Ni la vida contemplativa se desentiende totalmente de la vida activa (es el caso de los monjes: los oficios divinos no dispensan de los demás oficios monásticos), ni la vida activa desestima la vida de oración (el caso más emblemático, el del Opus Dei). Vale la pena reflexionar sobre estos principios, en un momento en que tanto la Iglesia como la cristiandad están viendo con angustia cómo se extingue su tradicional forma de entenderse y de actuar, sin ser capaces de vislumbrar en qué dirección habrá que ir, de cara a su renovación. Con la enorme distancia que hay entre la tradición del mundo moderno, de apenas dos siglos y medio, y la de la Iglesia, con dos milenios construidos sobre otro milenio al menos.
La Iglesia ha abundado en hombres y mujeres que con determinación emprendieron los más diversos caminos para completar la “obra de Dios” en la humanidad lastrada por el pecado original, asumida por Cristo para redimirla: para rescatar la deuda contraída por el hombre con Dios. Es impresionante, en efecto, el carácter de la religiosidad que se respira en esas iniciativas de la Iglesia, desde san Benito, cuya gran creación fue el Opus Dei entendido como la vida contemplativa y de oración de los monjes, hasta san Josemaría, cuya gran creación fue el Opus Dei de nuevo, pero entendido como una vida intensamente activa, con especial notoriedad en el trabajo y la economía; pero con un gran apoyo en la oración.
Se trata de dos momentos profundamente distintos de la humanidad. San Benito (480-547) llega en pleno derrumbe del imperio romano, en cuyo poder les relevan los godos (también cristianos, pero arrianos, que llevaban siglos presionando sus fronteras e infiltrándose como nueva población). A destacar la lucha tranquila, ya muy avanzada, del cristianismo contra la esclavitud del imperio, que es sustituida por la servidumbre del feudalismo que traen los godos (tremendo fraude sofístico), a la que la Iglesia se pliega con notoria fruición. Es en este contexto donde aparece san Benito, poniendo orden en un monaquismo anárquico preexistente. Precisamente la “Régula Sancti Benedicti” se alza como gran norma constitucional del monacato. Institución que a su vez llega a funcionar como primera constitución de Europa, gran guía de la vida que se crea ex novo en el vacío cultural y moral dejado por el imperio. Este carácter “constitucional” de Europa se aprecia especialmente en el capítulo IV de la Regla de san Benito: una lista de 78 normas básicas de conducta que llenarían el vacío moral que dejaba el derrumbe del imperio romano.
San Josemaría llega en un momento también singular. Finiquitado el feudalismo por la revolución francesa, se instaura una forma nueva de dominación, basada en la creación de riqueza, puesta al alcance de los dominados a través del trabajo (vinculado siempre a la esclavitud), que se convierte en el mayor recurso dignificador del hombre (‘El trabajo dignifica’ es el gran dogma que mueve la nueva moral… sin Dios). Y es justamente en esta nueva línea de valor de la humanidad, en la que san Josemaría sustenta su “Obra de Dios”.
A la vista de la tremenda diferencia que hay entre el mundo de realidades y de valores en que actúan san Benito y san Josemaría, es inevitable que su concepto de “Obra de Dios” sea inequívocamente distinto. Era inevitable que san Josemaría se atuviese y se adaptase a la realidad en que le tocó actuar. Fue el mundo de la creación de riqueza en el que estamos instalados, sin la menor posibilidad de discutirlo. Ése fue el campo en el que le tocó jugar. Jugó a dignificar y cristianizar la actuación y la vida tanto del patrón como del obrero que, tras siglo y medio de implantación, sufría su primera gran crisis. Y entendió que esa era la mejor “Obra de Dios” en aquel momento: el Opus Dei. Se sintió inspirado por Dios para cristianizar el trabajo y sublimarlo como auténtica obra de Dios. Fue en 1928 cuando fundó su gran obra del Opus Dei. Fue un potente elemento de cristianización, previsiblemente de duración mucho más limitada que la gran obra de san Benito, el Opus Dei entendido como gran quehacer de los monjes.
No sé si el concepto de Opus Dei lo fraguó san Benito, o si tenía ya algún recorrido cuando él lo adoptó para nombrar la totalidad de los rezos u Oficio Divino o Divinos Oficios con que denominó también los rezos monacales. El hecho cierto es que fundó el monacato en torno a la idea-fuerza de que el núcleo de su vida y actividad tenía que ser el culto divino, al que denominó “Opus Dei”: entendiendo con ello que el oficio, el quehacer, el opus de los monjes era el culto de Dios. En la Regla de san Benito aparece la expresión Opus Dei 17 veces; y lo hace denominando clara y explícitamente los rezos de los monjes que en esa Regla quedan instituidos y minuciosamente articulados. Son, en efecto, uno de los pilares de esa regla monástica.
Es que, cuando llega san Benito al monacato, existía ya esta institución; pero como dice en el capítulo primero de su Regla, había cuatro clases de monjes, con un desbarajuste notable: entre ellos los giróvagos (los que, por no sujetarse a la vida regular de los anacoretas y los cenobitas, vagaban de monasterio en monasterio). Era evidente, pues, la necesidad de establecer normas que regulasen la vida monacal. Y la gran genialidad de san Benito fue instituir los Oficios Divinos, a los que prefiere llamar Opus Dei, como núcleo en torno al cual articular la vida monástica.
He ahí la gran diferencia entre el opus Dei como dedicación al culto divino de san Benito, y el Opus Dei de san José María, que es servir a Dios con el trabajo, y con cualquier quehacer humano. El primero es un culto divino directo; el segundo es también culto a Dios, pero indirecto. Son dos fórmulas distintas en distintos planos. Cada uno con su oportunidad y su mérito.
Esto nos trae al duro dilema de si es acertado que los cristianos de hoy (la Iglesia, pero no la jerárquica) nos empeñemos en tener un pie en la política y en el poder. Eso lo ensayó profusamente el Opus Dei y funcionó tanto en la política como en la economía: con luces y sombras. Hoy vemos que una organización católica tan potente como ha sido e-Cristians durante 23 años de excelente funcionamiento, se fusiona con Corriente Social Cristiana, de reciente creación, en busca de nuevos rumbos. El objetivo parece ser intentar de nuevo, sin compromiso confesional con la Iglesia, para abrir las puertas a una mayor tipología de participantes, la implicación cristiana en la vida pública y en la política, inspirándose en la doctrina social cristiana. Es evidente la urgencia de que la Iglesia reaccione con fuerza y determinación para no ser engullida por las doctrinas totalmente corrosivas (su principal foco, la destrucción de la familia) que se están imponiendo a los ciudadanos desde el poder público. Un auténtico Opus diáboli. El tiempo dirá si se ha elegido un buen camino.
San Benito eligió el camino de la construcción hacia dentro; con la mirada dirigida hacia Dios. San Josemaría prefirió la construcción hacia fuera, mirando al hombre y a sus afanes, pero dejando buen espacio a la construcción hacia dentro. Las nuevas opciones para poner en marcha la Obra de Dios, parece que pretenden hacer toda la construcción hacia fuera, quizá por atajos, apartándose del espléndido camino que se construyó mediante la genial Obra de Dios. Y dejando de lado la oración, que fue la piedra angular del Opus Dei de san Benito. ¡Qué lejos nos queda el lema jesuita AMDG (Ad Maiorem Dei Gloriam) que imprimía carácter a toda su vida y a todas sus obras!
Virtelius Temerarius
El Opus tiene una característica muy cristiana de compartir el dinero entre toda la comunidad, especialmente los integrantes del Opus llamados "numerarios y supernumerarios" que entregan parte de su dinero a la Obra quedándose el resto justo para su manutención personal. Esto fué en las comunidades primigenias en que todos depositaban sus riquezas a los pies de los apóstoles.
ResponderEliminarEn la iglesia Católica fuera del Opus esta entrega de los dineros sobrantes a la misma Iglesia por parte de los creyentes practicantes no existe, tal vez es el defecto de que el Clero actual haga aguas. Se podrían poner unas leyes eclesiásticas para recibir los sacramentos en que los asiduos a las iglesias pagaran un diezmo obligatorio a cambio de poder bautizarse y comulgar. El eslogan de los apóstoles primigenios "gratis lo recibís, dadlo gratis", en realidad no se cumplia porque la comunidad primitiva obligaba a entregar todos los bienes. Realmente el asunto es complicado y no todos están de acuerdo en pagar un diezmo. Otro detalle del Opus es que se ayudan entre ellos sobretodo en los negocios algo parecido de hacer piña entre ellos como el pueblo judío, característica muy distinta de la Iglesia Católica en general que a la hora de dar un puesto de trabajo aunque sea para limpiar la iglesia acuden a cualquier empresa profana antes de proclamar en el púlpito preguntando si existe algún asistente al templo inscrito en el paro. En la Católica se acepta cualquier artista o pintor para pintar un mural sin antes preguntarle si es creyente, esto en el Opus sería improcedente. Los "contras" del Opus los veo en su empecinamiento en que los fieles se confiesen frecuente y el santuario de Torreciudad esta repleto de confesionarios. Y otra "contra" que no puede faltar, no proclaman en la predicación los 6 dias de Genesis, el Diluvio y la Pentápolis, y les hago esta recomendación técnica que les podría acrecentar los numerarios y los dineros para remontar a mayor altura la Obra De Dios, amen.
Garrell, como de costumbre, metiendo baza tanto si es de forma oportuna como si no.
EliminarEn este caso, demuestra no conocer la Obra.
Oiga, Garrell. Es usted muy cansino y monotema. Yo le haré también a usted una recomendación: léase el Catecismo de la Iglesia Católica. Si no está de acuerdo con lo que dice, hágase usted protestante y no se dedique a enfangar nuestra fe con sus ideas. No habrá otro diluvio. El castigo será de fuego, para hacer a toda la Iglesia, María. La Iglesia ramera, la falsa iglesia llena de concupiscencias, tiene las horas contadas. Después del castigo, surgirá la verdadera Iglesia, pura como lirio en su pureza, similar a la Madre de Dios, hecha una con ella. Usted tiene qué optar por una u otra: vida o muerte. Despierte porque el tiempo apremia.
EliminarCalma, calma que las aguas del.mar están muy agitadas! El señor Garrell nos invita a la reflexión, el Diluvio existió como el Éxodo existió, como el paso del Jordán. Ahora viene fuego, sea meteórico o nuclear y habrá purificación porque hay mucho infiltrado traidor viviviendo del cuento en muchos sitios y el falso profeta está muy activo. Pero...la Iglesia prevalecerá
EliminarAnónimo 20:10
EliminarEfectivamente, tiene usted razón. Y S.S. Benedicto XVI advirtió que la Iglesia regenerada empezaría de nuevo siendo muy pequeña.
MT
Lo último que me podía esperar es que un católico critique a alguien por promover un sacramento como lo es el de la penitencia... es para coger palomitas y ver como es hunde nuestra Iglesia... por un diluvio de agua o de mediocridad.
EliminarHoy le toca al Opus. Para cuando un articulo de crítica a G.G, o són perfectos, cuidado les recuerdo que ya existe una herejia muy antigua de los perfectos. Cada dia en G.G són mas gnosticos.
ResponderEliminarTanto que hizo el Glorioso Franco a favor del Opus y a la hora de defensarlo del siniestro caso de su profanación, se pusieron de perfil.
ResponderEliminarDios se lo demandará .
Los del Opus Del del pasado, nada tienen que ver con los actuales.
ResponderEliminarHay algún clérigo de la Obra que defensa la destrucción de la familia con la ponzoña lgtebera y demás engendros diabólicos.
Mucho cuidado con esos, ☣️☣️☣️
Vaya con el anónimo este, que se caracteriza por escribir en un catañol bastante descriptible. No tiene bastante con un comentario y escribe tres seguidos, a ver si parece que su postura es más popular de lo que es.
Eliminar19:09, 19:11 y 19:52
Lo siento soy 19.09h nada que ver con los otros. Gracias por darme la razón. Gnostico.
EliminarSeguro que usted es de los que confunden a un católico que hace apostolado con un testigo de Jehová. Del popurrí de sus pensamientos e ideas cruzadas y equivocadas, nos regala las frases que trae aquí. Señor, el Opus Dei no tiene por qué hacerle ningún favor ni le debe nada a Franco. Sólo sirve a Nuestro Señor Jesucristo. Seguro que el "clérigo" que usted comenta, suponiendo que exista, no es del Opus Dei. Entérese bien y tenga presente que un día tendrá que dar cuenta a Dios de todas sus palabras.
EliminarSí, efectivamente queda MUY lejos AMDG. Hoy sería más apropiado: para mayor gloria a mi grado 33. Quien quiera entender, que entienda.
ResponderEliminarNo me diga. ¿En qué se basa?. ¿Quién es el masón, que no me he enterado?. Usted deja caer así la acusación y ¿tenemos que entender?. Tan seguro y ufano se queda despues de su calumnia y ¿todavía pretende que nos apuntemos al mismo carro?. ¿Se ha preguntado lo que quiere decir que el pecado contra el Espíritu Santo no se perdonará? ¿Es usted de los que se creen ya salvados y por tanto, por encima del bien y del mal? ¿Un fariseo moderno, usted?
EliminarEstos son los 78 preceptos de San Benito en su Regla, capítulo IV, aprobada en el año 516, cuarenta años después de la caída del Imperio Romano de Occidente (476). Este capítulo se considera la parte dogmática de la segunda Constitución Europea de la Cristiandad (primera cristiana), promoviendo la pax christiana o Cristiandad.
ResponderEliminarEsta Constitución se contrapone a la primera Constitución Europea del Imperio Romano, cuyo espíritu se resume en los lemas "si vis pacem, para bellum" y "panem et circenses", con la antítesis del lema benedictino "pax" y "ora et labora"
Estos preceptos pueden ser practicados por los oblatos, los laicos que trabajan en el mundo, están casados con familia y siguen una Regla religiosa sin ser religiosos, una idea que también asumió San José María Escrivá de Balaguer en sus laicos integrados (solteros y casados; numerarios, agregados, supernumerarios).
La otra idea que incluyó en su obra fue el jesuita, sacerdote muy preparado (14 años de formación) tanto en teología como en una ciencia o disciplina concreta (sociología, derecho, psicología...).
Finalmente, sumó la tesis de la Regla de San Benito y sobre todo, la jurisdicción cuasi episcopal ejercida durante siglos por la abadesa del monasterio de Las Huelgas para que el Opus dei tuviera jurisdicción universal con una jefatura cuasi-episcopal
CAPÍTULO IV DE LA REGLA DE SAN BENITO
78 normas básicas de conducta
1. Amar a Dios y al prójimo: la base de todas las acciones es el amor a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas, y al prójimo como a uno mismo. Esto incluye no matar, no cometer adulterio, no robar, no codiciar, no dar falso testimonio, honrar a todos los hombres y no hacer a otros lo que no se quiere que le hagan a uno.
2. Castigar el cuerpo: negarse a sí mismo para seguir a Cristo, castigar el cuerpo, evitar los placeres y amar el ayuno.
3. Practicar la misericordia: socorrer a los pobres, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, enterrar a los muertos, ayudar al atribulado, consolar al afligido, mantenerse alejado de la conducta del mundo y no anteponer nada al amor de Cristo.
4. Amar a los enemigos: no dejarse llevar por la ira ni guardar resentimiento, ser sincero, no dar una paz fingida, persistir en la caridad, no jurar en falso, decir la verdad con el corazón y los labios, no devolver mal por mal, soportar el daño, amar a los enemigos, bendecir a los que maldicen y sufrir la persecución por la justicia.
5. No darse al regalo: evitar el orgullo, la bebida, la glotonería, la pereza, la murmuración y la calumnia.
6. Poner su esperanza en Dios: se debe poner la esperanza en Dios, atribuir a Dios cualquier bien que se vea en uno mismo y reconocer el mal propio, asumiendo la responsabilidad por ello.
7. Tener presente la muerte: el temor al día del juicio, el terror al infierno, el deseo de la vida eterna, tener presente la muerte, vigilar la propia conducta, estar consciente de la vigilancia de Dios, rechazar los malos pensamientos, evitar conversaciones malas, no hablar mucho, no hablar por hacer reír y no reír mucho ni estrepitosamente.
8. Darse a la oración: escuchar lecturas santas, frecuentar la oración, confesar pecados pasados con lágrimas y gemidos en la oración diaria y enmendarse de esos pecados.
9. Aborrecer la propia voluntad: no cumplir los deseos de la carne, aborrecer la propia voluntad, obedecer al abad en todo y no pretender ser santo antes de serlo de verdad.
10. Jamás desesperar de la misericordia de Dios: poner en práctica los preceptos de Dios diariamente, amar la castidad, no odiar, no ser celoso, no obrar por envidia, evitar discordias, huir de la arrogancia, venerar a los ancianos, amar a los jóvenes, orar por los enemigos, hacer las paces antes de acabar el día y nunca desesperar de la misericordia de Dios.
En la mañana del sábado día 22 , estaba haciendo turismo en Vic, vi la Iglesia de San Felipe Neri abierta, y cual fue mi sorpresa, grata por supuesto,que la Iglesia llena y el Sacerdote celebrando CARA A DIOS.
EliminarLa primera vez en mi vida que asisto en Vetus Ordóñez y me sentó muy bien.
Este diablillo llamado corrector ortográfico automático, regido y gobernado por duendes maliciosos, ha visto "Vetus Ordo", ha mirado el diccionario, ha visto que no está Ordo, ha observado cuál es la palabra más próxima, y ha dicho "eureka"... Ordóñez, toma ya, ahí va... Vetus Ordóñez, el viejo Ordóñez, el hijo del viejo Ordoño, o en vasco, el viejo Bravo... :)
EliminarAnónimo 21:25
EliminarGracias por su comentario. Nos ha obsequiado con una suave brisa y una sonrisa.
Laudetur Iesus Christus.
MT
Uno de los grandes problemas que ha tenido, y siempre tendrá la fe es que el hombre es un animal político. Y pocas cosas habrá más alejadas de la política que la obra de Dios.
ResponderEliminarA partir de esta constatación inevitable tienen que partir las generaciones y dar la mejor respuesta posible. A veces buena, otras no tan buena.
El artículo de hoy habla de dos de las mejores respuestas. Cada una en su momento. Pero 1928 nos resulta un tiempo ya lejano en el siglo. La respuesta de entonces empieza a quedar obsoleta. El problema es que no vemos en este tiempo que nos ha tocado vivir otra más adecuada. Sólo nos queda esperar confiar en el trabajo silencioso de Dios y de aquellos que lo buscan.
Cuanto $$$£££ necesito para ser SUPER-numerario del Opus Dei????
ResponderEliminarLo dicho, puro egoísmo y a Dios no creo que esté del lado de esa gente.
Por muchos títulos que tengas.
Pues además de reflejar tu ignorancia, prejuicios y juicios temerarios, escribiendo mentiras ¿te atreves encima a decir que "no crees que Dios esté al lado de esa gente"?. ¿Eres además de los que no se confiesan, ni cumplen los Diez Mandamientos? ¿Sabes lo que es el temor de Dios?¿Y vives tranquilo, sin pensar que puedes acabar en el infierno?
EliminarNo sé cuál es el propósito de este artículo, aunque supongo que por la frase que lo concluye: "Qué lejos nos queda el lema jesuita AMDG (Ad Maiorem Dei Gloriam) que imprimía carácter a toda su vida y a todas sus obras!" está criticando nada menos que al Opus Dei. Por ser sobremanera injusto, escribo aquí lo que es justo.
ResponderEliminarEn primer lugar, no soy de la Obra y por tanto, puedo opinar imparcial y objetivamente.
En segundo lugar, he frecuentado y frecuento iglesias y oratorios de la Obra (aunque para ello tenga que desviarme de mis rutas habituales, siempre que puedo). Lo hago:
En primer lugar y voy a empezar por lo más práctico, porque puedo arrodillarme en comulgatorio, en lugar de tener que hacerlo en el suelo, pisándome las faldas y alargando el cuello hasta el límite, cuando se tercia.
En segundo lugar y en un ambiente uniforme y normalizado de muchísimas personas e infinidad de jóvenes (a Dios gracias) con la misma sensibilidad que yo, recibo a Jesús Sacramentado en la boca, de manos de sacerdotes, sin tener que ser la nota discordante en una larga fila de gente que lo reciben en la mano, en su gran mayoría, porque suponen que eso es lo que toca. No les ponen comulgatorios, dicen, no sea que vayan a pensar que fuera obligatorio hacerlo de otra forma. Pero yo pregunto ¿y si lo piensan, qué? ¿pecan? ¿peca el sacerdote?. Pues a semejante absurdo y tomadura de pelo hemos llegado.
En tercer lugar, punto importantísimo, porque allí siempre hay y encuentro sacerdotes en los confesionarios. En efecto, el Opus Dei cuida que se pueda comulgar en gracia de Dios. El que no valore este punto, sus palabras le retratan, pero lo grave es que ni se da cuenta ni se avergüenza. Lo que demuestra hasta qué punto hemos llegado en la Iglesia hoy.
El cuarto aspecto, estrechamente vinculado con todo lo anterior, es que el Opus Dei todavía pone en valor la PUREZA, clave de bóveda de nuestra fe, porque servimos al SANTO DE LOS SANTOS y la tenemos expresada y exaltada en la INMACULADA CONCEPCIÓN, dogma que lamentablemente está oscurecido en la mente de tantos católicos, para los que no significa absolutamente nada. La pureza se respira y palpa en los ambientes del Opus Dei.
Finalmente, sus sacerdotes son humildes, sencillos, muy trabajadores, hablan con gran caridad y mueven a ella y SON FIELES AL PAPA, en las formas y en el fondo, de corazón, como manda la obediencia bien entendida. El bien que esto procura a las almas sólo puede ser justamente valorado cuando uno se topa con lo contrario. En mi Parroquia, sin ir más lejos, tenemos a un sembrador de cizaña, que alardea de "independiente" y por lo bajinis -no sea que le cesen, pues antes utilizaba "altavoces"-, está difamando y deslegitimando al Papa, creyendo que hace un bien a la Iglesia. Advertido, no atiende a razones y campa por sus anchas desde hace meses y meses.
Finalmente, pues, doy infinitas gracias al Opus Dei y a Dios porque nos lo conserva. Y creo que, después de todo lo que he dicho, puedo afirmar que ellos sí cumplen el lema de San Ignacio (Ad Maiorem Dei Gloriam), el cual sí imprime carácter a toda su vida y a todas sus obras.
¿Fieles a Bergoglio ? Mal asunto
EliminarEn efecto,diariamente se oficia una misa preciosa en un templo bellísimo en el oratorio de San Felipe Neri de Vic, también gracias a mossèn Jaume Sugranyes
ResponderEliminar17/39, gracias por su información.
EliminarFue una celebración dignísima!!!
El problema no son las "doctrinas totalmente corrosivas que se están imponiendo a los ciudadanos desde el poder público", para destruir la familia. El problema son los muchísimos malos católicos que, desde hace cinco o seis décadas, se han apuntado al carro de los divorcios y a la dejación de la educación verdaderamente cristiana de los hijos, pretendiendo que llegaran muy lejos y prosperaran sin preocuparse, en muchos casos, ni de que cumplieran el precepto dominical, ni respetaran el descanso dominical, ni la castidad, entre otras cosas. Porque los mismos padres han antepuesto sus pasiones y caprichos al deber y al cumplimiento de los Mandamientos de la Ley de Dios. Esto es lo que explica lo que ofrecen la gran mayoría de los partidos políticos y que salgan elegidos. Lo que luego legislan es totalmente coherente con el caldo de cultivo que propició su llegada al poder. El mal llama al mal en una espiral que sólo tiene sentido descendente y hemos tenido que tocar fondo para que ahora se lleven las manos a la cabeza. ¿Y ahora es la Iglesia, que han despreciado y manipulado a su antojo, alardeando de católicos modernos, la que debe reaccionar con fuerza y determinación para no ser engullida?. Hipócritas. Ahora lo que toca es que paguemos todos las consecuencias de los pecados en que nos hemos sumido varias generaciones. ¿O se atreveran algunos, todavía, a pedirle cuentas a Dios de las consecuencias de su infidelidad a las promesas del Santo Bautismo?.
ResponderEliminarUno de los regalos de Dios a su Iglesia ha sido la aparición de los nuevos movimientos. El Opus Dei, el Camino Catecumenal, etcétera son un reservorio de fe y evangelización que, por mucho que se empeñe en Santa Marta, no cesará de aportar frutos de santidad. Ni sé si la pérdida de prelatura personal ha afectado a los seguidores de monseñor Escrivá. Lo que sí sé es que cualquier laico de la Obra le da sopas con onda de teología a Tucho y a su jefe. El rencor de los jesuitas contra la Obra parece haber llegado al ápice de la Iglesia. En alguna ocasión he recordado las maniobras de los jesuitas de sant Cugat contra la canonización de Escrivá, uno de los capítulos más viles de la historia de la facultad de teología de san Paciano.
ResponderEliminarConozco a muchos miembros de la Obra. Son un ejemplo para todos. Dios los bendiga. Que haya ovejas negras, deserciones, separatistas catalanes, todo ello entra en la flaqueza humana, como cualquier otro grupo, religioso o no. Pero la fuerza de la Obra es un bien que deberíamos preservar. Y su reconocimiento.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarEl único fallo o error de la Obra es no defender a los monjes del Valle de los Caídos y todo lo que representa.
Fatal por ellos y por otros desagradecidos a su Salvador.
Estoy cerca de jubilarme en el gremio de la limpieza de calles de Barna.
ResponderEliminarUna pregunta: me aceptarían como numerario del Opus con semejante currículum?
Que conste que siempre he sido de Misa diaria y me sé la Biblia de pe a pa
Muchas gracias.
Pues seguro que sí, si usted siente el llamado. Hable con un sacerdote de la Obra y le ayudará a discernir. Todos los trabajos son dignos y necesarios y así lo sienten en la Obra. Puede dirigirse a Santa Maria de Montealegre, o al Oratorio de la Bonaigua y allí encontrará siempre sacerdotes. Tienen también varias Misas diarias.
EliminarNo hay para tanto…y si fueras de la obra, te darías cuenta dismuladamente que a este Papa nunca lo han podido ver. Menos ahora, que la ha degradado y rebajado canónicamente y los ha puesto a la altura de cualquier y vulgar institución eclesiastica,
ResponderEliminarAmen 🙏🙏🙏
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