La Glosa Dominical de Gérminans

2

 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8H4v2XUFXdTF7De_i7qCNGtEhB7poYxS9xypENNDvRuvvq8_7RANhLDtwLXoZIDvTQHG1e7ZYj0knfAaCaKMRYh1AZZLdAOzrgk1YZ5RwN8p7CVrAXL4jMqgdg76YIHxkglMwxaM0LyQ/s1600/glosa1.jpg

 

LA PIEDAD DE CRISTO SANA INMEDIATAMENTE

 

El relato del evangelio de este domingo VI “per annum” muestra una vez más la piedad del Señor hacia el prójimo que sufre. El leproso le suplica y se postra arrodillado y Jesús “apiadándose, extendió la mano y lo tocó”. Es un sencillo gesto de ternura hacia un hombre que, tal como sabemos, obviamente nadie tocaba y al que ni siquiera se acercaban. Aquel contacto físico pudiera parecerle al leproso casi una caricia y sin duda alguna un gesto de cercanía que se expresa de manera perentoria a la demanda de curación. “Lo quiero, queda limpio”. A quien está en la necesidad no se le tiene que hacer perder ni siquiera un momento. La piedad de Cristo cura inmediatamente: “y acto seguido la lepra lo dejó”. 

 

Con la misma inmediatez le intimó: “No se lo digas a nadie”. Le recomendó llevar la ofrenda al templo por la curación, como si el mérito fuese de otro. ¡Qué gran enseñanza para todos nosotros! Cómo se trasparenta aquí aquel “que no sepa tu derecha lo que hace tu izquierda” que nos es tan difícil de comprender. Aquel desapego de las propias acciones y de los propios méritos que no nos acaba de hacer comprender que somos únicamente siervos inútiles y que el bien que conseguimos hacer es únicamente mérito de Dios, que de nosotros se espera otra cosa, contando con todo aquello que nos ha donado. Preguntémonos cuántas veces se ha apiadado de nosotros y ni siquiera se lo hemos agradecido. 

https://lh4.googleusercontent.com/eTowslN8EN6pi2XmkK_zqh7B1RzlnEiRGdJEll2BnN3TqYwzdMYPCkBNpmAA7wYHmU61JNekJK2vSEyteR0TJsteHkqw2mQIeZ9cfp2ICTfriaQk67n-NSq7CnBF6SNL11IOt-zMJt18

El leproso no obró así. A pesar de cuanto se le había ordenado, “apenas salió, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones”. El Señor no va por ahí buscando aplausos, tanto que incluso evitaba entrar en las ciudades. Busca lo escondido, tanto “que se quedaba fuera, en descampado”. No obstante esto, su inmensa piedad hablaba de Él. Esta búsqueda del Señor parece una carrera para encontrarle. Indica el verdadero sentido de la vida. El sentido que sólo Él puede dar y que concede a quien lo busca con sincero corazón. Quien verdaderamente lo encuentra, no puede contener su felicidad y quiere hacer partícipe de ella a los demás. 

 

En el fragmento de San Lucas que leemos en el domingo de Quincuagésima, el ciego de Jericó grita reiteradamente y sin cesar pidiéndole a Jesús que tenga piedad de él: el Señor pide que se lo traigan delante y comienza con el infortunado un diálogo salvador que le lleva a la sanación y pone en relieve la fe de aquel invidente. Y acto seguido, apostilla el evangelista, le seguía dando gloria a Dios. Idéntica actitud de correspondencia. 

 

C:\Users\Francesc\Desktop\conversion%20de%20san%20pablo%202.jpg
San Pablo (Pompeo Batoni 1742)

Pocos como San Pablo han comprendido el valor de esta búsqueda de manera que después del “encuentro”, para él vivir es vivir de Cristo. Por esa razón en la epístola de hoy puede afirmar: “seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo”. Entonces la vida se trasforma. Incluso las cosas más usuales y banales adquieren una perspectiva sagrada: “sea que comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios”. Esto es realmente el dar gracias y es lo que el Señor quiere de nosotros.  

 

El apóstol nos recuerda que Cristo únicamente nos pide una cosa: “no ser motivo de escándalo”. Les recomienda no sólo no escandalizar a los no-creyentes, sean éstos judíos o griegos, sino incluso a aquellos que forman parte de la “Iglesia de Dios”. Hay que ser edificantes respecto a todos. Aunque podemos preguntarnos qué es el escándalo. El apóstol nos da una respuesta, y al menos en este contexto nos recuerda qué es lo que él hace para no escandalizar: no busco “mi propio bien, sino el de ellos, para que todos se salven”. Esto es lo importante. Esa caridad sin límites que no pasa nunca. (I Cor. 13,12- epístola F. extraord.) 

 

Mn. Francesc M. Espinar Comas

Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

Entradas que pueden interesarte

2 comentarios

  1. El sentido del tacto es recurrente en el Evangelio. ¿Quién me ha tocado? preguntó ante la sorpresa de los Apóstoles, acostumbrados al gentío que se le acercaba. Ahora El toca al leproso. Hasta el roce mínimo con Jesús es salvador, es sanador. Es como si El diera por bueno cualquier acto mínimo de acercamiento, de salir de nosotros en su búsqueda. Es reconocer su presencia, vivir en ella, lo que impide todo escándalo. Gracias, mosén.

    ResponderEliminar
  2. En el evangelio de hoy, Jesucristo nos da varias lecciones de humildad: Se compadece del hermano que está sufriendo; huye del protagonismo "no se lo digas a nadie"; concede a otro su buena acción aconsejándole que lleve una ofrenda al templo...
    ¡El Evangelio es abundante en buenos ejemplos!
    Gracias, Mosén Francesc, por recordárnoslo de una manera tan bella

    ResponderEliminar

ESCRITOS INTERESANTES ANTERIORES

ESCRITOS INTERESANTES ANTERIORES
«De cómo fue salvada la patrona de Barcelona»
PEDERASTÍA Y HOMOSEXUALIDAD EN EL MONASTERIO DE MONTSERRAT
L'arquebisbat de Barcelona aparta un dels sacerdots de la Casa de Santiago acusat d'abusos
El Vaticà pren el control directe del bisbat d’Urgell per “liquidar” la figura del copríncep episcopal
Apostolado “Transformados”: Dejan el mundo LGTB tras un encuentro con Cristo, sin terapias
La Iglesia catalana no para de arrodillarse ante el separatismo
La Iglesia catalana, partida en dos por el derribo de una parroquia
Omella destituye a un párroco crítico con un plan urbanístico de la Iglesia en Barcelona
Centenares de catalanes acompañan a la Virgen de Fátima por el centro de Barcelona.
El párroco de la Mercè, tras la retirada de la misa: «Tal vez recibamos a las autoridades tocando a muertos»
El Clínic traslada su proyecto de centro de investigación por la imposibilidad de instalarse en una iglesia del Eixample
El gran vitrall de l’església de l’Esperit Sant se salvarà de l’enderroc
Omella no está en su mejor momento: el cambio en Barcelona se acerca
La secta de la Casa de Santiago. El escándalo que la Iglesia catalana ocultó durante 30 años
Omella envía a un cura de 72 años a comerse el Santísimo de la iglesia que quiere derribar
Derribos Omella: el arzobispo desacraliza la iglesia del Espíritu Santo de Barcelona y suspende a divinis al párroco
Los memos del Bisbat de Sant Feliu de Llobregat
El hilo que une Monserrat con el Opus Dei: 85 años de amistad y protección