El arciprestazgo del Guinardó sirve al barrio del mismo nombre con tres comunidades parroquiales: Cristo Redentor, Virgen de Montserrat y Santa Isabel de Aragón y San Joaquín, esta última encomendada a los padres mínimos. Las dos primeras, en teoría, forman una unidad pastoral y tuvieron como rector, a partir de 2021, a Carlos Barroso Flores. No obstante, a partir de 2023, como sea que dicho sacerdote hizo ver al arzobispo que no podía con las dos, se designó a Mn. Jordi Patiño Morales párroco de la de Montserrat. No obstante, Barroso seguía siendo el arcipreste de la demarcación pastoral.
Este último año, este sacerdote ingresó en la Residencia de Alquerías y ha debido ser uno de los 15 sacerdotes a los que se refirió el padre Labaniegos que habían abandonado el ministerio. Efectivamente, a primeros de este octubre, Carlos Barroso escribió una carta a sus feligreses comunicando que “tras un tiempo de discernimiento profundo y con la ayuda de las personas adecuadas, he tomado la decisión libre y consciente de solicitar la dispensa del ministerio sacerdotal. Lo que significa que no ejerceré más de sacerdote” ¡Una verdadera pena! Un sacerdote nacido en 1983 y ordenado en 2011.
Lo normal es que se hubiese vuelto a la unidad pastoral aprobada legalmente y el párroco de Virgen de Montserrat quedase como responsable de ambas comunidades. Pues no ha sido así: Mn. Bruno Bérchez es el nuevo administrador parroquial de Cristo Redentor. Él que ya es párroco de tres comunidades del barrio de Gracia: Sant Miquel del Sants, San Carlos Borromeo y Virgen de la Salud. Tres parroquias de otro arciprestazgo. Esa extraña decisión obedece a que Mn. Jordi Patiño no puede actualmente ni llevar la suya de Montserrat, por algún tema que esperemos que no llegue a ser noticia y todo quede en un malentendido o una falsedad. Sería el caso de otro cura joven, este nacido en 1978 y ordenado en 2010. Una vocación originaria de Manizales (Colombia), aunque ingresó en el seminario barcelonés y fue ordenado en esta diócesis. Su nombre de pila es Jorge Alexander, aunque curiosamente en Barcelona se hace llamar Jordi y en Manizales Alexander.
Mn. Jordi Patiño Morales
Un arciprestazgo con el arcipreste que ha dejado el ministerio y con dos parroquias descabezadas. Un arciprestazgo que tiene que ser socorrido por la demarcación vecina y de esa han de llamar a quien más parroquias lleva: otro sacerdote joven, nacido en 1977 y ordenado en 2012. La web de su unidad pastoral se llama Les Tres de Gracia. Quizás ahora tendrán que cambiar el nombre y añadir y una del Guinardó. O dos.
Bruno Bérchez es un excelente sacerdote que ha dotado especialmente a la parroquia de Sant Miquel dels Sants de un gran dinamismo y actividad, pero nuestros mejores sacerdotes no son Superman. Conferirle una o dos comunidades más, de bastante magnitud, a quien ya lleva tres, puede acabar con la salud de cualquier mortal. Máxime cuando estas vienen tocadas por problemas de sus párrocos. Solo Joan Cabot o Xavier Pagés se han atrevido con tanto. No en vano, les llaman los emperadores de las Ramblas (antes del Paralelo) y del Ensanche.
Demasiados problemas, de diversa índole, están afectando a sacerdotes jóvenes. Y da la impresión de que Omella no sabe cómo enfocarlos adecuadamente en su final de mandato, sin que sus dos auxiliares tampoco se distingan por su determinación y capacidad resolutiva. Al revés, cada día que pasa parece que cada uno va a su bola. Un Abadías que funciona más por libre y un Vilanova excesivamente obediente. Se está complicando el final de mandato del cardenal turolense. Y esperemos que lo de Virgen de Montserrat no sea noticia.
Oriol Trillas
Omella ya parece Joe Biden en decrepitud
ResponderEliminar¿Qué fue de Mn. Juan Barrio Puente? Desapareció del mapa. El cardenal Sistach lo quitó urgentemente como párroco de Sant Fèlix, hará ya 10 años por asuntos complejos. Luego se le vio por la Milagrosa acogido por Mn. Xavier Pages. ¿Sigue ejerciendo como sacerdote? En la parroquia dejó muy decepcionada a la feligresía. Lo que apareció en el ordenador parroquial fue de órdago. En el Obispado se entregaron todas las pruebas. Pero nunca se dio ninguna explicación.
ResponderEliminarCon su modo de conducirse mossèn Jordi chocó con algunas entidades del barrio, hasta el punto de ser criticado por la Coordinadora d'Entitats que parece dirigieron quejas al Arzobispo. El diacono permanente de Montserrat cambió de aires al llegar Patiño. Una pena, porque este era un arciprestazgo pequeño pero tranquilo. Como remate, parece que en la tercera parroquia, la de los Padres Mínimos, hay también problemas en la comunidad y se rumorea que el vicario parroquial (discreto, pero muy capaz) no està contento; esperemos que sean simples rumores y que no perdamos otro sacerdote.
ResponderEliminarNo entiendo que un sacerdote que, al parecer, no tenía en realidad verdadera vocación sacerdotal, no lo descubriera antes de ordenarse. En seis años de seminario hay tiempo para darse cuenta.
ResponderEliminarHace tiempo que se dicen cosas terribles del tal Patiño. Su fama lavanda le precede. Aunque lo sabían, le han dejado hacer... hasta ahora. Veremos.
ResponderEliminarD. Juan José Omella es famoso por sus filias y por sus fobias. Los curas acaramelados le chiflan.
ResponderEliminar¡Qué lástima lo de Barroso! Ha hecho mucho bien como sacerdote. Tenía buen talante y entrega. Rezaremos por él.
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