Diáconos permanentes con alzacuellos

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El pasado 26 de marzo fallecía el diácono permanente Estanis Figuerola, que era un hombre muy popular en Reus y en algunos pueblecitos de su alrededor, ejerció su ministerio con gran entrega, multiplicándose para llegar a todas partes y servir al máximo a la Iglesia, que no está precisamente sobrada de clérigos.
 
Los medios de comunicación local se hicieron eco de su fallecimiento, que ciertamente no pasó desapercibido, y apareció su fotografía en muchos lugares, una de ellas es la que encabeza este escrito, en la que se le puede ver luciendo el alzacuellos, vestimenta que asociamos a los sacerdotes.

No es el único diácono permanente que viste eclesiásticamente, aunque esto puede provocar algunas situaciones un poco incómodas como que algunas personas lo identifiquen como sacerdote y luego lo vean cariñosamente al lado de su mujer y sus hijos. En una sociedad con tan poca cultura religiosa, son muchísimos los que no saben lo que es un diácono o que estos ministros de la Iglesia pueden presidir bodas o bautizos pudiendo estar casados. Con sorpresa ha salido más de uno de una boda cuando el diácono de turno ha dicho afirmaciones como: "los que estamos casados ya sabemos..."

Estanis Figuerola, bendiciendo los vehículos por San Cristóbal

Y todavía llama más la atención porque una parte mayoritaria del clero de la generación del diácono Estanis viste de paisano, y, en cambio, él lo hacía con alzacuellos. Muchos clérigos escondiendo su condición, y por contra un diácono que puede generar confusión, vistiendo el "clerygman".

Esta anomalía se está solucionando, porque casi la totalidad de los ordenados en las últimas décadas visten como clérigos, incluso alguno con sotana, este tema afortunadamente se está normalizando, pero el tema de la vestimenta de los diáconos permanentes está en un limbo de compleja solución.

Sobre el diácono Estanis, hay que comentar que ha llevado la responsabilidad máxima en algunas parroquias, una fórmula que dada la escasez de sacerdotes se ha acabado imponiendo en algunos lugares, especialmente en parroquias pequeñas o pueblecitos, a falta de párroco sacerdote, al menos lleva toda la pastoral un diácono permanente, que al menos es un ministro ordenado que puede hacer casi de todo, a excepción de consagrar y confesar.

En Barcelona, el cardenal Martínez Sistach quiso probar esa experiencia, pero no acabó de salirle bien, en una zona mayoritariamente urbana cuesta más de entender que una parroquia la lleve un diácono, en cambio en zonas más rurales, donde ya es un hecho que muchas parroquias no pueden tener sacerdote, prefieren tener un diácono, antes que un laico o un laica.

Independientemente de la forma de vestir de los diáconos, es evidente que personas como Estanis Figuerola, entregados y sacrificados, son una gran ayuda para una Iglesia tan faltada de clero, donde ya hay demasiadas realidades pastorales que no se pueden atender como es debido.
 
Magí Nadal

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9 comentarios

  1. El diaconado permanente es la máxima expresión de la clericalización del laico y no hace nada que un laico autorizado no pueda hacer, salvo leer el Evangelio y elevar el cáliz en Misa.

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    1. Sí que pueden leer el Evangelio

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    2. Soy laico, gracias a Dios, y en 2 o 3 ocasiones he leído en la Misa el Evangelio. En realidad he prestado mi voz al presbítero que tenía problemas en las cuerdas vocales, para el una lectura larga le suponía un gran esfuerzo. Los sacerdotes que llevan alzacuellos en Barcelona, esos que no esconden su sacerdocio, pues en el metro, en la calle o en cualquier lugar les piden confesión, al menos los que los ven les hace pensar en Dios. Asimismo también reciben indultos, pero como dijo Jesús: Pensad que sí me han perseguido a Mí también os perseguirán a vosotros”.

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  2. No deberían utilizar clergyman. Solamente sotana con sobrepelliz para el culto. Nada más.

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    1. Totalmente de acuerdo con el Señor Hermenegildo.

      Veo muy raro también que les traten de Mosén.

      Para un servidor, un Mosén es un Presbítero, en ningún caso un Diácono Permanente.

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    2. Mossén es un título dado a los clérigos y el diácono es un clérigo. Antaño se podía decir Mossèn a un tonsurado porque ya se le consideraba –jurídicamente, claro está, aunque no sacramentalmente– clérigo. Sobre la indumentaria, el Código de Derecho canónico dice que no tienen obligación de vestir el traje eclesiástico, pero que no tengan obligación no significa que lo tengan prohibido.
      No estamos acostumbrados todavía a la figura del diácono como un grado permanente del sacramento del orden, porque los únicos que habían estaban sólo en los seminarios como un grado transitorio hacia el presbiterado. Y no se trata de lo que algo o alguien sea para uno, sino de lo que algo o alguien es. Vivimos demasiado en el mundo del "yo, me, mí, conmigo" en el que nos consideramos la medida de todas las cosas.

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  3. "En Barcelona, el cardenal Martínez Sistach quiso probar esa experiencia, pero no acabó de salirle bien, en una zona mayoritariamente urbana cuesta más de entender que una parroquia la lleve un diácono, en cambio en zonas más rurales, donde ya es un hecho que muchas parroquias no pueden tener sacerdote, prefieren tener un diácono, antes que un laico o un laica."

    Desde luego, la experiencia de poner como administrador de una parroquia fue un completo fracaso, rotundo, sin fisuras. El problema, tal como lo veo, es que nos trajeron a un diácono laical, es decir, con familia y trabajos civiles y encima cargos eclesiales que engordaban la nómina de final de mes, por lo que no podía nunca tener plena dedicación. Debimos de recibir un diácono clerical, es decir, de vida plenamente clerical, sin familia ni trabajo civil ni carguitos diocesanos que enturbiaban su lucidez, en definitiva, un diácono clerical está más próximo al presbítero, sin familia y dedicado plenamente a su labor; o si no se quiere ser radical, un diácono laical, con una familia y un trabajo civil que nunca jamás entorpezca la regencia de una parroquia.

    En nuestra parroquia nos pusieron a uno, y como no pueden ni consagrar ni confesar, era simplemente un elemento más bien inútil y entorpecedor: no aportaba nada, sólo restaba.

    El problema de un diácono es que tiene muchas situaciones personales. En general, en Barcelona, el diácono permanente es un profesional, con despacho propio, pluriempleado y mimado por el arzobispado con dietas, complementos y sueldos varios, por lo que nunca va a causar problemas al gobierno arzobispal, por lo que la parroquia no solucionará los problemas sino que se incrementarán.

    Al no consagrar, consagrar y no tener plena disponibilidad ni dedicación a la parroquia, nos encontramos que casi nunca aparecía por la parroquia. Encima, al tener estudios, siempre le salía este orgullo de decir: "Yo he estudiado teología"... pero siendo igual de inútil.

    Finalmente, al estar nuestra parroquia rodeada de otras parroquias, si se hacía la misa sin cura y sin consagración, es decir, la celebración de la Palabra sin presbítero, todo, repito, todo el mundo huía hacia las otras parroquias. Lo mismo si no había en un día un sacerdote para oficiar la misa.

    Y los que hacían el trabajo gratis era la misma parroquia, integrada por el sacristán y otros colaboradores desinteresados, pero el inútil diácono cobrando por no hacer nada.

    .....

    "el tema de la vestimenta de los diáconos permanentes está en un limbo de compleja solución."

    Me parece que hay que distinguir en un diácono entre vestimenta litúrgica (alba, estola y dalmática,) y eclesiástica.

    La que no está clara es la eclesiástica o la que sirve de ir como paisano por la calle, la de cada día, pues ya está definida la litúrgica para los actos litúrgicos, incluso está definido el protocolo litúrgico y eclesiástico para obispos, presbíteros y diáconos.

    El obispo tiene autoridad para decir qué traje clerical puede usar, aunque se dice que el diácono tiene el derecho a vestirse de clérigo, con sotana o el cuello clerical o clergyman porque el diácono es un clérigo, una persona consagrada, un ministro de Dios.

    A diferenciar entre diácono transitorio (el seminarista) como trampolín al presbiterado, y el diácono permanente.

    Pero sí encuentro a faltar la diferencia entre presbítero y diácono sólo en el vestido eclesiástico, pues hay una diferencia importante de grado entre diaconado y presbiterado, que es no poder consagrar las especies ni absolver los pecados.

    Existe un libro introductorio a la diaconía, del P. Fortea, la Luz de la Diaconía:

    drive.google.com/file/d/1IwMnhYeeNdCaG_8z4Phcp2FIc1jvqVn-/view

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  4. El canon 1009 define lo que es un diácono:

    "Aquellos que han sido constituidos en el orden del episcopado o del presbiterado reciben la misión y la facultad de actuar en la persona de Cristo Cabeza; los diáconos, en cambio, son habilitados para servir al pueblo de Dios en la diaconía de la liturgia, de la palabra y de la caridad."

    El diácono, pues, no actúa en la persona de Cristo Cabeza. El diácono es el primer grado del orden sacerdotal, pero no es sacerdote, prebítero, al carecer de la potestad presbiteral: confirmación, confesión, Eucaristía y extremaunción. Casi es como un laico que tiene el sacerdocio bautismal, pero es un sacramento, el del Orden, en su primer grado, que deja el carácter o huella misteriosa del sacramento, pues tiene una especial primera configuración con Cristo Sacerdote Eterno, son Cristo Siervo, aunque no es parte de la jerarquía del Cuerpo Místico de la Iglesia, carecen de potestad sacrametnal, el diácono es ordenado ad ministerium (para el ministerio) y no ad sacerdotium (para el sacerdocio), no es pastor del rebaño de Dios, pues el diácono es ayudante o servidor del pastor (párroco), donde más se ve el ministerium (servicio). El diácono expresa el servicio de caridad del Espíritu Santo (en el presbítero se ve la función de Jesús, y el obispo el Padre).

    En el caso de nuestra parroquia, el diácono ejercía lo suyo propio, el ministerium, y a la vez la auctoritas que suele estar unida al presbítero, pues el arzobispo le encomendó el cuidado pastoral de una parroquia al no tener sacerdotes suficientes; no tuvo el nombramiento de párroco (el Derecho Canónico no lo admite), pero ejercerá la autoridad que el obispo le ha concedido como si fuera un párroco. Los muchísimos presbíteros que nos hacían la misa ejercían el poder sacramental eucarístico y absolutorio en nuestra iglesia, pero el pastor del rebaño era el diácono. Aquí, en nuestro caso, el poder sacramental sacerdotal y el ser pastor de un rebaño pueden estar separados lícitamente en dos ministros diferentes, presbítero y diácono, al contar con al autorización de la potestas episcopal.

    El diácono, finalmente, desarrolla tres funciones: la litúrgica (servidor), la Palabra (lee el Evangelio), la caritativa (ayuda a los pobres, enfermos, presos, exequias, ancianos y en general, todo necesitado -deprimido, matrimonio en dificultades) y otras diaconías (material, financiación, personal, organizativa). El diácono puede ejercer una auctoritas conferida por el obispo, tener una autoridad delegada sobre otros clérigos. Si bien jerarquía, sacerdocio y sacramento del orden están unidos, el diácono resplandece ante los presbíteros y obispos por su misión de servicio y caridad, como los 7 primeros diáconos, y les recuerda siempre lo que son, servidores, y lo que fueron: diáconos, aunque transitorios.

    ...

    La masonería es una burda imitación satánica de las órdenes católicas:

    Los primeros pasos son la tonsura, ostiario, lector, exorcista, acólito, subdiácono (6), las órdenes mayores son diácono, presbítero y obispo (3; 6+3=9), luego sube a arzobispo, cardenal y Papa (3; 9+3= 12). 6, 3, 9 y 12 son números con simbolismo bíblico.

    En la francmasonería, se suele decir que grade y degré son diferentes: grade es conferido a un miembro, y degré es el grado en la jerarquia masónica. El grado masónico de Caballero Rosacruz es el 18º grado en el rito escocés antiguo y aceptado.

    La masonería azul comprende los tres grados primeros: Apprenti (Entered Apprentice), Compagnon (Fellow Craft) y Maître (Master Mason).

    Cada rito tiene sus grados:

    Rito francés: 7 grados masónicos
    Rito escocés antiguo y aceptado: 33 grados (se dice que es una imitación de los años de Cristo)
    Rito escocés rectificado: 6 grados (de supuesta esencia cristiana)
    Ritos egipcios: 33, 90 ó 99 grados
    Rito de York: 13 grados

    Y así acaece con esta creencia satánica en toda su estructura: toda su ritualística, liturgia, organización... son copias del catolicismo surgidas desde el siglo XVIII en adelante.

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    1. "Los primeros pasos son la tonsura, ostiario, lector, exorcista, acólito, subdiácono (6), las órdenes mayores son diácono, presbítero y obispo (3; 6+3=9), luego sube a arzobispo, cardenal y Papa (3; 9+3= 12). 6, 3, 9 y 12 son números con simbolismo bíblico", dices. Pues no, eso no iba así: primero, eso era, en todo caso, antes del concilio. Pero en aquel momento, la tonsura no era una orden. El subdiaconado era una orden mayor, y el obispo no era ordenado: era consagrado, no era considerado como una ordenación. Los otros pasos no representan cambio sacramental, ni siquiera ascenso, uno puede ser arzobispo y luego volver a ser obispo, porque eso depende de la Sede, no de la persona. Cardenal tampoco tiene por qué ser un ascenso, porque se puede (y los hay aún hoy) ser sacerdote y cardenal: solo san Juan XXIII estableció la norma de ser obispo, pero se dispensa muy seguido, incluso ha habido cardenales solo ordenados de diáconos, como Teodolfo Mertel, que hasta fue creado cardenal siendo laico! Así que los números esos creo que se caen.

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