Cuando tanto indocumentado se pone a crear espacios de diálogo interreligioso (no ecumenismo, que es el esfuerzo en lograr la unidad de las diversas confesiones cristianas), la doctrina islámica sobre Jesucristo nos saca de nuestra inopia para ponerla delante de una triste evidencia: el diálogo teológico con el islam es imposible. Primero, porque el islam no tiene teología propiamente dicha (reflexión sobre el ser de Dios), sino jurisprudencia (cómo y cuándo cumplir los preceptos emanados del Corán); y segundo, porque lo que dice el Corán es normativo y no puede someterse a ningún tipo de discusión. Eso no quiere decir que todos los musulmanes sean yihadistas radicales y violentos -no vaya a empurarme otra vez el fiscal de Odio- porque hay de todo en los sembrados de Mahoma. Eso simplemente significa que el islam es monolítico e indiscutible en su revelación y no está sujeto a hermenéuticas ni interpretaciones, aunque cada musulmán pueda vivir su fe con muchas variantes según su origen geográfico y su adscripción (suní, sufí, salafista, wannabita…).
A pesar de todas las posibles variantes existentes en la forma de practicar la fe islámica, Mahoma construyó una imagen de Jesús de acuerdo con las categorías que el Corán aplica a los profetas bíblicos. Sin embargo, se aparta en muchas ocasiones de la que muestran los evangelios canónicos. Su conocimiento de Jesús parece estar basado en los apócrifos (evangelio de Tomás, Marción, Judas, María Magdalena…) y en algunas corrientes heréticas contemporáneas a su época (montanismo, ebionismo).
En cualquier caso, he aquí la madre de todas las paradojas: en este momento, los responsables del Depositum Fidei, confiado a la Iglesia para que lo conserve y lo transmita a todo el mundo, han creado tal confusión entre los cristianos, que es grande el número de musulmanes cuya fe y confianza en Jesucristo podría ser mayor que la de un número considerable de católicos.
Jesucristo hace, según Mahoma, todos sus milagros con “el permiso” de Dios. Por eso mismo no son la prueba de la divinidad de quien los realiza. Dios sólo le permitió hacerlos. A Jesús, por tanto, se le concedió el don de hacer milagros (como sanar a los ciegos, resucitar a los muertos, etc.), más por favor divino que por su propio poder.
El Corán también negará la crucifixión de Cristo, ya que afirma que no murió, sino que fue elevado por Dios y volverá el día de la resurrección. Muestra así el escándalo que le provoca la cruz y también el concepto de la Trinidad: el Dios uno en tres personas distintas -Padre, Hijo y Espíritu Santo- sin mezcla ni confusión. Según la sura IV, Jesús no fue crucificado realmente sino que se trató de una ilusión que engañó a sus verdugos. Según la tradición musulmana, Jesús ascendió a los cielos de manera corpórea, estando vivo. Ascendió al Cielo sin ser puesto en la cruz y Dios dio su apariencia a otra persona, Simón de Cirene, que fue crucificado en su lugar (descripción muy similar a la dada por Ireneo sobre la herejía de Basílides).
Para el Corán Jesús es sólo un profeta. Tal vez el más grande y santo de los que Dios envió antes de Mahoma, pero sólo un profeta. Ninguno de los títulos con que se le presenta en el mahometismo (espíritu de Dios, siervo de Dios, espíritu de santidad) reconocen su filiación divina. Jesús fue, por tanto, un hombre nacido por mandato de Dios sin intervención humana a través del anuncio del ángel. Su concepción virginal sólo es un signo del poder de Dios que hace de su profeta una noble y pura criatura.
A Cristo se le presenta como un auténtico musulmán que rechaza la idea de ser Dios, enseña el monoteísmo y la sumisión a Dios, único Señor, hasta llegar a anunciar en el Corán la venida de Mahoma.
El Corán mantiene ante el Evangelio una actitud ambigua. Por un lado, Mahoma busca en él confirmar su propia predicación y, por otro, acusa a los judíos y cristianos de falsificar sus propios textos sagrados.
Las aleyas (versículos) del Corán niegan explícitamente los contenidos fundamentales de la fe cristiana: la divinidad de Cristo, la encarnación, su cruz y su muerte, la redención y la Trinidad. Mahoma habría venido a completar y a corregir cuanto ha sido revelado por Jesús. Parece como si el Corán pretendiese enseñar a los cristianos su fe o la imagen que presenta de Jesús. Así, la “cristología” musulmana, más que ser un punto de encuentro, se convierte en un obstáculo, pues el islam sabría, a través del Corán, quién es Cristo mejor que nosotros.
Sería entonces necesario preguntarse cómo es posible que Dios enviase a su propio Hijo a predicar las bienaventuranzas y el amor al prójimo como a uno mismo y, luego, enviase a un profeta –Mahoma, el definitivo- a restaurar el ojo por ojo y diente por diente (Mateo 5,38), la religión como justificación de la guerra y la desigualdad ontológica de la mujer. El mismo Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona citó al emperador bizantino Manuel II el paleólogo, el cual dirigiéndose a un erudito persa afirmaba: «Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición de difundir por medio de la espada la fe que predicaba». El emperador, después de pronunciarse de un modo tan duro, explica luego minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo insensato. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. «Dios no se complace con la sangre —dice—; no actuar según la razón (συν λόγω) es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas... Para convencer a un alma racional no hay que recurrir al propio brazo ni a instrumentos contundentes ni a ningún otro medio con el que se pueda amenazar de muerte a una persona». Cinco días después, en represalia por el discurso del papa Benedicto, la religiosa Leonella Sgorbati fue asesinada en Mogadiscio por yihadistas radicales. Todo un signo.
¿Y qué nos está ocurriendo hoy? Nos está ocurriendo que hasta estamos consintiendo que Mahoma nos arrebate a Cristo. Primero, porque el mundo occidental, el primer mundo, ha abdicado de la fe en Jesucristo sobre la cual edificó su grandeza de alma, su grandeza humana construida sobre el amor. De tal modo que nos encontramos en el enfrentamiento de dos mundos: uno con fe, el musulmán, y otro sin fe, el cristiano. Y según los cálculos humanos, le toca vencer al que tiene fe. Fe y moral, a la que el cristianismo ha renunciado mayoritariamente, pasándose a la miserable moral del mundo. Y, en segundo lugar, tal como estamos cayendo y decayendo en manos del mundo, hay quien dice que nos podría ocurrir que el islam incorporase oficialmente a su fe, la fe en Cristo (una variante más, cercana al sufismo), tan debilitada en nuestro mundo, y nos incorporase a su sistema como una corriente islámica más, para formalizar definitivamente los dos frentes del Armagedón: los con Dios y los sin Dios.
Sin embargo, Jesucristo, el Señor, el Dios encarnado, es la Palabra definitiva de Dios a los hombres y no se nos ha dado bajo el cielo otro nombre en el que tengamos salvación (Hechos 4,12), afirma el apóstol San Pablo. Nosotros sabemos ciertamente que no hay profecía después de Juan el Bautista ni hay revelación más grande que la de Cristo. Eso no significará nunca que los cristianos, por el solo hecho de serlo, seamos mejores que los musulmanes, sino que tenemos una mayor responsabilidad porque, gratuitamente, se nos ha dado una gracia que no merecemos: A quien mucho se le dio, mucho se le pedirá (Lucas 12,48), dice nuestro Salvador. A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos.
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.www.sacerdotesporlavida.info
El islam no es ningún Anticristo por cierto, y nos puede enseñar bastante a los católicos despistados, y además en el Creacionismo tienen un autor intelectual que regaló su libro a las universidades, aquí hay algo https://silverigarrell2.blogspot.com/search?q=islam
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Silver Garrell.
EliminarYa les gustaría a muchos que se dicen Católicos ser tan estrictos en la religión como lo son los Chiitas de Irán , por ejemplo.
Étienne Couvert sostiene que el origen del Islam tiene otra procedencia real diferente a la clásica (La Gnose universelle).
ResponderEliminarDice que es imposible que un jefe de caravanas elevado socialmente por el matrimonio, Mahoma, redactase un libro complejo con conocimientos culturales de judaísmo, cristianismo y gnosticismo, las contingencias históricas de los pueblos árabes de la frontera romano-sasánida, la cultura de los sasánidas partos (maniqueismo) y las religiones del Oriente Medio, dominando las lenguas árabe, ésta de forma excelente, hebrea y griega.
Couvert concluye que no es un jefe de caravanas quien escribe el Corán, sino que:
a) se escribe durante la era del debilitamiento de los imperios bizantinos y sasánida, en concreto, la guerra bizantino-sasánida del 602-628, que fue la última y más devastadora de las guerras romano-sasánidas. Se disputó por todo el Oriente Próximo, desde Egipto hasta el Cáucaso, pasando por el Levante, Mesopotamia, Anatolia, Armenia, el mar Egeo o las murallas de Constantinopla, y colapsó a los sasánidas y en parte a los bizantinos frente a "El califato bien guiado, califato ortodoxo o califato rashidun", los cuatro primeros califas que sucedieron a Mahoma, desde el 632 al 661.
b) el objeto del Corán es separar a los cristianos árabes de la doctrina cristiana para hacerlos volver al judaismo
c) el Corán se escribió en Siria para que los árabes cristianos sirios volvieran al judaismo
d) el autor del Corán era un gnóstico judaizante, quizás un monje ebionita, que negaba la divinidad de Cristo, por lo que explica que no existan tres palabras fundamentales, La Medina, La Meca y la Kaaba, y explica la atracción obsesiva por la ciudad de Jerusalén y la región sirio-palestina, propia de un judío o judaizante.
Los ebionitas (los pobres, siglo II d.C.) vieron a Jesús como solo un hombre que, en virtud de su rectitud al seguir la Ley de Moisés, fue escogido por Dios para ser el profeta mesiánico, como Moisés. Jesús es el Mesías pero negaban que tuviera naturaleza divina y que su nacimiento hubiera sido virginal, era hijo natural de José y María, siguiendo los ritos y leyes judías como la circuncisión, el sábado o las prohibiciones alimenticias, adoptando el vegetarianismo y los baños rituales.
En el seno de una comunidad judeocristiana ascética conocida como los elcesaitas, subgrupo de los ebionitas, pasó su juventud el profeta Mani (216-274 d.C.), fundador del maniqueísmo persa, y enseñó una cosmología dualista que describe la lucha entre un mundo bueno y espiritual de luz y un mundo malo y material de oscuridad, influyendo en San Agustín (Contra los herejes) y a las sectas medievales del catarismo y bogomilismo. El maniqueísmo llegó a convivir y absorber ideas del cristianismo y la herejía del marcionismo, judaísmo helénico y rabínico, religión griega antigua y mistérica, gnosticismo, zoroastrismo, budismo y religiones babilónicas y otras mesopotámicas.
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En 1874 el profesor Adolf von Harnack declaró que el mahometismo era una lejana derivación de la gnosis judeo-cristiana y no una religión nueva. Después de la formidable expansión de los árabes, sus intelectuales se convirtieron en transmisores del saber antiguo y también de la gnosis a Occidente, a través del Imperio bizantino y sobre todo, de la frontera con los cristiano d de España.
En la ciudad de Toledo, reconquistada por Alfonso VI en el año 1085, se creó un centro internacional de traductores que alimentó, gracias al aporte de manuscritos árabes, a las nacientes universidades de Europa, así como Averroes, de fuerte tendencia gnóstica, fue el principal transmisor de Aristóteles a Occidente.
La decadencia del Islam empezó con Al-Ash'ari, teólogo musulmán que vivió en el siglo X d.C. Fue el fundador de la escuela Ash'ari de teología, que es una de las escuelas más importantes del Islam sunita.
Al-Ash'ari estableció unas ideas básicas:
1. El Corán era la única fuente de la ley islámica
2. El Corán debía interpretarse literalmente
3. La Revelación está por encima de la razón
La escuela Ash'ari, por lógica, rechazó de plano todas las ideas de los filósofos griegos, como Platón y Aristóteles, que se basaban en la razón
ResponderEliminarLas ideas de Al-Ash'ari tuvieron una profunda influencia en el desarrollo del Islam sunita. Su escuela de teología se convirtió en la escuela dominante en el mundo musulmán, y sus ideas siguen siendo seguidas por muchos musulmanes en la actualidad
La expulsión de los filósofos de la famosa Universidad de Al-Azhar de El Cairo en 1125 fue un acontecimiento significativo en la historia del pensamiento islámico. El califa Al-Amir Bi-Ahkamillah, que gobernaba el califato fatimí en Egipto, ordenó la expulsión de todos los filósofos de la universidad, que era entonces un importante centro de aprendizaje islámico
La expulsión se debió al creciente poder de los ulemas, o eruditos religiosos, que se oponían a la filosofía por considerarla una amenaza para la religión, que argumentaban que la filosofía conducía al escepticismo y la incredulidad, y que podía socavar los fundamentos de la fe islámica, siguiendo la escuela Ash'ari
Consecuencia de ello fue que contribuyó al ascenso del tradicionalismo religioso en el mundo islámico, y si bien en otros países islámicos se estudió filosofía, fue el siglo XII d.C. el inicio del lento declinar y decadentismo cultural del islamismo que ha llegado hasta nuestros días
Así, el Islam quedó petrificado:
1. Marcó el fin de la influencia de la filosofía griega en el mundo islámico desde el siglo XII
La filosofía griega había sido una fuente importante de inspiración para los pensadores islámicos durante siglos, pero la expulsión de los filósofos de Al-Azhar puso fin a esta influencia. Milagrosamente, San Aristóteles fue estudiado por Santo Tomás de Aquino para fundar la escolástica en el siglo XIII, quien se apoyó en la filosofía grecolatina para interpretar teóricamente al cristianismo, especialmente al misterio de la Revelación
Benedicto XVI reveló la deshelenización del cristianismo que reconoce en tres etapas:
a) la iniciada con la Reforma de Lutero (la razón como puta del demonio)
b) la ejecutada por la teología liberal (idealismo ilustrado: el dogma católico es "una construcción del espíritu griego sobre el suelo del evangelio"; el método histórico-crítico descubre la verdad de Jesús)
c) la que se está difundiendo actualmente en relación con la necesidad de inculturación del cristianismo más allá de la cosmovisión occidental (multiculturalismo relativista)
En realidad, todas ellas son hijas del platonismo: desde el mundo de las ideas se crean sus propios arquetipos e ideologías que rechazan a la razón, porque sus ideologías son en realidad irracionales e ilógicas en sí mismas consideradas, pretender llevarnos a un Edén Redentor laico mediante unas ideologías desconectadas de la realidad y la naturaleza, que sólo conducen al hombre a la infelicidad y a la irrelevancia cultural y personal: luteranismo, teología liberal y modernista, feminismo, ideología de género, indigenismo, cientifismo, Nueva Era, transhumanismo, socialismo-comunismo, anarquismo, democracia, liberalismo, libre mercado, socialdemocracia, ecologismo
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2. Llevó a un aumento del énfasis en las tradiciones y costumbres religiosas. La escuela Ash'ari, que defendía la primacía de la revelación sobre la razón, se convirtió en la corriente dominante del pensamiento islámico. Esto llevó a un aumento del énfasis en las tradiciones y costumbres religiosas, que se consideraban más seguras y confiables que la razón.
No hay libro más grande y completo que el Corán ni mayor profeta que Mahoma, todo lo demás, arte, literatura, filosofías... no iguala ni supera al Corán.
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3. Creó un clima de hostilidad hacia el pensamiento crítico y el desarrollo religioso.
La expulsión de los filósofos fue por el rechazo hacia la razón (igual que Lutero: la razón es la bella meretriz del diablo): los filósofos son críticos con cualquier proposición, sobre todo de la tradición religiosa musulmana.
Por favor, vuelvo a solicitar que me aclaren si todo este rollo aburrido y monotono que se publica cada día en la sección de comentarios es obra de la redacción de Germinans, con la cual cosa no volveré a decir nada, o bien es obra de uno o más iluminados que aburridos de su vida tratan de aburrirnos la nuestra con sus monsergas diarias. Gracias
EliminarToda persona religiosa, de la religión que sea, suele poseer una buena conducta moral y ética para con los asuntos esenciales de la vida. O sea que yo no condenaría al Islam, que recordemos, creen en el mismo Dios de Abraham.
ResponderEliminarPor otra parte, hay que tener mucha fe para creer que Dios tuvo un hijo a través de la virgen María. Fe a raudales hay que tener para creer que en el altar surte efecto la magia de convertir el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
La fe del mususlmán es más sencilla: pide perdón, ora y rinde culto directamente a Dios, sin intermediarios.
Y el musulmán creyente de veras, hace gala de unos modales y forma de vida exquisitos.
Exploremos y comprobemos que hay detrás del Islam.
Usted también debería explorar y comprobar qué hay detrás del catolicismo. Y, ya de paso, no faltar al respeto hablando de "magia" y menoscabando la fe de los cristianos
EliminarAnonimo 9:58. Supongo que su comentario es fruto de la total ignorancia. Investigue la vida de Mahoma y encontrara un ser lleno de odio , que paso 20 años de su vida haciendo la guerra, que tuvo mas de 70 esposas o esclavas sexuales, niñas incuidas, y luego nos cuenta lo maravilloso que es el Islam.
EliminarY si le queda alguna duda lea el discurso de Benedicto XVI en Ratisbona.
Totalmente de acuerdo con los postulados de Mosén Ballester.
ResponderEliminarHace muchos años que pienso que al final de los tiempos, la batalla final será los de Dios contra los hijos del Diablo.
Nos une más que nos separa de los seguidores de Mahoma, alabado sea su nombre.
Por cierto, el Corán admite que Jesucristo y su Madre están con Cuerpo VIVO en el Cielo, en cambio Mahoma NO.
Al loro 🦜 pues.
No se sulfure. Si usted cree en lo que acontece en el altar oficiado por un sacerdote que es de carne y hueso como todo el mundo, yo se lo respeto.
ResponderEliminarEl Chiismo es el Islam auténtico.
ResponderEliminarLos demás son heréticos.
El Chiismo es el Islam auténtico.
ResponderEliminarLos demás son heréticos.
Sr. Anónimo 14/49, no sea usted tan plomo, hombre, si no le gusta el coment se lo 🦘🦘🦘 y punto.
ResponderEliminarYa está bien de tanta crítica, c..o!!!
En todo caso y aunque el Islam difiera del cristianismo en su visión de Cristo, es la única confesión no cristiana que venera y respeta a Jesucristo y a Su Madre. Eso ya es algo, sino mucho. En cambio el judaísmo (y no hablo del veterotestamentario, sino del contemporáneo a Jesús y del posterior hasta el día de hoy) es enemigo acérrimo de Cristo y Su Magisterio. En el Talmud los judíos calumnian a la Virgen tachándola de adúltera y a Cristo lo presentan como a un farsante. No hay religión más hostil a Cristo que el judaísmo. Por el contrario el Islam es la religión no cristiana más próxima al cristianismo, por muchas diferencias que haya entre ambos.
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