¡Ya estamos en mayo! Ya es quinto domingo de Pascua .Aunque en nuestro interior existan motivos de preocupación, cavilaciones y cansancio, la liturgia nos invita a ir de nuevo al corazón del Evangelio para recordarnos de donde y de Quién venimos. Y para indicarnos de nuevo el camino. Y abre de nuevo nuestros sentidos para respirar al ritmo de la creación y de la naturaleza, a pesar de que vivamos en ciudades plagadas de edificios, llenas de tráfico y ruidos.
Y mira por donde que después de la figura del Buen Pastor y de las ovejas propuesta por el evangelio del domingo pasado (en el modo ordinario) o de hace dos domingos (en el extraordinario-misal de 1962), en este domingo nos llega una imagen muy apreciada por Jesús: la vid y los sarmientos. De entre todos los arbustos y plantas que conocemos, la vid es sin duda uno de los más originales: por la forma, por su composición, por las hojas, y en modo particular, por sus frutos.
Sabemos bien que para aquel que ama la buena mesa, un grano de uva nos hace desear otro, hasta acabar con el entero racimo y para pensar, al menos por un instante, qué hay dentro de un vaso de buen vino.
Jesús lo sabía muy bien cuando escogía, con la complicidad de su madre, iniciar sus signos transformando 600 litros de agua en otros tantos de vino, sintetizando en pocos momentos- y ahí reside la belleza de este milagro- todo el proceso que parte de una semilla, de una vid, de un sarmiento, hasta llegar a la uva, a la vendimia, al lagar, al vino, a nuestra mesas…
El acontecimiento de Caná –cuando aún no había llegado la hora- nos habla de una vid ufana capaz de llenar de alegría la existencia de los hombres. Pero es únicamente en el discurso de despedida, en su adiós, una vez llegada la Hora, que Jesús nos habla de la vid, de aquello que se encuentra en los inicios, y de los sarmientos unidos a Él.
Y, como una escena a cámara lenta, como un zoom sobre las nervaturas de las ramas de un árbol, como el microscopio de un documental que nos hace detener a observar de cerca aquella misteriosa y espléndida unidad que une los sarmientos a la cepa, tal como Cristo y los cristianos. Y que transforma aquella vid dándole forma de cruz, arbusto cuya savia está llena de Resurrección.
En esta imagen el Señor es más claro y conciso: hay un Padre agricultor, existe un Hijo-Vid y después estamos nosotros los sarmientos. Y hay un verbo repetido siete veces en el fragmento del evangelio: permanecer. Y resulta el mismo que encontramos en la epístola: “En esto conocemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado”
Quizá no sepáis que se trata del mismo verbo usado en el inicio del evangelio de San Juan, cuando se nos describe aquel encuentro en aquella tarde –eran las cuatro- de los dos primeros discípulos con su pregunta: “¿Dónde vives?”(Es decir: ¿Dónde permaneces?) Y con la posterior e inmediata invitación a seguirle, a venir y ver donde permanecía. Y aquel día permanecieron con Él. Y desde aquel día los discípulos empezaron a comprender donde permanecía Jesús. A partir de aquel día Jesús empezó a explicar a sus amigos que su morada tenía un nombre preciso: el Padre. Porque entre Jesús y el Padre existe una profunda comunión en el Espíritu Santo, que hace de las Tres Personas un único Dios.
También nosotros estamos invitados a entrar en el sentido profundo de aquel verbo “vivir, morar, permanecer”, evitando el riesgo de malentendidos. Porque "permanecer" no significa “estoy un poco y después me voy” ni ser cristianos a la carta, a tiempo parcial. Ni tan siquiera es quedarse en la parroquia, visto que es a menudo la pregunta que, llena de amargura, se hacen las catequistas y los sacerdotes en este periodo: ¿Permanecerán estos niños después de la Comunión o estos chicos después de la Confirmación? ¿Los veremos el próximo domingo?
Permanecer tiene un sentido profundo, más verdadero, más comprometido y totalizante: significa hacer correr en nuestras venas la misma savia vital de Cristo, significa respirar a su mismo ritmo, significa dar fruto con Él, porque sin Él nada podemos hacer. ¡Nada! No dice: podemos hacer poco. ¡No podemos hacer nada! No nos engañemos: una fe compuesta únicamente de fórmulas, de gestos, de ritos, es pura esterilidad. Es leña seca, paja que el viento levanta y dispersa.
La fecundidad que da mucho fruto existe solo si Cristo es Vida de nuestra vida. Permanecer en Cristo significa dejar que el amor que nos viene del Padre a través del Hijo sea como una ola vital dentro de nuestra existencia, es advertir que somos mente, corazón, sentidos, sangre por la que corre la vida que puede regenerar todas nuestras esperanzas.
Para el que permanece en Él nace entonces un sentido gozoso de todo: la alegría de sentir que todo es don y todo encuentra sentido en su amor. Y nace la belleza de ser Iglesia, ya no separados unos de otros, sino cada uno en relación con los hermanos porque se vive de un mismo amor. Es la experiencia que Saulo hace después de la experiencia transformadora del camino de Damasco cuando entra, no sin dificultades, en la comunidad cristiana. Los discípulos de Jerusalén en un primer instante lo temen y lo tiene lejos, después lo protegen y lo defienden.
¿Qué es lo que había cambiado? Habían comprendido que la misma vida de Cristo estaba en él y que el pasado ya no contaba. Contaba la nueva realidad, su común asimilación a Dios. Esto es aquello de “llevar fruto”: “Quien permanece en mí y Yo en él, ese da mucho fruto”. El fruto consiste en mostrar que el amor no está hecho de palabras, sino de hechos y en la verdad. Pero hay que subrayar una última cosa en el evangelio de hoy. Si bien es cierto que el sarmiento seco se tira y se quema, también se afirma que el sarmiento que da fruto se poda. Y la poda –lo sabemos- siempre es una herida. Porque amar es un riesgo: comporta heridas. Amar quiere decir convertirse en vulnerable con respecto de aquellos que amamos.
Ha sido necesaria la Cruz para que el fruto de la vid apareciera en la mañana de Pascua. Y ha sido derramado para darnos el vino del amor. Si aún hay amor en el mundo, en la Iglesia, en las familias, si hay aún alegría, es porque aún hay tantos sarmientos que aceptar ser podados para dar más fruto. No es un sufrimiento estéril, sino fecundo. Porque el Amor, el verdadero amor, siempre engendra vida.
Una recopilación de pasajes, citas y partes de la Biblia, que pueden ser de interés, antes de que algún iluminado de la ONU, Europa o el gobierno prohíba las vides y el vino:
ResponderEliminarGénesis 9, 18‐23 “Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet. Cam era el padre de Canaán. Estos tres son los hijos de Noé que se propagaron por toda la tierra. Noé era agricultor y fue el primero en plantar una viña. Bebió del vino, se emborrachó y quedó desnudo delante de su tienda.”
Gén 27, 28 “Que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y de vino”.
Gén 40, 9‐11 “El jefe de los coperos contó su sueño a José y le dijo: “Soñé que tenía una viña delante de mí. La viña tenía tres ramas echó brotes y flores, y maduraron las uvas. Yo tenía en mi mano la copa del faraón; tomé las uvas, la exprimí en la copa del faraón, y puse la copa en su mano”.
Gén 49, 11‐12 “Ata tu asno a una viña, y a una cepa, el pollino de la asna; lava su sayo en vino, y su túnica en sangre de uvas. Sus ojos son más oscuros que el vino, y sus dientes más blancos que la leche”.
Éxodo 22, 4 “Cuando alguien destroce un campo o una viña, dejando suelto su ganado en campo ajeno, indemnizará con lo mejor de su campo y lo mejor de su viña”.
Éx 29, 40 “y una libación de dos litros de vino”.
Levítico 19, 10 “Tampoco harás rebusco de tu viña ni recogerás las uvas caídas. Se lo dejarás al pobre y al emigrante. Yo soy el Señor vuestro Dios”.
Lev 23, 13 “y la libación de vino será un cuarto del sextario”.
Números 6, 3 “Se abstendrá de vino y de licores. No beberá vinagre de vino ni de licor; ni beberá zumo de uvas, ni comerá uvas, ni frescas ni pasas”.
Núm 13, 17‐24 “Moisés los envió a explorar la tierra de Canaán, diciéndoles…sed valientes y traednos frutos del país”. Era la estación en que maduran las primeras uvas…Llegados al valle del Racimo, cortaron un ramo con un solo racimo de uvas, lo colgaron en una vara y lo llevaron entre dos. También cortaron granadas e higos. Este lugar se llama el valle del Racimo, por el racimo que cortaron los hijos de Israel”.
Núm 15, 5‐7. 9‐10 “Harás una libación de unos dos litros de vino por cada cordero… si es un carnero…la libación de unos dos litros y medio de vino, como manjar al fuego de aroma que aplaca al Señor”.
Núm 20, 5 “¿Por qué nos has sacado de Egipto para traernos a este sitio horrible, que no tiene grano ni higuera ni viñas no granados ni agua para beber?”
Núm 22, 24 “El ángel del Señor se puso en un sendero entre las viñas, con una pared a un lado y otra al otro”.
Deuteronomio 6, 11 “casas rebosantes de riquezas que tú nos has llenado, pozos ya excavados que tú nos has excavado, viñas y olivares que tu nos has plantado, y comas hasta saciarte”.
Dt 8, 7‐9 “Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel”.
Dt 18, 4 “Les darás las primicias de tu grano, tu mosto y tu aceite, y las primicias del esquileo de su rebaño”.
Dt 23, 14‐32; 33, 37‐38 “(Lo alimenta) con requesón de vacas y leche de ovejas…y por bebida, con la sangre fermentada de la uva…su cepa proviene de la viña de Sodoma, de los campos de Gomorra, sus uvas son uvas venenosas y sus racimos son amargos; su vino es veneno de serpientes, ponzoña moral de víboras… ¿Dónde están tus dioses…los que bebían vino de sus ofrendas?.
Dt 24, 21 “Cuando vendimies tu viña, no rebusques los racimos; déjalos al emigrante, el huérfano y a la viuda”.
Dt 28, 39 “Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás ni almacenarás vino, porque se la tragará el gusano”.
Dt 33, 28 “Israel habita segur, tranquilo mora Jacob, en tierra de grano y de mosto, bajo un cielo que destila rocío”
Jueces 9, 12‐13 “Los árboles dijeron a la vid: “Ven tú a reinar sobre nosotros”. La vid les contestó: ¿Voy a renunciar a mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?”.
ResponderEliminarJue 9, 27 “Salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva e hicieron fiesta”. Jue 13, 14 “No probará nada que provenga del fruto de la vid. No beberá vino o licor, ni probará nada impuro”.
Jue 14, 5 “Sansón bajó a Timná con sus padres. Cuando llegaron a las viñas de Timná, un león joven salió rugiendo a su encuentro”.
Jue 15, 5 “(Sansón) Prendió fuego a las teas, junto rabo con rabo y puso una tea entre cada uno de ellos. Prendió fuego las teas y soltó los zorros por las mieses de los filisteos, incendiando gavillas y mieses e incluso viñas y olivos”.
Jue 19, 19 “Tenemos paja y forraje para nuestros borricos, y también pan y vino para mí, para tu sierva y para el criado que está con tu siervo. No tenemos necesidad de ninguna cosa”.
Rut 2, 14 “A la hora de la comida Boz le dijo: “Acércate aquí; puedes tomar pan y mojarlo en la salsa (de vinagre)”
1 Samuel 25, 18 “Abigail cogió apresuradamente doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas adobadas, sesenta y cinco kilos de grano tostado, cien racimos de pasas, doscientas tortas de higos, y las cargó sobre los asnos”.
2 Reyes 18, 31‐32 “Así habla el rey de Asiria: “Sellad la paz conmigo y salid hacia donde yo estoy. Cada uno podrá comer de su viña y de su higuera y beber del agua de su cisterna, hasta que yo llegue y os conduzca a una a una tierra como la vuestra, tierra de trigo y mosto, de pan y vino, de aceite y miel, de manera que viváis y no muráis”.
2 Crónicas 2, 9 “les daré para su sustento veinte mil cargas de trigo, veinte mil cargas de cebada, veinte mil cántaros de vino y veinte mil de aceite”.
Nehemías 2, 1 “En el mes de Nisán del año veinte del rey Artajerjes, siendo yo el responsable del vino, lo tomé y se lo serví al rey. Yo estaba muy triste en su presencia”.
Neh 13, 15 “Por aquellos días me di cuenta de que en Judá había algunos que en sábado pisaban en los lagares, acarreaban los haces cargándolos sobre asnos, e incluso transportaban vino, uva, higos y toda clase de mercancías, para traerlos a Jerusalén en día de sábado, y los amonesté por ponerse a vender ese día sus productos”.
Job 24, 6. 11 “Recogen forraje en el campo, rebuscan en la viña del malvado; pasan la noche desnudos, sin nada de ropa que ponerse sin cobertor a merced del frío”. “Prensan aceite en el molino; sedientos, pisan en el lagar”.
Salmo 4, 7‐8 “Hay muchos que dicen. “¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?”. Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría que su abundara en su trigo y en su vino”.
Sal 75, 9 “El Señor tiene una copa en la mano, un vaso lleno de vino drogado: lo da a beber hasta la heces a todos los malvados de la tierra”.
Sal 78, 47. 65 “cuando aplastó con granizos sus viñedos, y con escarcha sus higueras”… Pero el Señor se despertó como de un sueño, como un soldado vencido por el vino”.
Sal 80, 9‐16 “Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste; le preparaste el terreno, y echó raíces hasta llenar el país; su sombra cubría las montañas, y sus pámpanos los cedros altísimos; extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río. ¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?. Dios del universo, vuélvete mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña. Cuida la cepa que tu diestra plantó y el hijo del hombre que tú has fortalecido. La han talado y le han prendido fuego; con un bramido hazlos perecer”.
Sal 104, 15 “El saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón; el aceite que da brillo a su rostro, y el pan que le da fuerzas”.
Sal 105, 33 “e hirió higueras y viñas, tronchó los árboles del país”.
Sal 107, 37 “Sembraron campos, plantaros huertos (viñas), recogieron cosechas”.
Sal 128, 3 “tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de la mesa”.
ResponderEliminarProverbios 9, 2. 5 “La Sabiduría… ha sacrificado víctimas, ha mezclado el vino y ha preparado la mesa”…”Venid a comer de mi pan, ha beber el vino que he mezclado”.
Prov 20, 1 “El vino excita, embriaga el licor, quien en ellos se pierde no llega a sabio”
Prov 23, 20‐21. 30‐32 “No andes mezclado con bebedores ni con gente que se harta de carne; pues borrachos y comilones empobrecen, los holgazanes se visen de harapos”… “De la gente que se pasa con el vino y anda catando bebidas. No mires el vino: ¡Qué tono rojizo! ¡Qué brillo en el vaso! ¡Entra suavemente! Al final morderá como serpiente, después picará como víbora”
Prov 31, 4‐6 “No es propio de reyes, Lemuel, no es de reyes entregarse al vino, ni de príncipes darse a la bebida; pues beben y se olvidan de las leyes, desatienden el derecho del indefenso. Ofrece licor al desgraciado, vino al que se siente abatido; que beba y olvide su miseria, y ya no se acuerde de sus penas”
Eclesiastés 2, 3‐4 “Exploré atentamente, guiado por mi mente con destreza: traté mi cuerpo con vino, me di a la frivolidad, para averiguar cómo puede el hombre disfrutar durante los contados días de su vida bajo el cielo. Emprendí obras magníficas y construí palacios; planté viñas”
Ecl 10, 19 “Se divierten celebrando banquetes, el vino les alegra la vida, ¡y el dinero todo lo arregla!”
Cantar de los Cantares 1, 14 “Es mi amado para mí un manojito de alheña, en las viñas de Engadí”
Cantar 2, 13.15 “En la higuera despuntan las yemas, las viñas en flor exhalan su perfume”… “Atrapadnos las raposas, las raposas pequeñitas, que devastan nuestras viñas, nuestras viñas floridas”
Cantar 7, 8‐10 “Se asemeja su talle a una palmera y sus pechos a racimos. Me dije: “Treparé a la palmera, cosecharé sus dátiles”. Son tus pechos racimos de uvas; tu aliento, aroma de manzanas, y tu paladar, un vino exquisito que entra fácilmente, que se desliza suavemente entre mis labios”
Cantar 8, 2 “Te llevaría, te metería en la casa de mi madre, allí me enseñarías. Te daría a beber vino aromado, el licor de mis granadas”
Isaías 1, 8 “Sión ha quedado como cabaña de viñedo, como choza de melonar, como ciudad sitiada”
Is 5, 1‐7 “Voy a cantar a mi amigo el canto de mi amado por su viña. Mi amigo tenía una viña en un fértil collado. La entrecavó, quitó las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cavó un lagar. Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones. Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña ¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no hubiera hecho? ¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones? Pues os hago saber lo que haré con mi viña: quitar la valla y que sirva de leña, destruir su tapia y que sea pisoteada. La convertiré en un erial: no la podarán ni la escardarán, allí crecerán zarzas cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella. La viña del Señor del universo es la casa de Israel y los hombres de Judá su plantel preferido. Esperaba de ellos derecho, y ahí tenéis: sangre derramada; esperaba de ellos justicia, y ahí tenéis: lamentos”
Is 5, 11 “¡Ay de los que madrugan, en busca de licores, y alargan el crepúsculo, encendidos por el vino”.
Is 5, 22 “¡Ay de los fuertes para beber vino, de los valientes para mezclar licores, de los que por soborno absuelven al culpable y niegan justicia al inocente!”.
Is 16, 8‐10 “Languidecen los campos de Jesbón, la viña de Sibmá, con cuyas uvas escogidas se embriagaban los señores de las naciones; llegaban desde Yazer, serpenteaban por el desierto, y sus vástagos se extendían allende el mar. Por eso lloraré como llora Yazer la viña de Sibmá, regaré con mis lágrimas, Jesbón y Elalé. Porque han callado los gritos de la siega y la vendimia, huyeron de los huertos el gozo y la alegría, ni cantan ni dan gritos de alborozo en las viñas; el viñador no pisa el vino en el lagar, ha cesado el clamor de alegría”.
Is 24, 7‐13 “Está de luto el mosto, languidece la vid, suspiran los de corazón alegre”… “Ya no beben vino entre canciones, el licor sabe amargo a quien lo bebe”…”Griterío en la calles por la falta del vino, ha desaparecido la alegría, al desterrado el alborozo del país”…”Sucederá en medio del país y entre los pueblos como en el vareo de los olivos o en la rebusca después de la vendimia”.
ResponderEliminarIs 24, 2‐11 “Está de luto el mosto, languidece la vid, suspiran los de corazón alegre”…”Ya no beben el vino entre canciones, el licor sabe amargo a quien lo bebe”…”Griterío en la calles por la falta de vino, ha desaparecido la alegría, han desterrado el alborozo del país”…”Sucederá en medio de país y entre los pueblos como en el vareo de los olivos o en la rebusca después de la vendimia”.
Is 25, 6‐7 “Preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares exquisitos, vinos refinados. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo extendido sobre todas las naciones”.
Is 27, 2‐11 “Aquel día cantaréis a la viña deliciosa: Yo, el Señor, soy su guardián. Con frecuencia la riego. Para que nadie la dañe, la vigilo noche y día”… “Cuando se secan las ramas, las parten y las mujeres con ellas hacen fuego”.
Is 28, 7 “También estos se tambalean por el vino, se tambalean por el licor. Sacerdotes y profetas vacilan por el licor, desatinan por el vino, se tambalean por el licor, vacilan al mirar, titubean cuando pronuncian sentencia”.
Is 29, 9 “Mirad con atención, hasta quedar atónitos, o entornad vuestros ojos, hasta quedaros ciegos: embriagaos, y no de vino, tambaleaos, pero no por el licor”.
Jeremías 2, 21 “Yo te planté vid selecta, toda de cepas legítimas, y tú te volviste espino, convertida en cepa borde”.
Jer 6, 9 “Esto dice el Señor del universo: Rebusca en el resto de Israel como en una viña de racimos; pasa tu mano por los pámpanos, lo mismo que un vendimiador”.
Jer 25, 15 “Esto me dijo el Señor, Dios de Israel: Toma esta copa de vino de la cólera que tengo en la mano y haz que la beban todas las naciones a las que voy a enviarte”.
Jer 31, 5 “Volverás a plantar viñas allá por los montes de Samaría; las plantarán y vendimiarán”.
Jer 35, 2.5‐8. 14 “Ve a los recabitas y habla con ellos; tráelos después a una de las dependencias del templo del Señor e invítales a beber vino”… “Les traje a los recabitas unas jarras con vino y unas copas, y les dije: Bebed. Ellos respondieron: No bebemos vino, pues nuestro antepasado Jonadab, hijo de Recab, nos impuso estas normas: Nunca bebáis vino, ni vosotros ni vuestros hijos. No os edifiquéis casas, ni sembréis ni plantéis viñas. Nada de esto poseeréis. Habitaréis en tiendas, de modo que podáis vivir muchos años en el país donde residís como forasteros. Nosotros hemos obedecido a nuestro antepasado Jonadab, hijo de Recab, en todo lo que él mandó. Así que no bebemos vino, ni nosotros ni nuestras mujeres, hijos e hijas… Ved cómo han sido cumplidas las órdenes de Jonadab, hijo de Recab. Mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y hasta ahora no lo han probado. Así es como han obedecido al mandato de su antepasado. En cambio, yo os he hablado sin descanso y no me habéis hecho caso”.
Jer 48, 32‐33 “Lloraré por ti, viña de Sibmá, más que se lloró por Jazer. Tus sarmientos llegaban hasta el mar, penetraban en tierras de Jazer; pero toda su cosecha y su vendimia las ha arrebatado el devastador. Cesaron la alegría y las fiestas en los huertos de las tierras de Moab; acabé con el vino de sus lagares, ya no pisarán en los trujales cantando coplas sin parar”.
Miqueas 6, 15 “Sembrarás y no cosecharás, prensarás la aceituna, pero no te ungirás con aceite; pisarás las uvas, pero no beberás su vino”.
Sofonías 1, 13 “Si riqueza será saqueada, sus casas arruinadas; construirán casas, pero no las habitarán; plantarán viñas, pero no beberán su vino”.
Ezequiel 15, 2‐6 “Hijo del hombre, ¿en qué aventaja la madera de la vid a cualquier otra rama de los árboles del bosque? ¿Se la utiliza para alguna obra, se hacen de ella clavijas para colgar objetos? Más bien se la echa al fuego para que se consuma. El fuego devora sus dos extremos, y el centro se carboniza. ¿Servirá para alguna cosa?...Por ello así dice el Señor Dios: Así como, entre los árboles del bosque, he arrojado al fuego la madera de la vid para alimentar el fuego, así he arrojado a los habitantes de Jerusalén”.
ResponderEliminarEz 17, 3‐7. 8‐10 “El águila… vino del Líbano y se apoderó de la punta de un cedro, arrancó la extremidad de una rama y la llevó a una tierra de mercaderes; la plantó en una ciudad de comerciantes. Después tomó simiente del país y la sembró en un campo preparado, la puso junto a aguas abundantes, como un brote de sauce. Germinó y se hizo una vid extendida, de poca altura, que tenía sus sarmientos dirigidos hacia el águila, y sus raíces debajo de ella. Se hizo una vid, echó pámpanos y extendió sus ramas. Había otra águila grande, de amplias alas, de plumaje abundante: y he aquí que la vid dirigió hacia ellas sus raíces, y extendió sus ramas para recibir más riego que en el terreno donde estaba plantada. Estaba plantada en buena tierra, junto a aguas abundantes, donde podía echar sarmientos, dar frutos y convertirse en una vid espléndida. Pues bien, diles: Esto dice el Señor Dios: ¿Prosperará? ¿No arrancará sus raíces, la despojará de sus frutos, y se secarán todos sus brotes? Sí, se secará, no habrá necesidad de un brazo fuerte ni de un pueblo poderoso para arrancarla de raíz. Estaba plantada, pero ¿prosperará? ¿No se secará apenas toque el viento del este, en el lecho donde estaba plantada?.
Eze 19, 10‐14 “Tu madre era como una vid, plantada junto a las aguas, fecunda y rica en sarmientos por la abundancia de agua. Tenía vástagos robustos, buenos para cetro de gobernantes. Su altura sobresalía sobre los arbustos, Se distinguía por la altura y abundancia de sus ramas. Pero fue arrancada con furor y arrojada por tierra. El viento del este secó sus frutos; ya separados, se secaron; y el fuego devoró el vástago robusto. Ahora está plantada en el desierto, en una tierra árida y sedienta. Brotó fuego del tronco y devoró sus brotes y sus frutos. No ha quedado de ella ni un vástago robusto, bastón para gobernar”.
Joel 1, 5‐7. 10‐12 “Despertad, borrachos, y llorad, gritad de espanto, aficionados al vino, por el licor que os quitan de la boca. Pues sube un pueblo contra mi país, es innumerable, no hay quien lo cuente; sus dientes son de león, de leona sus mandíbulas. Hace de un viñedo un destrozo, de mi higuera un montón de hojas secas. Los ha pelado y repelado, ha destrozado sus ramas… Devastado está el campo, de luto la tierra; se ha perdido el grano, se ha secado el mosto, se ha pasado el aceite. Avergonzaos labradores, lamentaos viñadores por el trigo y la cebada, pues se ha perdido la cosecha del campo. La viña se ha secado, la higuera se ha agostado; el granado, la palmera y el manzano, todos los árboles del campo se han secado. Se acabó la alegría de la gente”.
Jl 2, 22‐24 “No temáis fieras del campo, pues florecen las dehesas, y los árboles dan su producto, la higuera y la viña dan su fruto. Hijos de Sión, gozaos y alegraos en el Señor vuestro Dios, pues os da la lluvia temprana en su momento, y os envía el agua: la temprana y la de primavera en el primer mes”.
Amós 5, 11 “Por eso, porque conculcáis al indigente, exigiéndole un tributo de grano, habéis edificado casas de sillares, pero no las habitaréis; habéis plantado viñas selectas, pero no beberéis de su vino”.
Amós 9, 13 “Vienen días –oráculo del Señor‐ cuando se encontrarán el que ara con el que siega, y el que pisa la uva con quien esparce la semilla; las montañas destilarán mosto y las colinas se derretirán”.
Nuevo Testamento
ResponderEliminarLo más significativo:
Mateo 21, 33 (Parábola de los viñadores homicidas) “Había un propietario que
plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó en ella una
torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos”, Cf. Marcos 12, 1 y Lucas 20, 9‐16.
Mt 26, 26‐29 “Mientras comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la
bendición, lo partió, lo dio a los discípulos y les dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo.Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo: Bebed todos, porque esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. Y os digo que desde ahora ya no beberé del fruto de la vid hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre”.
Juan 2, 3. 9‐10 “Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: “No tienen vino”. Jesús le dice: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora…Jesús les dice “Llenad las tinajas de agua”… “Sacad ahora y llevadlo al mayordomo”…El
mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes
si lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al esposo y le dijo: “Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora”.
Jn 15, 1‐6 “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que
no da fruto en mi lo arranca, y todo el que da fruto lo poda, para que de más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mi, y yo
en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid,
así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden”.
Apocalipsis 14, 8. 10 “Y otro ángel, el segundo, le seguía diciendo:”cayó, cayó la
gran Babilonia, la que ha embriagado a todas las naciones con el vino del furor de su
fornicación”.
Ap 14, 18‐20 “Y del altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo: “Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque los racimos están maduros. El ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Pisotearon el lagar fuera de la ciudad, y salió tanta sangre del lagar, que subió hasta los frenos de los caballos en un radio de mil seiscientos estadios”.
Conclusión
ResponderEliminar1. El uso de los diversos vocablos en el Nuevo Testamento.
El término vid aparece únicamente seis veces en los evangelios aparte de Sant 3, 12; Ap 14, 18‐19.
Viña aparece tan solo en las parábolas sinópticas (22 veces) y en 1 Cor 9, 7.
Viñador solamente en Lc 23, 7
El uso figurado de estos términos en el NT se inspira en los textos que aparecen ya
en el AT donde la vid y la viña son imágenes que se refieren principalmente a Israel (Os 10, 1; Jer 2, 21; Is 27, 2)
2. Además del empleo en sentido propio (Mt 20, 1‐16; 21, 28. Lc 13, 6. Mc 14, 25 y paralelos).
Vid, viña en sentido figurado en Mc 2, 1‐13 y paralelos.
La parábola intensamente alegorizante, sobre todo en la versión de Mateo, que alude a la canción de la viña de Is 5, 1‐7 se refiere claramente al rechazo de los mensajeros (“siervos”=profetas) enviados por Dios (el amo de la viña) por los dirigentes de Israel (los viñadores).
Amenaza a estos últimos con un castigo y promete que la salvación pasará de Israel (viña) a los gentiles (“otros”).
La parábola en labios de Jesús es un último llamamiento a la conversión, posteriormente fue transformada por los sinópticos en una exhortación dirigida a los oyentes cristianos para que produzcan los “frutos” que Dios espera de ellos (Mt 21, 43)
3. El término vid (ampelos) adquiere un profundo significado cristológico
Está en el “discurso en lenguaje figurado” de Jn 15, 1‐8 donde Jesús se designa a sí mismo como “verdadera vid”.
Se ha recogido y ampliado un motivo que ya existía en el AT. Aunque bien es verdad que la vid no se aplica nunca a individuos sino a un grupo, existen indicios de este uso individual en Ez 15; 17; 19. Sal 80, 9‐17. Eclo 24, 17 y en el ApBar (siríaco) que se refieren ya al Mesías como la imagen de la vid.
No es la Iglesia la vid sino Jesús porque El mismo representa al nuevo “pueblo de Dios”.
Sarmiento=Alethiné expresa positivamente que en Jesús –a diferencia de la vid de Israel‐ se han cumplido todas las esperanzas. Ampelos en Jn no debe entenderse primariamente como “árbol de la vida".
El enunciado central se orienta hacia la idea de producir frutos y por tanto al verdadero discipulado (15, 8).
Por eso “permanecer” en la vid es condición absolutamente indispensable para ser discípulo y seguidor de Jesús.
El “fruto” es “guardar los mandamientos” sobre todo el del amor fraterno (v. 12) y tan solo de manera mediata lo es del “fruto de la misión”.
En Ap 14, 18 y ss la vid es una imagen de la humanidad pagana.
Aplicada esta imagen de la viña a Cristo, la vid verdadera, expresa la plenitud de la salvación revelada en Él por Dios y comunicada a los hombres (Jn 15, 1‐8).
La viña expresa la unión fecunda de Cristo y de la Iglesia, así como su gozo que permanece, perfecto y eterno (Jn 17, 23)
4. Desde el punto de vista religioso el simbolismo del vino se sitúa en contexto escatológico.
En el AT para anunciar Dios los grandes castigos al pueblo que le ofende, habla de la privación del vino (Am 5, 11; Miq 6, 15; Sof 1, 13; Dt 28, 39).
En el NT el “vino nuevo” es el símbolo de los tiempos mesiánicos. El vino nuevo rompe los odres viejos (Mc 2, 22), es el vino de la boda (Jn 2, 10).
El “vino nuevo” reservado por Jesús a sus fieles en el reino del Padre: es la consumación de los tiempos mesiánicos (Mt 26, 29)
Lo dicho de todoa sus comentarios un libro o una coleccion. Animo
ResponderEliminarMuy interesante e ilustrativo su pastón.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Amén!
ResponderEliminarMuy bonita glosa
ResponderEliminarEs verdad
Benedicto por ejemplo nos enseñó que uno no tiene la Verdad sino que es poseído por la Verdad.
El Dueño de la Vid y el Dueño de la Finca es un grande nombre para ayudarnos a conceptualizar quienes somos, si siervos y trabajadores, en el caso de la Vid es abiertamente el Reino de Dios en su Iglesia y en cambio en la Finca es el mundo santificado por Cristo,
Cuando Jesús le dijo a Pilatis que su autoridad venía de lo alto, era para significar que Dios también es quien providente mente designa nuestra misión terrenal..
Cuando buscamos trabajo, es Dios quien nos los concede para santificar el lugar y vivir en comunión con nuestros hermanos, incluso para amar a quienes a través de nuestro testimonio Dios quiere llamar.
Allí en medio de una cocina industrial, de un campo, de una escuela, de un mercado.
Pero la Vid es una realidad suprema, inesperada para el mundo y confrontada con envidia por el Maligno.
Pues la Vid es la que crea esos hospitales, esas obras de caridad sociales, esas ayudas a los pobres y marginados, es la que une a los esposos, es la que nos alimenta con la Palabra y la Eucaristía, es quien nos encausa y llena de amir.
La Vid..
Pues tengo una gran fortuna trabajo en una Viña ....y también en los banquetes para boda...en ese sitio providencial.
Antes las parábolas me llamaban y luego se materializaron en mi humilde vida.
Sirvo como Jesús y sus apostles , como sirviente en esos banquetes..deje el mundo en cierta forma y prividencialmente
Pues voy a contar que no tenía trabajo ,me había dedicado por completo a mis hijos, en un país extranjero , y sabía que ese trabajo de madre de familia es impagable y valioso..gratuitamente .hasta quemó.marido me dejó de ayudar ecominicamente y siendo abogada no tenía forma de emplearme en un país alemán.
ResponderEliminarY en un pueblo de los Alpes.
Y por gracia halle un convento del ano 1590 y allí había exposición Santísimo Sacramento y unas cuantas monjas muy ancianas.
Y me angustiaba pedir trabajo y le pedí ayuda al Santísimo, cogí un curriculum quitándole mi parte profesional y preparación cultural y solo puse que era ama de casa y salí a un restaurant y ahi estaba el dueno del nwgicio por coincdencua y entonces me hizo una prueba de cocina y me cobrrato por el dia sugyuebte..
Resulta que era el dueño de un negocio que producía banquetes en toda la zona del Rhin...y me invitó a trabajar en una Cuna con una zona de producción para banquetes de boda.
Así que conocí agente muy humilde musulmanes , africanos y ortodoxia y cristianos de Weiteres , pero solo quedé yo.
Me gustó mucho servir en el último lugar y trabajar como los monjes con el esfuerzo físico ..no piensas mucho sino en como conseguir mejores resultados para ayudar al equipo...y es que te das cuenta que Bueno de la Cuna y el Bueno de la Finca tiene miles de ángeles ayudando a los hombres a hacer su trabajo..porque inspirados y creativos..hacen grandes obras..
La Vina produce vinos y me tocan las colectas de vid y luego el lagar..
Todo el lagar está en el Apocalipsis.
Pues el dueño de la Vid viene diario a pedirme los residuos de comida del banquete para darlo a los pollos.
No te darás cuenta que el más anciano y sencillo granjero es el dueño
También quisiera agregar que en mi.mivil mi pantalla tiene la imagen de Dios Padre.
ResponderEliminarEl Labrador de la Viña y el Dueño. Y su Hijo está Vid , quizá porque siendo Dios y hombre nos comunica con el Padre.
Lo que quiero comentar es que yo andaba muy apesadumbrada porque mme preocupo mucho por defender a mis hijos del aislamiento o a la alienación de nuestra época y tenía una guerra con mi esposo que quería sacar a mi hijo del bachillerato en el único colegio católico de la zona de suiza y Austria y sin completar el último ano lo quería trasladar a un internado de hotelería suyas de gente muy snob.
Y nos quedaríamos solas mi hija y yo en ese mundo alienante.
Mus hijos y yo ofrecemos el día, oramos y vivimos muy contentos en nuestros lugares escuela y fe..comunidad de misión y amigos ..un equilibrio apenas contra la apostasía de la sociedad y de los jóvenes europeos
Pero yo iba a visitar a mi director espiritual y en el tren..mi director tenía la mi citacon migo y lo olvidó y tenía cansancio y yo iba en tren t no me iba a recibir por teléfono lo noté pero insistí aunque me sentí humillada.
Y salí del tren ...pero me equivoqué y al abrirse la puerta me desnortee mucho..desorientación...entristecida por lo que mi hijo se iba y en frente de mí estaba un anciano con barba larga vestido de blanco con un perrito idéntico al de mis hijos a quien yo no le hacía caso.
El viejecito me vio y era como que sabía mi lucha y mi honda tristeza y le y me preguntó a donde iba y me redirección y me ayudó a esperar el tren y cruzamos palabras.
El anciano vio que no hablaba yo bien alemán y me ayudó hablando en español.
Y me dijo yo tengo una finca.y sospeche que podía ser Dios o Jesús.
Y le pregunté.
Donde la tiene?
Y me dijo desde Tortosa a Valencia
Y mi director espiritual es de Valencia y fue nviafo por el Obispo a Suiza a cubrir la comunidad dehispanoparlantes.
Y entonces le dije que yo no podía hablar alemán buen y le pregunté porque podia hablar bien espabila.
Me dijo porque tengo una esposa.
Y le pregunté como se llama?
Y me dijo Alexandra.
Entonces el perrito se subió a sus brazos y yo le dije que yo era muy insensible con el perrito de mis hijos
Y meco o era l misma raza que es un perro muy difícil de amaestrar y le peegu te como hace usted para que obedezca y no se tire a la vías?
Y me dijo cuando era pequeño le tiraba de las orejas
Y sospeche que era Dios.
Y yo tenía muchas ganas de llorar pero se me quitaron cuando se abrió la puerta del tren entre.
Y entonces sucedió que mi hijo no abandonó el bachillerato porque en la escuela de hostelería se dieron cuenta que el estaba siendo forzado y en la escuela católica nos dijeron que mi hijo era muy valioso y lo apoyarían hasta el final.
Yo busqué el significado de Alexandra y significa "protectora".
Luego encontré el trabajo de auxiliar de cocina para bodas...
Y sentí que Dios está como un entrenador de un equipo de fut en la linea o límite del campo ysali un momento fuera del campo para recibir consuelo del Dueño de la Finca