A cuenta de los vientos de crisis que sacuden a la Iglesia en Tarragona, Oriolt nos daba la semana pasada unos datos “demográficos” tan estremecedores respecto a las diócesis catalanas, que más bien parecían una invitación al próximo velorio. En Gerona quedan sólo 30 sacerdotes en activo. La práctica totalidad, en edad de jubilación; y algunos de ellos, de edad muy provecta. Esos son los efectivos de la diócesis. Oiga, si se tratase de una empresa, o incluso de un club u organización de cualquier género, con esas cifras todo el mundo daría a la institución por muerta a muy corto plazo. No sólo eso, sino que, viendo su ostentosa decrepitud, a nadie se le ocurriría apostar por ella y enviarle a sus niños o a sus jóvenes; ni menos buscar en ella un hueco para emplear en ella parte del tiempo disponible, ni en régimen laboral, ni en régimen de voluntariado intentando abrirle camino al futuro. Porque una institución así, huele a cadáver.
Y claro, aquí es un eufemismo muy voluntarioso hablar de pirámide demográfica. Aquí no hay pirámide ni nada que se le parezca: lo que tenemos es una orografía totalmente plana en la que las aguas en vez de fluir se empantanan, iniciando un proceso de eutrofización que las asimile finalmente al terreno.
Y resulta que hay un altísimo mando, cuyo vicario en España (y por tanto también en Cataluña) es el cardenal Omella, que selecciona supuestamente a los más capaces para gestionar las diócesis en calidad de obispos. Y estos máximos responsables de cada diócesis se supone que, como hacen los máximos responsables de cada empresa, cuidan que la empresa no se vea abocada a desequilibrios demográficos tan escandalosos como el arriba indicado: porque eso equivale más bien a administrar las inminentes exequias de la empresa. Mal oficio, muy malo, para nuestro eminentísimo cardenal.
Si el máximo responsable de la diócesis se desentiende de esa necesidad absolutamente primaria, y su altísimo jefe tampoco le acucia para que enmiende el descuido, ya me dirán a qué se dedican el uno y el otro, y qué valor tienen finalmente esos otros afanes dizque pastorales en los que se vuelcan, si hay tal. Porque, claro, no puedo imaginarme al obispo de Gerona, sea quien sea, ejerciendo de dinámico y creativo jefe de personal de ese minúsculo asilo de “gent gran” dedicada a sus rutinas o a su bien merecido reposo. No acabo de entender que para eso se necesite un obispo. Con la particularidad de que no le está permitido ejercer su alto ministerio sin una curia, una especie de corte palaciega que se lleva una parte de esos menguadísimos efectivos, complementada por el noble cabildo de canónigos al servicio de la catedral.
Para hacernos una idea de lo que realmente llegó a ser el obispo de Gerona y del poder que tuvo (nunca ha estado separado el poder espiritual, del material-económico-político) no tenemos más que fijarnos en el deslumbrante esplendor del patrimonio inmobiliario a que dio lugar ese poder. Ya sólo la catedral es impresionante. Es evidente que 30 curas ancianos presididos por un obispo, por lo general también anciano, no son capaces de retener, mantener y gestionar ese enorme patrimonio.
Es asimismo evidente que sea cual sea la forma jurídica que se emplee, ese patrimonio está pasando a manos de la nueva clerecía, la política, a la que han ido a parar muchos antiguos clérigos, especialmente en Cataluña, y en la que buena parte de los clérigos en activo tienen puesto un pie, cuando no los dos, y además el alma.
Lo determinante es que ese descomunal empuje arquitectónico estuvo aupado por una Iglesia de enorme pujanza, una Iglesia con solidísimos cimientos construidos sobre el Pueblo, que le dio a la Iglesia sus mejores hijos. Una Iglesia en la que ardía la fe, sobre todo la fe, y la enorme tranquilidad espiritual que proporcionaba la pertenencia a la misma. Eso es lo que me encandila ver en la arquitectura religiosa (y otro tanto en la liturgia de la que es escenario, a cuyo servicio estaban los canónigos y las scholae cantorum): la fe recia, compartida por fieles, clérigos, obispos y gobernantes.
Sin esa fe, no hay manera de que se levanten esas maravillas con alma. Por eso me deja tan frío la contemplación de nuestra Sagrada Familia, tanto por fuera como por dentro. La fe de su arquitecto no ha sido suficiente para dotarla del alma que vibra en las grandes construcciones religiosas. Son construcciones totalmente participadas de múltiples formas por toda la población; no emprendimientos de uno u otro magnate, o de administraciones públicas. Por cierto, ¡qué maravillosa excursión por las piedras con alma de Notre Dame, nos ofrece Víctor Hugo en El Jorobado!
Y luego, cuando sosiego la mirada, he de ver cómo el principal quehacer de ese valiente grupo de gent gran, es la gestión y mantenimiento de ese descomunal patrimonio que se está quedando sin función y sin alma. Y presidiéndolos a todos en esta estéril actividad (espiritualmente estéril), tenemos al máximo líder y representante de todos los obispos de España (y obviamente, también de Cataluña), que últimamente ha dado el gran pelotazo de su vida eclesiástica: el afianzamiento registral del ingente patrimonio inmobiliario de la Iglesia, mediante la brillantísima operación de las inmatriculaciones. Con la desazonadora sospecha de que en cierto modo ha entrado en un toma y daca de bienes por doctrina, mediante las virtuosísimas tácticas del silencio, del estrechar manos y del tender puentes. Ojalá fuese sólo un esperpento.
La descorazonadora impresión que se lleva uno al contemplar la magnificencia de esas imponentes obras de arte en las que se ha volcado el alma colectiva (de la solemnísima liturgia para la que fueron creadas, ¿qué se hizo?); al contemplar esas obras con la probablemente última generación de sus originales “propietarios” tan decrépita; la impresión que le domina a uno, es la de los soberbios palacios de familias otrora poderosas y hoy sin descendientes, por los que deambulan en total indigencia y arrastrando los pies, como ánimas en pena, los últimos supervivientes de esas gloriosas familias.
La Iglesia postridentina entendió muy bien cuán directamente le afectaba la cuestión demográfica. Tan bien lo entendió, que instituyó los seminarios (semilleros) para que nunca faltaran esas semillas que tenían que fructificar en los futuros sacerdotes. Y en paralelo, pero antes, tuvimos las escuelas catedralicias (¡gran quehacer de los obispos!), y más recientemente las órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza. Un potencial demográfico inagotable, que ha ido asegurando el relevo de los clérigos hasta mediados del siglo XX, y que hoy hemos despreciado tan temerariamente. Fueron los obispos, sí, sí, los obispos (a ellos les toca confirmar en la fe), los que pusieron en marcha desde hace bastante más de mil años, la concurrencia de jóvenes y niños a las enseñanzas de la Iglesia y al esplendor del culto. ¡Vaya si lo tuvo claro nuestro Don Marcelo!
Tuve un amigo sacerdote que aspiraba a ser obispo. Y, ¡vaya sujeto raro!, su programa y su gran obsesión episcopal era crear un seminario. Sólo para eso quería ser obispo, para crear un seminario, un semillero de sacerdotes: como esos obispos prehistóricos. Y tenía muy claro qué formación habían de recibir sus seminaristas. Obispos raros, anticuados, extravagantes. Hoy eso no se lleva: por eso estamos en la pura extinción demográfica. Un clero muy envejecido, sin relevo, y unos obispos a los que no se les ocurre nada más que ir gestionando con todo el aplomo episcopal, el encogimiento del negocio, hasta su total liquidación: en la diócesis de Tarragona (61 sacerdotes en activo), 4 curas llevan 26 parroquias dispersas en otros tantos pueblos; otros 4, llevan 33; y otros 3, 38. Esto no es multiplicarse, sino extenuarse. ¡Qué otra cosa pueden hacer estos heroicos soldados, mientras sus generales se dedican a tocar el trombón! Ah, sí, y a velar por el patrimonio inmobiliario.
Virtelius Temerarius
Bon diumenge! Podríeu fer un article comentant quants sacerdots catòlics queden a Catalunya per bisbat? Moltes gràcies!
ResponderEliminarUn tema enésimamente tratado en Germi.
ResponderEliminarGoyo
ResponderEliminarVertelius, se puede decir más alto, per no más claro. Hace unas reflexiones que a los cristianos de a pie, nos pone los pelos de punta. Lo triste es que tiene toda la razón. Todos los católicos, que intentamos seguir lo mejor que podemos las enseñanzas de nuestro único Maestro y Salvador, sentimos en nuestro corazón una pesadumbre tan terrible que nos entristece hasta lo más profundo de nuestra alma. Sólo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos puede dar la Paz que continuamente les pedimos. Los que rezáis mucho, hacerlo más y los que rezamos poco hagámoslo más. Pidamos que el Espíritu de Jesucristo, nuestro Salvador, actúe com más fuerza para que en su Iglesia resurja la ilusión de los que somos creyentes y envíe santos pastores que sepan transmitir el Evangelio con claridad y corrección. Que San Juan Bosco, que tanto amó y sirvió a la Iglesia, interceda por ella.
Casi todo depende de casi nada, que pongan un Seminario ONLINE y tendrán seminaristas a raudales. Luego vendrá la "tria".
ResponderEliminarCita de Virtelius: "...4 curas llevan 26 parroquias dispersas en otros tantos pueblos; otros 4, llevan 33; y otros 3, 38. Esto no es multiplicarse, sino extenuarse...." -----Vamos a ver, 33 parroquias dividido por 4 curas tocan a 8 parroquias por cada cura. Este cura con 8 parroquias puede celebrar una misa setmanal en cada parroquia que puede ser la misa dominical en sábados, domingos e incluso los viernes, lo único que no queda asegurado son las misas diarias en algunas parroquias pero se puede salvar lo más importante que es la misa dominical aunque en algunas no hay más remedio que celebrarlas en viernes o sábados y horarios intempestivos. Un cambio de paradigma evidentemente en el que la gente no esta todavía acostumbrada. El problema lo ha creado la misma iglesia que ha regalado los sacramentos sin exigir un mínimo de esfuerzo a quien debe recibirlos. Aquello del Evangelio "gratis lo recibís, dadlo gratis" ha sido mal interpretado por La Iglesia, al igual que permitir los padrinos de los bautizados sin ser cristianos practicantes. La Iglesia se ha acomodado a lo que pedía el pueblo y este es el fallo. Este sistema de acomodarse a lo que pide el pueblo ya lo usaron en la condena de Cristo.
ResponderEliminarVal més una parròquia ben portada que vuit de mal ateses, per tant seria molt millor que la més gran o la més dinàmica la cuidessin que de ben segur donarà més fruit que totes les altres juntes. La resta de parròquies es diu Missa el dia del patró i si hi ha unes exèquies si fa la celebració.
EliminarYo siempre estoy de acuerdo con Silverio, un gran amante de la segunda lectura de los domingos.
EliminarY uno que pensaba jubilarse en una zona rural! Imposible. Máximo.la misa dominical y veremos. Y asistencia espiritual ni hablar. Condenafos a morir en la ciudad.
ResponderEliminarEso mismo pienso yo.
EliminarDemasiado Mitrado para tan pocos Curas!!!
ResponderEliminarLa Iglesia católica, sin reformas estructurales profundas, como fin del celibato, ordenación de mujeres, etc... está abocada a su desaparición. Pero eso a ustedes no les gusta.
EliminarCreo que más que un asunto de cantidad, es de CALIDAD, AMOR a la Eucaristía, a María y CONFIANZA en Dios. Y por lo que se aprecia... eso no abunda.
EliminarAMIEES
Respuesta para Mercedes. En la práctica, el celibato no existe, todos hemos visto a sacerdotes y obispos viviendo con sus amas de llaves que los acompañan a todas partes, incluso en sus viajes de vacaciones, incluso alguno ha confesado estar casado por lo civil.
EliminarCritica al arzobispo Planellas en Infovaticana https://infovaticana.com/2022/09/12/el-arzobispo-planellas-saca-su-vena-nacionalista-y-habla-del-estado-plurinacional-espanol-y-la-identidad-nacional-de-cataluna/
ResponderEliminarDirigido al Anónimo11 de septiembre de 2022, 17:52
ResponderEliminarEs el problema que sufre la Iglesia. Como del aborto ya habló el papa unos segundos el año pasado, y fue imitado por algún que otro obispo y cardenal, no tienen por qué seguir dando la lata con el mismo tema. Como de la eutanasia ya han dicho algunas cosas, y por fin las leyes se han salido con la suya, tampoco va a estar la Iglesia con el tema arriba y abajo. Y en cuanto a la corrupción de menores institucionalizada en la escuela, incitando a los niños a todo género de prácticas sexuales y planteándoles intensas dudas sobre su auténtico "género", al margen de los errores que tan acostumbrada está a cometer la biología, según el gremio LGTBI de formadores sexuales oficiales; en cuanto a esto, la Iglesia aún no ha encontrado la manera de enfocarlo, quizás porque la enseñanza concertada es un enorme freno para cualquier veleidad doctrinal que se le ocurriera plantear a la Iglesia.
En fin, sí, es un tema como tantos otros, enésimamente tratado por Gérminans, pero tremendamente descuidado por quienes han asumido la responsabilidad sobre el mismo.
Si no volvemos al espíritu de Trento vamos al precipicio.
ResponderEliminarYa estamos , por cierto,al borde del acantilado!!!
Sólo alguien que ama profundamente a la Iglesia, que no vive de ella, como Virtellius, pudo escribir este artículo merecedor de ser reproducido en todos los atrios de todos los templos del Principado.
ResponderEliminarParece la respuesta de Tertuliano al prefecto pagano: Sólo os quedan los templos y éstos, vacíos.
Gerona es hoy un erial, para desgracia de cuantos nos sentimos deudores de tantos sacerdotes ejemplares, de tanto misionero popular, de tanto mosén amigo y padre, de tanta solidez doctrinal en los profesores del seminario. Conocí a bastantes de éstos. De alguno fui monago. Hasta el organista de la catedral, mosén Francisco Geli, sabía más teología que todos los obispos juntos que sucedieron a Cartañá Inglés. Aquellos curas huidos o escondidos durante la guerra civil, ante el acoso de los anarquistas, de los de Companys, de la logia de la calle Albareda... renovaron una Iglesia acorralada por las fuerzas separatistas. Pero aquellos curas murieron, algunos sin pasar siquiera por el Seminario Sivilla. Les llegó la guadaña con el trato inmisericorde e inhumano de Jubany. A este le sucedieron una retahíla de obispos nefastos, entregados sin pudor al dios nació. De ese virus se contagiò la clerecía posconciliar. Y con el virus la pandemia. Los seguidores de Companys y la logia no necesitan hacer listas negras, pues se han convertido en su propia fuerza de choque..
Del dios manmon, otra deidad, de ese panteón de espectros, habría mucho que decir, Virtellius. Daré sólo un detalle: ha habido una suerte de consigna entre los separatistas de todo pelaje por hacerse con las rectorías. Algún jerifalte de ERC se hizo con una casa del cura muy golosa del bajo Ampurdán. No podrían hacerlo sin la complicidad del obispado.
Por el Alto y Bajo Ampurdán se oyen voces, cada vez más estruendosas, para entregar iglesias y capillas a los musulmanes. Son del pueblo y al pueblo deben volver, dicen por igual Junts, ERC y Podemos. Al fin y al cabo son los partidos donde militan desde el ordinario del lugar hasta el último sacristán.
Vaya con Dª Mercedes. Pues está usted muy equivocada. Le han comido el coco, como a tantos. El problema de la Iglesia no es el que usted dice, sino el virus del pecado, que ha calado muy hondo y la mayoría de la gente, acostumbrada a revolcarse en el cieno, ya no es capaz de distinguir una boñiga de una flor. Por eso, andan anhelando y haciendo reverencias a una boñiga tras otra, en un círculo cerrado de boñigas, que son las de siempre, ¡qué cansinos!.
ResponderEliminarLa clave de bóveda está, desde siempre, en la Inmaculada Concepción y, por tanto, en la pureza. La primera mujer cayó en esto y nos redimió la Santísima Virgen por el único camino posible. Por tanto, es incompatible una esposa de Cristo (el sacerdote, la Iglesia) que deja de lado al Esposo, para buscar gratificaciones fuera de Él. Porque esto es idolatría y un insulto para Dios y necedad supina, ya que Dios basta y sobra y no es comparable a nada mejor, para llenar a una persona que se entrega a Él.
Por el bien de todos, además, no es aconsejable que se ordenen las mujeres, porque a la vista está que, a las mujeres que codician lo que no les corresponde, revelando su falta de humildad y su desobediencia a la voluntad de Dios, no les puede asistir el Espíritu Santo, ni podrán servir a lo que pretenden. En efecto, cuando un ciego guía a otro ciego, los dos caen en el hoyo.
Creo que es necesario que nos plantemos ante tanto "marujeo", "blandenguería" y "osadía" recordando las únicas verdades.
ResponderEliminarLa Iglesia no está condenada a desaparecer si no se cumplen los planes de Dª Mercedes y compañía. No. Esto también está escrito: María Santísima, trayéndonos a Jesucristo, ya ha aplastado la cabeza de la Serpiente. La batalla ya está ganada. Sólo queda la última parte para que esto se manifieste en su plenitud. No lo vamos a pasar bien, como está escrito y parecerá que la Iglesia ha muerto. Pero sólo lo parecerá. "Las puertas del infirno no prevalecerán". Algunos, como Mercedes, hablan sin conocimiento y otros con mala fe y por eso se empeñan en reescribirLe a Dios la Historia de la Salvación, en una serie de propuestas que no caben en el Orden de Dios y con las que se dedican a perder el tiempo, ofendiendo además a Dios.
Totalmente de acuerdo con el Señor Valderas Gallardo.
ResponderEliminarDe la A a la Z.
Hasta que no vuelva la Misa Católica no hay nada que hacer. La Nueva Misa es protestante.
ResponderEliminarAy Valderas, si SANCOMPAÑS y SANDURRUTI levantarán la cabeza....
ResponderEliminarSalvo contadas excepciones, las restantes diócesis españolas no están mucho mejor.
ResponderEliminarMercedes: iglesia "abocada a la desaparición" si no hay cambios estructurales. La historia demuestra lo contrario: habrá un florecimiento de la fe en cuanto el conjunto social se dé cuenta de que sin Dios no se puede vivir.
ResponderEliminar«Si el máximo responsable de la diócesis se desentiende de esa necesidad...»: no sólo se desentiende, sino que la sabotea por el vil metal. Mirad si no la demolición de la parroquia del Espíritu Santo, una parroquia viva, por un asunto inmobiliario. Claro que quizá éste sea el problema, que las comparaciones son odiosas y mejor borrarlas.
ResponderEliminarSi cada uno de los que aquí escribimos oramos y ayunamos intensamente por las vocaciones sacerdotales, Dios las llamará desde debajo de las piedras. Con o sin buenos pastores. La culpa es de nuestra falta de santidad.
ResponderEliminarMercedes: "pero eso a ustedes no les gusta"...Claro...a usted en cambio le ENCANTA.Pues...videtur quod non.
ResponderEliminarPor otra parte-si es minimamente inteligente y honesta- podrá comprobar que toda esta disbauxa vienen precisamente de la ¡¡RENOVACION del VaticanoII !!. De aquellos polvos,estos lodos.No me sea tan "modernista" que ya dijo un Papa que es el origen de "todas" las herejias. Por otra parte muchas de las confesiones protestantes tienen sacerdotisas, obispas,no tienen celibato.Tienen LGTBI...JKLMN...¿Y cree que están mucho mejor que los católicos? Pues NO.Así que a otro perro con ese hueso.
Bien dicho. Para ese "viaje" tan "modernista" no se necesitan alforjas. Basta dejarse llevar de las pasiones. Es de cajón que sobraría la Iglesia y no digamos las sacerdotisas. Mayor desprecio para el Sacrificio de Cristo no se puede concebir, que el espíritu fornicario -viejo como Satanás- en que se inspiran las pretendidas reformas.
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