En efecto, está claro que en la Iglesia es cada vez más ajustada a la realidad la expresión de “No hay derecho”. Algo que avanza también a pasos agigantados en nuestros países que hacen bandera de la democracia, es decir del “Estado de Derecho”. Hoy estamos ante un nuevo Juicio cadavérico, repitiendo los peores momentos de nuestra historia.
No tenía intención de entrar al trapo en las acusaciones contra el difunto padre Mariné, avaladas por el difunto mosén Muñoz. Pero me obliga a ello justamente el artículo aquí publicado el pasado viernes, firmado por Marcos Vera. Este horrendo sainete parece una repetición del Concilio cadavérico llamado también Juicio del cadáver (897-904) Con la diferencia de que este juicio lo celebra la Iglesia no con uno, sino con dos cadáveres.
En primer lugar, yo que me doy golpes de pecho quia peccavi nimis cogitatione verbo et ópere, con plena conciencia de lo que digo; yo que, como cualquier mortal he pecado nimis, demasiado, y mis pecados inconfesables los he cometido in abscóndito, yo que confío en el poder divino de la Iglesia de perdonar los pecados, no seré quien se permita juzgar si mosén Mariné pecó o no pecó. De lo que pecásemos tanto él como yo, Dios se ha hecho cargo a través del sanador sacramento de la confesión y el perdón. ¿Quién soy yo para juzgar lo que hay entre el hombre y Dios? No voy a ser yo quien me meta en esos berenjenales. Más aún, de acuerdo con aquello de que todo santo tiene un pasado, y todo pecador un futuro, considero que no es esa la cuestión. No me interesa en absoluto si mosén Mariné o el mismo papa (no faltan acusaciones gravísimas contra él) fueron pecadores: no es el caso. Ahí tenemos a san Agustín, eximio doctor de la Iglesia.
El tema no es el pecado (que las cuentas hay que pasarlas con Dios), sino el juicio. No el juicio de Dios, sino el juicio de la Iglesia. Y ahí es donde nos rompemos los dientes con un hueso muy duro. Declaro, de entrada, que me parece una tremenda osadía por parte de la Iglesia, ‘juzgar’ (me diréis que no penalmente, sino moralmente) a un difunto recurriendo al testimonio de otro difunto. Puro esperpento, auténtica burla del derecho de cualquier clase, ludibrio del Derecho Canónico y de los “órganos judiciales” de la Iglesia. Instigados, no lo perdamos de vista, por El País, el gran acusador de la Iglesia, sin el menor rigor informativo y sin pizca de deontología profesional. Se cubre de gloria y le condecoran con multitud de medallas que devengan cuantiosos ingresos, por llenar a la Iglesia de estiércol, convirtiéndola en el chivo expiatorio de todos los males de la sociedad. Con tan grandes estímulos, se entienden tan grandes afanes.
No tengo ningún interés por encubrir o soslayar los abusos cometidos por sacerdotes, porque considero que sus pecados son humanos (y se convierten en inhumanos cuando se llega a la organización de pecado para perpetuarlo). Ningún interés por ocultarlos o por “explicarlos”. Ninguno. Precisamente lo que echo severamente en falta es el castigo por parte de la Iglesia, es decir de los obispos y finalmente del papa. Si la mecánica del delito=castigo hubiese funcionado con normalidad, no hubiésemos llegado hasta donde hemos llegado. No hubiese avanzado la gangrena. Pero la jerarquía (enorme ejército de jerarcas) no cumplió con su sagrada obligación, ni tiene pinta ahora de que su intención en adelante sea cumplirla. Es ahí donde está la parte monstruosa del delito. Si hubiesen cumplido con su deber, no estaríamos donde estamos.
¿Y cuál es hoy la respuesta de esa jerarquía, desde lo más alto hasta abajo de todo? Es una sobreactuación que raya en lo ridículo, para tapar su responsabilidad, para hacerse perdonar sus culpas, para que quede bien claro que “por mí no ha sido”, y que tampoco he sido yo. Todo aderezado con una enorme exhibición de su afán justiciero, para que no le quepa a nadie la menor duda de que ellos no tienen nada que ver en la crisis que han desatado esos abusos en la Iglesia. Que eso es obra de curas desalmados que no se han detenido ante nada. Ahí tenemos, en nuestros lares, la ridícula actuación de Omella cuando era presidente de la CEE, encargando esa especie de auditoría moral al bufete Cremades-Calvo Sotelo. ¡Menuda ridiculez, y menuda estafa! El Defensor del Pueblo, que además lo hizo gratis, fue mucho más ecuánime con la Iglesia. Y junto a eso está la abundancia de casos vivos actuales, perfectamente conocidos por la jerarquía, en los que ésta sigue sin querer enterarse y sin actuar. ¿A qué viene, pues, tanta gesticulación? En Barcelona mismo tenemos el escandalazo de la Casa de Santiago, con tremendas repercusiones, en el que toda la secuencia de obispos, hasta el actual, han ejercido la ocultación y el silencio.
Y con todo ese panorama, ¿lo que hace la diócesis de Barcelona, bajo la responsabilidad de su arzobispo, es prestarse diligentes a juzgar a un muerto, y lo que es más grave, dar por juzgado el asunto conforme a derecho, y declarar culpable al difunto? Oiga, que a raíz de la escandalera del Juicio cadavérico o Concilio del cadáver, hace ya más de mil años, la Iglesia prohibió toda acusación en tribunales sobre una persona muerta. ¿Cómo es posible hacerle un juicio si no es partiendo da la presunción de culpabilidad, puesto que carece de posibilidad de defenderse? ¿Cómo se ha prestado el obispado de Barcelona a culminar ese juicio infame? ¿Tenía alguna noción de derecho el “jurista” que cometió tal infamia?
Claro que el sistema judicial garantista de todo Estado de Derecho (para evitar la condena del inocente) pone muy difícil la declaración de “culpable” en miles de casos en que existe la certeza moral del delito; con lo que quedan impunes miles de delitos porque no hay manera de convertir esa certeza moral en certeza judicial. ¿Y qué viene haciendo la Iglesia ante este conflicto? ¡Saltarse el Derecho!, con el riesgo evidente de condenar a inocentes. Pero eso no le importa. ¿Y si mosén Mariné al que han juzgado tan chapuceramente, sin defensa, sin garantía alguna, fuese inocente? Y eso, ¿qué más les da? Les trae totalmente sin cuidado.
¿Y es el motor de esa decisión castigar a los culpables y sanear la moralidad del clero? Pues no, aunque nos cueste creerlo, no es ése el motivo, sino satisfacer los deseos de los acusadores, que se sienten profundamente satisfechos con este nuevo mal de la Iglesia: un mal con profundas repercusiones, sobre todo de cara a la fiabilidad de la justicia de la Iglesia con respecto a sus miembros. ¿Quién va a querer incorporarse a sus filas en esas condiciones?
Me duele todo lo que daña a la Iglesia. Los abusos han dañado a la Iglesia. El silencio y la irresponsabilidad de los obispos han ahondado aún más ese daño; y su respuesta a las acusaciones generalizadas, en lugar de enmendar ese daño, siguen profundizando en él. Ya sólo nos faltaba el esperpento de la “celebración” de ese juicio sumarísimo contra un difunto, para el que se recabó el testimonio de otro difunto total a efectos testimoniales, y difunto efectivo al cabo de pocos meses. ¿Cómo no va a dolerle todo eso al que se esmera por ser un buen cristiano?
Y por si faltaba algo, ahí está el aliciente económico con que la Iglesia premia a los denunciantes, un estímulo más para las denuncias: indemnizaciones nada desdeñables (justísimas si queda probado el delito judicialmente) con las que de paso que se arregla el denunciante, se castiga económicamente a la Iglesia. Lo más grave es que la Iglesia también se siente “justificada” con esas actuaciones (en esa línea está el juicio universal contra la Iglesia española encargado por Omella a un prestigioso bufete de abogados), llevándolas al extremo indigno de cerrar de manera chapucera un juicio contra un sacerdote difunto con un solo acusador, frente a numerosos exculpadores (a los que se negó a escuchar el tribunal eclesiástico), cuando la naturaleza de estos delitos es que no se detengan en una sola víctima. No, no, no. ¡No hay derecho!
Virtelius Temerarius
Dirán algunos que la verdad es la verdad, la cuente Agamenón o su porquero. Y dan por supuesto que lo que se escribe en El País es cierto. Sabido es, para quienes quieran saberlo, que en España hay dos periódicos intrínsecamente anticristianos, La Vanguardia en Barcelona y El País en Madrid. Curiosamente en ellos escriben, sabiendo dónde lo hacen, personalidades de cierta relevancia en el mundo eclesiástico, o de los entornos de la Iglesia. Irritante, más que escandalosa, era la estrecha colaboración del obispo Alberto Iniesta y el jesuita Martín Patino con El País. A Iniesta le tomó la medida Juan Pablo II. En La Vanguardia es frecuente ver la firma de clérigos, jesuitas por lo común, que atacan con especial saña, la que se envuelve en mensajes seudoevangélicos, la doctrina moral, iusnaturalista, de la Iglesia.
ResponderEliminarAntaño sobresalía por su rudeza barriobajera El Periódico de Cataluña, pero hace tiempo que éste, desde que dependió de Prensa Ibérica, se le cortaron las uñas.
Hace un par de días La Vanguardia, donde se asoma Omella, atacaba a Georgia Meloni porque había logrado eliminar el reconocimiento del aborto como derecho en la reunión G7. Ni una palabra de los jesuitas que firman sus "cartas" en el periódico del Conde Godó, quejándose del juicio impúdico de la periodista.
El Pais y La Vanguardia son los dos periódicos sanchistas, es decir, defensores en lo político de la ruptura de España y carentes de ética en un código deontológico.
A los periódicos hay que leerlos en su trayectoria para conocer los hilos que mueven su sectarismo. Omella, Planellas y tantos responsables más ignoran la vinculación del periódico sanchista por antonomasia con la defensa socialista de la degradación de la familia, la moral desde su comienzo, en 1976. Muy pronto comenzaron a ridiculizar la Iglesia en sus artículos de opinión, escritos con trazos gruesos (infalibilidad, sacramento de la Eucaristía, Virginidad de María, etcétera). Esa misma senda fue seguida cuando el Conde necesitó el dinero del socialismo y puso, a instancias del ministro Serra, vicepresidente con González, a Juan Tapia como director. Ha sido una labor conjunta de varios decenios de constantes ataques al Iglesia, pero no a la manera de La Traca, de triste memoria, sino más sutil, envuelto en la pluma pornográfico de eclesiásticos relevantes.
Pero ahí tenemos a Omella, sus cuentecicos y sus bendiciones a Illa, comprometiendo al propio Pontífice, humillando a tantos católicos que sufren día sí y dia también la incultura oceánica de sus prestes y obispos. Qué vergüenza, Omella, presentando un libro exaltador de una figura tan perseguidora de la Iglesia como Fernando de los Ríos. Si al menos preguntaran...
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarEsos prestes y mitrados son unos vendidos al poder establecido.
Ya se vio con el tema de las profanaciones del Caudillo y José Antonio en el Valle de los Caídos.
Y hasta que no vuelen la Cruz, no paran.
Eso sí, con el beneplácito de los traidores con ropajes indignos.
Eso de que el Cretense atacase a la Meloni por estar en contra del aborto es muy fuerte.
EliminarEs satánico!
Me gusta lo que dice porque es cierto. Ese diario, La Vanguardia, entrevistó a Sánchez y no le preguntó por sus familiares imputados (su hermano y su esposa) y de diversos colaboradores (Tito Berni, Koldo, mascarillas que afecta a Illa...). Eso no es un diario, eso no es prensa, eso es agitación y propaganda.
EliminarHace ya bastantes años cuando todavía no existía la Internet recuerdo un artículo en la Vanguardia en el que el cardenal Carles exhortaba a los fieles católicos que no aplazaran el tiempo para acudir a confesarse puesto que existía este peligro espiritual del abandono de la confesión frecuente y era perjudicial para las almas. Pero a dos páginas de distancia ojeando el diario aparecía en todo su esplendor el aparador putero con su infinidad de citas. Para colmo de anticristiano este aparador putero de aquel tiempo (no se si ahora sigue saliendo) y el cardenal Carles anunciando la confesión frecuente en LV, más surrealista imposible. ¿¿Es que la Iglesia debe arrodillarse delante de la prensa para que le dejen publicar cosas??. Ha tenido el Cataluña Cristiana, tiene de siempre el Full semanal. Actualmente me centro en el Full de Octavi Vilá obispo y veo que sigue con la misma línea de sus obispos predecesores de impartir catequesis para niños en su carta dominical. El obispo Pardo al menos en alguna carta escribió algo de polémica moderna, ni más ni menos se atrevió haciendo un estudio del Transhumanismo. ¡¡Olé por el obispo Pardo!!, por alguna vez ascendió en doctrina para los listos de turno, no cómo generalmente en el Fulll que ponen doctrina para párvulos.
EliminarLo de omella con Fernando de los Ríos lo comparo al traidor de Aznar, ahora sin bigote, alabando a Azaña, responsable de la quema de Iglesias en la siniestra II Republica.
EliminarComo se nota que Mn Marine era de su cuerda, como lo defienden. Lastima que no lo hagan defendiendo la presuncion de inocencia de otros sacerdotes
ResponderEliminarUno puede defender con todas sus fuerzas al que conoció muy bien. Y, naturalmente, conoces mejor al que comparte tus ideas e ideales que al que no los comparte.
EliminarEs posible que este último sea objeto de falsa acusación. Nadie lo niega. Pero no le conoces lo suficiente como para alzar la voz, cosa que sí puedes hacer con el otro. Pones la mano en el fuego cuando tienes alguna garantía de no quemarte. Quizás tampoco te quemes defendiendo al otro, pero la falta de conocimiento no te da la seguridad necesaria.
Uno no es omnisapiente, sólo Dios lo es. Así que proteges antes al amigo que al colega, al hermano que al primo, al compañero que al vecino... Porque la sencilla razón que lo conoces mejor y te consta que nunca haría aquello de que lo acusan.
Luego está lo otro: demasiada gente se olvida hoy en día del "de mortui nihil nisi bonum"; para muchos cuando alguien muere, ese individuo ya no sirve, ha perdido el poder, ha perdido el carisma y por tanto no hace falta respetarle. Cosa que dice muy poco de bueno de esos muchos. Pero esa es otra historia.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Don Silver Garrell.
EliminarDe la a a la z!!!
Que vergüenza.
ResponderEliminarQue el panfleto de el país tire estiércol 💩 contra la iglesia está en su ADN, pero que la Mitra le siga el juego, ésto es diabólico.
Bueno, con la pinta de sepulturero que tiene nuestro Cardenal a nadie le ha de extrañar que haya adquirido el vicio de profanar el camposanto con juicios de ultratumba, igual aquel humo de antaño que entró por las rendijas le ha embaucado con susurros a través de sus eminentes pabellones auditivos.
ResponderEliminarPero claro, también hay una explicación menos sensata para que se le haya traspapelado este asunto mientras deja en barbecho otros que afectan a los vivos. Aunque vaya tontería pensar que desfigurando la trayectoria de unos sacerdotes se puede menoscabar su legado, más cuando esto de mantener las tradiciones de nuestros predecesores no le interesa a nadie, completamente inoportuno y disparatado atribuir a su excelencia que se haya propuesto aplicar una especie de ley posconciliar de memoria histórica para rescribir el pasado, menudo delirio, con lo bien que va todo desde que los curas se han dejado de latinajos.
Y si si, siempre hay margen de error y todos tenemos pecados que solo se pueden confesar bajo secreto, el asunto es cuando el margen de decisión se estrecha a causa de inercias perversas que dibujan por si mismas las tendencias de cada uno, aquí hacer caer la ficha de mn Mariné con el índice de mn Muñoz desata un serpentín que acomoda a las mayorías sin que nadie se ensucie ni un dedo, aunque sea crucificando a muertos en estado de descomposición, haciendo de la abominación escarmiento mientras se ajustan cuentas con la prole del fallecido y se maldice el orden de sucesión.
Habrá que decirle a Omella aquello de: "los muertos que vos matais, gozan de buena salud".
EliminarDespués de leer la semana pasada a Marcos Vera y hoy a Virtelius Temerarius, me embarga un sentimiento de horror, de asco y de indignación. Me pareció infame y chapucero el comunicado del arzobispado y no entiendo qué más cosas tienen que pasar para que los católicos reaccionemos ante tanta iniquidad. Si los sacerdotes no se atreven por miedo a las represalias, tendremos que reaccionar los fieles. Hay que informar al organismo que corresponda de Roma, y si es necesario se contrata un buen abogado y se recurre ante quien haya que recurrir. Si tenemos voluntad de defendernos ya saldrán los medios. No puede ser que Omella, Bueno y sus adláteres de la curia vayan actuando sin ajustarse al derecho y teniendo como única referencia su conveniencia en algunos casos y su soberana voluntad en todo. ¡Qué pena me dan los jóvenes que hoy han recibido el diaconado en la Sagrada Familia! ¡Menudo futuro les espera!
ResponderEliminarEl bueno ese, de bueno no tiene nada .
EliminarCree el ladrón que todos son de su condición!!!
El problema no es el castigo eclesiástico que se han pasado por el forro en multitud de casos. El problema es que todo lo tocante a la pederastia es "delito penal" Señores... Y el ocultamiento ante la justicia civil también es delito... Ni Jubany ni Perdigó pagaron por ello por el gran poder que tuvo la Iglesia Católica... Ahora me inventaré yo una secta con tribunal propio y si los líderes hacen maldades, no pasa nada pues sólo nuestro tribunal juzga... Si a mi me da la gana
ResponderEliminarLa Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, permite proteger estos derechos humanos a los difuntos a través de unos legitimados, que suelen ser familiares próximos y también a aquél a quien el difunto designe en testamento.
ResponderEliminarSi no hubiera, puede proteger el honor y la imagen el Ministerio Fiscal (art. 4.3), durante los próximos 80 años a la muerte del interesado.
Lo importante es obtener el expediente disciplinario o judicial canónico de que se trate, al menos saber quién lo tramita, e interponer algún familiar o el Ministerio Fiscal a instancia de cualquiera, una demanda civil de indemnización por daños y perjuicios al honor e imagen, debido a que no se han vulnerado el derecho humano al honor e imagen de un sacerdote al haber un perjuicio derivado de la instrucción de un procedimiento canónico que ha violado algún derecho humano procesal: presunción de inocencia, derecho de defensa, valoración de prueba testifical...
Advertir a todos los curas, diáconos, religiosos y laicos afectados que si el arzobispado viola uno, sólo uno de los derechos humanos procesales, el más pequeño de todos, en un juicio canónico o en un procedimiento administrativo sancionador eclesiástico, entonces es acreedor de una indemnización de daños y perjuicios al honor y la imagen, pues el juez canónico ha violado el derecho humano por partida doble: un o unos derechos humanos procesales básicos en un Estado de derecho y democrático, y la violación del derecho la honor y a la imagen, al condenarlo en público como un culpable sin juicio justo con garantías.
Eso va para las suspensiones a divinis y las multas que aparecen "de sorpresa"...
El juez diocesano puede y debe seguir las normas canónicas, pero su resultado debe de ajustarse directamente, de manera inexcusable, al derecho humano procesal: no hay citaciones o notificaciones o éstas son imperfectas, no hay abogado de oficio, recusación del juez, segundo juicio, apelación, justicia gratuita...
Si ello no es así, entonces su resultado (la sentencia condenatoria firme) debe de enfrentarse ante la jurisdicción civil de España...
Pero consulten con abogados...
Benedicto XVI hizo una carta donde explicó la génesis del desastre de abusos eclesiales y que ha eclosionado al máximo con Francisco. Habló de un año, 1968, y de su Revolución en París (Mayo del 68), que sólo la generación de los 1960 y 1970 lo puede entender por haberlo vivido, no así las actuales generaciones, y es necesario de conocer: un ciudadano sin cultura es un ciudadano indefenso.
ResponderEliminarEso será interesante para las nuevas generaciones que para nada vivieron en persona los 1960-1970, pero lo que dice Benedicto XVI es muy poco y muy incompleto, sólo el 0,1% de la basura sexual que ha generado Europa desde Mayo del 68 y luego en los EEUU en California, y que aún dura hoy, 2024, y que afectó de pleno aquí en España a partir de 1977 con la transición. Pero lo que dice para la Iglesia es perfecto.
La pedofilia comunitaria, social, cultural, nació con la Revolución de 1968 (Mayo del 68) en París, y esto puede verse, en parte, aquí:
lemonde.fr/idees/article/2020/02/28/les-annees-1970-1980-age-d-or-de-l-apologie-de-la-pedophilie_6031113_3232.html
"sur l’après-Mai 68 est titrée «Apologie de la pédophilie». «Ces années furent “l’âge d’or” de l’offensive en faveur de la défense des pédophiles», constate Jean-Hugues Déchaux, professeur à l’université Lumière-Lyon-II."
Carta de Benedicto XVI
Parte I
Benedicto XVI expone el amplio contexto del asunto, sin el cual el problema no se puede entender. En la década de 1960 ocurrió un gran evento, en una escala sin precedentes en la historia, donde en los 20 años entre 1960 y 1980, los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad colapsaron completamente en Europa y la Iglesia europea-norteamericana, y surgió una completa nueva normalidad contraria a la Tradición católica.
Capítulo 1
1. En Alemania, la entonces ministra de salud, Käte Strobel, tenía una cinta en la que todo lo que antes no se permitía enseñar públicamente, incluidas las relaciones sexuales, se mostraba ahora con el propósito de educar.
2. Efectos similares se lograron con el «Sexkoffer» publicado por el gobierno de Austria. "Sexkoffer" se refiere a un kit educativo utilizado en la enseñanza de la educación sexual en escuelas y jardines de infancia en Suiza y Austria. Este kit contiene materiales didácticos como modelos anatómicos, folletos informativos y otros recursos visuales y táctiles diseñados para ayudar a los niños y adolescentes a entender mejor el cuerpo humano, la sexualidad y temas relacionados con la salud sexual.
3. Las películas pornográficas y con contenido sexual se convirtieron en algo común, hasta el punto que se transmitían en pequeños cines (Bahnhofskinos).
4. Recuerdó haber llegado a la ciudad el Viernes Santo de 1970 y ver en las vallas publicitarias un gran afiche de dos personas completamente desnudas y abrazadas.
5. Entre las libertades por las que la Revolución de 1968 peleó estaba la libertad sexual total, una que ya no tuviera normas.
6. La Revolución de 1968 defendió la libertad sexual sin restricciones, vinculada a una violencia social que impactó la vida diaria y la educación, que caracterizó esos años, está fuertemente relacionada con este colapso mental.
7. Las cintas sexuales ya no se permitían en los aviones porque podían generar violencia en la pequeña comunidad de pasajeros.
8. Parte de la fisionomía de la Revolución del 68 fue que la pedofilia también se diagnosticó como permitida y apropiada.
9. Para los jóvenes en la Iglesia, esto fue en muchas formas un tiempo muy difícil.
10. El extenso colapso de las siguientes generaciones de sacerdotes en aquellos años y el gran número de laicizaciones fueron una consecuencia de todos estos desarrollos.
Capítulo 2
ResponderEliminar1. La teología moral católica sufrió un colapso que dejó a la Iglesia indefensa ante los cambios sociales de la década de 1960.
2. Hasta el Concilio Vaticano II, la teología moral católica se basaba en la ley natural y las Escrituras se citaban para contexto o justificación.
3. Durante el Concilio, se abandonó la ley natural y se pidió una moralidad basada enteramente en la Biblia, lo que resultó problemático.
4. La hipótesis de que la moralidad debía determinarse por los propósitos de la acción humana prevaleció, eliminando la noción de un bien absoluto.
5. La crisis de la moralidad católica se agudizó en las décadas de 1980 y 1990, con la "Declaración de Colonia" criticando al magisterio episcopal.
6. El Papa Juan Pablo II, conociendo la crisis, encargó la encíclica "Veritatis splendor" en 1993 para aclarar la moralidad católica.
7. Franz Böckle, un teólogo moral, se opuso a la encíclica pero murió antes de poder refutarla.
8. La encíclica determinó que existen acciones que nunca pueden ser buenas, subrayando la importancia de ciertos valores absolutos.
9. La moralidad cristiana implica la posibilidad del martirio, una vida basada en la verdad de Dios.
10. La autoridad de la Iglesia en asuntos de moralidad se cuestionó, con algunos teólogos negando su competencia final en esta área.
11. La teología moral cristiana es única y no puede ser reducida a paralelos con otras religiones.
12. La doctrina moral de las Escrituras es única y se concreta en la imagen de Dios revelada en Jesucristo.
13. El cristianismo ha sido descrito como un "camino", una travesía y una forma de vida.
14. En la antigua Iglesia, el catecumenado protegía y practicaba la vida cristiana, algo que podría ser necesario hoy.
..........
Parte II
Se precisan los efectos de esta situación en la formación de los sacerdotes y en sus vidas.
Capítulo 1
1. El proceso de disolución del concepto cristiano de moralidad en la década de 1960 tuvo un efecto en los miembros de la Iglesia.
2. En los seminarios, hubo una descomposición significativa en la forma de preparación para el sacerdocio.
3. Se establecieron grupos homosexuales en varios seminarios, cambiando el clima en ellos.
4. En un seminario del sur de Alemania, los candidatos al sacerdocio vivían con especialistas pastorales, casados y a veces con sus familias, lo que afectaba la preparación vocacional.
5. La Santa Sede conocía estos problemas y acordó una visita apostólica a los seminarios en Estados Unidos.
6. El criterio de selección de obispos cambió después del Concilio Vaticano II, influyendo en la relación de los obispos con los seminarios.
7. En muchos lugares, las actitudes conciliares se interpretaron como una actitud crítica hacia la tradición, buscando una relación abierta con el mundo.
8. Un obispo, exrector de un seminario, hizo que los seminaristas vieran películas pornográficas para hacerlos resistentes a conductas contrarias a la fe.
9. Algunos obispos rechazaron completamente la tradición católica, buscando una nueva "catolicidad".
10. En varios seminarios, leer libros del autor era considerado inapropiado para el sacerdocio.
11. La primera visita apostólica no reveló nuevas pistas; una segunda visita obtuvo datos nuevos pero no logró resultados.
12. Desde la década de 1970, la situación en los seminarios ha mejorado en general, pero solo hubo casos aislados de fortalecimiento de vocaciones sacerdotales.
Capítulo 2
ResponderEliminar1. El problema de la pedofilia se volvió crítico en la segunda mitad de la década de 1980, especialmente en Estados Unidos, donde los obispos buscaron ayuda en Roma debido a la insuficiencia del nuevo Código de Derecho Canónico de 1983 para manejar estos casos.
2. Roma inicialmente tuvo dificultades para responder a las preocupaciones de los obispos estadounidenses, ya que se creía que la suspensión temporal del ministerio sacerdotal era suficiente.
3. La percepción de la ley penal estaba influenciada por el garantismo, que priorizaba la protección de los derechos del acusado, haciendo casi imposible la condena.
4. Jesús enfatiza la importancia de proteger la fe de los creyentes, indicando que no solo los derechos del acusado son importantes, sino también la protección de la fe.
5. Una ley canónica equilibrada debe garantizar tanto la protección del acusado como la protección de la fe.
6. La Congregación para el Clero originalmente se encargaba de los crímenes cometidos por sacerdotes, pero el garantismo predominante llevó a asignar estos casos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, permitiendo la imposición de la pena máxima de expulsión del estado clerical.
7. La severidad del castigo requiere una prueba clara de la ofensa, manteniendo aspectos del garantismo.
8. Para imponer la máxima pena legalmente, se necesita un proceso penal genuino, y la Santa Sede puede asumir el juicio si las diócesis no pueden hacerlo.
9. El Papa Francisco ha realizado reformas adicionales debido a las limitaciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe en manejar estos casos.
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Parte III
Se desarrollan algunas perspectivas para una adecuada respuesta por parte de la Iglesia.
Capítulo 1
1. La idea de crear una nueva Iglesia para resolver los problemas existentes ha sido intentada y ha fracasado; la solución está en la obediencia y el amor a Jesucristo.
2. La fe bíblica se puede resumir en que Dios ha iniciado una narrativa de amor con nosotros y quiere incluir a toda la creación en ella; el amor es la verdadera fuerza contra el mal.
3. La certeza de la existencia de Dios es el primer don de la fe, y sin Dios, el mundo carece de significado y moralidad.
4. Dios debe expresarse y hacerse conocido para que pueda determinar nuestra vida, lo cual ha hecho decisivamente a través del llamado a Abraham y encarnándose como hombre.
5. Una sociedad sin Dios pierde su medida, y aunque se proclama libre, en realidad pierde su propósito y capacidad de distinguir el bien del mal.
6. La pedofilia es un ejemplo de cómo la ausencia de Dios en la sociedad occidental ha llevado a la pérdida de la moralidad.
7. Los cristianos y sacerdotes también han evitado hablar de Dios, lo que ha contribuido a esta situación.
8. La Constitución alemana solía reconocer la responsabilidad ante Dios, pero medio siglo después, esto no fue posible en la Constitución europea.
9. La tarea primordial es volver a vivir por y bajo Dios, reconociéndolo como la base de nuestra vida y no como una preocupación privada de una minoría.
10. La teología debe presentar a Dios activamente en lugar de darlo por sentado, haciéndolo el centro de nuestros pensamientos, palabras y acciones.
Capítulo 2
ResponderEliminar1. Dios se hizo hombre, uniendo su historia con la nuestra, sufriendo y muriendo por nosotros. Este acto se discute en la teología, pero corremos el riesgo de convertirnos en meros maestros de fe en vez de ser transformados por ella.
2. El Concilio Vaticano II centró la Eucaristía como el sacramento de la presencia de Cristo en la vida cristiana, y aunque esto ha sido en parte logrado, prevalece una actitud que destruye la grandeza del Misterio.
3. La baja participación en la Eucaristía dominical muestra una falta de apreciación por la presencia real de Cristo, y la comunión se ha convertido en un gesto ceremonial rutinario.
4. En vez de crear una nueva Iglesia, necesitamos renovar la fe en la realidad de la presencia de Jesucristo en el Santísimo Sacramento.
5. Conversaciones con víctimas de pedofilia subrayan la necesidad de entender la grandeza del sufrimiento y sacrificio de Cristo y proteger la Eucaristía del abuso.
Capítulo 3
1. Romano Guardini, hace casi 100 años, expresaba la esperanza de que la Iglesia despertaba en las almas, siendo percibida como algo presente en el corazón de la gente.
2. Hoy, la Iglesia es vista principalmente como un aparato político, incluso por obispos, y la crisis de abusos la hace parecer inaceptable.
3. Jesús comparó la Iglesia a una red de pesca donde Dios separa los buenos peces de los malos, y un campo donde el buen grano crece junto a la mala hierba.
4. El demonio es el acusador que intenta demostrar que no hay gente justa, como se ve en la historia de Job.
5. El desaliento de la creación es un menosprecio de Dios, y hoy la acusación contra Dios es un menosprecio de Su Iglesia.
6. La idea de una Iglesia mejor, hecha por nosotros mismos, es una propuesta del demonio para alejarnos de Dios.
7. La Iglesia de Dios existe hoy, con muchos creyentes humildes que son testigos de Dios.
8. Jesucristo es el primer mártir y testigo de Dios, seguido por muchos otros.
9. La Iglesia de hoy es una Iglesia de mártires, testigos del Dios viviente, y debemos reconocerlos y establecer hábitats de fe.
CARTA DE BENEDICTO XVI
infovaticana.com/2019/04/11/benedicto-xvi-rompe-su-silencio-y-relaciona-la-crisis-de-abusos-con-el-mayo-del-68/
El despropósito más grande de Omella es encargar a un bufete con prestigio llamado Cremades & Calvo Sotelo un informe sobre los abusos, pagar la CEE un pastón, y después él mismo que lo encargo, lo desprestigia.
ResponderEliminarA él solo le importa el G9, y el Dicasterio de los Obispos, menos mal que ahora ya quedo liberado de la CEE.
Los pobres Vilanova y Abadías a trabajar, y él a Roma, ayer tarde tuvimos una muestra en la Sagrada Família.
Y ahora a esperar julio y/o agosto para los nombramientos,...
Con tanto viaje es imposible que salgan a finales de junio como salián antes de Omella.
Esperemos que no salgan más escandalos que perjudican el prestigio de los buenos sacerdotes que los hay, y desaniman a muchos fieles laicos.
Yo, en mi vida, he visto buscar a un abogado para ir en contra de quién le paga.
EliminarPero claro , como paga la conferencia episcopal....
Sería muy diferente si lo pagase omella de su bolsillo.
X TANTOS, jajaja.
No suelo intervenir en este blog, e ignoro si será publicado mi comentario. Las informaciones de "El país" han llevado a muchos medios eclesiales a intentar desmontarlas y a muchos particulares a criticar a ese periódico. No sé si las informaciones serán todas ciertas o no, pero me gustaría preguntar, si me lo permiten los responsables, qué se puede hacer cuando alguien denuncia un abuso o una agresión en el seno de la Iglesia. Lo fácil es decir que todo es mentira, pero es obvio que no es así; ¿o acaso este sacerdote de origen español y catalán mintió también en su confesión?
ResponderEliminarhttps://www.google.com/amp/s/www.religiondigital.org/america/Diario-pederasta-Julio-Pais-bolivia-jesuitas-roma_0_2679931985.amp.html
¿Qué se debe hacer según ustedes? Aunque muchas presuntas víctimas puedan tener motivos espurios, es obvio que otras no mienten. Algo debe hacer la Iglesia al respecto, parece que cuando se sacan estos temas sea para cargar contra la Iglesia, y hay gente de buena voluntad que espera una respuesta de la Iglesia y que se haga algo por las víctimas reales, que las hay. Si, según ustedes, la actitud del arzobispado de Barcelo na no ha sido correcta y se ha difamado a un sacerdote, José Mariné, con acusaciones que podrían ser falsas, cosa que les concedo pues no conocí a ese sacerdote, ¿qué se puede hacer cuando salen abusos y agresiones reales?
Gracias.
Señor anónimo de las 17:02, creo que no está entendiendo usted cuál es la cuestión. Los sacerdotes abusadores son responsables de sus abusos; y sus respectivos obispos son responsables de enterarse de lo que pasa en su diócesis y actuar.
EliminarLo que aquí discutimos no es la conducta de los sacerdotes, cuyos abusos son siempre condenables, se llamen estos sacerdotes como se llamen. El tremendísimo escándalo y el irreparable mal a la Iglesia es que al obispo no le dé la gana de actuar cuando toca. Cuando toca, en caliente, cuando aún están a tiempo de evitar que un fuego se convierta en un incendio. Los sacerdotes (también hay obispos, también, y cardenales) son responsables del fuego. Los obispos, de no apagar el fuego a tiempo y dejar que se convierta en un incendio.
¿De qué sirve la memez de encargar la investigación de los abusos de los sacerdotes a un bufete de abogados? ¿Qué es esa memez? Lo que hay que hacer es apretarles las clavijas a los obispos para que cumplan con su deber de vigilar, de escuchar, de actuar a tiempo, antes de que el fuego se convierta en incendio.
Pero lo que es el colmo es que el obispado de Barcelona, tan sospechosamente celoso en ocultar, por ejemplo, lo de la Casa de Santiago (¡por no tocar a algunos intocables!), van y se marcan un gran tanto persiguiendo de una forma chapucera a un sacerdote que murió hace 10 años. ¿Para resolver qué? Para hacer ver que hacen, cuando ni han hecho ni hacen nada cuando era el momento. Sacan pecho con un muerto (que, a priori, goza en el obispado de la presunción de culpabilidad) y de los vivos que tienen causando escándalo ¡hasta en la curia!, no tienen nada que decir.
Con un agravante, y es que si fuese cierta la culpabilidad del muerto, pondría de manifiesto la recalcitrante negligencia de los obispos en cuyas manos estuvo vigilar y corregir. Pero para esta gentuza, esa responsabilidad no existe. Aquí, los únicos que se están cargando la Iglesia son los curas; y los obispos están libres de toda responsabilidad y toda culpa.
Amigo, estoy segurísimo de que las acusaciones ciertas son la inmensa mayoría. Pero eso no nos ha de llevar a que por no dejar sin castigo a los culpables, castiguemos también a los inocentes (que haberlos, haylos; y coincido con la corriente dominante en GG, de que mosén Mariné tiene toda la pinta de ser uno de esos inocentes). La cuestión es que en el supuesto de que mosén Mariné fuese culpable, el hecho de que el obispado descubra y declare su culpabilidad a los 10 años de haber muerto, es la mayor acusación de la negligencia criminal de este obispado. Si vigilasen (incluso a mosén Mariné, claro está) y actuasen a tiempo, no le hubiesen dado a este sacerdote la oportunidad de seguir pecando, y no se vería la Iglesia donde se ve. Claro que hay que vigilar, y perseguir, y castigar: pero en caliente, a tiempo, antes de que la falta de vigilancia, de amonestación y de castigo actúe como eficacísimo estimulador del delito.
Usted se ha confundido de asunto. Y por lo que respecta al sacerdote de quien se habla, que no tiene nada que ver con Bolivia, es obvio que el arzobispado ha actuado sin ningún rigor y notoria falta de criterio.
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