El Papa Francisco ha aceptado este lunes la renuncia al episcopado presentada por el obispo auxiliar de Valencia, Javier Salinas Viñals. Se da la circunstancia de que esa renuncia fue presentada este mes de enero al cumplir los 75 años, por lo que el Pontífice ha tardado solo unos días en dejar fuera de circulación episcopal a este obispo que se hizo famoso por un supuesto affaire que tuvo con su secretaria que se convirtió en un verdadero culebrón, cuando el prelado valenciano era titular de la diócesis mallorquina. La Santa Sede decidió retirarlo de la isla y devolverlo a su Valencia natal, pero como auxiliar, una degradación, pero que fue una salida honrosa, teniendo en cuenta lo sucedido, y en esa solución tuvo mucho que ver el entonces arzobispo valenciano, el cardenal Antonio Cañizares.
Si hablo de él en esta web, es porque fue obispo de Tortosa durante 15 años, sustituyendo a Martínez Sistach, por tanto, formó durante mucho tiempo del episcopado catalán, incluso fue Administrador Apostólico de la diócesis de Lleida durante algo más de un año. Venía de la diócesis de Ibiza, donde fue sustituido por otro paisano suyo, Agustín Cortes, actual titular de la diócesis de Sant Feliu que también ha presentado ya su renuncia hace tres meses y que sigue sin ser aceptada, a pesar de que su salud no es precisamente buena. En Mallorca fue sustituido por Sebastià Taltavull, que era auxiliar de Barcelona. Como se puede comprobar entre Cataluña y las Islas Baleares, hay muchos trasvases episcopales.
La verdad es que el obispo Salinas pasó sin pena ni gloria, pero también sin grandes escándalos. Más allá de un incidente en que el ahora agente 007 del Vaticano Jordi Bertomeu, por entonces sacerdote tortosino en activo, le libró de un posible disgusto que podía también haber sido mediático, el obispo agradecido le promocionó y el chico llegó lejos como se ha podido comprobar. En su administración de Lleida también metió la pata, y Roma falló en contra de una decisión arriesgada. Pero todo esto es minucia en comparación con lo que sucedió en Mallorca, que sirvió de carnaza para todos los medios de comunicación insulares.
Y es que el obispo en su estancia en Mallorca despertó las iras de un marido celoso, Mariano España, conocido terrateniente de la isla, con un patrimonio incalculable. Su esposa, Sonia Valenzuela Van Moock-Chaves, era una aristócrata hija de la condesa de Albercón, que había ejercido el cargo de Directora General del Ayuntamiento de Palma, gobernado por entonces por el Partido Popular. Después de su paso por el Consistorio, ejerció como secretaria en el obispado, coincidiendo con el obispo Salinas con el que se forjó una gran amistad, ya que ella era una persona profundamente religiosa, no así su marido. Obispo y secretaria compartían proyectos e ideales, como la creación de un grupo de oración, en el que parece que finalmente estaba solo formado por ellos dos.
Esa amistad puso nervioso al Sr. España que decidió contratar los servicios de una agencia de detectives, que siguieron a su mujer y que realizaron fotos algo comprometidas, como las del obispo sin alzacuellos abriendo él mismo de noche la puerta del obispado para que entrara el coche de Sonia Valenzuela, cuando ya no había nadie en el Palacio Episcopal. Aun así, las fotos no son concluyentes, como tampoco los anillos que llevaban ambos, pero que Salinas atribuyó a la pertenencia al grupo de oración y no a un supuesto romance, ya que no llevaba el nombre de ellos como falsamente se dijo. Es evidente que el obispo cometió imprudencias, pero no queda demostrado, ni mucho menos, que hubiera habido infidelidad de la señora Valenzuela hacia su marido.
El problema es que el marido atacado por unos celos patológicos y una poca estima al clero, no dudó en mandar las fotografías y las suposiciones a la prensa local para que se cebaran con lo que podía ser un bombazo informativo, y a partir de allí la bola se hizo grande hasta alcanzar unas dimensiones insostenibles obligando al Vaticano a tomar una decisión totalmente necesaria, como era apartarlo de los focos mediáticos mallorquines.
Con Salinas pensábamos que no se podía superar el escándalo sentimental en un obispo, pero después nos vino el caso Novell, enamorado de una mujer a la que había embarazado de gemelos, por lo que se vio obligado a renunciar al obispado de Solsona. Viendo en perspectiva un caso y el otro, parece que lo de Salinas no fue para tanto, de hecho continuó ejerciendo el ministerio episcopal, aunque fuera en Valencia y de auxiliar, algo que ahora, aunque sea como emérito, seguirá haciendo, como le ha pedido el actual arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, que fue justamente su sucesor en Tortosa.
Lluc Bibiloni
"Obispo y secretaria compartían proyectos e ideales, como la creación de un grupo de oración, en el que parece que finalmente estaba solo formado por ellos dos."
ResponderEliminarSin ser religiosos, este arco argumental hoy está ya representado dentro de una película de estreno, Los Fabelman... :)
Hombre....,por lo menos tenía buen gusto eligiendo secretarias, jeje.
ResponderEliminarUn obispo "patinador" que no supo ver las consecuencias de cortejar a la mujer de un poderoso terrateniente.
ResponderEliminarDon Silver, un Prelado nunca debe cortejar a nadie, por Dios!!!
EliminarY encima acusaban al marido de la " secretaria" de celoso.....
EliminarPor favor, que le salieron un par de bocinas en los lados del hueso frontal.
Bien por el Sr. De España, no era para menos!!!
Si no se apellidara España sinó Pujol dirian lo mismo jjj. Ai que fariseos són.
EliminarSe reunían de noche para hacer la adoración (del uno hacia el otro) nocturna... Claro, no lo duden.. Personas muy devotas. Que mal pensados hay en el mundo. jajaja
ResponderEliminarOK Baleares da supuestamente más información:
ResponderEliminarEl 16 de noviembre de 2012 fue nombrado obispo de Mallorca, pero en 2016 presentó la renuncia tras unas informaciones que apuntaban a que habría mantenido una supuesta «relación impropia» con una de sus colaboradoras en el Palacio Episcopal.
Tras conocerse en 2015 que el Vaticano investigaba la acusación de «relación impropia» del entonces obispo de Mallorca con su secretaria, éste explicó que no tenía conciencia de haber hecho «nada malo».
«No», respondió tajante Salinas cuando le preguntó si estaba enamorado. El obispo aseguró que las informaciones divulgadas desde entonces son «interpretaciones» de la denuncia remitida a las altas instancias eclesiásticas por un hombre que le culpa de la ruptura de su matrimonio y le atribuye un vínculo amoroso inexistente. La denuncia, en efecto, la había presentado al Vaticano el marido de la secretaria del obispo.
Finalmente, Salinas se vio obligado a renunciar como obispo de Mallorca y se despidió en una carta dirigida a los diocesanos de Mallorca, en la que manifestaba su «profundo agradecimiento» y, al mismo tiempo, pedía disculpas si «algún defecto ha ofendido a alguien» o le había dado «motivos de preocupación».
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Diario de Mallorca:
Salinas fue relevado de la diócesis de Mallorca tras el escándalo que provocó su estrecha relación con su secretaria, Sonia Valenzuela. En 2016, a raíz de lo sucedido con demanda de divorcio por parte del marido de la secretaria, el Vaticano decidió tomar cartas en el asunto y, debido a la polémica originada en la Diócesis y entre los feligreses, decidió enviarlo de auxiliar a Valencia.
La Santa Sede ha tardado escasas semanas en aceptar la renuncia del exprelado de Mallorca, ya que cumplió los 75 años a finales de enero. Se ha aceptado la renuncia de Salinas antes que la del actual obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, que también ya ha cumplido los 75 años.
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Diario de Mallorca, sobre las fotos:
Las imágenes muestran al obispo abriendo siempre personalmente de noche los portones del palacio episcopal para facilitar la entrada de su secretaria particular en su vehículo. Una las escenas más llamativas se produce el pasado día 25 de octubre. La mujer llega a las 19,03 horas, aparca en la calle y se queda en el coche.
A las 19,15 horas llega el obispo en otro vehículo que conduce su chófer. Salinas despide al empleado, entra solo al palacio y cierra la puerta. Deja pasar unos minutos, y a las 19,25 vuelve a abrirla para que ella -que ha puesto en marcha su turismo- entre. Dos horas más tarde [9:30] la mujer se marcha. [O sea nada, excepto que ambos se van a cenar algo tarde según la costumbre, por las 10]
(Para entender sociológicamente esto, en Mallorca se cena por las 9 de la noche. En Madrid no hay horario, puede ser de 8 a 1 de la madrugada. En Valencia, cenas a la fresca y de sobaquillo hasta las tantas. En Barcelona, con las noticias del TN.)