Lo
del sínodo hemos visto ya en nuestra propia diócesis cuán desvergonzadamente se
ha manipulado. Y hemos visto también cómo este modelo de manipulación se
extendió a toda la Conferencia Episcopal Española por obra y gracia de su
Presidente. Al servicio, sin duda, del reforzamiento de la autoridad del papa,
que se ha empeñado en combatir el Camino Sinodal alemán con el sínodo de la
sinodalidad, de igual signo doctrinal, con la pretensión de imponérselo a toda
la Iglesia. Pisoteando para ello toda clase de preceptos conciliares y un buen
puñado de dogmas, abandonando así el camino de la Tradición y del Magisterio de
la Iglesia. Y haciendo lecturas retorcidísimas y heréticas de la Sagrada
Escritura.
Es
la obsesión por inventarse una “participación” de todos los miembros de la
Iglesia, incluidos los fieles, en la fijación de sus líneas maestras. Como si
eso de tener en cuenta la voluntad de todos para imponer luego a todos la de la
mayoría, fuese objetivamente posible. O examinando el negativo de la foto, como
si hubiera forma de garantizar la limpieza de la participación de todos y el
recuento de sus votos, cuando hemos visto en vivo y en directo en la archidiócesis
de Barcelona y en todas las diócesis de España (bajo la responsabilidad del
arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española) cómo
se ha trucado la participación y cómo se han hecho caer los votos del bando
predeterminado que convenía. Eso es hoy la democracia en el mundo, y ésa es la
democracia que se ha propuesto copiar la Iglesia. Como si la fe, la verdad y la
Ley de Dios pudieran someterse a la voluntad de los votos; teniendo la Iglesia,
como tiene, mecanismos infinitamente más fiables que los votos: la palabra de
Dios escrita, la Tradición y el Magisterio. Pues parece que se trata de cambiar
la voluntad de la Iglesia labrada por tan valiosos instrumentos, por la
votación de unos pocos en un momento determinado; votación, por otra parte,
burdamente manipulable, como hemos visto.
Eso
nos pasa por hacer seguidismo de la sinodalidad alemana, que se ha entregado a
su vez en cuerpo y alma a las doctrinas del mundo, marcadas por la Agenda 2030
y por la nueva redención que nos quiere traer a través del globalismo. En eso
anda en efecto toda la sinodalidad de uno y otro bando. Seguramente por el
empeño del papa en obedecer al grupo de cardenales que promovió su elección y
que obviamente cabalgan entre ambos sínodos: porque en ambos sínodos los
encontramos.
Vistos
los cánones que definen el sínodo de los obispos, y visto que el único que
puede convocarlo es el papa, seguimos preguntándonos muchos católicos cómo es
que el papa no declaró la nulidad absoluta del Camino Sinodal tan pronto cómo
éste echó a andar, y cómo es que no adoptó desde el primer momento, medidas
disciplinarias contra sus convocantes. Seguimos preguntándonos por esa
incomprensible pasividad del papa ante ese acto gravísimo de sublevación de un
grupo de obispos rebeldes, empeñados en unas doctrinas peregrinas que
pretendían imponer a toda la Iglesia.
La
clave de esa parálisis sólo puede estar en la singular revelación que hizo
Francisco para celebrar el décimo aniversario de su pontificado: estaba
obedeciendo las órdenes que le dieron en el “precónclave” un puñado de
cardenales valientes que se atrevieron a definir allí mismo su línea divergente
de la Iglesia. Órdenes con las que se comprometía su pontificado. Y por lo que
el papa revela, aceptó el compromiso al que condicionaron su voto. Y si la
sublevación de los obispos del Camino Sinodal alemán era promovida y estaba
vigilada por alguno de esos cardenales valientes del “precónclave” (o todos
ellos coordinados), por lo visto el papa Francisco no quiso o realmente no pudo
cumplir con su deber de frenar ese sínodo alemán que él no convocó (a no ser
que alguien entienda que su silencio formaba parte del compromiso).
Es
que llama poderosísimamente la atención que mientras el papa consentía
semejante acto de rebelión de los obispos alemanes irrogándose y ejerciendo un
derecho que no tienen (porque es exclusivo del papa), como es el de la
convocatoria de un Sínodo de los obispos (que algunos entienden que lo ha
legitimado al convocar en paralelo el Sínodo de la Sinodalidad, universalizando
así el Camino Sinodal alemán) llama la atención, digo, que mientras les consentía
a los obispos alemanes saltarse el derecho canónico respecto a las
prerrogativas de los obispos, constreñía ese mismo derecho canónico sometiendo
a los obispos contrarios a esos sínodos y de paso a todo el episcopado
católico, el derecho que les reconoce la constitución dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II
que, en su párrafo 27 dice: “los obispos
rigen, como vicarios y legados de Cristo, las iglesias particulares que les han
sido encomendadas (…). Esta potestad que ejercen personalmente en nombre de
Cristo, es propia, ordinaria e inmediata, aunque su ejercicio esté regulado en
definitiva por la suprema autoridad de la Iglesia y pueda ser circunscrita
dentro de ciertos límites con miras a la utilidad de la Iglesia o de los
fieles. En virtud de esta potestad, los
obispos tienen el sagrado derecho, y ante Dios el deber (…) de regular todo
cuanto atañe a la organización del culto”.
Pues
bien, he aquí que, estando el Camino Sinodal en marcha, el papa Francisco emite
su motu proprio Traditionis custodes. ¿Para
poner freno al cismático y herético Camino Sinodal? No, no, ¡qué va! Ese motu proprio (¡“por propio impulso”!) es
para atar corto a los amantes de la liturgia tradicional de la Iglesia. Y por
si con ese escrito no les había quedado claro, afina aún más el tiro y acorta
la cuerda hasta la estrangulación, con el rescripto posterior (guía de interpretación
del motu proprio) en el que hace tábula rasa del derecho y la obligación
de los obispos respecto a la organización del culto, que les encomienda el
concilio Vaticano II en la Constitución Lumen
Gentium. Esto es mucho más que anteponer la autoridad del Sínodo a la del
Concilio.
Es
lógico que poniendo frente a frente las actuaciones del papa respecto a la
sublevación del episcopado alemán con el Camino Sinodal (cuya más diáfana
respuesta es blanquear y hasta cierto punto legitimar tamaña fechoría mediante
la convocatoria del Sínodo de la Sinodalidad); y la que ha adoptado frente al propósito
de un gran número de fieles que se han empeñado en mantener viva la liturgia
tradicional de la Iglesia; es lógico que surja la pregunta de qué le está pasando
no exactamente a la Iglesia, sino al papa para que se dé esa escandalosa
asimetría de respuesta ante dos problemas de la Iglesia. Uno enorme, tratado
con guante blanco y con enorme cariño; y otro ciertamente leve, tratado con una
ira y una destemplanza que asusta. Con lo cual, uno no sabe si asustarse más
por la gran blandura y condescendencia con que el papa Francisco maneja el
cisma de los obispos alemanes, o por la extrema dureza e irritación con que se
enfrenta a los fieles amantes de la misa tradicional y a los obispos que les
apoyan.
En
los ordinariatos anglicanos (anglicanos que se han pasado a la Iglesia
católica) se hacen cruces al asistir al auténtico aquelarre que está siendo no
el Camino Sinodal de los obispos alemanes, sino el ingenioso invento del Sínodo
de la Sinodalidad convocado por el papa Francisco. Es que, ciertamente, al que
viene de una realidad tan degradada como es el anglicanismo, tremendamente
dividido y subdividido, que anda ya por ir lo más lejos posible con los
matrimonios homosexuales, intentando sacramentalizarlos; al que viene de una
iglesia tan esperpéntica, a fuer de democrática y sinodalizada, le preocupa
sobremanera el Sínodo “universal”, el de la Sinodalidad, convocado por el papa,
en el que se producen los mismos defectos no sólo doctrinales, sino también de
procedimiento, del Sínodo alemán: es decir de tergiversación de votos, de
vergonzosa cesión ante los activistas y abuso de autoridad. Con el agravante de
que este otro ha sido convocado y está siendo tutelado por el papa (muchos se
preguntan si no lo está siendo también el alemán: de facto, evidentemente).
Aquí
tenemos a nuestros próceres (el nuestro, el cardenal Omella) entregados en
cuerpo y alma a la promoción del sínodo de la sinodalidad, maniobrando maquiavélicamente
para que salga según la voluntad suprema del papa, atrapado entre los dos
sínodos, que al final aspiran a convertirse en uno solo, para mantener la
unidad de la Iglesia por todos los medios: a ningún papa le apetece pasar a la
historia como el proclamador y ejecutor de un cisma, aunque lo hayan provocado
otros. Si no salen las cuentas como ha previsto el papa, veremos a más de uno
sin escalera y colgado de la brocha. Andaremos (¿los dos caminos sinodales?) y
veremos.
Virtelius Temerarius
Un texto comprometido con la Iglesia, Virtellius, que refleja su desasosiego e incredulidad ante la deriva errática de Francisco, un pontífice dificilmente superable en sus contradicciones y ocurrencias, a cual más sorprendente.
ResponderEliminarSus meteduras de pata colosales, antaño corregidas por el jesuita portavoz sobre la marcha, quedan ahora al descubierto. En vez de impartir doctrina, Francisco se dedica al chismorreo que tanto critica.
Sus movimientos espasmódicos con un tinte autoritario deja al descubierto la inanidad doctrinal de quien no sabe responder unas dubbia elementales. Ante el disparate doctrinal del Sínodo Alemán, ante las necedades de Paglia, su mano derecha en temas de moral familiar, uno tiene la sospecha de que no se entera. No es que no se atreva, es que ignora qué tiene entre manos. Se mueve con mayor comodidad en sus invectivas contra los que cumplen, con algunos deslices de aurora boreal (como "paren como conejas", cuenta cuentas a los que rezan el rosario), con sus ocurrencias que desea que se tomen por axiomas de fe (indietrismo, madre tierra). No lo veo actuar de mala fe, sencillamente incompetente. Brutalmente incompetente.
Se deja usted, Señor Valderas, la reacción que tuvo con la Señora de aspecto oriental.
EliminarAquello si que fue de Aurora boreal.
Al final uno no sabe si este hombre es un representante de Dios o del de abajo.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarCoincide con las cartas apostólicas y el final, con falsos profetas, anticristos, herejías y llamar al mal como el bien para acomodarse a los deseos terrenales.
EliminarEntonces que nos proponen a los discípulos de la Iglesia en el futuro estos apóstoles en estas cartas ?
Ir y orar con las cartas de San Pedro, de San Juan, San Pablo
Muy ilustrativa la imagen del puño socialista cerrado y multicolor iris "legetebeano" que sale en esta página. Esta visto que todo el follón de estos sínodos y subsínodos lo ha engendrado el puñetazo sobre la mesa de los legetebeanos. De haber predicado más el Diluvio en las encíclicas, tantos enredos no sucederían.
ResponderEliminarEl Diluvio y la pentapolis Garrell, la Pentapolis!!!
EliminarSodoma, Garrell, Sodoma.
EliminarParece que se empeñan en meter al socialismo o a los socialistas (es fijación mental) en todo este embrollo que no es sino sólo de la IGLESIA. El socialismo nada tiene que ver en todo este berenjenal eclesiástico. Dejen al socialismo tranquilo y en paz y no mezclen. Recen mucho. Es lo que tienen que hacer. No se inventen mas maldades que eso es cizaña, impropio de Cristianos.
EliminarNo entiendo como muchos catolicos siguen mareando la perdiz con el papa actual. Y quieren blanquear al papa a toda costa. No le den mas vueltas: Francisco no frena el sonido aleman, porque piensa lo mismo que ellos.
ResponderEliminar¿Tan dificil es admitir que un papa puede ser hereje ?
Sr. Fred, el papa, según Ud puede ser hereje y Ud cree en una Iglesia fosilizada.
EliminarTotalmente de acuerdo
EliminarParece que San Pablo nos dice que seamos Testigos ., Según nos lo explica Benedicto XVI
Eliminar1 Co 15, 4). Así, una vez más, se resume el significado del mandato conferido a Pedro hasta el fin de los tiempos: ser testigo de Cristo resucitado.
Si Francisco y algunos obispos incumplen ese mandato con este Sínodo, estaba ya previsto en las cartas, porque en lugar de dar testimonio nos llevan al camino de la apostacia o perdición descrito en las cartas apostólicas, profesiss.
Entonces aquí hay una contraposición entre el mandato de Cristo a Pedro y sus apóstoles, su promesa de confirmar en la fe y la profesias de los falsos profetas.
El enigma está ahora en la espera de Pedro Romano
Hay que aclarar que el llamado "camino sinodal" alemán NO es un sínodo, no es reconocido como tal por nadie y, formalmente, ni siquiera tiene la pretensión de serlo. Es algo que ni está previsto en el Codex Iuris Canonici ni ha sido definido por sus organizadores (la Conferencia Episcopal Alemana y el Comité Central de los Católicos Alemanes) de modo sistemático. A pesar de ser un ente tan amorfo, el "camino sinodal" se ha atribuído a sí mismo unas competencias que van mucho más allá de las que correspnderían a un sínodo canónicamente constituído. No fue convocado formalmente por Francisco I, pero sus actitudes, sus declaraciones, su "teología" (si de tal cosa puede hablarse), su gobierno de la Iglesia, etc. fueron sin ninguna duda la fuente de inspiración del camino sinodal. En su "Carta al pueblo peregrino de Dios en Alemania" del 19 de junio de 2019 (Brief an das pilgernde Volk Gottes in Deutschland), en la que se incluía una loa a la "sinodalidad", no hizo otra cosa que animar a la celebración del camino sinodal. Los laicos del Comité Central de los Católicos y los obispos alemanes interpretaron, correctamente, esta epístola como una especie de cheque en blanco. Pero Francisco I tiene una marcada tendencia al capricho, incluso al berrinche, y a la contradicción y la inconsecuencia. Sin duda esperaba que los sinodales alemanes actuaran exactamente como él deseaba. Pero cuando alguien da a otro carta blanca, debe atenerse a las consecuencias. Sin embargo, al seguir el camino sinodal una ruta que no era la que él quería (¿sabe lo que quiere?) reaccionó con acritud. Pareciera que quería utilizar al camino sinodal alemán como cuña para abrir la puerta al "sínodo de la sinodalidad" y como laboratorio experimental o como ensayo general de éste. Pero el evento se le escapó de las manos. Hay que tener en cuenta también que en Alemania el camino sinodal no era solamente entendido como oportunidad brindada por Francisco I, sino también, por parte de los "progresistas", como ajuste de cuentas con un Benedicto XVI al que ese grupo detesta. En realidad, el camino sinodal es bastante menos específicamente alemán de lo que se cree. No hay una "herejía alemana". Las heterodoxias del camino sinodal son tan universales como la ortodoxia del también alemán Benedicto XVI. Si hay un cisma no será un cisma localizado geográficamente. La globalización también afecta a la teología. Para más información ver la serie, aún no concluida, sobre el camino sinodal publicada por Forum Libertas (requiere un poco de paciencia, pues son muchos artículos y algunos bastante largos). Aquí el enlace al hasta ahora último artículo aparecido:
ResponderEliminarhttps://www.forumlibertas.com/consejos-sinodales-tensiones/
No es un sínodo, es un conciliabulo a la medida de James Martín, Marx, Paglia y demás gente que huele a lavanda de la mala.
EliminarExcelente comentario
EliminarNon possumus amplius nec volumus differre: no podemos ni queremos demorar más
ResponderEliminarEn mi opinión, Dios pide a la Iglesia, a través de la historia (un loci theologici) para que responda a 3 preguntas:
1. Eclesiología Estado-Iglesia: Cuál ha de ser la posición ante un gobierno comunista dictatorial que crea una Iglesia Patriótica, impone sus obispos y persigue hasta la muerte a fieles, curas y obispos, destruyendo bienes inmuebles y muebles (vestidos, libros...)
Carta de Benedicto XVI a los católicos chinos (2007)
vatican.va/content/benedict-xvi/es/letters/2007/documents/hf_ben-xvi_let_20070527_china.html
2. Eclesiología políticos-Iglesia: Sobre si los políticos católicos (caso Biden) han de aceptar bajo pena de excomunión los 4 principios esenciales innegociables: defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural digna; familia y matrimonio naturales divinos; la educación de los hijos por los padres; bien común
3. Eclesiología Intraeclesial: Cuál ha de ser la posición de la Iglesia ante la destrucción de la eclesiología católica emprendida por la Iglesia Particular de Alemania, sumado a la debilidad de un papa, Francisco, que quiere introducir en la Iglesia Universal las herejías alemanas a través del Sínodo de la sinodalidad y que afectan a la totalidad de la doctrina: fe, moral, liturgia y eclesiología
...
Antes hay que recordar los loci theologici y la eclesiología, pues nuestros obispos nada enseñan:
A. Los loci theologici, "lugares teológicos", son las bases y fuentes de la teología católica para desarrollar su comprensión de la Fé, y son estos, Escritura, Tradición, Magisterio, Historia y Filosofía:
1. Sagrada Escritura: La Sagrada Escritura, la Biblia, fuente primaria, esencial y fundamental de la revelación divina, la Palabra de Dios inspirada, lugar donde se obtienen las enseñanzas divinas
2. Sagrada Tradición: La Tradición o la transmisión oral y práctica de las enseñanzas apostólicas y la experiencia de la Iglesia durante los siglos, es una fuente esencial de la teología católica, pues está vinculada a la Escritura y la interpreta a la luz de la Tradición viva
3. Magisterio: la enseñanza autorizada y guía que ejerce el Papa y los obispos en comunión con él. El Magisterio tiene la tarea de interpretar y transmitir fielmente tanto la Escritura como la Tradición, y su autoridad es reconocida en la Iglesia Católica como una guía segura en la comprensión de la Fé
4. Historia: La historia de la Iglesia y la reflexión teológica a lo largo de los siglos, dando un contexto de comprensión sobre cómo la Fé ha sido vivida y desarrollada por 2.000 años
5. Filosofía: el uso de la razón y la comprensión de la Fé a través de la reflexión intelectual, dando instrumentos conceptuales y razonamientos lógicos para comprender las verdades de la fe y establecer contactar con otras disciplinas y corrientes de pensamiento (ver Fides et Ratio)
...
B. La eclesiología es la rama de la teología que estudia la Iglesia misma, su naturaleza, estructura, misión y función como comunidad de creyentes y como Cuerpo de Cristo. Se basa en principios y enseñanzas reveladas en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio
1. Pueblo de Dios: comunidad de creyentes reunidos por Dios en la Fé en Jesús. Los bautizados son el Pueblo de Dios, y cada miembro es responsable, tiene una función en la vida y misión eclesial
2. Cuerpo de Cristo: Cristo-Cabeza y los creyentes son sus miembros. Unidad y diversidad, donde cada miembro tiene una función única pero unido en el único Cuerpo en Cristo
3. Jerarquía y ministerios: jerarquía divinamente instituida, encabezada por el Papa, sucesor de Pedro, y los obispos en comunión con él, con la responsabilidad de enseñar, gobernar y santificar a la comunidad. Hay múltiples ministerios y funciones dentro de la Iglesia, sacerdotes, diáconos, religiosos, grupos y movimientos, que desempeñan papeles propios para servir a la comunidad y celebrar los sacramentos y sacramentales (exorcismo, bendiciones, exequias)
Con razón, leyendo la última biografía de BXVI, un gran compendio sobre la necesidad del CVII, los obispos que vivieron este tipo de totalitarismos, o injusticias pidieron unas declaraciones que hoy son proféticas
EliminarDeclaración libertad religiosa
Declaración sobre la libertad de conciencia
Se trataba de obispos de medio Oriente cuyas Iglesias eran religión minoritaria en ciertas naciones teocentricas..gobiernos religiosos, sea musulmán o judío.
Esa declaración ampara a los cristianos en esas naciones para practicar su religión.aunque esa declaración obliga a la Iglesia a respetar la práctica religiosa de otras religiones, BXVI en Cáritas in Veritatis expone que siempre que no sean destructivas , y esa lente sobre la religión se mide con Cristo mismo.
La otra declaración sobre libertad de conciencia la pudieron los obispos americanos porque USA era un país protestante muy poderoso, y también los obispos de la cortina de hierro como Karol Woytila que veían cercenada sus derechos, como en las escuelas con la educación atea.
Sobre la libertad de conciencia está declaración s la que el Cardenal Zehn aconseja a los cristianos en China para no participar en la Iglesia Patriótica en cuestiones que vayan contra nuestra conciencia, aunque lo manden los obispos de dicha Iglesia
Sobre el diálogo religioso es importante la declaración porque los obispos de Alemania nazi vieron la necesidad de unir a protestantes y católicos en cuanto una amenaza como la del nacionalsocialismo...
estas declaraciones son periféricas, como dice BXVi
4. Iglesia Triunfante, Iglesia Purgante e Iglesia Militante o Peregrina o Comunión de los Santos: tres miembros de la Iglesia una, santa, católica y apostólica. El Papa sólo es jerarquía administradora y servidora de la Iglesia Militante.
ResponderEliminar5. Sacramentos: medios de gracia instituidos por Cristo para santificar y fortalecer a la Iglesia, signos visibles de la acción de Dios y canales de su gracia. Hay siete sacramentos: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Confesión, Extremaunción, Orden y Matrimonio.
6. Misión y evangelización: misión dada por Cristo a la Iglesia para anunciar el Evangelio a fin de salvar almas. Extender la Fé e intensificarla, luchar contra las potestades antiteocráticas, promover la justicia y servir a los necesitados con las 14 obras de misericordia espirituales y corporales, difundir el Reino de Dios en el mundo y hacer prosélitos. La evangelización es una tarea fundamental de la Iglesia y de todos los creyentes y el valor supremo es la salvación de las almas (canon 1752 CDC).
7. María, Madre de la Iglesia: María, la madre de Jesús es la Madre de la Iglesia, Corredentora, Intercesora y Abogada, modelo de Fé y virtud para los creyentes
8. La Iglesia, Mater et Magistra, sociedad perfecta, Esposa de Cristo: maestra y custodia de la fe a través del Magisterio, la Iglesia tiene la autoridad para enseñar, interpretar y salvaguardar la revelación divina, la transmisión de la verdad y la moralidad a los fieles, y la defensa de la Fé (excomunión, resistencia) ante los desafíos y errores.
9. La Iglesia una, santa, católica y apostólica: un Cuerpo de Cristo en comunión de Fé, sacramentos y gobierno bajo la autoridad del Papa y los obispos en comunión con él. Iglesia santa, sagrada, de origen divino, vive según los mandamientos y enseñanzas de Cristo, y busca la santidad y la perfección en la caridad y la gracia. Iglesia universal que busca la salvación de todas las almas. Iglesia basada en la enseñanza y sucesión apostólica, sujeta a las Sagradas Escrituras y Tradición y el Magisterio, y su estructura jerárquica se funda en la sucesión apostólica, comenzando por Pedro, el primer Papa.
...
a) Si el Sínodo de la sinodalidad quiere destruir los loci theologici (Sagradas Escrituras y Tradición, Magisterio, Historia y Filosofía, los dogmas de Fé, moral, liturgia y eclesiología) así como la misma Eclesiología ad intra (en sí misma, como el caso alemán) y ad extra (en relación con las instituciones mundanas, como el caso chino)...
b) Si Francisco ya tiene unas cuantas tarjetas rojas [1], sólo le faltaba que use un Sínodo de la sinodalidad como instrumento de universalización dentro de la Iglesia Católica de la doctrina herética y cismática del camino sinodal alemán:
1. Sacerdocio y diaconado femenino: contra la exclusividad masculina del Sacramento del Orden en diáconos, presbíteros y obispos
2. Sacerdocio casado: contra el sacerdocio celibatario de la Iglesia Latina a imagen y semejanza de Jesús y María
3. Ideología de género (incluso dentro del sacerdocio): intrinsece malum objetivo
4. Eclesiología sinodal: contra los dogmas eclesiológicos
c) Entonces todo eso significaría la explosión de la Iglesia Católica, dado que (se supone) esto pondría en situación de estado de excepción tanto al Colegio Cardenalicio y Episcopal para declarar la sede impedida absoluta (prorsus impedita) de Francisco por herejía y cisma en relación con Cristo-Cabeza, su cese público como papa, su reducción a estado laical y la convocatoria de cónclave.
ResponderEliminarEl papa se situaría en una posición de Dios que dicta el Bien y el Mal, la Vida y la Muerte, lo que iría contra Cristo como la Cabeza del Cuerpo Místico de la Iglesia, sólo Cristo tiene autoridad y liderazgo sobre la Iglesia, y los creyentes, incluido el papa, son sólo miembros del cuerpo de Cristo, con una conexión vital con él como su Cabeza, en relación de dependencia y sujeción de los creyentes, entre ellos el papa, a Cristo, pues como Cabeza del Cuerpo Místico, Cristo guía, enseña, protege y provee para su Cuerpo, la comunidad de creyentes.
El papa no es Dios, sólo un administrador-siervo de los siervos.
Y en la Iglesia, la unidad nunca está por encima de la verdad, si hay que romper con los obispos alemanes, sea pues...
¿Se atreverá? ¿Se lo impedirán?
...
[1] en forma de herejías y contravenciones a la doctrina definitiva, cosa que lo pone fuera de la plena comunión, lo excomulga latae sententiae non declarata, lo que implica sede impedida y no puede innovar nada ni decidir sin justa causa (cc. 335 y 1335 CDC), lo que anula muchos documentos innovadores y sin justa causa: Amoris laetitia, Traditionis custodes, Sínodo de la sinodalidad, Laudato si y Fratrelli tutti... tal como dice la carta de Seifert a todos los cardenales de la Santa Iglesia Católica (Amoris laetitia, Pachamama, Abu Dhabi, Humanae Vitae, Evangelium Vitae y Veritatis Splendor) y la Carta de 45 profesores y sacerdotes sobre la Amoris Laetitia que reprueba 19 proposiciones como heréticas y contrarias a la Fé "La exhortación apostólica Amoris Laetitia: una crítica teológica":
Seifert: infocatolica.com/?t=opinion&cod=46344
Amoris laetitia: infocatolica.com/?t=noticia&cod=27245
Al autor de "Non possumus". ¿Se le ha acabado la tinta? Esto no es un manual. Es un simple blog.
EliminarFelicidades hoy se ha superado. Menudo tostón
EliminarNon possumos, me parece un excelente estudio el que nos comparte, estoy muy contenta encontrar cristianos que utilicen la fe y la razón para la apologética, estamos en una crisis y nuestros filósofos cristianos, de universidades como Navarra y la UP de México están silenciados .
EliminarAquí es un gran sitio para estudiar..pero lo que antes se ha llevado a oracion
"Non possumus" es algo excesivo. No le falta ni razón ni buena intención, pero no estaría mal un poco más de síntesis. No se trata de poner aquí todos los volúmenes de las Acta Sanctorum o de la Summa Theologica como comentario. Lo sigo sin ninguna acritud, sino con la mejor intención. Es verdad que ciertos temas exigen un desarrollo amplio, pero no hace falta empezar por el "fiat lux" para explicar la "sinodalidad". Lo bueno y breve dos veces bueno. Y por ello también más convincente y efectivo.
EliminarEn una comisión de investigación del Senado de los EEUU, el senador republicano John Kennedy le pregunta al Secretario de Energía David Turk, agente de Biden, sobre el coste de la que se ve que es una estafa de la energía verde y la pamema y camama del cambio climático (la Agenda Verde 2050) en orden a reducir el CO2 atmosférico.
ResponderEliminarEl senador Kennedy le pregunta diversas veces "El contribuyente pagará 50 ó 53 billones de dólares para reducir el CO2, ¿Cuánto costará según usted? ¿Cuánto bajará la temperatura?, y el otro se va por los cerros de Úbeda, mientras el senador dice insistentemente 'You Don't Know, Do You? You Don't Know, Do You? (¿No lo sabes?).
Para verlo y no creerlo, antes se coge a un mentiroso que a un cojo:
https://www.youtube.com/watch?v=O9N8Y67LYcw
(en inglés, usar traductor)
Totalmente de acuerdo con el Sr. Fred.
ResponderEliminarLa sinodalidad no es de Cristo ni es católica.
ResponderEliminarCristo nunca pidió consejo a los discípulos.
Cristo si dejo al Espíritu Santo para ayudar a la Iglesia a la llegar a la verdad completa.
Los alemanes han estado negando la infabilidad del Papa desde Juan Pablo II, y han estado en rebelión con un sistema democrático eclesiástico que intentan justificar con la teología modernista, ellos dicen que el Espíritu Santo está en el Pueblo y el Espíritu Santo guía la iglesia a través de estos laicos en un parlamento.
Juan Pablo II ayudado por el Cardenal Ratzinger escribió varias encíclicas para aclarar que el Espíritu Santo no puede innovar la Iglesia o que el Espíritu Santo está presente en todas las religiones ,
Benedicto XVI en un sermón nos explica que así como Jesús ,el Hijo de Dios solo habla de lo que el Padre le dice , y obra en obediencia al Padre, así el Espíritu Santo que viene tras su ascensión en Pentecostés, el Espíritu se cine a lo que Jesús nos legó,..
Por eso cuando estos alemanes en apostacia visitaron a Benedicto XVI sorpresivamente en Castelgandolfo para amenazarlo de cisma , con unas formas de su consejo de laicos y obispos llado Somos Iglesia , Benedicto XVI lucho por sus paisanos para ayudarlos a recobrar la fe, y con caridad
Benedicto dice somos Iglesia pero la de todos los tiempos, la triunfante y militante de todos los tiempos.
A continuación un sermón sobre la Cátedra de San Pedro para que veamos cómo el Espíritu Santo se cine a la Obra de Cristo y no establece otra, porque los alemanes quieren otra Iglesia que no es de Cristo sino humana, lo que es blasfemia porque acusan de imperfecto al Creador, indirectamente..
Esa tentación es diabólica, según lo explico Benedicto como emérito en su carta sobre los abusos y los problemas de la Iglesia 2018.
El Espíritu no añade nada diverso o nada nuevo a Cristo; no existe -como dicen algunos- ninguna revelación pneumática junto a la de Cristo, ningún segundo nivel de Revelación. No: "recibirá de lo mío", dice Cristo en el evangelio (Jn 16, 14). Y del mismo modo que Cristo dice sólo lo que oye y recibe del Padre, así el Espíritu Santo es intérprete de Cristo. "Recibirá de lo mío". No nos conduce a otros lugares, lejanos de Cristo, sino que nos conduce cada vez más dentro de la luz de Cristo.
ResponderEliminarPor eso, la Revelación cristiana es, al mismo tiempo, siempre antigua y siempre nueva. Por eso, todo nos es dado siempre y ya. Al mismo tiempo, cada generación, en el inagotable encuentro con el Señor, encuentro mediado por el Espíritu Santo, capta siempre algo nuevo.
Así, el Espíritu Santo es la fuerza a través de la cual Cristo nos hace experimentar su cercanía. Pero la primera lectura hace también una segunda afirmación: seréis mis testigos. Cristo resucitado necesita testigos que se hayan encontrado con él, hombres que lo hayan conocido íntimamente a través de la fuerza del Espíritu Santo.
La cátedra de Pedro obliga a quienes son sus titulares a decir, como ya hizo san Pedro en un momento de crisis de los discípulos, cuando muchos querían irse: "Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios" (Jn 6, 68-69). Aquel que se sienta en la cátedra de Pedro debe recordar las palabras que el Señor dijo a Simón Pedro en la hora de la última Cena: "Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 32).
Aquel que es titular del ministerio petrino debe tener conciencia de que es un hombre frágil y débil, como son frágiles y débiles sus fuerzas, y necesita constantemente purificación y conversión. Pero debe tener también conciencia de que del Señor le viene la fuerza para confirmar a sus hermanos en la fe y mantenerlos unidos en la confesión de Cristo crucificado y resucitado.
En la primera carta de san Pablo a los Corintios encontramos la narración más antigua que tenemos de la resurrección. San Pablo la recogió fielmente de los testigos. Esa narración habla primero de la muerte del Señor por nuestros pecados, de su sepultura, de su resurrección, que tuvo lugar al tercer día, y después dice: "Cristo se apareció a Cefas y luego a los Doce..." (1 Co 15, 4). Así, una vez más, se resume el significado del mandato conferido a Pedro hasta el fin de los tiempos: ser testigo de Cristo resucitado.
El Obispo de Roma se sienta en su cátedra para dar testimonio de Cristo. Así, la cátedra es el símbolo de la potestas docendi, la potestad de enseñar, parte esencial del mandato de atar y desatar conferido por el Señor a Pedro y, después de él, a los Doce. En la Iglesia, la sagrada Escritura, cuya comprensión crece bajo la inspiración del Espíritu Santo, y el ministerio de la interpretación auténtica, conferido a los Apóstoles, se pertenecen uno al otro de modo indisoluble.
Dicen, diuen, diuen, diuen... que no nos leen en Santa Marta excepto si nuestro tañer campanil está en sincronía laudatoria con las melíferas palabrerías del Gran Residente Blanco. Pero sí, sí nos sí leen...
EliminarAquí continua Benedicto XVI, explicando Dominus Iesus, que por cierto ese nombre tiene el documento de Doctrina para la Fe, para aclarar que Cristo es el Señor y no podemos pensar que el Espíritu Santo está presente en todas las religiones y que con ese razonamiento falso todas las religiones salvan.
ResponderEliminarSolo hay un Salvador , y es Señor y el Espíritu Santo nos ayuda a reconocer esto, y el Papado debe venirse a esa obediencia a Cristo
(Pienso que el Papa que apoya la sinodalidad, camino sinodal está desobedeciendo a Cristo, porque se impone sobre el Concilio que es del Espíritu Santo para llevarnos a Cristo)y
Aquí sigue el sermón de la cátedra de Pedro, de BXVI
En esta red de testimonios, al Sucesor de Pedro le compete una tarea especial. Pedro fue el primero que hizo, en nombre de los Apóstoles, la profesión de fe: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16).
Esta es la tarea de todos los sucesores de Pedro: ser el guía en la profesión de fe en Cristo, el Hijo de Dios vivo.
La cátedra de Roma es, ante todo, cátedra de este credo.
Desde lo alto de esta cátedra, el Obispo de Roma debe repetir constantemente: Dominus Iesus, "Jesús es el Señor", como escribió san Pablo en sus cartas a los Romanos (Rm 10, 9) y a los Corintios (1 Co 12, 3). A los Corintios, con particular énfasis, les dijo: "Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en el cielo bien en la tierra, (...) para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre; (...) y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros" (1 Co 8, 5-6).
Sigue BXVI sermón
ResponderEliminarLa cátedra de Pedro obliga a quienes son sus titulares a decir, como ya hizo san Pedro en un momento de crisis de los discípulos, cuando muchos querían irse: "Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios" (Jn 6, 68-69). Aquel que se sienta en la cátedra de Pedro debe recordar las palabras que el Señor dijo a Simón Pedro en la hora de la última Cena: "Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 32).
Aquel que es titular del ministerio petrino debe tener conciencia de que es un hombre frágil y débil, como son frágiles y débiles sus fuerzas, y necesita constantemente purificación y conversión. Pero debe tener también conciencia de que del Señor le viene la fuerza para confirmar a sus hermanos en la fe y mantenerlos unidos en la confesión de Cristo crucificado y resucitado.
En la primera carta de san Pablo a los Corintios encontramos la narración más antigua que tenemos de la resurrección. San Pablo la recogió fielmente de los testigos. Esa narración habla primero de la muerte del Señor por nuestros pecados, de su sepultura, de su resurrección, que tuvo lugar al tercer día, y después dice: "Cristo se apareció a Cefas y luego a los Doce..." (1 Co 15, 4). Así, una vez más, se resume el significado del mandato conferido a Pedro hasta el fin de los tiempos: ser testigo de Cristo resucitado.
El Obispo de Roma se sienta en su cátedra para dar testimonio de Cristo. Así, la cátedra es el símbolo de la potestas docendi, la potestad de enseñar, parte esencial del mandato de atar y desatar conferido por el Señor a Pedro y, después de él, a los Doce. En la Iglesia, la sagrada Escritura, cuya comprensión crece bajo la inspiración del Espíritu Santo, y el ministerio de la interpretación auténtica, conferido a los Apóstoles, se pertenecen uno al otro de modo indisoluble.
Cuando la sagrada Escritura se separa de la voz viva de la Iglesia, pasa a ser objeto de las disputas de los expertos. Ciertamente, todo lo que los expertos tienen que decirnos es importante y valioso; el trabajo de los sabios nos ayuda en gran medida a comprender el proceso vivo con el que ha crecido la Escritura y así apreciar su riqueza histórica. Pero la ciencia por sí sola no puede proporcionarnos una interpretación definitiva y vinculante; no está en condiciones de darnos, en la interpretación, la certeza con la que podamos vivir y por la que también podamos morir. Para esto es necesario un mandato más grande, que no puede brotar única y exclusivamente de las capacidades humanas. Para esto se necesita la voz de la Iglesia viva, la Iglesia encomendada a Pedro y al Colegio de los Apóstoles hasta el final de los tiempos.
Esta potestad de enseñanza asusta a muchos hombres, dentro y fuera de la Iglesia. Se preguntan si no constituye una amenaza para la libertad de conciencia, si no es una presunción contrapuesta a la libertad de pensamiento. No es así. El poder conferido por Cristo a Pedro y a sus sucesores es, en sentido absoluto, un mandato para servir. La potestad de enseñar, en la Iglesia, implica un compromiso al servicio de la obediencia a la fe.
El Papa no es un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley. Al contrario: el ministerio del Papa es garantía de la obediencia a Cristo y a su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino vincularse constantemente a sí mismo y la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, frente a todos los intentos de adaptación y alteración, así como frente a todo oportunismo.
El humo de Satanás se dejó entrar por la puerta grande, en ningún caso se coló por una rendija.
ResponderEliminarDe aquellos polvos éstos lodos!!!
Pues sí!!!
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