Entre mis costumbres inveteradas de Cuaresma-Semana Santa, está la de leer las cuatro versiones de la Pasión procurando la mayor cercanía a los textos originales. Este año he añadido a la lista, la versión brevísima de “La Biblia” (en la portadilla lleva el subtítulo de “la gran historia”).
Acaban de regalarme un ejemplar de esta Biblia, una de las más recientes producciones del sello editorial PPC, perteneciente a SM. Vaya por delante que es un libro que valoro en gran medida, y que me resulta utilísimo para sacar de él buen número de narraciones cortas para mis nietos. Me ayuda mucho a simplificar y sintetizar; su enorme profusión de ilustraciones me es utilísima para fijar la atención de los niños, interactuar con ellos y desencadenar su imaginación, sus preguntas y su propia narrativa.
La empresa editora, dedicada al libro religioso y a la catequesis, advierte que no es “la” voz de la Iglesia, sino una voz en la Iglesia. Una editorial confesional católica inmersa en la sociedad, que se propone mantener abierto el diálogo de la religión con la sociedad buscando la mayor accesibilidad por tanto.
El último párrafo de su presentación en la web, dice literalmente: Somos independientes, sin servidumbres de ningún tipo. Pero no somos neutrales: queremos ser fieles al espíritu del Concilio Vaticano II.
El caso es que tengo totalmente claro que, sobre todo en este momento del calendario en que ya sea en los medios de comunicación, ya en la vida diaria (y mucho menos en los respectivos colegios religiosos) está tan presente la referencia a la Pasión de Cristo, no debo eludir el explicársela a mis nietos, y hacerles comprender qué es ese espectacular fenómeno social-religioso de la Semana Santa, que se manifiesta con una fuerza y con un esplendor tan apasionado en toda España.
Es el caso que en mi casa sigue fuerte el sabor de la Cuaresma, con el pescado los viernes, los buñuelos de cuaresma, la audición y visionado en la pantalla del ordenador, de la Pasión según san Mateo, de Bach y la Pasión según san Juan, las versiones más sugerentes y emotivas del Stabat Mater, el seguimiento por televisión de las grandes celebraciones litúrgicas y las magníficas procesiones que se celebran en toda España, la asistencia a los actos litúrgicos y las lecturas ya aludidas. Y claro, hablando de lecturas, es mi intención enrolar en ellas a mis nietos, echando mano de un libro adecuado para ellos: básicamente, rico de ilustraciones. Mi intención es hacerles partícipes del clima anímico de mi Cuaresma y mi Semana Santa.
Y claro, contaba para ello con la magnífica Biblia que tengo entre manos, que aunque no se haya editado expresamente para niños, es genial para ellos. Y lo que me sorprende en ella es que no hay ni una sola imagen de Cristo crucificado. Por no haber, ni siquiera la cruz aparece en ella. Claro que se trata de una imagen tremendamente dura; pero es la realidad más honda del cristianismo: la cruz es el emblema de nuestra religión. Y si hay que explicarles a los niños la gran epopeya de la redención del género humano, hay que explicarles también la caída y el pecado; hay que pasar con toda la gracia que se pueda por esos episodios que dan sentido a la religión. Hay que pasar por ellos: lo único que no podemos hacer es eludirlos, porque por ese camino vaciamos de significación toda la Biblia… y de rebote, toda la dimensión cristiana y religiosa de nuestra vida y de nuestra historia.
Y esto es mucho más necesario para contrarrestar o equilibrar de algún modo la cultura festiva (meramente hedonista al fin y al cabo) en que están creciendo hoy la infancia y la juventud. Actualmente, las fiestas que mayor impacto tienen en los colegios y que llevan mayor implicación en la actividad tanto escolar como extraescolar, son las dos grandes fiestas de disfraces: el Carnaval, por el que acabamos de pasar, y el Halloween. Con la paradoja de que siendo ambas de carácter religioso (son valores religiosos los que les dan sentido), han sido vaciadas de su significación religiosa para quedar en mera farándula.
Pero es que además nos encontramos con la doble paradoja de que en muchas de nuestras escuelas, debido a la importante presencia de musulmanes, mientras a los niños se les explica, con todo el respeto que merecen las cosas religiosas, qué es el Ramadán (y en los menús escolares jamás se saltan las normas religiosas de los musulmanes), nadie les explica en cambio qué es la Cuaresma, y qué tiene que ver con ella el Carnaval. Y por supuesto, ni la menor idea de la relación de Halloween con nuestra conmemoración de los fieles difuntos.
Y para más inri, eso no es exclusivo de la escuela laica, sino que lo comparten al 100% las escuelas que llamamos religiosas. Evidentemente, no paramos de ceder terreno. El crucifijo ha desaparecido de la inmensa mayoría de las escuelas religiosas. Se llaman Confesionales católicas, pero quieren presumir de tan abiertas a toda la sociedad, que han decidido ocultar esa condición.
Y hemos ido aceptando esto como un proceso de “adaptación” de los cristianos a la sociedad en que nos ha tocado vivir. Pero que una edición de la Biblia (un meritorio producto editorial con amplísimo espacio para las ilustraciones) oculte el crucifijo y le escamotee al usuario de ese libro una realidad tan esencial, se pasa de castaño oscuro.
No sé si se trata de una Biblia adaptada o de una Biblia censurada, siguiendo patrones que impone la sociedad (por cierto, ni un solo patinazo en el nuevo lenguaje de género). Pero lo que sí resplandece en ella es el Espíritu del Concilio Vaticano II invocado en la web. Como si el cristianismo hubiese sufrido un terremoto con ese concilio (mejor dicho, con su “espíritu” tan insistentemente invocado).
Y ahí vemos uno de sus efectos devastadores: antes del Concilio, en la escuela y en la catequesis se enseñaba el catecismo. Sin más tapujos que los imprescindibles para no corromper a los niños explicándoles con excesivo detalle los pecados de la carne (hoy se cuida de eso la catequesis LGTB). Los niños tenían un amplio conocimiento de todo lo que sustentaba la fe y la moral de la sociedad en que vivían. Hoy, después de más de medio siglo de “Espíritu del Concilio” dejándonos llevar por esa flojera intelectual y moral que le ha cogido a la Iglesia, hemos acabado dejando un vacío que están llenando las nuevas doctrinas y la nueva moral que no pretenden otra cosa que desandar el camino de la virtud que recorrió el cristianismo. Y nosotros, escondiendo la cruz para no asustar a la clientela.
Virtelius Temerarius
Esto decirlo al Papa y Papado en general que han borrado de sus encíclicas el Diluvio del Genesis, tan borrado que la mayoría de sacerdotes especialmente los del Opus dicen que el Diluvio es una metàfora. Ciertamente que existe un gran atasco doctrinal, el Catolicismo ha quedado centrado (atascado) solo en el confesionario y el celibato. EF.
ResponderEliminarANONIMO, 3:50. Seguro que es un miembro de la Prelatura Personal del Opus DEI, ya que sabe mucho del Diluvio y sus metáforas.
EliminarYo he ido a charlas de la Prelatura y no hablan mas que de los Santos Evangelios, usted seguro que sabe mas. ?puede indicarme donde lo dicen? Gracias.
"Sin más tapujos que los imprescindibles para no corromper a los niños explicándoles con excesivo detalle los pecados de la carne (hoy se cuida de eso la catequesis LGTB)"
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La moral católica considera sin ningún tipo de rebaja, excusa o dilación, que toda la ideología de género es un pecado gravísimo que clama al cielo (doctrina tradicional) y es un acto moral intrinsece malum per se semper et pro semper in omnibus locis. Nunca jamás pueden aprobarse las relaciones entre el mismo sexo, y evidentemente, la regulación jurídica de las mismas, sean uniones y mucho menos matrimonios. El TC, en su lamentable sentencia a favor del matrimonio homosexual, que priva de rostro, cara y ojos de madre o padre al niño, afirma que es una opción legislativa, y que por ello, puede ser derogado
Ante el cisma y herejía del Camino Sinodal de Alemania, donde aprueba la ideología de género, hay que manifestar que todos los laicos y consagrados que la admitan están automáticamente fuera de la plena comunión con la Iglesia Católica, y por notoriedad y la gravedad intrínseca del acto, pierden sin necesidad de juicio alguno, ipso iure, su condición de consagrado y de católico. No hay que saber nada de ellos
Hay que saber el orden jerárquico de las normas que rechazan completamente la ideología de género, por orden jerárquico:
1. Los Mandamientos de la Ley de Dios implicados son dos, principalmente: el Sexto Mandamiento, no tendrás actos impuros, y el Noveno Mandamiento, no tendrás pensamientos impuros. Por tanto, queda claro que ni de acto ni de corazón se puede aceptar la ideología de género. Dios da su gracia y los sacramentos (confesión y comunión) para que se puedan cumplir dichos mandamientos: sin Jesús, nada podemos hacer. Y el Espíritu Santo es el único que conoce nuestro corazón
2. La encíclica Veritatis splendor, de San Juan Pablo II, explica muy bien los actos morales intrinsece malum en sus numerales 79-83 y 95-97
3. Y el Catecismo, en sus numerales 1753-56, da la enseñanza oficial de los actos morales intrinsece malum. Hay actos que, por sí y en sí mismos, independientemente de las circunstancias y de las intenciones, son siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto; por ejemplo, la blasfemia y el perjurio, el homicidio y el adulterio
Una breve historia bíblico-teológica de lo intrinsece malum.
1. Génesis: Edén, Caín, Diluvio, Babel, Sodoma.
En el Edén (Génesis 3), el mal per se fue “ser como dioses”. En Caín y Abel (Gen 4), es el homicidio del inocente (= aborto, eutanasia). En el Diluvio (Gen 6), es porque “todo designio de los pensamientos del corazón eran de continuo solamente el mal”. En Babel (Gen 11), toda una sociedad piensa como la serpiente en el Edén: “edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al Cielo”. En Sodoma (Gen 18) es la soberbia, la indiferencia al pobre, y el presumir de pecadores y homosexualismo (Génesis 19, 24-25; Isaías 3; Ezequiel 16; II Pedro 2; Judas 7; Apocalipsis 11,).
2. Levítico y Deuteronomio. Los actos intrinsece malum se describen como actos de abominación, y su sanción es la exclusión de la salvación, que en su tiempo se traducía en ser excluido del pueblo, ser apedreado, ser vomitados por la tierra, crear un país contaminado. Advierte que el pecado social excluye de la salvación y causa la segunda muerte del infierno. Otros actos malum per se: brujería, hechicería, invocación de espíritus, idolatría, delitos sexuales graves... (Levítico, 18, 22-29)
3. Números, Éxodo, Reyes, Proverbios, Salmos y Amós: El Faraón (Éxodo) causa la opresión del pueblo. Jezabel (I-II Reyes) es la idolatría. Balaam (Números 23) es la adivinación y corruptor del pueblo. La opresión al pobre está presente en Prov 22, 22; Salmo 72; Amós 2
4. Los pecados sociales intrinsece malum cuasan la dispersión de Israel, el exilio de Judá, la rebelión de los Macabeos. Las consecuencias de lo intrinsece malum están en II Reyes 17-18 (Israel y samaritanos), Jeremías 32 (Jerusalén), y I Macabeos 1 (apostasía)
Hace unos 25 años, quise comprar un libro muy bien editado, con muchas fotos, dibujos, gráficos,...y además muy bien de precio, se titulaba santos de ayer y de hoy. Los santos de ayer, eran Pedro, Juan María, Teresa, etc. los llamaban así. Los de hoy igualmente llamados por nombre, era mucho mas divertidos, pues además de Foucolt, Kolbe, etc. estaban Che, Gandhi. Martin Luter, Kennedy, Desmon Tutu...... no importaba que no fueran católicos tampoco que estuvieran aun vivos, solo que "cayeran bien" por suerte no estaban Lenin, Marx, Bakunin... Por supuesto NO LO COMPRE.
EliminarEn la librería donde lo encontré y muy seguramente está la Biblia de SM mencionada, es la situada en el Monasterio de Montserrat y abierta al público. Así nos va.
Hace poco leí un artículo, en el cual uno de los artífices del Novus Ordo, explicaba que en las lecturas de la Misa, se habían suprimido todos los pasajes de la Biblia donde se hablaba de la Justicia y los castigos de Dios, y sólo se habían incluido los que hablaban de Misericordia.
ResponderEliminarEsta es la religión del país del “yupi yupi”, donde cada uno hace lo que le venga en gana, porque al final todos se salvan. No hay dolor, ni sufrimiento, ni cruz, ni por supuesto infierno, ya que el dios que se han inventado, es un abuelo buenista, que nunca castigaría a nadie.
La consecuencia es evidente: la religión católica es un pitorreo, ya que si no hay ni justicia ni infierno, da igual lo que haga, ya que al final me salvaré por la misericordia de este dios inventado.
Hace pocos días el Cardenal Marx decía que los dogmas limitan la libertad de la gente. Y por tanto hay que olvidarse de ellos. Claro !!! , imagínate que el infierno existe, entonces no podré hacer lo que me dé la gana.
Han convertido el cristianismo en una religión mundana, horizontal, buenista, donde sólo importa la relación entre personas, y no los mandatos de Dios. Donde todo es filantropía, y no caridad, en el sentido católico y espiritual de la palabra. Este es el objetivo de la Masonería, desde hace siglos, y parece que lo han conseguido.
Que lejos está esta neo religión de las palabras de Cristo: “quien quiera seguirme que tome su cruz y me siga”, “esforzaos porque ancha es la puerta que lleva a la perdición, y estrecha la puerta que lleva a la vida”.
Totalmente de acuerdo con el Señor Quim Marcos.
EliminarQue lo compren los obis-pillos si quieren!!!
Sr.Fred, grandiosa reflexión la suya.
EliminarGracias, Virtellius, por enseñarnos cómo celebrar cristianamente la Cuaresma. El mejor predicador es fray ejemplo. Tomo nota para espabilarme con mis nietos.
ResponderEliminar"Y para más inri, eso no es exclusivo de la escuela laica, sino que lo comparten al 100% las escuelas que llamamos religiosas".
ResponderEliminarEsto no es verdad. Algunas escuelas católicas no lo compartimos en absoluto.
Imagino que no es su intención pero el reduccionismo en el que cae nos hace pagar a justos por pecadores y ya es bastante dura la confrontación con el mundo como para, encima, ser atacados por la retaguardia...
Que Dios les bendiga.
EliminarEs una vergüenza que los colegios concertados de fundación Católica, tengan que asimilar los postulados del gobierno Ateo y Masónico actual.
EliminarQue hagan el favor de no ser tan hipócritas.
Al alto mando eclesiástico me refiero.
Éste tipo de Biblias son del perfil de James Martín SJ y del señorito del Gran poder Jesuítico.
ResponderEliminarEs como una versión moderna de Alicia en el país de las maravillas.
Yo solo sigo a Vigano y a nadie más.
ResponderEliminarTodo lo demás es un marasmo que conduce al precipicio.