El diario El País ha destapado otro caso de abusos sexuales en la diócesis de Barcelona referidos al sacerdote Josep Vendrell Cortasa, fallecido en 2004. Los 20 denunciantes se corresponden con feligreses de la localidad de Caldes d’Estrach, donde el capellán ejerció su ministerio desde el año 1970 al 1975. Sostienen que cuando pusieron los hechos en conocimiento del arzobispado barcelonés, éste se limitó a trasladar al clérigo a la localidad de Montcada i Reixach, sin abrirle expediente canónico alguno. De esta población no se tiene noticia de ninguna acusación, aunque lo cierto es que, 20 años después, volvió a ser removido a la parroquia barcelonesa de San Ignacio de Loyola, donde falleció repentinamente a la edad de 71 años.
Los antecedentes revelados por el diario El País nos muestran un arquetipo sacerdotal harto frecuente en la diócesis barcelonesa. El cura guay y progre postconciliar que consigue liderar a un grupo de jóvenes e incluso entusiasmar a sus padres, con su pensamiento avanzado, sus grupos de scout y su talante liberal. Cierto es que los casos de pederastia descubiertos son transversales, pero en esta diócesis se repiten abrumadoramente en este tipo de clérigos. Recuérdese el caso Senabre o el de La Casa de Santiago. Además, en el fallecido Vendrell se hace hincapié en que era profesor de un colegio y se dedicaba a enseñar a los chicos educación sexual. Educación sexual que no se reducía a los aspectos biológicos, sino que acababa en clases prácticas. En estos grupos sacerdotales es remarcable la obsesión de sus curas por la libertad sexual, como si un péndulo les hubiese transportado de la mojigatería del bailar es pecado (¡o incluso ver la película Gilda!) al todo vale, en especial entre miembros de un mismo sexo, dado que no se conoce que Vendrell abusase de ninguna chica.
Toda esta asquerosa marea tuvo lugar preferentemente en los años 70 y 80 del siglo pasado. Vendrell ya murió y no puede plantearse acusación alguna, pero yerran quienes sitúan el enfoque en que se trata de hechos muy lejanos. Lo grave de la pederastia eclesial no son solo los abusos en sí, sino el encubrimiento. Y en el caso Vendrell el encubrimiento es manifiesto e inequívoco. Se denuncian los abusos por parte de algunos padres y el arzobispado de Barcelona no abre expediente alguno, sino que se limita a trasladarlo de parroquia.
Josep Vendrell Cortasa
En el año 1975, regía la diócesis de Barcelona el cardenal Jubany, pero en los organismos donde se cursaban las acusaciones se hallaban dos sacerdotes canonistas que luego serían obispos: Jaume Traserra Cunillera, secretario-canciller en aquellos momentos, y Lluis Martínez Sistach, vicario judicial adjunto. Jubany y Traserra ya fallecieron, pero Sistach siguió su cursus honorum: fue vicario general de Barcelona en 1979 y obispo auxiliar en 1987 hasta llegar a arzobispo y al cardenalato. Algo sabe y algo tendría qué decir. Igual que algo tendría qué decir del caso Senabre, especialmente después de que Mons. González Agápito, que fue fiscal de la archidiócesis, declaró públicamente que los diáconos Albert Salvans y Pere Cané, acusados de abusos sexuales a menores, fueron ordenados presbíteros en las diócesis de Westminster y Milwaukee, tras haber firmado Sistach las letras testimoniales para su ordenación sacerdotal. El País también se hizo eco de la intervención personal del cardenal Sistach en estos casos de manifiesto encubrimiento.
Ante el caso Vendrell la vicaría judicial de la archidiócesis emitió, el mismo día de la publicación de la noticia, un desafortunado comunicado, que acusaba al rotativo de tergiversar las normas jurídicas y de pretender una investigación inquisitorial. El comunicado de 3 páginas, inusualmente duro, hacía recaer en los denunciantes su responsabilidad por no haber formalizado adecuadamente sus acusaciones ante la Oficina diocesana correspondiente. Otro craso error de nuestra curia. Lo repetiré mil veces: lo grave no son solo los abusos en sí, sino el encubrimiento episcopal. Y sobre el encubrimiento episcopal, verdadera génesis del escándalo, los archivos de esa misma vicaría judicial poseen todos los antecedentes de los casos denunciados. Libérense aquellos archivos, arrojen luz sobre ese mar de sospechas y que cada palo aguante su vela, aunque ese palo sea purpurado. Sistach fue una de las claves de bóveda de aquel encubrimiento de los 70-80 y los esfuerzos diocesanos por escurrir el bulto no hacen más que agrandar las sombras sobre su actuación. Las denuncias son tan recurrentes que difícilmente se puede ir de rositas.
Oriolt
Tiene su gracia que una pagina que presume ser cristiana ataque de estas maneras a miembros de la Iglesia.
ResponderEliminar23:43.- La verdad os hará libres... ¿Le suena?
EliminarHasta el papado ha insistido en la conveniencia de que exista una opinión pública en la Iglesia.
Es que el grado de presunto encubrimiento a ese alto nivel, se explica mejor con la hipótesis de que existía una acción sistemica y estructural en red...
EliminarYa veo, "anónimo 27 de febrero de 2023, 23:43", que Vd. es partidario del encubrimiento. No se en que mandamiento cristiano dice "Encubrirás a tu pastor, aunque sea pecador".
EliminarPara Vd., seguramente, tiene también su gracia que cierta Persona llamada Cristo "atacase" a quienes calificó de sepulcros blanqueados y "amenazase penalmente" a quienes escandalizasen a pequeñuelos y jóvenes, sugiriendo qué conducta convendría más (que les ataran algo al cuello, creo recordar, y fueran arrojados al mar). Hay que ver, ¡qué osadía la suya! ¿Quién era Él para juzgar? Y para más inri, todo eso salió publicado en una página que presume de cristiana (Evangelio) y que, ineludiblemente, posee más difusión secular que internet. Pero no se preocupe, que el Prepósito General P. Sosa S.J. ya ha sentenciado que esas palabras constituyen más bien habladurías de viejos, viejas y viejes sin base real.
EliminarEl de las 23.43 soy yo jj. No se me entendió bien. Me parece bien que quien cometió delito purge. Pero que una pagina que presume ser cristiana como dice el sr. Silveri reincida con la propaganda de que todos los curas son unos pederastas léase lo que dice el País que no hay ninguna duda para ellos. No me parece bien que reincidamos en artículos de otros periódicos que directamente odian a la Iglesia y sus representantes y por cierto a todos los que se llaman cristianos laicos también. Debemos purgar si pero no tirarnos piedras continuamente que no todos los curas son unos pederastas creo yo
Eliminar23:43, precisamente el encubrimiento de los abusos, el silencio de la jerarquía y la mojigatería, más fiel a los curas que a Cristo, es lo que ha llevado a la Iglesia donde está hoy día. En otras confesiones, el delito uno de sus miembros es señalado por los pastores en sus discursos dominicales y el pecador expulsado ipso facto.
EliminarSr. Oriol, creo que Ud. es abogado de profesión, no acabo de comprender que no entienda la claridad meridiana de la nota de la vicaria judicial del Arzobispado de Barcelona.
ResponderEliminarEl diario El País tiene su estrategia, los católicos debemos tener claro como actuan ciertos medios y periodistas.
En el tema de los abusos, hay dos casos que proceden de los EEUU (en los países anglosajones es un tema antropológico, por eso hay más casos graves) que dan dos tipos de argumentos del por qué de todo ello.
ResponderEliminar1. Encubrir para proteger la reputación. Uno de los casos más notorios de encubrimiento de abuso sexual por parte de la Iglesia Católica es el escándalo de abuso sexual clerical en la archidiócesis de Boston, que fue expuesto por el Boston Globe en 2002. El informe reveló que la arquidiócesis de Boston había encubierto los abusos sexuales de más de 70 sacerdotes durante décadas, permitiendo que continuaran abusando de niños y jóvenes.
Uno de los sacerdotes involucrados en este escándalo fue John Geoghan, quien fue acusado de abuso sexual de niños en numerosas ocasiones y, a pesar de ello, fue transferido a varias parroquias diferentes en lugar de ser removido del ministerio sacerdotal. Se reveló que la arquidiócesis tenía conocimiento de las acusaciones contra Geoghan desde la década de 1960, pero no tomó medidas adecuadas para proteger a los niños de su abuso.
La razón por la que se encubrieron los abusos sexuales de sacerdotes como Geoghan fue en gran medida para proteger la reputación de la Iglesia Católica y evitar escándalos públicos que podrían dañar su imagen y autoridad. Además, la iglesia también estaba preocupada por la posibilidad de demandas legales y el pago de indemnizaciones a las víctimas de abuso. Como resultado, muchos sacerdotes abusadores fueron transferidos a otras parroquias o incluso a otros países, lo que les permitió continuar abusando de niños y jóvenes sin consecuencias.
2. Caso McCarrick ¿Una red de pederastas altoclerical?.
El caso McCarrick, un escándalo de abuso sexual clerical que involucra al ex cardenal Theodore McCarrick, quien fue acusado de abuso sexual contra menores y adultos en varios casos a lo largo de su carrera en la Iglesia Católica. La pregunta de por qué se encubrió a McCarrick es compleja y multifacética, pero hay varios factores que podrían haber contribuido a ello.
VERSIÓN A. El arzobispo Viganò escribió una carta que fue publicada por algunos medios de corte conservador en varios países, en la que el prelado acusa a otros miembros de la Curia de formar un 'lobby gay' y un grupo de poder y dinero y encubrir las acusaciones contra el cardenal estadounidense. McCarrick fue acusado de diversos abusos de menores, sacerdotes y seminaristas, por lo que fue expulsado del estado clerical en 2019. Viganò respondía así a las acusaciones del Informe McCarrick publicado por el Vaticano, que señalaba que Viganò no actuó de acuerdo a instrucciones recibidas para investigar al excardenal Theodore McCarrick.
VERSIÓN B. Se destacaron diversos factores. Primero, la cultura de secreto y confidencialidad dentro de la Iglesia Católica ha sido un problema persistente que ha permitido que muchos casos de abuso sexual clerical sean encubiertos. Los líderes de la iglesia a menudo han tratado de proteger la reputación de la institución y a los sacerdotes acusados en lugar de priorizar la seguridad y el bienestar de las víctimas.
En el caso específico de McCarrick, hay informes de que los rumores sobre su comportamiento inapropiado eran conocidos dentro de la Iglesia Católica desde hace décadas. Sin embargo, él fue ascendido a puestos de alto rango dentro de la jerarquía de la Iglesia, lo que sugiere que las denuncias no fueron investigadas adecuadamente o fueron ignoradas.
Además, McCarrick tenía un gran poder e influencia dentro de la Iglesia Católica y era muy respetado por sus colegas y superiores. Es posible que algunos líderes de la iglesia hayan sido reacios a investigar las denuncias en su contra debido a su estatus y la posibilidad de causar una división en la iglesia.
También se ha informado que McCarrick utilizó su poder y autoridad para silenciar a las personas que lo acusaban. Por ejemplo, hay informes de que les hizo prometer silencio y les ofreció puestos de trabajo a cambio de su lealtad.
Nos estamos haciendo daño a nosotros mismos los católicos en esta web católica que contínuament sacáis casos de pederastia clerical. Ya existen los críticos ateos que hacen el "trabajito", no hace ninguna falta que se publiquen estos casos en una web católica o en todo caso se puede publicar en sistema informativo muy reducido sin detalles.
ResponderEliminarMire que no coincidimos casi nunca pero por 1 vez le felicito a ver si usted que escribe tanto aquñi ke hacen caso
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Silver Garrell.
EliminarEn ningún caso se tiene que hacer el caldo gordo a los ateos, masones, comunistas y demás ralea.
No, mejor que otros lo saquen a la luz, nosotros los católicos miramos hacia otro lado, si son de los nuestros, aunque hagan una cochinada sacrílega (emplear la autoridad que dan las órdenes sagradas para enlodarse en la pederastia), nos hacemos los distraídos. De ese modo, todos nos convertimos en sospechosos y en cómplices de los crímenes de unos pocos y hundimos a la Iglesia en el desprestigio y la hipocresía. Una idea genial y cristianísima.
EliminarYo no veo nada claro, que saquen casos sobre personas que han fallecido.
ResponderEliminar19 años para ser precisos.
Las denuncias tienen que ser denunciadas al momento, o no vale la denuncia.
Cuando se pierde el norte, ocurren cosas tan peregrinas como perseguir una web porque no te ríe las gracias y tapar las ofensas cometidas por quienes debían ser modelo y tienen asociada a su conducta una pena canónica nada menor. En el primer caso, el delirio puede llegar a llevar a los tribunales con pruebas inconsistentes al grupo cuya malicia sólo está en una mente enfermiza. En el segundo las penas canónicas no podían soslayarse. Una responsabilidad que no caduca con el tiempo. No fue ese periodo un tiempo feliz para la Iglesia. Al cubrimiento de la pederastia se sumó la adhesión ferviente al separatismo con abrazos y efusiones para los sembradores de odio y cizaña, por que la fotografía no engañan. De aquellos polvos, estos lodos. Debería servir de escarmiento en cabeza ajena.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarCon tales pastores, no es de extrañar que el rebaño esté como esté.
ResponderEliminarHombre, justamente una página que presume de ser cristiana denunciará aquello que oscurece y mancha la limpieza de la Iglesia. Otra cosa es que no se atrevieran a hacer lo mismo con miembros eclesiales de otras sensibilidades, pero no parece el caso.
ResponderEliminarEso no es atacar,es sacar a la luz la porquería de algunos
ResponderEliminarEntiendo q recibiendo el obispado una denuncia clara, después de un juicio, de salir culpable tendría q haber suspendido al sacerdote y aplicarle una pena proporcionada. Entiendo q para evitar el escándalo no se publicasen los casos. ¿Qué falló? En un tiempo q estás aberraciones se tapaban por la propia familia por vergüenza y evitar problemas, ¿Quizá no habían denuncias claras? Una cosa q se puede aprender de esos tiempos nefastos es que la autoridad no puede abdicar de su cargo cueste lo q cueste
ResponderEliminarAnónimo de las 23:43
ResponderEliminarPor lo que dice, le parece más cristiano ignorar los hechos denunciados y constatados, que aclarar y castigar a los causantes de estas barbaridades. Jesucristo no actuaba de esta manera. Siempre perdonaba pero exigía arrepentimiento y propósito de enmienda. María Auxiliadora, ruega por nosotros y líbranos de los falsos profetas.
Si estos "miembros de la iglesia" son -como poco-unos degenerados(aunque son MUCHAS mas cosas, que omito) ¿cuál es el problema?. Según usted toda la mierda hay que meterla bajo la alfombra para que no se vea ¿no?.¿Se le ha olvidado las DURÍSIMAS palabras de Jesús,de la piedra de molino atada al cuello y arrojado al mar?.Pues vuelva a releerlas para situarse correctamente en el asunto.¡Cómo se nota que no ha sido usted violado por uno de estos impresentables!.Si lo hubiera sido, hágamelo mirar,porque estaría en pleno síndrome de Estocolmo.
ResponderEliminarSr. Carolus, totalmente de acuerdo con su reflexión.
EliminarPor cierto, fue agredido usted?
Ciertamente el obispado esquiva todo lo posible actuar en caso de denuncia, algo que conozco por desgracia en primera persona. De todos modos, el abuso, eclesiástico o laico, no depende de la tendencia política. Los casos que conozco han sido de curas que podríamos encuadrar en la "derecha" eclesiástica, siempre de negro o con sotana. Acertáis en que, una vez más, resulta muy peligroso aceptar candidatos al sacerdocio con tendencia homosexual. Al hacerlo, jugamos con fuego, ya que las probabilidades de que un cura de tendencia homosexual toque a un niño son demasiado elevadas como para correr el riesgo de ordenarlo.
ResponderEliminarNo tergiversen el debate introduciendo cuestiones fuera de lugar. El catalanismo no es pecado ni tiene nada que ver con los delitos sexuales. Los referendos, tampoco.
EliminarAquí hay varias cosas interesantes, como la constatación de que en ciertas diócesis o instituciones ha habido más casos que en otras, lo que sugiere no tanto permisividad por parte del titular de la autoridad sino lo que esas autoridades religiosas creen a cerca del sexo y del sexo desordenado
ResponderEliminar(en su descargo parcial hay que recordar la popularización de "Freud" (esto es, de creencias originadas en la percepción de esa psicología y esa terapia) y a vivir en una sociedad que, justamente gracias al sobrino de éste, Edward Bernays, que utiliza las ideas de Freud y el sexo, para vender más, el sexo está hasta en la sopa.
Luego está la des-sacralización del sacerdote con el Concilio, que hace que el "sacrificio" de la pureza deje de tener sentido para algunos.
Mi aportación es recordar que el término "abusos sexuales" abarca muchas cosas. No todas son tan horrorosas, como sugiere el nombre; por ejemplo, "tocamientos".
Tocamientos serán más o menos asquerosos, desagradables...pero no es una violación ni mucho menos.
También el nombre sugiere que la persona que los sufre está "obligado" a sufrirlas. No siempre.
El caso es que por la mala gestión legal de estos casos por la Iglesia de Estados Unidos y por que el derecho procesal de allí permite la conciliación (a cambio de una suma de dinero), resulta que la diócesis se hace cargo de unas reparaciones por cosas de las que no es responsable o poco responsable (es decir, se está culpabilizando sola) y de que acepta la cantidad exigida (con lo que reconoce una gravedad que no tiene por qué ser verdad), se ha convertido esto en miel sobre hojuelas para todos los tradicionales grupos organizados enemigos de la Iglesia y que con ello intentan descatolizar la sociedad norteamericana (el 24% de los norteamericanos son católicos; es decir, más que cualquier otra confesión)
No vayamos a caer nosotros en su juego. Sin negar los casos concretos que haya con la gravedad que tengan según el Código Penal de la época en que se cometieron los hechos y el derecho legal (y moral, si ya ha prescrito) a una reparación proporcionada.
También, nunca hay que olvidar, los "abusos sexuales" NO son patrimonio de los sacerdotes católicos, sino que son muy comunes en la sociedad porque frente a una urgencia sexual la torpeza de las personas o su situación de superioridad sobre la víctima y la situación de dependencia o sumisión de ésta, están a la orden del día.
(incluso en otras religiones, como el judaísmo o el Islam, el menor de 7 años no es niño/a y por tanto no es pecado)
A parte de solucionar esto, es necesario poner los medios para que no pase nunca más. Y no se puede hacer si la sociedad promociona el sexo y la pornografía.
Finalmente, algo que me llama la atención es que se exigen reparaciones en dinero, pero no terapia.
Para la victima que quiera, la institución religiosa responsable ha de poner a su disposición terapia psicológica. Por ejemplo EMDR si ha habido trauma.
Con esto no quiero quitar responsabilidad a Sistach: cada cual debe responder canónica, civil y penalmente de lo que hace y de lo que deja de hacer. En el grado que corresponda, por ejemplo, por ser la autoridad última que decide en la institución implicada.
Como se hace todos los días en los juzgados.
Se agradecería información sobre si el Catedrático de economía Tamames y su escudero Sánchez Dragó, se han convertido al Catolicismo Nacional Español como Dios manda.
EliminarSi la respuesta es negativa, no voto a VOX.
Muchas gracias
18/02, ésto que no tiene nada que ver lo dirá usted
EliminarNo fue una violación de las leyes querer separase de España???
"Otro craso error de nuestra curia. Lo repetiré mil veces: lo grave no son solo los abusos en sí, sino el encubrimiento episcopal. Y sobre el encubrimiento episcopal, verdadera génesis del escándalo, los archivos de esa misma vicaría judicial poseen todos los antecedentes de los casos denunciados. Libérense aquellos archivos, arrojen luz sobre ese mar de sospechas y que cada palo aguante su vela, aunque ese palo sea purpurado. Sistach fue una de las claves de bóveda de aquel encubrimiento de los 70-80 y los esfuerzos diocesanos por escurrir el bulto no hacen más que agrandar las sombras sobre su actuación. Las denuncias son tan recurrentes que difícilmente se puede ir de rositas."
ResponderEliminarCierto, el quid de la cuestión es la ocultación episcopal, y la solución, es la transparencia de los archivos judiciales de la vicaría judicial.
Por otro lado, el comunicado de la vicaría judicial, me parece bien, pues ha sido afectar a Sistach y no a las piezas menores de los curas, cuando han empezado a enterarse del sistema de garantías jurídicas.
Espero que se extienda a la Comisión parlamentaria, pues ésta no es judicial, sino administrativa-política, y tampoco son competentes para repartir culpas y victimizaciones... El sistema de garantías de los derechos procesales de los presuntos agresores, por desgracia de las víctimas reales, también se ha de respetar, y es un grave problema para ellas las prescripciones judiciales de tipo penal...
Un poquito de claridad cristiana para con Sistach no estaría nada mal.
ResponderEliminarPor Dios, por lo menos no es nada indepe y bastante conservador en Doctrina!
El pronunciamiento militar de Franco se hizo contra la legalidad. No lo olvide.
EliminarCARIDAD, quise decir.
Eliminar'Ne malum quidem ullum esse sine aliquo bono'
ResponderEliminarSi més no, el desastrós pontificat del Papa Francesc ens ha ensenyat als catòlics a no imaginar-nos més que la jerarquia està formada principalment per persones rectes.
Franco vino a poner orden en el caos.
EliminarSi no hubiese ganado la guerra, los pocos curas e iglesias que quedaron en pié se hubieran arrasado del todo.
Mucho cuidado de decir palabrotas satánicas, hombre!!
En el mismo periódico en el que escribe el señor Oriol se publicó la noticia de otro caso de pedofília en el obispado de Sant Feliu hace aproximadamente un año. No hace falta que nos vayamos a los 70.
ResponderEliminarCiertamente el obispado esquiva todo lo posible actuar en caso de denuncia, algo que conozco por desgracia en primera persona. De todos modos, el abuso, eclesiástico o laico, no depende de la tendencia política. Los casos que conozco han sido de curas que podríamos encuadrar en la "derecha" eclesiástica, siempre de negro o con sotana. Acertáis en que, una vez más, resulta muy peligroso aceptar candidatos al sacerdocio con tendencia homosexual. Al hacerlo, jugamos con fuego, ya que las probabilidades de que un cura de tendencia homosexual toque a un niño son demasiado elevadas como para correr el riesgo de ordenarlo.
ResponderEliminarEl autor del artículo escribe: "lo grave no son solo los abusos en sí". ¿Sabe Oriolt lo que dice?"
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