EFUSIVA FELICITACIÓN DE CALANDA A SU EMINENTÍSIMA CARDENALIDAD DE LA SINODALIDAD

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No sé cómo te lo montas Juanjo, pero cuando parece que estás en la cúspide de tu genial carrerón eclesiástico, cuando parece que ya no se puede escalar más, yendo de escalafón en escalafón, nos cortas a todos el aliento con un nuevo ascenso meteórico. No nos das tiempo para celebrar dignamente tus glorias, para agasajarte, para rendirle a nuestro paisano la pleitesía que se merece. Estábamos metidos en faena intentando recopilar y editar el Catecismo Omella, con tus geniales y no por ello menos sencillas aportaciones teológicas a la fe y a la caridad, cuando te nos plantas con otra genialidad, y otra, y otra más. Ya no bastará el monumento que todo el pueblo está pidiendo a gritos para ti, junto al de nuestro gran torero Nicanor. Ni bastará el comité formado para festejarte y agasajarte como mereces. Te estás encumbrando tanto, tanto, amigo Juanjo, que nos estás dejando chiquitos a tus paisanos. Ya no te llegamos ni a la suela de los zapatos. ¡Ah, tus zapatos! Ya se está empezando a hablar de ellos, como se ha hablado de los zapatos humildes del Santo Padre y de su humilde cartera, que portaba él mismo al inicio de su pontificado, sin permitir que nadie de su nutrido y aburrido séquito le ayudara en ese humilde menester. Que las contundentes lecciones de humildad, lo dicen todo de la persona.

Más alto no se puede llegar, Juanjo amigo. Has ido escalando peldaño a peldaño, hasta ocupar un puesto eximio entre los amigos y consejeros del papa. Te lo has ganado, es tu hora: te has hecho totalmente imprescindible para llevar a cabo la gran tarea que tiene el papa por delante, la titánica tarea de evitar que el Camino Sinodal alemán descarrile y se convierta en cisma. Más arduo que los trabajos de Hércules. Más duro que la limpieza de pestilentes establos que tuvo que acometer el héroe. Visto el altísimo puesto al que te ha encumbrado el papa, bien podemos decir sin temor a equivocarnos, que el Sínodo en el que sueña el papa y por el que ha subido tan arriesgadamente la apuesta, ese Sínodo ¡eres tú!

Tú, Juanjo, le has demostrado sobradamente al papa que puede confiar en ti plenamente, le has demostrado que para sinodal, tú; para promoción de la Agenda 2030 a la que  le tiene tanto cariño, tú; para la normalización de la homosexualidad como un valor más de la Iglesia, tú; para estudiar y llevar a término la liturgia solemne de bendición de parejas gays, poligámicas no simultáneas, etcétera, etcétera, tú; para sinodalidades de todo tipo, con inclusión de todos los colores del arcoíris (para gustos, los colores), tú… Tú eres, Juanjo, la pieza imprescindible en la Iglesia de Francisco, sin la que no puede terminar el enrevesado puzzle que está minando su salud y no le deja dormir.


Le demostraste al papa tu inquebrantable fidelidad manejando magistralmente el sínodo de tu diócesis, acercándolo todo lo posible al camino sinodal alemán por el que el papa manifiesta tan profundo respeto; lo demostraste luego más adelante al conseguir, desde tu cargo de presidente de la Conferencia Episcopal, que el movimiento sinodal de toda España se ajustara milimétricamente a los deseos del papa, que lucha denodadamente a su original manera, por conseguir que el camino sinodal alemán conduzca a la Iglesia: sí, que la conduzca a la unidad doctrinal y jerárquica.

Y como el papa ha decidido que en cuestiones controvertidas no le conviene en absoluto ejercer de director de orquesta, ha echado mano de su mejor amigo para que cumpla esa función. Y como tu trayectoria hasta el presente, querido Juanjo, es de una fidelidad personal a prueba de bomba, especialmente en la delicadísima cuestión sinodal, he aquí que te ha nombrado, en realidad, Su Eminentísima Cardenalidad de la Sinodalidad. Sí, un título nobiliario en la Iglesia a la medida de las necesidades del pontífice y de tus inestimables servicios, que lucirá con brillo esplendoroso en tu epitafio, cosa que esperamos tarde mucho en suceder.

Pero no queda ahí todo, querido amigo. Siguiendo tu genial singladura, tan papal que es casi imposible distinguirla de la del propio papa, has vuelto a dar tu excelsa talla con tu discurso en la Conferencia Episcopal: genial, ¡absolutamente genial! Has hecho un ejercicio de lo que en política llaman funambulismo, digno del Circo del Sol. Has dicho suavemente lo que debías, sin que nadie se dé por ofendido y, por tanto, por aludido. Canela en rama, Juanjo. Lo del cheque escolar, congelado desde el primer gobierno de la democracia y que no quiere ni el Ejecutivo -daría demasiada libertad a los padres para elegir centro- ni tampoco lo quiere la patronal de la escuela “cristiana” -cada vez menos cristiana-, a la que le conviene más la sopa boba de los conciertos, aunque sea al precio de renunciar a la doctrina católica. Genial, genial el conejo que te sacaste del capelo.


Y genial una vez más en “la propuesta educativa que promueva una educación afectivo-sexual orientada a ese modo de amar y ser amado, alejada de toda cosificación de la persona, liberada de las ideologías de género, y que promueva un camino de aprendizaje en la sana integración de los instintos”, ¡qué bien has vendido la integración de la homosexualidad y la ideología de género en la escuela sin que nadie se haya percatado! Has estado formidable. Algunos (¡pobres necios!) dicen por aquí que eres un ingenuo como la copa de un pino, amigo Juanjo. No se han percatado todavía de tu arte de decirle a cada uno lo que quiere escuchar, ¡incluso con las mismas palabras a los dos! ¡Qué arte! Evidentemente quieres tenderle al gobierno unos puentes que ellos destrozan a cada instante, mientras tú perseverantemente intentas reconstruirlos con una sonrisa en los labios. Y los carcas, sin entender tu juego. ¡Eres un verdadero portento!

Claro que dirán algunos que tu condena del aborto es retórica, y que tu piadoso alegato en favor del respeto a la vida “en todas las fases de su existencia”, es un brindis al sol, sobre todo cuando desde más arriba te obligan a pronunciarte en favor de la Agenda 2030. Por eso subrayas -no vayas a pasar por fanático, Juanjo- la necesidad de “salir al rescate de la dignidad de los emigrantes, enfermos mentales, etc.”: excelente. Hay que compensar la incomodidad de condenar el aborto (no hay más remedio) con el discurso de los vulnerables, que agrada sobre todo a ese Estado al que la caridad de la Iglesia ahorra millones de euros. ¡Espléndido!


Me ha gustado especialmente eso de que, sobre la pederastia del clero, “sin rehuir ninguna de nuestras propias responsabilidades, lamentamos que por el momento no se aborde dicha dolorosa cuestión en su dimensión global y que se insista en analizar exclusivamente este drama en el ámbito de la Iglesia”. Muy bien, Juanjo. Aunque te harán un caso como un capazo (en este tema piden mano dura contra los curas los mismos políticos que quieren legalizar la pedofilia), les has demostrado que no te chupas el dedo: o todos moros o todos cristianos.

Pero tenías que rematar, amigo Juanjo, con un brillante colofón: lo de la apologética. Sólo a ti se te podía ocurrir: “No es el tiempo de la apologética (defensa de los dogmas de la fe cristiana), sino del amor, la misericordia, la orientación del encuentro con Dios y el desvelamiento (hasta que has llegado tú como máximo representante de Francisco) del verdadero rostro de la Iglesia”. Fetén, Juanjo. Eres un nuevo padre de la Iglesia. Dos mil años compatibilizando la apologética con la misericordia y llegas, tú, y dices que no. Que ahora toca otra cosa: la misericordia bendita, aunque sea sin arrepentimiento ni enmienda. Será la Nouvelle Théologie, que aprendiste en Lovaina leyendo (o tal vez hojeando simplemente) a Congar y a Danielou. ¡Hay que ver qué sencillo lo has hecho todo! Hoy no importa la doctrina: es hora de dejarse de discusiones bizantinas sobre la doctrina, la liturgia y los sacramentos. La Iglesia ha de acercarse a los grandes ideales propugnados por la Agenda 2030 y confluir con ellos. Son para el bien de toda la humanidad.

Y vuelve la burra al trigo: tus detractores arguyen que será el Sínodo de la Sinodalidad, convocado por Francisco y llevado hasta las últimas consecuencias por los obispos alemanes –“siempre en comunión”-, el que “nos está enseñando -dices- que, a pesar de las diferencias (y no dejáis que nadie os lleve la contraria), la Iglesia (que sólo debéis ser vosotros, los de tu cuerda, claro) tiene una voluntad común que nos une”. Y es que, a pesar de tus desvelos, no hay manera de reducir a la obediencia a esos difamadores. Ellos, erre que erre.


Y continúan, Juanjo, los gañanes que, como no sea el Triunfo de la Voluntad de Leni Riefenstahl lo que nos une bajo tus banderas, no se entiende cómo bajo tu égida, nadie, pero es que nadie, se atreve a chistar. Porque tampoco nadie duda ya que podría otra vez repicar aquella Campana que Ramiro II el Monje, rey de nuestro Aragón, hizo retumbar en Huesca cuando decapitó a los doce nobles que se opusieron a su voluntad. Pero, ¿y el badajo? ¿Cómo iba a sonar sin badajo?

El Cojo de Calanda

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8 comentarios

  1. ¿Va en serio esta página no era católica? Porque cada dia es màs protestante. Y con odio, injurias y mentidas de todo tipo. Ramiro el Monje un asesino, pero que se ha tomado por favor.

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    1. La leyenda de la Campana de Huesca es sobradamente conocida.

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  2. Con la Iglesia de Bergoglio, nos hemos rebajado a menos que una hamburguesa McDonalds, donde en cualquier sitio del mundo existe la misma hamburguesa, a una Iglesia trencadís, donde cada uno hace su guerra. Sí, ahora la Iglesia está rota en dos pedazos, como mínimo. Y lo peor es que Omella colabora en ello.


    1. De un lado, los adúlteros impenitentes, cuyo matrimonio canónico sigue vigente porque no hubo nulidad, pueden comulgar y confesarse, si así lo disciernen, dejando a los cónyuges abandonados sin justicia alguna. Así lo dijo Amoris laetitia y el Rescripto de 5 de junio del 2017, publicado en el AAS del 7 de octubre del 2016, que lo eleva a falso Magisterio auténtico, con deber de obediencia bajo pena justa. Si tienes la Guía Michelín de la Apostasía, puedes irte a comulgar y confesarte sin problemas en Roma, Sicilia, Piamonte, Las Marcas, Emilia-Romaña, Malta, Bélgica, Alemania, Lisboa, Oporto, Braga, Fátima, Coimbra y Buenos Aires.


    2. De otra parte, puedes recibir, de facto, la bendición de las parejas homosexuales y de cualquier otro tipo en Alemania, Bélgica, Holanda y norte de Francia, con la total omisión del deber de defender la Fé católica por parte de Francisco, al no disciplinar ni al sacerdote ni al obispo. La historia de las bendiciones ilícitas e inmorales en la Iglesia puede verse detallada aquí, donde sólo hubo dos incidentes durante Benedicto XVI a más de 28 incidentes durante Francisco... las cifras demuestran la inicua política de tolerancia, disimulo y omisión culpable de los deberes de disciplinar por parte de Bergoglio:

    en.wikipedia.org/wiki/Blessing_of_same-sex_unions_in_Christian_churches


    3. De otra parte, como se dice en el artículo, Omella ha sido "nuestro hombre en España" del régimen bergogliato, donde como pastor que guía ovejas y cabras sin perro alguno, ha hecho que 58 obispos amorfos, pastosos y arcillosos, voten documentos apostáticos sumisamente en la fase barcelonesa y española del Sínodo de la sinodalidad:

    - Documento presinodal España 11 junio 2022, Síntesis final fase diocesana: celibato opcional de los presbíteros, ordenación de casados y de las mujeres

    - Documento presinodal Barcelona 29 mayo 2022, síntesi fase diocesana Sínode 2021-23, "Per una Església sinodal: comunió, participació, missió": mujeres sacerdotes, celibato opcional y reforma litúrgica


    No hay duda alguna que el punto de ruptura de la reputación de Omella se quebró entre 2020 y 2021, cuando a principios del 2020 cerró todas las 208 parroquias de Barcelona durante el Covid (del 14 de marzo al 18 de mayo más la suspensión de la Semana Santa), prohibiendo las misas y confesiones, y la ya aparentemente abandonada propuesta de remodelación de las parroquias de Barcelona u "Operación Acordeón", que se gestó en la reunión entre el obispo y los arciprestes el 22 de febrero del 2021, la cual quería convertir las 208 parroquias en 48 comunidades pastorales.

    Además, está esta extraña participación de Omella en el nombramiento de obispos, al margen o contra el Nuncio, algo que sin duda debe de permitir Francisco, obviando dichos nombramientos de obispo a la naturaleza sinodal de la Iglesia. En el caso de Cartago, las cartas de San Cipriano evidencian que la elección episcopal se regía por los principios de "consensus populi dei" y el "clerus populusque ecclesiam". Participaba una Asamblea de Presbíteros y la Asamblea de los diáconos. Además, también participaba el pueblo de Dios a través de laicos de reconocido prestigio y el mismo laicado daba su aprobación tacitus consensus populis.

    ¿No dicen que somos una Iglesia sinodal? Pues no se ve por ningún lugar...

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  3. Con solo oír la palabra sínodo me sale urticaria.

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  4. Otra "omellada" de las infinitas a no parar. Con estas omelladas no vamos a ninguna parte, no estimulamos a la gente de misa. El espectáculo se centra en los defectos de un solo hombre, cuando la carne de comedia somos todos y no se salva ni el apuntador. Con tantas omelladas existe el peligro de que a Germinans le crezcan los enanos. No hay negocio más fallido que montar un circo como Germinans y que luego crezcan los principales actores los enanos. Este circo de espectáculos hay que cuidarlo mejor y las omelladas ya sobran. El Diluvialismo Católico es lo que falta y en 4 dias tendremos una iglesia nueva.

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  5. Respuestas
    1. La mejor manera de sberlo: «Por sus obras los conoceréis».
      MT

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  6. Evidentemente la muerte del Papa Benedicto desató a todos los diablitos... parece que ya no tienen límite...

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