EL PRIMER FRACASO DE JESÚS
Es entre los de su familia y los de su propio pueblo que Jesús vive su primer fracaso. San Juan sugiere que ese rincón perdido entre las montañas de Galilea era despreciado y Natanael se admira al saber de dónde ha de venir el Mesías: “De Nazaret” ¿Puede salir algo bueno de allí? Los arqueólogos sostienen que se trataba de una población con no más de una veintena de casas.
Este fracaso, a los ojos de San Marcos, no hace sino confirmar la misión del Mesías, pues los más grandes profetas del Pueblo de Dios, como Moisés, Jeremías y Zacarías, también sufrieron la oposición de sus más cercanos y allegados.
Durante los cinco primeros capítulos de este evangelio, la misión se anuncia fulgurante: Jesús ha reunido los discípulos y numerosas multitudes le seguían. Sin ir más lejos, el domingo pasado, al borde del lago, Jesús ha resucitado a la hija de Jairo el jefe de la sinagoga. Después ha entrado en el pueblo, engrandecida su figura por el suceso milagroso. Pero en lugar de acogerle con gozo y alegría, los suyos se ofuscan y le rechazan. San Marcos escribe que estaban escandalizados (o profundamente impactados) por su causa. El verbo “skandalizo” es el utilizado para referirse a una sacudida que hace temblar una estructura, una persona o una casa para derribarla.
Todos están inclinados, un día u otro, a pedir milagros como condición precedente a la fe. Mostrar un milagro para creer en el Mesías. En cambio el evangelio presenta la fe como condición necesaria para el milagro: es un don gratuito que representa y confirma la liberación en aquellos que han creído.
De esta manera, Jesús libera a quien ha tocado su manto: “Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y seas sanada de tu mal”. De la misma manera, cura a un enfermo llevado por la fe de la comunidad. Pero rechaza todo signo a los fariseos incrédulos y sólo obra milagros allí donde detecta fe, siendo el milagro el signo y la confirmación de su misión liberadora
El rechazo de la fe se hace más evidente en la segunda fase del ministerio de Jesús. Cuando Jesús en persona enseña en su propio medio rural y no convence a todos. Es el drama psicológico del Señor, que como nosotros experimentó el aparente fracaso humano ante el anuncio del evangelio.
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
Recemos por el rector de Tremp, Mn. Joan A. Mateo García, ya que ha sufrido un ictus.
ResponderEliminarMuy bien.
EliminarElevemos súplicas por Mn Joan A. Mateo García. Sufrió un ictus severobhace ina semana. Seguramente ha sufrido mucho en los últimos meses, tanta presión mediática por las víctimas del Covid-19 de la residencia de Tremp.
EliminarAhora que está debatiéndose entre la vida y la muerte (llevaba horas tendido en el suelo de su despacho cuando el sábado, 26 de junio, le socorrió una persona que iba a preparar la misa vespertina), encomendemos a este fiel servidor, a la misericordia del Señor.
In te, Domine, speravi.
Perdone, pero decir eso de "primer fracaso de Jesús" es una blasfemia.
ResponderEliminarEs imposible que Jesús pueda fracasar.
Otra cosa es que predique primero a los suyos (como el joven que empieza a vender aspiradoras, empieza siempre por su familia) y los suyos no le hayan hecho mucho caso.
Todos tenemos el derecho de conocer el mensaje de salvación.
Luego cada uno es libre de hacer caso y convertirse o no.
Y seguro que sabían muy bien de qué hablaba, porque Su mensaje de salvación no era muy original que digamos, sino más bien recurrente en los profetas.
Luego, sí, como diría Napoleón: "nadie es un héroe para su ayuda de cámara"
(traducción: "La confianza da asco")
Pero lo importante es el mensaje de la historia que, no por nada, ha sido recordada en los Evangelios de salvación.
Así, incluso en un caserío de 40 casas llega la Palabra de Dios. E incluso en un caserío de 40 casa la palabra de Dios es despreciada. Y eso que conocían personalmente al predicador y sabían que era "de fiar".
Lo importante naturalmente es cada uno de nosotros.
Si escuchamos cada domingo la Palabra de Dios, ?qué hacemos luego?
Pues naturalmente hacer como los de Nazaret:
Dejarla pasar por un oído y dejarla salir limpiamente por el otro, porque somos así de chulos.
(en latín del siglo XXI diríamos que "familiarity breeds contempt")
Lo cual es un alivio para el predicador:
Como para el vendedor de aspiradoras, el "no", no es nada personal.
Y como para el vendedor de aspiradoras novato: "practice makes perfect"
Con Su santa ayuda, naturalmente y solo para Su gloria.
Jesús sí que tiene fracasos, en el sentido de que hace una acción para obtener un resultado, pero éste está frustrado, al menos de momento.
Eliminar16/35,Jesús nunca fracasó, ni fracasa ni fracasará.
EliminarEstamos hablando del MISMÍSIMO DIOS.
POR DIOS!!!
Mosen Espinar nunca dice blasfemias.
ResponderEliminarSi usted no entiende lo que quiere transmitir en su homilía, es su problema.
?Como lo sabe?
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