de España y de las tradiciones y costumbres ancestrales españolas, creando "usos y costumbres" raros y extraños a través de sus propias terminales mediáticas (radio, TV, prensa, redes).
ResponderEliminarEs un olvido premeditado en que fracasarán, porque la Navidad forma parte intrínseca de las "fiestas" de esta época y forma parte esencial de nuestro ser nacional y cultural, porque ¿qué aportan a cambio, 100 años de honradez frente al nacimiento del niño Jesús en la Sagrada Familia?. Fracasarán y saldrán derrotados... como salieron derrotados todos los intentos de los "asesinos" históricos de la navidad, que en los últimos 350 años han salido profusamente de todos los ámbitos:
1. Anglicanos puritano-calvinistas radicales de Cromwell contra una Navidad que la veían papista, romana, católica, divertida, alegre, consumista y contraria a la sola fide
2. Revolucionarios franceses de 1789 y la Diosa Razón
3. Revolución Industrial, utilitarista y pragmática, como consecuencia de la despoblación de los pueblos ingleses y la pérdida de sus tradiciones por olvido a causa de la industrialización, Navidad que fue revitalizada gracias a Dickens en Cuento de Navidad en 1843, uno de las mejores novelas
4. El siglo XX ateísta, en GB-EEUU por Chesterton en El Espíritu de la Navidad
5. Comunismo ruso y europeo de 1917 y luego de 1945 en Europa Occidental y el resto del mundo
6. La URSS, en los años 20, los bolcheviques abolieron la Navidad ruso-ortodoxa, el árbol navideño (invento burgués alemán) y San Nicolás mediante sus ideas ateas, imponiéndose el Novy God (Año Nuevo) y el Ded Moros (el Abuelo Escarcha, de capa azul, sacado de la mitología eslava pagana) asumió la tarea de Papá Noel de llevar regalos en la zona eslavo-soviética
7. La II República rojo-separatista de 1936-1939 por el genocidio católico
8. Hitler y el III Reich a través de la falsificación de una Sagrada Familia de características arias: la Navidad sería la Julfest, el niño Jesús fue el niño Solar, Nochebuena fue la Mondranich o «festividad pagana de la maternidad»
9. El salafismo yihadista de los años 2000
10. El extremismo y fundamentalistas hindú desde 2017
11. La Barcelona de Colau y el ridículo Senyor Hivern de 2016-2019 y sus grotescos belenes en la plaza de San Jaime
12. Hoy en día, 2024, por el gobierno Sánchez del PSOE, agonizante de corrupción, por este nuevo clima globalista que, obviamente, no quiere saber nada de Dios y de la Iglesia verdaderos, pero sí del Ramadán y del Sacrificio del Cordero y de la Ashura chiíta, de las fiestas hindúes del azul niño-elefante dios Ganesa o de la fiesta Diwali, del Vesak o nacimiento de Buda, del año nuevo chino...
Unas indicaciones, s.e.u.o.:
ResponderEliminar1. El solsticio astronómico de invierno en el día juliano 1721425.5 para el año 1 d.C., posible nacimiento de Jesús, corresponde al 23 de diciembre del calendario juliano romano, no corresponde al 25... de hecho, ningún día 25 de diciembre es solsticio astronómico de invierno, fluctúa entre el 20 y 23... el 25 nunca es solsticio astronómico de invierno... jamás lo ha sido, ni en juliano ni en gregoriano...
2. El día 25 de diciembre se escribe de manera diferente en cada época:
a) VIII Kalendas Ianuarias, es decir, el octavo día antes de las Kalendas de enero, en calendario juliano hasta la caída del Imperio Romano de Occidente
b) Edad Media tardía (siglos XII-XIV) se escribe "dies XXV" en números romanos
c) En el Renacimiento (s. XV-XVI) se escribe "día 25" en números arábigos
d) El 25 de diciembre juliano corresponde hoy al 7 de enero gregoriano, fecha en que se celebra la Navidad rusa, serbia...
3. Jesús nace el 25 de diciembre porque su concepción fue el 25 de marzo (Fiesta de la Anunciación, Encarnación o Conceptio Christi), los 9 meses en que dura el embarazo, que está cerca del equinoccion astronómico de primavera (20-21 marzo), en el siglo VII ya hay testimonios de la celebración el 25 de marzo en la Iglesia romana bajo la advocación de Annuntiatio Domini. En Lourdes la Virgen María se anunció como la Inmaculada Concepción, dogma de Fé.
4. Las ovejas de raza awassi, en Judea y Galilea, sí paren casi exclusivamente en diciembre, según indica un estudio:
"En Irak, la principal temporada de parición de las ovejas Awassi es noviembre, y en Líbano, la República Árabe de Siria e Israel, en diciembre y enero".
religionenlibertad.com/ciencia_y_fe/239817165/ALa-Navidad-no-podia-ser-en-diciembre-porque-los-pastores-tendrian-frio-Un-mito-en-revision.html
5. El primer testimonio indirecto que cita la Natividad el 25 de diciembre lo ofreció Sexto Julio Africano en el año 221 d.C.
religionenlibertad.com/cultura/475462843/navidad-que-es-25-diciembre-origen-tradiciones.html
6. Saturnalia, en honor de Saturno, fue introducida alrededor del 217 a. C. para elevar la moral de los ciudadanos después de una derrota militar sufrida ante los cartagineses en el lago Trasimeno. Oficialmente se celebraba el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro romano, el 17 de diciembre, con sacrificios y banquete público festivo (lectisternium) y al grito multitudinario de «Io, Saturnalia».
Pero esta fiesta era tan apreciada por el pueblo, que de forma NO oficial se festejaba a lo largo de siete días, del 17 al 23 de diciembre. No tenían nada que ver con la Natividad.
6. El festival del nacimiento del Sol invicto (Dies Natalis Solis Invicti), establecido para el 25 de diciembre, fue oficialmente instaurado en el año 274 d.C. por el emperador Aureliano. El 25 de diciembre, recordemos, NO era el día del solsticio astronómico de invierno, lo era entre el 22 y el 23... Nada que ver con la Natividad.
7. La Januká o conocida como la Fiesta de las Luces o Luminarias o Lámparas, es una festividad judía que conmemora la reedificación del Segundo Templo de Jerusalén y la rebelión de los macabeos contra el Imperio seléucida. Celebrada durante ocho días, que en el 2024, se celebra del atardecer del 25 de diciembre, al anochecer del 2 de enero de 2025. No tiene nada que ver con la Natividad.
...
- Puritanos, pragmáticos de la Revolución Industrial y ateísmo cultista: religionenlibertad.com/cultura/773791589/quien-quiso-asesinar-navidad-intentos-fallidos-resurrecciones-gloriosas.html
- El Senyor Hivern: metropoliabierta.elespanol.com/el-pulso-de-la-ciudad/20191117/colau-prejubila-al-senyor-hivern/445205541_0.html