Los cristianos no son independentistas (Por Ramon Bassas)

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O, por lo menos, no lo son la mayoría. Esto es lo que se desprende de todas las encuestas del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Catalunya que cruzan datos sobre la identidad religiosa y la simpatía por el sí o por el no a la independencia, todos estos años de Procés hasta ahora. Y la proporción de nos va subiendo más que en la media de Cataluña, donde la posición contraria es también la mayoritaria.

Ahora hace cinco años de las votaciones de las dos "leyes de desconexión", donde una justita mayoría parlamentaria excedió sus potestades para dejar sin efecto el Estatut y la Constitución en nuestro país (incluidos sus derechos fundamentales). Y del simulacro de referéndum, tres semanas más tarde, que pretendía dar legitimidad a ese atentado antidemocrático. Quizás sea necesario echar una mirada a lo que ha pasado en el seno de la Iglesia católica después de estos acontecimientos. Y hacerlo en un contexto donde los principales impulsores del Procés ya no disimulan las intenciones iniciales de preservación del poder a cualquier precio y de sometimiento del adversario interno, después del escandaloso engaño que han infringido a los pobres ciudadanos que se los creyeron.

Por un lado, está la minoría independentista que, así como ocurría en el resto de la sociedad catalana, venía muy crecida. Especialmente, debido a la pretendida superioridad moral de los presuntos objetivos del Procés (la libertad del país, por ejemplo) y del que se cree inocente a pesar de haberse saltado la ley ante las narices de todos, lo que implicaba una acusación indirecta de contrarios a la libertad, en Cataluña y al sumsum corda los que se opusieran al independentismo. En el contexto católico se sumó el pretendido aval de la Doctrina Social de la Iglesia a la autodeterminación… sin advertir que el derecho internacional vigente excluye casos como el catalán como sujetos de la autodeterminación. Las verdades a medias son peores que las mentiras. Por esta razón, sobre todo, nadie en el Vaticano movió un solo dedo por “la causa”, pese al dinero y esfuerzos que se emplearon.
 
 
Pero el flanco de esta minoría, hoy me imagino que algo avergonzada, no fue sólo el teórico. Dueños de centros de trabajo cristianos obligando a sus trabajadores a hacer huelga, con amenazas reales o veladas. Curas haciendo el teatro que rezaban mientras contaban votos del simulacro de referéndum (ahora pienso que seguramente hacen comedia siempre, cuando rezan). Exhibición de esteladas en los campanarios y fachadas. Sermones y oraciones animando a la causa. En fin, mil anécdotas que los de la mayoría no independentista tuvieron que soportar estoicamente conscientes de que un día u otro la tormenta terminaría. Sin embargo, también ha habido quien ha vivido como un drama personal la identificación de parte de la Iglesia con el independentismo.

Las 400 sotanas
 
Y la gota que colmó el vaso, más allá de algunas desafortunadas declaraciones episcopales (también minoritarias y luego claramente contradecidas por sus emisores), fue el conjunto de cuatrocientos curas y algunas monjas (eso sí, por separado y sin laicos) que firmaron manifiestos avalando este Procés. Alguno de ellos, engañado, pensaba que firmaba “por el diálogo”, todo debe decirse. El hecho de esta intervención de unos pocos cientos de clérigos tan directa en la vida política, como si estuviéramos en las guerras carlistas, es excepcional: ni el hambre, ni los sin techo, por ejemplo, ámbitos en los que hay tanta gente de Iglesia luchando al pie del cañón, han tenido nunca ese apoyo.
 

Por otra parte, es obvio que los no independentistas no han hecho tanto ruido. De hecho, todavía hoy muchos se niegan a realizar declaraciones en un medio como éste cuando se les pide la opinión sobre estos años, según me ha hecho saber la directora. El camino de la prudencia al miedo está lleno de estos silencios espesos y los que hemos hablado abiertamente sobre esta cuestión, como ahora, conocemos muchos testimonios de esos silencios que se nos han dirigido.

No hay para menos viendo, sobre todo, los golpes que se ha llevado el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, ​​tanto por su papel proactivo en busca de soluciones pactadas, en su día y con toda discreción, como por su prurito de hacer de la Iglesia el lugar de encuentro que debe ser y no el lugar de exclusión de nadie. Además de cartas en los diarios y maledicencias diversas, el cardenal recibió un sonoro abucheo del entonces presidente Puigdemont al terminar la misa por los atentados de 2017. Y en tiempos de Torra, el entonces consejero Aragonés corrió a ponerle una multa por exceso de aforo en una misa (algo que era mentira) o a proclamar a los cuatro vientos una campaña contra las inmatriculaciones. De ninguna de las dos cosas se conoce, por cierto, ningún resultado.
 
Y ahora, ¿qué?
 
Hace ocho años que mosén Salvador Pié-Ninot, mirando a Italia, advertía en un artículo en La Vanguardia, aludiendo a la causa independentista, contra la tentación de hacer de la Iglesia el lugar de las “causas justas” (al margen de si creemos que lo son o no), una tendencia que allí se ha llamado el "integralismo". La línea entre religión y política, como advirtió Lluís Duch, es borrosa y siempre lo será. Aun así, me atrevo a añadir que hacer entrar a la Iglesia en disputas políticas (en este caso, como hemos acabado viendo, de una simple lucha por el poder de sus protagonistas) contribuye tanto a la desnaturalización de la Iglesia como a la antipolítica. Y a la sacralización de sus causas. Así nos va. Empezando por Italia.
 
 
¿Y ahora qué? Sospecho que el décimo aniversario de los hechos de septiembre y octubre de 2017 vendrá más pronto de lo que nos parece y todo quedará aún más lejos, seguramente más desdibujado. Políticamente, espero que habremos salido de este callejón sin salida, que habremos dado los pasos necesarios para afrontar los problemas de verdad que tenemos en los morros y que hacíamos ver que no veíamos, durante el Procés. Para afrontarlos, me temo, será necesaria más unidad, más común denominador, menos cordones sanitarios y más ganas de currar. Seguramente, contra lo que piden los perniciosos, más olvido y más perdón. Empezando por mí, lo reconozco. Y desde la Iglesia, lo que podemos hacer: ser testimonio de la reconciliación entre hermanos, el ámbito de encuentro de quienes nos ignoramos (o nos odiamos). La confianza en la vida humana después de esa devastación cívica. Ciertamente, un milagro, ya lo sé. O sea que, Señor, ayúdanos que eso es lo tuyo.
 
*Escrito publicado por Ramon Bassas en su blog "Roba estesa",  el 4 de octubre de 2022

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14 comentarios

  1. Ramón Bassas tengo entendido que es socialista y se pone en su lugar contra la Indepe. El título "Los cristianos no son indepes", no dice ninguna realidad, en general los cristianos en manada plebe son humanos como el resto y siguen el viento que sopla, una prueba es que los mismos curas cristianos son los más abanderados de la Indepe.

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  2. Desde el golpe de estado y luego el lameculos del Psoe (PSC) con los golpistas, las iglesias se han vaciado de fieles. Yo mismo solía ir a Misa y visitar al Santísimo cada día, pero estoy rodeado de parroquias con cubana que predican el golpismo en lugar del Evangelio, resultado no voy a Misa, solo los domingos y fiestas de guardar a las pocas iglesias católicas que restan en Cataluña, el tiempo dinero y esfuerzo del forzoso traslado hace de mi NO asistencia cotidiana.
    Estos 400 más algunos obispillos como Planellas y amigos han conseguido el éxito de SATAN, Iglesias VACIAS,

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    1. "lameculos" es usted muy mal hablado quim marcos! Poco efecto producen en usted las misas a las que va!

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    2. Anónimo de las 10:15, por su estilo y sus faltas de puntuación, me recuerda a otro anónimo que, en nombre de la caridad, se dedicaba a acusar a otros anónimos de intolerantes comparándolos con Torquemada.

      Cabe la posibilidad de que usted sea nacionalista antes que católico.

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    3. Anónimo de las 10.15, se nota que no se instruye, lameculos es un sustantivo muy usado por muchos escritores, como el Premio Nobel Cela, Sostres..... Estudie antes de escribir.
      Anónimo de las 13.23 escriba desde un teléfono móvil y notara los errores en puntuación luego, no antes. Por cierto Torquemada fue un bondadoso Inquisidor General, no quemo a nadie y abogo por dulcificar penas, es otro de los mártires de la leyenda negra de Satán. Por cierto a mí me recuerda usted a un parvulito que aun esta por evangelizar.

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    4. Don Joaquín, su actitud me recuerda a lo que recientemente un primer espada de la guerra cultural que soportamos actualmente escribió acerca de los moderados, especialmente de los conservadores moderados:

      "How can you identify a moderate? He is the man who only shoots at his own side and never at the enemy. Moderates merit friendly civility, but no respect. They are often useful, if irritating allies, but do not permit them any input into strategy and tactics or decision-making. And do not accept them as leaders except of their own moderate faction. They are considerably worse than useless in that regard because they are constantly trying to find a middle ground that quite often does not exist."

      Si este pobre parvulito sin evangelizar lo puede entender, seguro que un paragón cultural como usted también puede.

      Lo que pueda pensar el anónimo faltón de Fray Tomás de Torquemada y lo que pueda pensar un servidor no han de ser necesariamente lo mismo. Lo que en él sería ánimo de ofender, sería una alabanza por alguien que tiene a Fray Tomás en alta estima por, por ejemplo, haber sido el confesor de la mejor Reina que ha tenido España.

      Para acabar, la próxima vez que se metan con usted, va a intentar defenderlo su señor padre.

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    5. Anónimo de las 22.31, mi Padre es DIOS, UNO y TRINO. y siempre me defenderá y ganaremos, pues no pierde batallas.
      Efectivamente la mejor Reyna, con muchos milagros efectuados por Dios por su intercesión, le sugiero que visite la web del Obispado de Valladolid (instructor de su causa) donde indican los avances en su proceso de beatificación, yo soy testigo de uno de sus múltiples milagros.
      Y como colofón le expilo como son los moderados, pronunciado:
      anthodalim ham hallita sal haolam, kul oud ham acasanim am haroa.
      Escrito; המתונים הם האליטה של העולם, כל עוד הם עקשנים עם הרוע.

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  3. De tot hi ha a la vinya del Senyor. Però malauradament la vinya és quasi erma.

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    1. Totalmente de acuerdo con el Señor Quim Marcos.

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  4. Hay un indicador que es la aportación directa a la Iglesia la declaración de renta.
    Sobrarán parroquias y sacerdotes (y mira q
    son escasos).
    Cuidan de banderas, no de fieles.
    Cuando cambien, habrá un resurgir;el amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo, es muy potente. ( si l definición de prójimo es correcta). Y si Dios no es una bandera..

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  5. Qué le pregunten al Sr. Picazo quién es el Bassas ese de Mataró.

    Un heresiarca, amigo de correveidiles y partidario de toda clase de esperpentos izquierdistas modernos.

    Si el CHE levantara la cabeza!!!

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  6. El contenido del artículo me parece correctísimo y muy loable. Agradezco al autor por este texto y a Germinans por su publicación.

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  7. Però si enaltece el franquismo en una missa no pasa nada, verdad? No lloreis tanto y no salgáis mucho de casa, que tenéis la piel sensible y os podéis quemar

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  8. anónimo de la 1:47, a usted no le hacen mucho caso en su casa, ¿verdad?

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