Los demoledores datos de los entierros religiosos en Barcelona: El 31% frente al 92% de la Comunidad de Madrid

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María Dolores Asensi, presidenta del Observatorio de Servicios Funerarios

Según datos manejados por el Observatorio de los Servicios Funerarios, Barcelona es la provincia de España que celebra más ceremonias laicas cuando fallece una persona: el 70% frente al 30% de sepelios religiosos, cifras que recoge la Asociación de Empresas de Servicios Funerarios de Cataluña. Estos demoledores datos contrastan con la otra gran provincia de España, Madrid, que tiene unos datos de 92% de entierros religiosos, frente al 8% de laicos, en la Comunidad Autónoma.
 
Viendo estos resultados, es para preguntarse como es posible esa inmensa diferencia entre las dos provincias más pobladas de España. Porque en este caso no se puede decir que son realidades sociológicas diferentes, sino que se trata de dos grandes ciudades, con sus correspondientes áreas metropolitanas. Y no estamos hablando de dos continentes diferentes, sino de dos realidades de un mismo país. ¿Cómo pueden ser unos datos tan diferentes entre estas dos provincias que están a menos de 500 kilómetros de distancia?

Lo primero de todo es constatar, una vez más, que los datos estadísticos referentes a la religiosidad en Cataluña, son catastróficos, en comparación con los del resto de España, y lo que siempre coincide es que después de los peores datos catalanes siempre aparece el País Vasco, algo que también se produce en esta ocasión, mirando por ejemplo Vizcaya, en que los entierros laicos llegan al 40% la provincia más alta después de Barcelona, aunque lejísimos de esta, que alcanza casi el 70%.
 
El obispo Sergi Gordo en el Tanatorio de Sancho Dávila en Barcelona

Negar esta realidad, es estar ciego, la gente se ha alejado de la Iglesia en aquellas regiones en que su clero se ha identificado políticamente con el nacionalismo, y se ha preocupado más de su militancia secesionista, que de cuidar al rebaño que se le ha confiado.

Pero mirando ahora nuestra realidad de Barcelona, a fondo, vemos que más allá del daño que el nacional-progresismo eclesial ha hecho, provocando el alejamiento de muchos fieles de la Iglesia, también hay una gestión pésima de la atención religiosa en los tanatorios. Y esto es culpa directa del arzobispado de Barcelona, que francamente ha hecho las cosas bastante mal.

Desde la llegada de los tanatorios, en Barcelona se promocionó a los diáconos permanentes como los encargados de las celebraciones funerarias, no como un servicio eclesial sino como un modus vivendi, un trabajo, una manera de ganarse el sueldo para mantener a su familia, pero claro, los diáconos, no pueden celebrar la Eucaristía y muchas familias salían indignadas porque el entierro de un familiar era sin Misa, por muy católico que fuera el fallecido. Por suerte, los servicios funerarios habían llegado a acuerdos con algunos sacerdotes para que pudieran celebrar algunas misas, con una buena gratificación económica de por medio.
 
Pero entonces apareció el tándem Sistach-Matabosch que vieron en los tanatorios una fuente de ingresos económicos e impusieron el control absoluto del servicio religioso, en el que el obispado decidía cuanto daba al sacerdote y cuanto se quedaban ellos. Algo que no sentó nada bien, a los presbíteros que ejercían este servicio.
 
Y luego llegó Omella, que siguió sin arreglar el asunto, y las soluciones que ha ido proporcionando han sido más bien contraproducentes. Alejados parte de los sacerdotes por los trapicheos de Sistach, el actual arzobispo encontró la solución en contratar laicos, y darles a ellos, lo que Sistach le negó a sus presbíteros. No ha ayudado mucho, esa solución, la gente quiere sacerdotes y quiere Misa, no unos laicos, que al fin al cabo son como ellos mismos, también laicos.

Y todavía Omella ha dado un giro de tuerca más, incorporando mujeres al servicio religioso. Imagínese la cara que va a poner alguna familia tradicional cuando le digan que el entierro de su ser querido lo va a hacer una señora. Son los nuevos aires sinodales de Omella y Francisco. Pero eso al pueblo raso le importa un rábano, lo que quieren es que un sacerdote presida el funeral, no experimentos con gaseosa.
 
Todo un cúmulo de despropósitos, que ha aumentado la desconfianza de los fieles en la Iglesia, como si las cosas ya no estuvieran suficientemente mal. Y ahora esto: ¿Quién lo arregla? 

Francesco Della Rovere

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23 comentarios

  1. Es cuestión de tiempo. Que en Cataluña vamos más rápido, está claro, por multiples razones. Pero la dirección está clara, como ocurrió con las bodas y como está ocurriendo con bautizos y primeras comuniones. El catolicismo sociológico no tiene futuro ni aquí ni más allá del Ebro.

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    1. Claro, el que debe tener futuro es el catolicismo estratosférico.

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  2. "Pero entonces apareció el tándem Sistach-Matabosch que vieron en los tanatorios una fuente de ingresos económicos e impusieron el control absoluto del servicio religioso, en el que el obispado decidía cuanto daba al sacerdote y cuanto se quedaban ellos. Algo que no sentó nada bien, a los presbíteros que ejercían este servicio."

    Una descripción harto misericordiosa... por lo que vi y oí, era algo parecido como la explotación de una mina de oro, como las Médulas...


    "Y todavía Omella ha dado un giro de tuerca más, incorporando mujeres al servicio religioso. Imagínese la cara que va a poner alguna familia tradicional cuando le digan que el entierro de su ser querido lo va a hacer una señora. Son los nuevos aires sinodales de Omella y Francisco. Pero eso al pueblo raso le importa un rábano, lo que quieren es que un sacerdote presida el funeral, no experimentos con gaseosa."

    Sí, experimento con gaseosa. Aquí hay un derecho humano religioso de tipo funerario, que debería de incluir quién es el ministro que celebra las exequias. Este gobierno arzobispal de Barcelona no protege en absoluto este derecho humano. Me hago cruces si esto me pasa a mí y mis familiares se encuentren ante estos experimentos con gaseosa.


    SINODALIDAD

    Un tema que debería de ser tratado en el colegio sinodal formado por el Pueblo de Dios para elegir el próximo arzobispo, un de los temas sería la mejora y reconocimiento de los derechos humanos funerarios. Eso no está ni reconocido ni protegido por el actual arzobispo.

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  3. En la ciudad de Gerona el índice de funerales religiosos aún es más bajo, ronda tan solo el 20%.

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  4. Madrid estará como Barcelona dentro de veinte años.

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    1. Sí, y el Barcelona tendrá 14 copas de Europa.

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  5. Un católico no tendría que pasar por el tanatorio. El velatorio en casa y los entierros en las parroquias. Allí se rezaría por el difunto. Y evitarían que te desplumen.
    Si a un obispo se le puede velar en la iglesia, seguro que habrá alguna capilla también para un fiel de a pie que tenga un piso pequeño.

    Tolero los tanatorios para el caso de mendigos o forasteros, del mismo modo que los asilos para los ancianos desamparados. De la excepción hemos hecho norma.

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  6. La Iglesia se ha convertido en una suerte de empresa empleadora de amiguetes, enchufados y nepotes. Ahí está el Museo Diocesano con una docena de jovenzuelos de uniforme, calentando las sillas hora tras hora. Al final, de la Archidiócesis de Barcelona no quedará nada. Sólo laicos y sueldos para cobrar. Los curas, cuantos menos mejor. Con media docena que llenen los sagrarios de las parroquias durante la semana y luego, laicos pagados que hagan celebraciones de la Palabra. ¡El camino sinodal!

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    1. Cierto, se llaman Agentes de Pastoral para las celebraciones de la Palabra dominical en ausencia de presbítero.

      Los presbíteros serán sustituidos por presbíteros boni viri, es decir, laicos jubilados que cobran la pensión de la SS y, por tanto, les va a salir gratis al Arzobispado, y que estarán casados con las diaconisas del ministerio laical (no ordenadas según el Sacramento del Orden), también jubilada, que ayudará a su marido en la celebración de la Misa.

      Su formación será mínima y breve, curas miseros sin más estudios, sin poder confesar, con las homilías ya dadas desde el Arzobispado, para tener muchos presbíteros comunitarios, es decir, asignados como mínimo en su parroquia y como máximo en el arciprestazgo.

      Todo en casa, y gratis al Arzobispado: ni les han de pagar sueldo alguno, ya cobran la pensión, y no han de ser residenciados en las residencias de presbíteros porque de esto ya se encarga la SS o la mutua. Negocio redondo, curas sin sueldo ni gastos sociales. Recordar:

      - Agentes sociales
      - Presbíteros boni viri casados
      - Diaconisas de ministerio laical (no ordenadas, aún)

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    2. Partimos de una crisis real pero tenemos una tradición exequial y funeraria que se ha abandonado y sus sustitutos no agradan a nadie.

      Un documento que puede servir de base para reformar tal como están las cosas en el alicaído panorama de la Iglesia en Barcelona, es este documento:

      «UN DIOS DE VIVOS»
      Instrucción pastoral sobre la fe en la resurrección, la esperanza cristiana ante la muerte y la celebración de las exequias

      Destaco dos apartados:

      - El centro de las exequias cristianas es Cristo Resucitado y no la persona del difunto. Los pastores han de procurar con delicadeza que la celebración no se convierta en un homenaje al difunto. Eso corresponde a otros ámbitos ajenos a la liturgia. En el caso de que algún familiar intervenga con unas breves palabras al final de la celebración, se le debe pedir que no altere el clima creyente de la liturgia de la Iglesia y que, aunque aluda a aspectos de la vida del difunto que puedan ser edificantes para la comunidad, evite un juicio global sobre su persona; y que no emplee expresiones incompatibles con la fe que se expresa y se vive en la celebración («allá donde estés», «si es que estás en algún lugar», etc.).


      - Aunque las exequias ordinariamente deban celebrarse en una iglesia teniendo como centro la Eucaristía, dada la complejidad de la vida moderna hoy es frecuente que no sea así, bien porque tienen lugar en tanatorios u otros espacios que no son sagrados, bien porque no las preside un sacerdote.

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  7. Elemental queridos contertulios, volvemos a la normalidad, la iglesia debe ser para sus creyentes no para los que no asisten nunca. Si no van a misa de vivos no tiene sentido que los entierren con un misa una vez muertos. Cada cosa en su lugar. La Iglesia es una empresa contratadora de enchufados faltaría más, procura dar los puestos de trabajo a sus amigos de misa antes que a los que no asisten nunca, con raras excepciones, claro, que a veces escandalizan por quienes ponen de directores de instituto público. Los entierros religiosos son el gran problema para los pocos sacerdotes que quedan, les obligan a andar de bólido para cubrir los horarios de los entierros, por esto los diáconos son la gran solución. Aunque la bajada de entierros religiosos en Cataluña sea un "termómetro" indicador de la religiosidad catalana, no debemos tomarlo al pie de la letra porque tal vez los pocos catolicos que quedamos somos más coherentes con la doctrina que los de la España hacia abajo, en este aspecto juega el factor "grupal" de la gente a favor del viento, y por esto los creyentes de Cataluña tenemos más mérito ya que vamos a contra corriente.
    Pero nos falta la predicacion del Diluvio, faltaría más, para desenmascarar la Ciencia oficial de la extinción de los dinosaurios que dicen de 65 millones de años y según los científicos creacionistas eran sólo 5.000 años en la Gran Inundacion. Predicando este detalle otro gallo cantaría, vendrían a misa la gente más inteligente, y saldrian más vocaciones de diáconos y diaconisas para celebrar entierros y aligerar el trabajo de los párrocos. El Diluvio es la gran solución que se puede aplicar a todo, incluso a los entierros.

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    1. Sr. Garrell, veo que no entendió las lecturas de la Misa del domingo pasado, Deje de hablar y de fabricar un Diluvio a su gusto y medida.

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    2. Pues, sí y quien dice Diluvio, dice contra el evolucionismo. Contra la pseudociencia.

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    3. No se olvide de la Pentapolis, Garrell, la Pentapolis ☢️☢️☢️

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  8. Si hay una constitución que regule los derechos fundamentales del fiel católico en el momento de su fallecimiento, estos son unos tres cánones del código de derecho canónico que se refieren a las exequias, uno de ellos lo amplia al momento previo al deceso, el derecho a la extrema unción y la atención a los familiares del deudo:

    Canon 1176:

    1. Los fieles difuntos han de tener exequias eclesiásticas conforme al derecho.

    2. Las exequias eclesiásticas, con las que la Iglesia obtiene para los difuntos la ayuda espiritual y honra sus cuerpos, y a la vez proporciona a los vivos el consuelo de la esperanza, se han de celebrar según las leyes litúrgicas.

    Canon 1177:

    1. Las exequias por un fiel difunto deben celebrarse generalmente en su propia iglesia parroquial.

    Canon 529:

    1. Para cumplir diligentemente su función pastoral, procure el párroco conocer a los fieles que se le encomiendan; para ello, visitará las familias, participando de modo particular en las preocupaciones, angustias y dolor de los fieles por el fallecimiento de seres queridos... ha de ayudar con pródiga caridad a los enfermos, especialmente a los moribundos, fortaleciéndoles solícitamente con la administración de los sacramentos y encomendando su alma a Dios

    ...

    El problema es que el arzobispado y otros obispados están fomentando que los fieles católicos transijan y desistan en sus derechos funerarios.

    En cuatro lugares se puede fallecer, en el domicilio, en una residencia, en el hospital de agudos o en el hospital intermedio (socio-sanitario), sección de cuidados paliativos a enfermos o ancianos terminales.

    Acaecido el éxitus, se llama al seguro, la funeraria lo lleva al tanatorio para hacer el velatorio, lo maquillan, lo visten, y lo exponen detrás de un cristal en una cámara refrigerada y en una zona aséptica, y delante hay un salón con muchas butacas, donde los familiares lo velan y terminan de ver al finado, despedirse y recibir a todos los amigos y parientes que quisieran pasarse por ahí para darles un pésame. Una costumbre de hoy en día.

    En los tanatorios tienen un salón grande que se identifica como "Salón Religioso" o "Capilla" u otro nombre, donde hay sillas o bancos, donde hay una especie de mesa de oficiar totalmente aséptica, donde no hay Tabernáculo o Sagrario, y es una sala NO consagrada, pues ahí se celebran todas las exequias de todas las creencias. Llega un sacerdote, diácono o laico autorizado, hacen la misa de funeral si son presbíteros, da la comunión al que quiera recibirla, consuela a los deudos y hay que desalojar la sala pues puede haber otra ceremonia de otra creencia, incluso masónica o de otra creencia con sus símbolos.

    Luego se procede al entierro o cremación. Este lugar puede estar anexo al lugar de la celebración o hay que desplazarse en vehículos proporcionados por la funeraria.

    El arzobispado te dice que sí, se pueden hacerse las ceremonias exequiales en espacios no consagrados, y afirman que para compensar, una semana después del entierro se puede hacer una misa de recordatorio de funeral en la parroquia del finado.

    Pero toda esta estructura sigue una cadena causal económicamente estudiada:

    Hospital, residencia o domicilio - Velatorio de la funeraria - Misa exequial en el centro funerario - Cementerio o crematorio

    Evidentemente, en los pueblos aún puede hacerse, pero traer el féretro en la propia parroquia es, de facto, en Barcelona, un hecho posible pero poco frecuente. El sistema procura que sigas la ruta marcada económicamente, no que se traslade el féretro y el servicio de la funeraria (coche y dos ayudantes) realice dos traslados y se espere entre 30-45 minutos. Puede ser, pero el "sistema" te desanima a hacerlo.

    Este sistema burocrático-empresarial mata a la comunión de los santos de la Iglesia Doméstica parroquial: nadie sabe en la parroquia si tal feligrés ha fallecido (en los pueblos aún sí) porque no hay ya misa exequial, quizás una misa de recordatorio, o una intención de misa.

    Hay que replantearlo todo.

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    1. El diluvio, como la pentapolis existieron, no le den mas vueltas, HOMBRE!!!

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  9. Creo que hemos llegado a un tiempo en que la iglesia en las grandes ciudades tiene que adaptarse a lo que hay, y lo que hay es qué no hay sacerdotes para tanta labor. Los entierros clásicos, antigüos, hoy día, no se pueden realizar, sería impensable. Por tanto me parece bien y muy lógico que las funerarias se encarguen de todo y una vez hecho el servicio del entierro dignamente, los familiares acudan a un funeral en la parroquia o dónde sea y hagan una celebración religiosa también digna y coherente si lo prefieren. Lo demás
    son ganas de marear la perdiz..

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  10. Me consta, porque lo he vivido, que las funerarias de Barcelona empujan hacia las ceremonias laicas de manera descarada de tal forma que, aunque el finado sea creyente, si encuentran una familia un tanto tibia se salen con la suya. Ello obedece, según me cuentan, a razones puramente económicas.
    Por otra parte es cierto que, salvo excepciones, el cuidado religioso de los tanatorios deja mucho que desear,
    actuando sacerdotes y diáconos permanentes como puros funcionarios. Lo ideal es llevar al tanatorio un un sacerdote conocido o trasladar al difunto a su parroquia en el bien entendido que la funeraria no puede cobrar ningún importe adicional porque así está establecido según nos informó el rector de mi parroquia.
    Finalmente, una sugerencia por mi parte, sería la de establecer un " turno de guardia" de todos los sacerdotes de la diócesis para que dos o tres días al año tuvieran que acudir a los tanatorios a oficiar los funerales a que hubiere lugar.

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  11. Omella siempre fue partidario de este tipo de pastorales absurdas. Cuando oigas a un presbítero hablar de la gran labor de los laicos en la Iglesia, de unidades pastorales con catequistas para ir a no se que aldea una vez a la semana, lo más seguro es que al 90 por ciento sea un vago eclesial.
    En un pueblo de 100 habitantes que van 8 como máximo a misa, la parroquia desaparece a la par que el pueblo y si no van a la Santa Misa, menos van a ir a oir un predicador como si fuéramos protestantes.
    Lo que deben preocuparse los obispos y el Papa que es mucho pedir es de los seminarios y las vocaciones, asunto al que por cierto en otras Diócesis a Omella le ha importado un pimiento. Sacerdotes santos y doctos.

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  12. Siempre sentí envidia de los camposantos del norte de Europa, donde la vida cotidiana se funde allí como un paseo más, como un lugar donde tomar el sol y donde los bancos llevan el nombre del donante. De dos en particular guardo un grato recuerdo, el de Oxford, a unos doscientos metros de la Iglesia de san Gregorio y San Agustín, y el de Exeter, donde los jóvenes aviadores alemanes abatidos por las defensas inglesas compartían reposo eterno con los muertos en los raids.

    En España, los cementerios están lejos de la población, donde no se vean, si asomen las cruces de las tumbas. Como si no quisiéramos contar con la muerte.

    Para el Cristiano, la muerte es, a imitación del Señor, una Pascua. ¿Y qué mejor que celebrarla con el sacrificio de su Muerte y Resurrección? Los cantos litúrgicos, de una belleza inigualable, como el Dies Irae, In Paradisum, De profundis... se han sustituido por cantos profanos de boy scout, el riu de la vall, y largas peroratas de amigos, conocidos o gente que pasaba por allí. Y algún nocturno de Chopin acortado. Ante tanta irreverencia en ese momento crucial de la existencia de la persona, donde alcanza su clímax la gratuidad t¡y generosidad de Dios que nos la dio y de cuyo uso nos va a pedir cuentas con su infinita comprensión de nuestras flaquezas, a veces pienso si no sería mejor, visto lo visto, salirse por peteneras o por goliardos y cantar la despedida del borracho. "Cuando yo me muera..."
    En la melancolía del alma guarda uno el recuerdo del monaguillo que acompañaba al sacerdote, revestido de capa pluvial, con el acetre y el hisopo hasta el momento mismo de la inhumación. Aquello sí que era un acto de la comunidad, del pueblo entero con su sacerdote. Cuando fallece algún conocido y no puedo asistir, me anima escuchar el In paradisum deducant te angeli... Es maravilloso. O el "Cerca de Tí, Señor...

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  13. Es curioso leer todos estos comentarios, pero seamos realistas. Si no hay un buen sobre el sacerdote no quiere ir y todos sabemos los sacerdotes que se llevaban cerca de 6.000€ mensuales por simplemente hacer tanatorios y dejar sus iglesias todo el dia vacias, la primera pregunta que me surge es, sino hay dinero no hay sacerdote??. Veo muy correcto que el Obispado controle este "manguneo" ole ole y ole por Monseñor Omella, gran golpe de báculo.
    Sigamos por los Diaconos permanentes, sino quieren ir los sacerdotes porque no se les pagan, asumen toda la ceremonia los diáconos, pero no es porque no haya sacerdotes insisto, es como que no se paga el sacerdote no quiere ir, y los diáconos están al servicio del Obispo, así que ole ole y ole por los diáconos permanentes que pueden realizar esta misión de servicio. Por otro lado los agentes de pastoral, señores que problema tienen con ellos? sino hay sacerdotes que quieran ir y diáconos que no dan a basto pues se tendrá que dar el servicio "religioso" de alguna manera, así que ole ole y ole por los agentes pastorales.
    Es muy fácil plasmar en letras la "demagogia" pero señores las cosas por su nombre y hay que ser realistas. No es que no hayan celebraciones con sacerdotes, es que el sacerdote por menos de 60euros por exequia no quiere ir. Reflexiones con la realidad encima de la mesa.

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  14. A nadie se le ocurre que el centro de las exequias es Cristo. Eso está alejado de la realidad. Por otra parte un diácono puede oficiar algo muy parecido a una misa; en una iglesia o santuario yo no lo hubiera notado si no fuera porque no hubo consagración.

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  15. Es lamentable la tendencia a celebrar la misa de difuntos en el tanatorio en vez de en la parroquia del finado. Todo muy frío y despersonalizado.

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