El desplome de las bodas católicas

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La caída de la práctica sacramental en España es un hecho notorio e incontestable, pero el sacramento que sufre un mayor descenso hasta convertirse en un fenómeno anecdótico es el matrimonio. Según datos de la Conferencia Episcopal Española las bodas supusieron un 21 % del total en el año 2019. El resto fueron bodas civiles. Tan solo diez años antes representaban un 45%. Una auténtica hecatombe. Si ese porcentaje resulta absolutamente alarmante, qué cabría decir del puesto de colista, sin posibilidad de salvarse del descenso, que ostenta Cataluña. Según datos del Institut d’Estadística de Catalunya, en el año 2018, solo el 10 % de las bodas eran católicas. En 2012 eran un 20%.
 
Son datos anteriores a la pandemia. En 2020 y 2021 el número de matrimonios canónicos fue ridículo. Pero el desplome venía de lejos. Según cifras que se pueden hallar en la Guía de la Iglesia de la CEE, en la diócesis de Barcelona se celebraron por la Iglesia 920 matrimonios en 2019. En Valencia, con similar población, 1.271.  En Sevilla 2.496. Otras demarcaciones eclesiásticas, con menor población, la superan: Málaga 1.162; Alicante 1.048; Cartagena 1.404; Santiago de Compostela 957; Granada 1.059; Córdoba 1.001; Toledo 1.163. 
 
En la Cataluña rural los datos todavía son más espeluznantes. Solsona es la diócesis española con menor número de bodas por la Iglesia. ¡En 2019 solo se celebraron 58! Tarazona, con 40.000 habitantes menos, ofició 70 en el mismo año. Osma Soria 87; Teruel 102; Menorca 68; Barbastro 103 y Guadix 112. Todas estas demarcaciones con menor número de almas que la celsonense. El panorama es aterrador.
 
Nadie se casa por la Iglesia. Y en Cataluña menos. Cierto es el invierno demográfico. Pero ello no explica la abrumadora desproporción con el matrimonio civil. Eso que tampoco nuestros jóvenes son muy proclives a pasar por el Juzgado o el Ayuntamiento para oficializar el vínculo. El arrejuntarse está al orden del día. Luego, con los años, dan visos de legalidad a aquella unión, caso de que tenga la suerte de prosperar, y se casan delante del Juez con el hijo o los hijos de testigo. Es un auténtico fenómeno sociológico.
 
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Ese miedo al matrimonio se explica por el pavor al compromiso que existe en nuestra sociedad. Nadie se compromete con nada; todo es fugaz, perecedero, insubstancial, frágil, inmaduro. Pan para hoy y hambre para mañana. La misma incapacidad manifiesta de formar (y sostener) una familia que de comprometerse con una simple razón de vida. No digamos una razón de fe. 
 
El desmoronamiento del matrimonio católico tiene varios culpables, pero en lugar destacado se halla la escuela confesional. Que los colegios religiosos, que siguen gozando de un buen número de alumnos y unos colmados ingresos por cuotas de matriculación, no aporten a la Iglesia vida sacramental alguna, constituye uno de los más grandes fracasos de la Iglesia Católica. Centros católicos sin primeras comuniones, sin confirmaciones y sin que sus alumnos, con los años, pasen por la vicaría para casarse. ¿Qué enseñanza les dieron? ¿Qué poso de doctrina dejaron en ellos? ¿Para qué necesitamos esa escuela católica que luego no aporta católicos? ¿Cómo podemos tener el mismo número de centros de enseñanza confesionales y el número de creyentes esté cayendo a niveles paupérrimos?
 
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Este fin de semana, en el diario El Punt Avui, Mireia Rourera volvía a entrevistar a uno de los “últimos de Filipinas”. En este caso a Enric Cirici, nacido en 1931, promotor de la campaña Volem Bisbes Catalans. La entrevista no tiene desperdicio, confirma el gran fracaso de aquella generación post conciliar, reconocida por el propio entrevistado, que llega a manifestar “que después del Concilio Vaticano II la gente dejó de ir a misa”. Y deja otras perlas, como que en Barcelona capital ya solo se predica en español por la cantera latinoamericana y que los seminaristas barceloneses silbaron al cardenal Omella cuando este presentó las conclusiones del Sínodo diocesano en las que se proponía acabar con el celibato obligatorio y la ordenación sacerdotal femenina. Esa entrevista es la confesión, en voz propia, de un auténtico descalabro. Los hijos de quienes quisieron participar de una revolución eclesial no han seguido a sus padres. No se bautizan, no van a misa y de ninguna de las maneras se casan por la Iglesia.
 
Oriolt 

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17 comentarios

  1. ¿Es verdad que los seminaristas barceloneses silbaron al cardenal Omella cuando este presentó las conclusiones del Sínodo diocesano en las que se proponía acabar con el celibato obligatorio y la ordenación sacerdotal femenina? Que fuera cierto hablaría muy bien de ellos.

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    1. Si se dice, es que será verdad. Ciertamente, hay que darle un punto a favor de ellos...

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  2. Por cierto, ¿la foto que ilustra el artículo es de una iglesia de Hispanoamérica?

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    1. Me parece que es la iglesia de San Cayetano, del siglo XVIII, que se encuentra cerca de la entrada a la mina de plata La Valenciana, ubicada en proximidades de la ciudad de Guanajuato (Estado de Guanajuato, centro de Méjico).

      eloficiodehistoriar.com.mx/2020/11/18/los-mineros-de-la-valenciana-construyeron-un-templo/

      es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_la_Valenciana

      ...

      El rito de matrimonio es, en realidad, una exaltación de la mujer madre y esposa. Algunas mujeres progres de los 1960-1980, con el tiempo, reconocieron el error de prescindir de este rito, y cuando pudieron, lo realizaron, sea civil o canónico.

      El rito de matrimonio fue realizado por la Sagrada Familia, con el casamiento de San José y la Virgen María.

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    2. Desde la ignorancia, pero creo que es andaluza, parece barroco andaluz

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  3. 1. La provincia de Gerona es ya un territorio de muerte: 6.057 criaturas nacidas en la provincia (3.087 niños y 2.970 niñas) y 6.879 defunciones [1], con 1.811 abortos (924 niños y 887 niñas aprox.) [2].

    Se puede observar que las defunciones reales (abortos y fallecidos) son 8.690 hombres y mujeres, niños y niñas, mientras que los nacimientos son de 6.057. En total, hay una caída real de 2.633 personas, pero la Gencat nunca reconocerá a los abortos como defunciones, pues estos crueles y corruptos políticos no reconocen los derechos humanos de los niños no nacidos.

    Esto significa que si la provincia de Gerona quiere crecer, debe de recurrir a la emigración para cubrir estas 2.633 decesos reales. Como tiene 782.000 habitantes, de los cuales 160.000 son extranjeros (20%), y su población sube cada año, se hace evidente que año tras año la población de Gerona tendrá más extranjeros que catalanes de origen, y si sigue cayendo la natalidad pero la mortalidad y los abortos aumentan, es evidente que en dos generaciones la emigración será mayoritaria, lo que implicará grandes cambios sociales, políticos, religiosos, lingüísticos y culturales. Es una provincia en rumbo de extinción y sustitución de su población natural, en línea con la extinción del clero, los religiosos y los mismos católicos. No hace falta ser muy perspicaz.



    2. No hay que dudarlo: la culpa íntegra, total, completa y absoluta de la caída del catolicismo en Gerona es de la jerarquía y del pueblo al asumir en masa desde el postconcilio la apostasía de la ideología del nacional-progresismo. Para quienes hemos vivido este proceso, sabemos que la fase de 1960-1980 fue independentista y marxista, y una vez caído el muro de Berlín y la URSS (1989 y 1991), en su segunda fase (1990-2022) tiene un cariz independentista y progresista, es decir, que los católicos asumieron la completa ideología de la muerte y de género, o sea, contra la vida, la familia y el matrimonio, la educación de los hijos por los padres y obviamente, contra el bien común (España).



    3. Como seres libres que somos, no hay duda de que existe una triangulación entre Pueblo, Estado e Iglesia (pecado social local). El pueblo puede votar democráticamente a los cargos políticos del Estado (local, Gencat y España). Y lo mismo acaece en la Iglesia: libremente, pueblo y clero han decidido apartarse de la doctrina católica para abrazar la fe nacional-progresista. Todos están contentos: el pueblo vota políticos que le proporcionan gratuitamente medios anticonceptivos y abortivos, y la Iglesia calla y en su omisión y silencio, aprueba tácitamente. Las parejas de hecho pueden no consolidarse si no hay hijos (aborto-anticoncepción) o no han pasado los dos años de convivencia ininterrumpida, por lo que puede uno puede separarse antes de los dos años o separarse de hecho. Todo fácil, unirte y desunirte, impedir (anticoncepción) o matar a los hijos (aborto).



    4. También existe un dirigismo cultural mundialista (pecado social global). Parece evidente que pasados 44 años de la aprobación de la Constitución de 1978 (unas dos generaciones), se ha implantado un Nuevo Orden que, debido a su extensión e intensidad, pueden pronto ya dar paso al Gran Reinicio de la Nueva Sociedad bajo la vieja impronta del diseño satánico: muerte (aborto y eutanasia), cancelación (familia y matrimonio), ideología de género, laicismo agresivo de exclusión, nuevos ídolos (nación, progresismo liberal, estrés y estilos de vida, nueva era...). Es un problema que afecta a todo Occidente, y todo indica la evidencia de un dirigismo metanacional: se sustituye la Cristiandad por una Nueva Sociedad satánica del viejo Nuevo Orden, pues todos los países occidentales tienen las mismas leyes de muerte, cancelación y de género. Y eso no es una coincidencia
    ...

    [1] diaridegirona.cat/comarques/2022/06/16/xifra-naixements-girona-cau-35-67315357.html

    [2] salutweb.gencat.cat/web/.content/_departament/estadistiques-sanitaries/dades-de-salut-serveis-sanitaris/interrupcio-voluntaria-embaras/IVE-2020.pdf

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  4. La gente común de la calle lo entiende esto de casarse por la Iglesia como demasiado "caro", porque significa una gran fiesta y una comilona en un restaurante con invitados por esto prefieren juntarse bajo la ley de parejas sin armar revuelo y punto y les va mejor para su bolsillo. Es un problema en gran parte de la misma Iglesia que ha permitido el pecado de la ostentación vestimental y celebrativa y ha quedado grabado en las mentes de la gente sencilla que los casamientos religiosos son una gran derroche de dinero. Hasta que no se predique más en el Full que casarse con ostentación es pecado. La ostentación en bodas religiosas solo debe ser para príncipes y princesas porque son adorados por el pueblo y cumplen un papel político, para la gente de a pie no le corresponde querer asemejarse a las monarquias que gobiernan.

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    1. En parte sí, pero en parte no.

      No es la fiesta y su coste, no es el vestuario y su coste, no es la espera y su coste, lo que impide una formalización matrimonial, sino es un acto libre de un ser humano, que ha querido no comprometerse, no consolidar la convivencia, no formalizarla, no estabilizarla, y por derivación, el Estado lo confirma y lo promueve como acto "progresista".

      También hay una colaboración de parte de la jerarquía y la clerecía, que omite la predicación a favor del matrimonio sacramental, en el que los esposos no realizan un acto entre dos personas, sino entre tres, donde coparticipa Jesús y su gracia. Es un acto de rechazo explícito de Dios... es un acto con consecuencias, tomadas en conocimiento y consentimiento...

      Es un acto suicida por colaboración entre dos partes, el pueblo y el Estado... pero no se te ocurra decir que estás casado en matrimonio indisoluble con la "nasió", que entonces te dirán de todo...

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    2. Garrell hoy eas fuera de tiesto. Tanto cuesta una boda eclesiástica como una civil!

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    3. De verdad que un minimo número de seminaristas pitaron al cardenal, cuando leyó las conclusiones del sínodo??? Eso sí que es vivir fuera de la realidad. La Iglesia, si quiere mantener su institución, tendrá que admitir ambas cosas . No pensarán que ellos solos, como el flautista de Hamelim, podrán con todo el rebaño. Qué ilusos. Además, de qué se sienten amenazados??? Que ridículos.

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  5. Goyo
    D. Silveri. Hoy no estoy de acuerdo con su exposición, cosa que normalmente comparto. No se
    puede excusar ningún católico practicante en el coste de la celebración del sacramento del Matrimonio eclesial. La fiesta la hacen unos y otros. Las parroquias que yo conozco, piden una colaboración económica, para ayudar a sufragar los gastos que tienen. El sentimiento que sientes al participar como invitado en una celebración católica, no se puede comparar con una celebración laica. No es una ostentación, pues cada uno lo organiza según sus posibilidades. Lo importante es el amor con el que los contrayentes, que son los ministros en este sacramento, viven y exteriorizan su alegría y compromiso ante Dios y al comunidad.
    Yo creo, no comparto, que cada pareja debe hacerlo como deseen en toda libertad. Que El Espíritu de Cristo les haga sentir que junto a Él serán más felices y se sentirán siempre acompañados. Que María Auxiliadora les acompañe y guíe en su vida matrimonial.

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  6. En la última entrevista a Pujol de hace unos días dijo que tener hijos fue un acto de optimismo suyo y de su esposa, un acto de fe en el país, en uno mismo y en Cataluña, a pesar de que luego mostró la comprensión hacia quienes decidieron tener un solo hijo porque dijo que "es muy difícil".

    No tiene ni idea de lo que está diciendo, como sucede a la casi totalidad de periodistas, políticos, opinadores e intelectuales. Tener un hijo fue realmente muy difícil hasta 1960, cuando el franquismo creó la Seguridad Social y el auge económico del desarrollismo. Hasta esta década tener hijos eran afrontar la muerte o enfermedad grave (tuberculosis, raquitismo, enanismo, deformidades, parálisis, ceguera, sordera y enfermedad o retraso mental).

    Para las familias de aquella época el desarrollismo fue la tabla de salvación para la vida y la salud de sus hijos, pero extrañamente en el 2020 tener un hijo lo han convertido entre las autoridades y las ideologías en un acto de empobrecimiento y de padecimiento, con un sistema escolar que sólo genera fracasos y abandonos prematuros, con escasa calidad educativa y que ya no garantiza el acceso al trabajo y a la cultura.

    Siglos y siglos de padres esperando con tener este lujo que hoy en día se tiene de guarderías, preescolaridad colonias, ayudas en metálico, psicólogos, pedagogos, Seguridad Social, medicina y hospitales... y sin embargo de una manera consciente y querida por el poder político porque lo sabe y no pone soluciones, tener un hijo en estos momentos se ha convertido en un acto más difícil que en los siglos precedentes: algo no funciona bien y esto no puede continuar así. En Polonia y Hungría hay políticas provida y profamilia. Pero en Cataluña han decidido perder miserablemente el tiempo en la inútil independencia desde el año 2004 con la reforma del Estatuto.

    Ya con Pujol, el poder político de estos políticos corruptos lo único que hizo fue facilitar en alto grado el aborto y la anticoncepción. Falsos patriotas que han conseguido el asesinato de 600.000 niños en abortos, 300.000 de ellos varones y 300.000 mujeres, el mayor feminicidio que nunca jamás se ha cometido en toda la historia y encima van de progresistas, liberales, demócratas y amigos de los derechos humanos y de la democracia. Farsantes, corruptos, mentirosos, incompetentes, ineptos.

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  7. Para casarse por la Iglesia no necesariamente se tiene que arruinar nadie.

    Por cierto, eso de que la ostentación solo para Reyes y Príncipes, bien, pero que sé lo paguen de sus bolsillos.

    En ningún caso del erario público.

    Por Dios!

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  8. No hay otro camino, para esta visión de la Iglesia, que la separación de la Iglesia Romana y darle a la GENCAT, la titularidad de la gestión del cristianismo en Cat. Y como centro inspirador la Montaña de Montserrat, frailes u monjas. Dejando para “los venidos” la adscripción a Roma.
    Lo que sembraron, recogemos.

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  9. La gente puede casarse por la Iglesia con toda la discreción del mundo si lo desea.
    Servidor, asistí a un casamiento que fue en la primera misa de la mañana, y éramos catorce personas. Los novios iban bien vestidos con ropa normal. Nos sirvieron un almuerzo de catering en el jardín del chalet y eso sí se disparó una señora traca.

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  10. Salvo raras excepciones y después de hablar con gente de la calle que no sabe de la misa ni la mitad, reitero mi opinión de lo que según he oído que dicen las gentes que menciono "que casarse por la Iglesia lleva mucha gasto", y no se referian al "gasto" estipendio para dar al cura de turno sinó que el "gasto" se referia al fiestazo con obligados invitados. No es lo mismo que la pareja junto con los testimonios se vaya al Juzgado o al Ayuntamiento que son salones frios de nevera como que la pareja se vaya a la iglesia, la segunda opción implica una liturgia sacra con ramos de flores incluídos, como una primera comunión de las tradicionales. Desde el púlpito no se ha educado a los fieles con la sencillez, pero visto que se vacían las iglesias conviene este cambio de paradigma o al menos para "probar" si retorna el rebaño.

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  11. En las fotos, viste mejor la novia de la boda civil que la de la canónica. Aún las he visto peor "vestidas" que esta última. Por no hablar de las familiares e invitadas. Conozco a un párroco que le tuvo que decir a una novia: "Estás en un lugar sagrado. Ponte una chaqueta mientras permanezcas en él". Absurda moda que quizás también sea de influencia U.S.A., como tantas otras extravagancias que les venimos copiando.

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