Para D. Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación,
la primera premisa de su itinerario educativo en la fe, es el realismo.
Es evidente que, a la Iglesia en su
conjunto, se le ha ido haciendo cada vez más difícil explicar la fe. Y eso
ocurre porque a mucho clero, tanto esforzarse en acomodar su mensaje evangélico
al armazón lógico del mundo, ha terminado constatando que desde ese armazón que
ha puesto su fe en la ciencia (por lo demás, tan manipulable), ha de hacer cada
vez más contorsiones para explicarse a sí misma. Claro que es bueno aprender
idiomas para ampliar las posibilidades de comunicación. Pero una cosa es
aprender el idioma del mundo para poder comunicarse con él, y otra muy distinta
renunciar a tu propio idioma, hasta el extremo de acabar comunicándote con los
tuyos en un idioma extraño. Y es ahí donde hemos llegado en nuestra
evangelización de base, la catequesis. Todo lo que dice, suena tan extraño, tan
forzado, que el oyente se cansa pronto de escuchar.
Don Luigi Giussani percibió este
fenómeno con absoluta claridad, y entendió que debía volver al lenguaje genuino
de la FE, si quería que su catequesis tuviera alguna eficacia. “Nuestra
época -dirá- se caracteriza por la manipulación ideológica de la realidad para
ajustarla a esquemas prefabricados por la inteligencia. Sin embargo, el hombre
sano intelectualmente (ése es el concepto clave) desea saber cómo son los hechos y, a partir de ahí, pensarlos. Es
necesario por ello saber de qué se trata y cómo es la experiencia religiosa. Esta experiencia es un hecho, el hecho más
difundido en la vida de los seres humanos, que suscita en ellos un interrogante
sobre el significado de todo lo que hacen; y por ello resulta un punto de vista
más amplio que ningún otro. Se trata, pues, de un hecho que se manifiesta en el
comportamiento del hombre a lo largo de toda su historia”.
Ahí estamos, en las claves del
comportamiento humano. Necesitamos explicarnos por qué nos comportamos como lo
hacemos, y por qué creemos (en todos los ámbitos) lo que creemos. “En este asunto –explica Giussani- la mayoría de los hombres se apoyan
consciente o inconscientemente en lo que dicen los demás. Sin embargo, por su
importancia para la vida, uno no puede acabar asumiendo la opinión de moda o
las sensaciones que dominan el ambiente. La
experiencia religiosa pertenece al ser humano. Por ello, como sucede en mí,
en mi yo como persona, debo reflexionar sobre mí mismo, entrar en una
indagación existencial, cuyo
resultado debo confrontar con lo que otros han expresado en sus filosofías. Así
se enriquecerá mi conocimiento sin
asumir acríticamente el parecer de los demás en esta cuestión. El hombre no
puede tener ninguna experiencia sin una capacidad para valorar, para dar un
juicio sobre lo que se ha encontrado. Ciertamente la experiencia es “probar”
algo, pero también lo es el juicio que tengo sobre eso mismo. Por tanto, hacer experiencia es entender algo, descubrir
su sentido. Pero todo juicio necesita un criterio en base al cual se
realiza. Si ese criterio lo tomamos prestado de algo exterior a nosotros, a
pesar de nuestra indagación, haríamos
depender el significado de lo que somos de algo que está fuera de nosotros.
Puesto que el hombre antes de ser no era nada, no es posible que pueda darse
por sí mismo un criterio para juzgar. Este nos es dado. Aunque esté dentro de
nosotros mismos, nos es dado por la
naturaleza. Es decir, es algo inmanente a la estructura originaria de la
persona, detrás de la cual está Dios,
origen último de nuestro yo.
Hasta aquí, Giussani; pero eso
pertenece a un nivel de formación intelectual muy poco común, sólo al alcance
de las élites. La gente corriente no pudo disfrutar de un preceptor tan
extraordinario como el que tuvo Alejandro Magno. Fueron realmente pocos los que
pudieron disponer del entrenamiento intelectual de Aristóteles. Y es obvio que
en sus mejores tiempos, la Iglesia cultivó ese nivel intelectual (filosofía
escolástica como base de la teología, tomista finalmente) únicamente para el
clero. Sólo fue así en sus mejores tiempos, que obviamente no son éstos. Los
fieles, y entre ellos, los alumnos del instituto en que Giussani impartía sus
clases de religión, hasta entonces no habían necesitado tan alto nivel
intelectual. Giussani fue el gran preceptor que les hizo encontrarse a sí
mismos como paso previo para encontrarse con Cristo.
Es que, mientras el clero y las altas
jerarquías de la Iglesia tuvieron clarísimas las cosas de la fe, porque no
había enfrente otro sistema de pensamiento (de lo contrario hubiesen necesitado
un nivel aún más alto de formación), los fieles pudieron relajarse confiando en
la fe del carbonero, con aquello de “doctores tiene la Iglesia”. Pero estos son
otros tiempos en que quien quiera tener criterio propio tanto en la ciencia
como en la fe, se lo ha de trabajar: como les enseñó Giussani a sus alumnos.
Son tiempos en que la Verdad ha de luchar contra batallones de mentiras. Y para
discernir se necesita entrenamiento. Por supuesto no le costó nada, en su
sistema de formación humana integral, convencer a sus alumnos de que el hombre,
si renuncia a su dimensión religiosa, renuncia a lo más noble de sí mismo: “El hombre auténticamente religioso acepta el
infinito como significado de sí mismo: no puede olvidar que antes, él no
existía, y que luego morirá”. Es la manera que tiene cada uno de entenderse
perfectamente a sí mismo: enfrentarse a su origen y a su fin, a la muerte, la
gran ausente de la cultura ambiente. Porque es en la muerte donde finalmente se
enfrenta la humanidad a su dimensión religiosa (no hay más que ver el fenómeno
de las construcciones funerarias y de los ritos funerarios en todas las
culturas).
Giussani retoma la sentencia de
Protágoras que asegura que “el hombre es la medida de todas las cosas”, pero
llevándola a su última concreción: cada hombre tiene el derecho de constituirse
en la medida de todas las cosas. Es la realidad de cada uno la que sirve de
referencia auténtica para confrontar todas las cosas. Y en el “cada uno”
entran, por supuesto, sus exigencias anímicas y espirituales, porque el hombre
es mucho más que sólo su cuerpo. “Todo
aquello que un hombre pueda experimentar personalmente pasa a través de una experiencia original, elemental, de un
conjunto de exigencias y de evidencias con las que el ser humano se ve proyectado a confrontar todo lo que
existe. Se trata de un conjunto de evidencias
y exigencias tan originales que todo
lo que uno puede decir o hacer depende de ellas: exigencia de felicidad, de
verdad, de justicia, de amor…
Debemos, por ello, habituarnos a
confrontarlo todo con la experiencia elemental. En caso contrario, todo se
afrontará con la mentalidad común que sostienen y propagan quienes detentan el
poder en la sociedad. Encima de nuestras exigencias originales se sedimentan la
tradición familiar y la del contexto en el que uno se desarrolla y así se
altera la evidencia de aquellos primeros significados y exigencias. Sólo podemos desafiar la mentalidad, el
clima cultural, la opinión común, si juzgamos todas las cosas a la luz de
nuestras evidencias primeras y, a partir de ellas, cribar cada propuesta
existencial que se nos haga.
Eso mismo es lo que hizo el apóstol
Pedro al escuchar la pregunta que Cristo lanzaba a sus discípulos – “También vosotros
queréis marcharos?”-, tras decirles que había que comer su carne y beber su
sangre. A lo cual Pedro respondió: “Y dónde iremos Señor? Sólo tú tienes
palabras de vida eterna” (Juan 6,68).
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.
Magnífica exposición de Mosén Ballester.
ResponderEliminarFelicidades 🎇🎇
..
Magnífica exposición de P. Custodio, pero sólo que es apta para intelectuales pensadores no para gente común de la calle. Para los comunes callejeros solo entienden el Amor el Castigo El Diluvio y la Pentápolis, el primero el Amor se predica mucho hoy día pero los oyentes se lo cogen a su antojo llegando al límite de que ha desaparecido la santidad del Matrimonio Católico, y los demás el Castigo, el Diluvio y la Pentápolis estan censurados. Yo me imagino el porque la primera proposición, el Matrimonio que funciona muy mal, es debido a que le faltan los tornillos de las otras 3 proposiciones suspendidas de facto que son, Castigo, Diluvio, Pentápolis. La maquinaria eclesial católica no funciona adecuadamente, le faltan tornillos en algunos ejes que son la clave para evangelizar.
ResponderEliminarApreciado don Silveri: ¿quiere usted que la maquinaria eclesial CATÓLICA funcione adecuadamente? Pues lo tiene fácil: restaure la VERDDERA devoción, RESPETO y CARIDAD a la Eucaristia* (Dios-Hombre), que tras el C.V.II, ha quedado asmática, -por no decir agónica-, y verá los resultados. Pero querer solucionarlo acudiendo al Diluvio Universal que ocurrió hace milenios, pues como que no va a dar muy buenos resultados. Mas bien alerte al mundo del segundo diluvio, -que no dudo usted conoce-, si sigue obstinado en seguir la "bendita" agenda 2030, un verdadero batallón de mentiras CAMUFLADAS y cristófobas.
EliminarY recemos por el Sínodo, para que produzca el MENOR DAÑO posible a la Iglesia de Cristo. Fueron proféticas las palabras del difunto cardenal George Pell: «Es una pesadilla tóxica».
Un cordial saludo.
* GARABANDAL: "Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi mensaje del 18 de octubre, de 1961, os diré que éste es el último; antes la copa se estaba llenando ahora está rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira de Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras El os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación; pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos, debéis sacrificaros más; pensad en la pasión de Jesús".
Hoy: festividad de los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel.
Respuesta a AMIEES. La maquinaria eclesial católica para que funcione bien debe contener todas sus piezas y yo solo me limito a escribir comentarios cortos para denunciar las piezas que faltan. Sobre la Eucaristia no haca falta hacerle propaganda se vale por si misma cómo la Pieza Principal que no falta nunca en la Misa.
EliminarMuy interesante la historia de D. Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación...
ResponderEliminar"es bueno aprender idiomas para ampliar las posibilidades de comunicación. Pero una cosa es aprender el idioma del mundo para poder comunicarse con él, y otra muy distinta renunciar a tu propio idioma, hasta el extremo de acabar comunicándote con los tuyos en un idioma extraño..."
El SIL Internacional (Summer Institute of Linguistics, Instituto de Lingüística de Verano) es una organización protestante de los EEUU cuyo objetivo es el estudio de todas las lenguas del mundo para promover el proselitismo protestante, bajo su idea de que "todos los hombres deben de conocer la Palabra en su idioma para conseguir la salvación de las almas". Contribuyó a codificar cientos de lenguas y traduce la Biblia a unos mil idiomas.
Kenneth Lee Pike (+2000), su dirigente, para facilitar el proselitismo, hacía traducciones bíblicas "según el contexto" para los indígenas de Méjico. "Según el contexto" era esto:
- ¿Cómo les traduces a los judíos como pueblo elegido y a sus enemigos los filisteos, los saduceos y todo esto, pues los desconocen?
- Muy fácil, si lo traduces a los mistecas, ellos son el pueblo elegido por Yavé, y los enemigos del pueblo elegido (los egipcios, ammonitas, moabitas...), son sus vecinos los zapotecas; y cuando lo traduces para los zapotecas, ellos son los judíos como el pueblo predilecto de Dios, y los mistecas son los malos: amalequitas, edomitas, sirios
- Entonces, los tojolabales, mochós, tokos, jakaltekos y mames, cuando les traducís la Biblia, todos son los judíos como el pueblo de Dios, y sus vecinos (para el toko el jakateko y otros), sus enemigos son los cananeos, filisteos, babilonios y asirios, si lo entiendo bien
- Correcto, así comprenden muy bien a la Biblia
Por eso fueron expulsados de algunos países americanos porque con tales traducciones, estaba enemistando a los pueblos y tribus pacificadas de hacía tiempo... de otro lado, todos los pueblos tenían "Nuevas Jerusalenes". Todos eran el pueblo elegido de Dios, y todos eran los enemigos de Dios y de su pueblo elegido (aquí, España era el Faraón y Egipto)
...
Hoy, sin dudar, la Iglesia ha renunciado a evangelizar. Cuando Bergoglio dice que hacer proselitismo es horrible y evangelizar es bueno, el resultado fáctico, real y efectivo es que no se evangeliza para nada en absoluto, todo ha quedado paralizado por un veneno neurotóxica que bloquea todo el cuerpo místico, porque siempre, siempre, siempre, habrá alguien que acusará a los misioneros y laicos de "proselitismo" a Roma, y ésta, neciamente, lo castigará a tontas y locas.
No sólo es grave esta dicotomía "proselitismo malo - evangelizar bueno", sino que el segundo obstáculo insalvable es la absoluta falta de definición jurídica estricta y objetiva de proselitismo por parte de Bergoglio. No existe, todo es vaporoso, gaseoso y fluido, para que Roma use el criterio "para el amigo el favor, y al enemigo la ley"...
La Iglesia ha perdido no sólo la evangelización sino también el lenguaje comunicativo propio como dice el P. Custodio. Sólo pueden verse las inanes, vacuas, sin unción, aburridas hasta cansar a las piedras: nada dicen, nad motivan, nada encienden, son fuego fatuo, fata morgana, espejismo.
Eso lo pude observar durante los 1960 y 1970, como consecuencia de este terrible Concilio Vaticano II que todo lo arrasó: la belleza, la verdad, la bondad, la unidad, la eternidad. Los curas de la antigua escuela y los curas nacional-progresistas tenían dos lenguajes absolutamente diferentes, eran dos mundos, uno el de Jesús, y el otro para perros verdes de Z-Reticuli.
Desapareció todo lo referido a la mística y la ascética, a las gracias, los carismas, los dones del Espíritu, las virtudes y los vicios, la existencia del demonio, el pecado mortal, la confesión, las devociones... nada que ya no sepan... y así sigue en 2023 pero a peor, pues hay un sínodo de la sinodalidad que quiere introducir en la Iglesia Universal el luteranismo apostático del camino sinodal alemán...
Me uno a las enhorabuenas. Muy buen artículo para defender la superación de la "fe del carbonero".
ResponderEliminarLa fe del carbonero no es mala en sí, pero la profundidad intelectual de la fe de una persona debe ser acorde a su educación.
Al mismo tiempo, no es admisible que un cristiano aplique una especie de fe del carbonero a cuestiones mundanas, aceptando acríticamente lo que predican los medios de comunicación, en vez de considerar las cosas por uno mismo.
Uno no puede tener fe en si mismo si mo supiera que es un pequeño impulsado por la mano de Dios, vivo por el Aliento de Dios, inspirado por el Espíritu de Dios.
ResponderEliminarSin El nada puedo y todo lo puedo en aquel que me conforta dijo Pablo.
No puedo tener fe en mi que soy un mortal pero si puedo tener si se trata de ir caminando por el Camino , que es Cristo.
Dios Padre actúa como un entrenador o director técnico de Fut bol..El sabe permitirnos pruebas y prefiere no intervenir en el juego a menos que el partido se ponga tan mal, se acercara a la línea lateral del Campo, te llamará y te dura Doy el Dueño de la finca y he contratado a todos...confía en que yo te daré el ciento por uno
Hoy, en vísperas del Sínodo, y a la vista de las extrañísimas amistades que se busca Francisco, es más difícil que nunca predicar la fe de Cristo.
ResponderEliminarGracias, mosén Custodio, por traernos un ejemplo tan genial de que "eppur si muove", que a pesar de todo, Cristo vino al mundo a redimirnos; y eso puede explicarlo perfectamente todo el que lo cree de corazón (la realidad potentísima del corazón que tan bien explica Giussani).
¿Será acaso que no hay manera de encontrar cómo explicar el evangelio, porque la fe de quienes han de explicarlo, no está instalada en el corazón? (En el cerebro, por supuesto que no, porque se han pasado al idioma "científico" del mundo).
Como siempre peloteo, dependiendo de quien escribe
ResponderEliminarCuando ves blocs como este no és necesario ir a buscar enemigos fuera de la Iglesia porque estan dentro y presumen de defenderla. No censuren
ResponderEliminarAnonimo 18:32. Mejor vaya a llorar a una web progre, inclusiva, ecologica, etc. donde diga que no hace falta convertirse para salvarse. Estara mas a gusto, aunque de catolica no tenga nada.
EliminarSeñor Anónimo de las 18:32, creo que a usted le pasa algo. ¿Le sienta mal don Luigi Giussani? ¿Le sienta mal que nos lo traiga a la memoria el padre Custodio? ¿Le sienta mal que a algunos lectores les guste el artículo?
EliminarSi este blog fuese sinodalista de la sinodalidad y francisquista oenegista de la opción de los pobres, o ecologístico de la ecologicidad de la de la Nueva Iglesia, y por supuesto partidario del Nuevo Sacerdocio (de múltiples géneros) tan del agrado de Francisco (dime con quién andas...), se encontraría usted más a gusto en él.
Pero bueno, existen otros blogs de las tendencias que parece preferir usted. Recréese en ellos y ahórrese sufrimientos que le pueden amargar.
Me encanta discrepar de ustedes para que no piensen que todos los cristianos pensamos lo mismo.
EliminarAnonimo 14:49 Lo que se dice discrepar, no. Usted no discrepa, solo llora, y suelta exhabruptos. Razones, y argumentos no aporta ni uno.
EliminarSi volviese el Latín nos entenderíamos mejor .
ResponderEliminarApliquelo, cada dia comente aquí en latin gracias
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