La ambigüedad del gobierno y de nuestros obispos no deja claro cuando podremos volver a celebrar la eucaristía en las iglesias
El martes fue un día de alegría para la mayoría de los ciudadanos, el gobierno hizo público un calendario aproximado de lo que puede ser el retorno progresivo a una "nueva normalidad". Así que cada uno, según sus intereses, veía un futuro animoso para sus vidas y sus actividades en un plazo no demasiado lejano. No se pueden echar las campanas al vuelo porque el "bicho" sigue ahí, y no hay vacuna aún, pero el asfixiante confinamiento parece que poco a poco va llegando a su fin.
Dentro de los colectivos a los que hace referencia explícita el gobierno en ese calendario están los deportistas, que ya se sabe que al país le interesa "pan y circo" y el deporte es el gran circo de nuestro tiempo, y también el colectivo que formamos todos los creyentes, ya que se dice concretamente que en la fase 1 se podrán participar en los actos de culto al 30% del aforo y en la fase 2 al 50%.
A primera vista eso querría decir que los católicos podríamos volver a Misa a partir del 11 de mayo, pero yo no lo tengo tan claro, y menos los barceloneses que somos junto a Madrid, las provincias más afectadas por la pandemia, en un proceso que se nos ha dicho claramente que va a funcionar de forma asimétrica, según las zonas. Aunque esa no es la principal dificultad.
Y es que pienso que el mayor problema no son los plazos, ni siquiera un gobierno claramente anti-cristiano, el problema son nuestros obispos. Ellos han demostrado ya, que aunque el gobierno permitiera muchas cosas en temas de culto, son ellos los que han puesto el cierre y han complicado la vida espiritual de los fieles. Porque si no fuera así, el obispo de Alcalá, ya estaría en la cárcel por permitir que en su diócesis no se hayan interrumpido las misas, y no ha recibido ninguna sanción, ni ningún toque de atención.
Nuestros prelados, Omella y compañía, no creo que nos lo pongan fácil, con todo lo que ya han demostrado hasta ahora, con gran sufrimiento por parte de muchos sacerdotes ejemplares que han tenido que acatar órdenes episcopales por obediencia, pero no por convencimiento, viendo el desasosiego de sus fieles. Esos sacerdotes iban a cumplir con todas las normas sanitarias y de precaución, controlarían el número de fieles e incluso estaban dispuestos a celebrar más misas de lo normal, para que nadie se quedara fuera por llegarse al máximo del aforo permitido. Pero sus obispos les han dijeron que no había misas y punto.
Me consta que los obispos están muy enfadados por la campaña "Devolvednos la Misa", porque se pensaban que los fieles, especialmente tradicionales, obedecerían con resignación las directrices episcopales, pero muchos se han cansado y enfadado por la situación. Me temo que los obispos, o al menos algunos de los que ahora llevan el mando ésta se la han apuntado y van a tener en su particular lista negra a aquellos grupos y colectivos católicos que se han atrevido a criticar sus decisiones y a dejar sin Misa a los fieles. Omella ha demostrado que más allá de sus sonrisas y su aparente carácter campechano y amistoso, no le tiembla el pulso cuando alguien le lleva la contraria
Francisco Fabra
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Resulta ridículo que los obispos negocien con el Gobierno el levantamiento de una prohibición, la de celebrar el culto público, que no ha existido ni podía existir constitucionalmente, en un estado de alarma. Da la impresión de que ir a Misa es una gracia que nos concede el Gobierno, cuando se trata de un derecho fundamental.
ResponderEliminarA pesar de que me dejan poco espacio para poder escribir, no puedo sustraerme para dar mi opinión sabiendo que puedo correr riesgo tal y como están las cosas.
EliminarSi los obispos han decidido cerrar temporalmente las Iglesias no lo han hecho para fastidiar al pueblo fiel ni a nadie.Lo han hecho por nuestro bien,porque había un peligro para la salud de las personas, no sólo para las que van a misa, sino para todas las personas en general,lo lógico es que OBEDEZCAMOS,es para nuestro bien.El obispado de Alcalá que se cita en el post ha hido siempre contra-corriente y lo han dejado estár por imposible, pero ya sabemos que es un IMPRUDENTE empedernido,que creo predica "su palabra" no la de Dios,y es una pena.
Este gobierno,que considero muy tolerante, no nos concede ninguna gracia al pueblo fiel. El gobierno lo que hace es gobernar y al igual que, yo,no puedo ir a visitar a mi familia que vive a 20 Kms. pues los católicos también deben, por el bien común,abstenerse de ir a misa temporalmente.De todas formas ya sabemos qué en los últimos años a misa va muy poca gente. Ahora los de la "pataleta" con la misa,creo que son más bien "Católicos" de la derecha que no saben como armar jaleo y aprovechan cualquier oportunidad.Parece que no temen a Dios que no quiere que sus fieles se metan en política sucia.Cristianismo y política están reñidos.Ese sería un buen tema de predicación:rezar sí, hacer política en el templo NO.
Según el art. 55 de la Constitución Española, los derechos fundamentales de circulación y de reunión sólo podrán ser suspendidos cuando se declare el estado de excepción o de sitio, no el estado de alarma. El Tribunal Constitucional tendrá que pronunciarse.
EliminarPor lo demás, guardando las debidas precauciones, en Misa no hay más peligro de contagio que en el supermercado o en el estanco. Otra cosa es que para usted los sacramentos sean algo prescindible, como ir al cine o al gimnasio.
Y, en fin, le informo de que no sólo el Obispo de Alcalá de Henares ha dispuesto que se mantenga en su Diócesis el culto público. También lo han dispuesto los Arzobispos de Valladolid y Granada y los Obispos de Barbastro, Córdoba, Jerez y Cádiz.
Suscribo totalmente todo lo que ANÓNIMO expresa. Hubiera sido un acto de imprudencia temeraria mantener el culto con templos abiertos en mitad de una pandemia, cuyas consecuencias son impredecibles. ¿Acaso Dios nos quiere a todos contagiados? La mayor parte de los sacerdotes y de las personas que acuden a Misa están en el grupo de mayor riesgo. Abrir los templos hubiera sido suicida. Tanta bulla es cosa de ultracatólicos ofendiditos, que mejor estarían pensando en cómo atender a los sin techo para que no se mueran en la calle. Después tendremos tiempo de rezar todos juntos.
EliminarLas dos Diócesis de mi provincia, Cádiz y Jerez, han mantenido las iglesias abiertas y, a pesar de eso, mi provincia es de la que menos contagios tiene. Todavía no se conoce en España a nadie que se haya contagiado en una iglesia.
Eliminar"Me consta que los obispos están muy enfadados por la campaña "Devolvednos la Misa", porque se pensaban que los fieles, especialmente tradicionales, obedecerían con resignación las directrices episcopales"
ResponderEliminarPues si están enfadados, que se coman el enfado con patatas y cebolla. La obediencia jerárquica está subordinada a la obediencia legal: la Ley de Dios.
Mucho me temo que esta crisis del coronavirus, es un castigo de Dios, sea o no sea un virus creado por el hombre (Dios sabe todo desde el principio del mundo, conoce todos los futuribles posibles, y unos los cercena, otros los limita, y otros los deja para bien), pero también ha puesto en evidencia el estado espiritual de los obispos y del Papa: los ha dejado tal como son en un estado de necesidad que requería de su cercanía y valentía.
Respecto a la obediencia resignada, pienso que los obispos enfadados por la reacción deben de estar o muy necesitados de rescatar los manuales de teología de primer curso, o su soberbia orgullosa les ha cegado por completo.
La Constitución eclesial o Lex Ecclesiae Fundamentalis establece unos derechos humanos básicos, esenciales y fundamentales en sus cánones 213 y 214:
- 213: Los fieles tienen DERECHO a recibir de los Pastores sagrados la ayuda de los bienes espirituales de la Iglesia principalmente la palabra de Dios y los sacramentos.
- 214: Los fieles tienen DERECHO a tributar culto a Dios según las normas del propio rito aprobado por los legítimos Pastores de la Iglesia, y a practicar su propia forma de vida espiritual, siempre que sea conforme con la doctrina de la Iglesia.
La Misa puede hacerse en los ritos tridentino (VOM), vaticanosegundo (NOM) e hispano-visigótico-mozárabe, además de los ritos orientales presentes.
La Misa, la comunión y la confesión son derechos humanos que los obispos no pueden disponer suspendiendo las misas así como así, máxime:
1. cuando el art. 11 del Decreto 463/2020 del estado de alarma, permite abrir las iglesias, desplazarse a ellas y realizar la misa y confesiones
2. la LO 4/1981, art. 11, a), de estados de alarma, excepción y sitio, sólo limita, que no suspende, la libre circulación de las personas (art. 19 CE) entre el domicilio y la iglesia, y la libertad de culto (art. 16 CE) no puede ser suspendida ni por el estado de excepción, sólo por el de sitio
Curiosamente, los opositores a la celebración de las misas han sido los mismos obispos que las han suspendido, yendo contra el mismo decreto y ley de alarma, y sobre todo, violando el derecho humano de culto y religión:
- art. 11 Decreto 463/2020 del estado de alarma (ir a misa)
- art. 2.1.b Ley Orgánica 7/1980 de libertad religiosa (ir a misa)
- art. 16 Constitución española (libertad religiosa)
- art. 30.2 Constitución española (objeción de conciencia)
- art. 18 Declaración Internacional de los Derechos Humanos
- art. 18 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
- art. 9 Convenio para la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales
- art. 10 Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea
Y el mismo estado de excepción que está contenido en la Lex Ecclesiae Fundamentalis, dentro del Código de Derecho Canónico:
1. canon 87.1: la dispensa de oír misa debe de redundar en bien espiritual de los fieles
2. canon 90: dispensa con justa causa y razonable
Pienso que Mons. Omella ha vulnerado los principios de legalidad, seguridad jurídica, publicidad, jerarquía normativa e interdicción de la arbitrariedad de la actuación de las jerarquías eclesiales en el ejercicio de sus potestades de orden (sacramentos y sacramentales) y jurisdicción (legislativo, ejecutivo y judicial):
1. no dispuso bajo la forma de Decreto general ejecutivo, tal como dispone el canon 31 CDC, la suspensión de las misas: lo ha hecho en dos comunicados que no son normas jurídicas vinculantes
2. no publicó el Decreto general en el Butlletí de l'Arquebisbat de Barcelona: esglesia.barcelona/es/documents/boletin-de-enero-de-2020
Pienso que se podría denunciar a los obispos suspensores de las misas públicas ante la jurisdicción española por violación del derecho humano a la libertad religiosa, y cuando se agotara, están los mecanismos de denuncia europeo e internacional.
ResponderEliminarLo gracioso del caso son dos cuestiones:
1. que mi panadera me ha hecho desde el 14 de marzo el café y el bocadillo calientes y humeantes y me sirve los donuts y cruasans, pero el cura, que estaría oficiando en el Altar Mayor a muchos metros de los fieles, nada de nada, y ya llevo así 8 misas, 7 dominicales y la de Jueves Santo, y las que rondaré morena...
2. que en Francia e Italia, los obispos se han unido para pedir al presidente de la República y del Gobierno para que permitan la celebración de misas, las cuales están prohibidas. En España, lo chistoso es que el masonazo ateo socialista San Pedro Sánchez, mártir, ha permitido hacer misas, y los que las han suspendido han sido los mismos obispos católicos... ojalá San Pedro las hubiera prohibido...
Casi todos han dejado de celebrar pero Mossen Espinar dice misa siguiendo escrupulosamente todas las medidas de seguridad en su parroquia del Fondo en Santa Coloma de Gramenet
ResponderEliminarNo es fácil, ni debe serlo, la relación entre la Iglesia y el poder político. Y menos desde que el horizonte religioso ha desaparecido del ejercicio del poder. Pero que el ejercicio de la política prescinda de la consideración trascendente e incluso de la dignidad de la persona no significa que tenga que ser excluido del magisterio de la Iglesia.
ResponderEliminarCuando ello acontece, la relación entre poder civil y ministerio eclesiástico se convierte en una relación tóxica. Porque la Iglesia se prostituye. Tal acontece con el binomio Omella-Osorio y el poder político en España. Alguno se escandaliza cuando afirmo que es una pena la falta de pulso doctrinal, de formación teológica, de Omella y Osorio. Y me llaman de todo menos bonito. A los hechos me remito. Ambios han confundido la Iglesia con una ONG, que es financiada en parte por el Estado o la Generalidad. Y, por consiguiente debe sometimiento y seguimiento a quienes gobiernan las instituciones. Incluidas las intromisiones de la política en la vida y régimen de la Iglesia. Con un infantilismo o provincianismo irresponsable afirman que hemos de someternos acríticamente a las indicaciones de los gobernantes porque son los que saben. ¿No será porque son los que pagan?
Por ceñirnos a Cataluña, si resultó vergonzoso el intemperante episodio de Puigdemont y Omella en la sacristía con recriminación de aquél a éste, no menos vergonzante es ufanarse de que está en contacto constante con Sánchez y con Illa. Dos mentirosos de cuidado. ¿En contacto para qué y sobre qué? ¿Para facilitar la asistencia espiritual? No, en absoluto. ¿Para dotar de epis a los sacerdotes que pudieran acudir a los aledaños de las UCI? No, por favor. ¿Entonces, para qué? Para que guarden silencio contra el abandono de los ancianos, no urjan la protección de los sanitarios, no critiquen medidas eutanásicas.
Omella ha incorporado en su ADN esa relación tóxica a modo de secuencia génica adaptativa desde su llegada a Barcelona. Los cargos eclesiales están plagados de socialistas y nacionalistas a los que la Iglesia sólo les importa como medio de subsistencia y palanca de promoción social. Si para ello han de yugular la libertad de expresión lo hacen; si para ello, hay que dictar un protocolo criminal contra los ancianos, lo firman; si para ello hay que entregar un pliego de sometimiento de la Iglesia a la causa secesionista, ahí ésta el preste ese que ocupa tropecientos cargos en la diócesis con su coro de laicos para doblegar el espinazo ante el Presidente del Parlamento de la Ciudadela. O ahí tenemos a Puig con Escola Catalana para poner bancos contra la policía, por decir lo más suave que se hizo contra la legalidad y las órdenes judiciales justas.
La Iglesia en Cataluña tiene una relación tóxica con el poder política. Y Omella no está preparado para ninguna labor de esterilización y limpieza. No sólo no está preparado, sino que, abducido o guiado por una suerte de complejo de inferioridad aparente, la fomenta. Como Osoro.
Quienes hemos vivido en la infancia en pueblos conocemos la costra de estiércol que cubre el suelo de los recintos del ganado. Es un estiércol enquistado, que resiste la limpieza de la lejía. Algo así sufre la Iglesia en Cataluña. Hay un "fems" soldado --de secesionismo, de creerse superiores, de odio solapado, de etnicismo-- que impregna todo el quehacer pastoral. Y así nos luce el pelo en estos días de turbación.
Pero, ¿dónde está el dicharachero cardenal Omeya? ¿Está avergonzado porque el gobierno ha tenido más “seny” que él? ¿Acaso está encerrado con sus auxiliares que le auxilian en su ineptitud? ¡No hay novedad, señora baronesa! ¡No hay novedad, no hay novedad!
ResponderEliminarCreo que las iglesias en breve deberían quedar abiertas todas. Otra cosa es que el peligro de contagio haya remitido, algo que no veo nada claro. Pero quien quiera exponerse o confiar en el Señor, pues que asista a misa. Ahora bien tanto si es en la iglesia, en el restaurante o en la discoteca, luego que no socialicen (se mezclen) con el resto de mortales que no quieren contraer el peligroso virus.
ResponderEliminarNo entiendo esa avidez de salir a tomar cañas, a volver a leas cenas del sábado en el restaurante, a correr (por correr), ir a la playa, a ir a gritar a los estadios... Y menos entiendo esa prisa.
Dicen que después ya no seremos los mismos. Les aseguro a ustedes que vamos a ser los mismo con los mismos vicios, defectos y egoísmos. Véase sino la perfidia, la ruindad, la bajeza con que han actuado los que han podido incrementar sus cuentas corrientes comerciando sin disimulo con la comercialización de mascarillas, tests, desinfectantes y material sanitario diverso. A esa sinvergonzonería, falta de decoro moral, falta de misericordia y empatía le llaman la ley de oferta y la demanda. Y el gobierno en el limbo permitiéndolo. Ahora en el limbo. Pero el infierno es lo que les espera en el más allá. Y en el más acá también tendrán su infierno, cuando pierdan las elecciones muchos que no esperan.
Yo en el más acá el único deseo que tengo es Comulgar. Por favor, algún sacerdote puede entregarme la Comunión???
EliminarDe acuerdo al plan de desconfinamiento del pésimo y mal gobierno PSOE-Unid@s-Podemos presidido por el peor presidente de la democracia española hasta ahora.. El Sr. Sánchez siempre llega tarde y mal. Ni escucha, ni acepta ninguna propuesta constructiva de ningún presidente autonómico. Y muchas de las promesas sobre retardo en el pago de impuestos, créditos a pymes, autónomos, ICO, SEPE,...son fake news.
ResponderEliminarEl lunes 11 de mayo se podria empezar con el culto.
No entiendo que si el 9 de mayo a medianoche termina la actual prorroga de confinamiento el domingo 10 mayo no se puedan abrir las iglesias y celebrar la misa y que sea el lunes.
Mientras desde que se ha conocido el plan del gobierno y las distintas fases, de la CEE, ni de los obispos diocesanos no hemos oido decir ni mu.
Espero que los sacerdotes sean valientes y aunque sea obedeciendo al Gobierno de España, reanuden las distintas celebraciones sacramentales.
Con esta desgracia del Coronavirus, el gobierno miente, los obispos callan, el desastre económico que se nos viene encima es para ponerse a temblar.
Solo me tranquilizan los médicos especialistas en virus y los científicos cuando de una manera pedagógica explican la situación actual, dónde estamos, como prevenir-nos, y la esperanza del nuevo medicamento descubierto ayer en EE.UU. para mejorar la recuperación de los enfermos, y los 40 grupos que a nivel mundial ya estan trabajando en la tan deseada y esperada vacuna contra el Covid-19.
Lo dicho NO PONER LA X en el IRPF para que estos obispillos y cismáticos los catalanes puedan ultrajar nuestro AMOR a Cristo, que vivan de los políticos que tanto adoran, no de los cristianos.
ResponderEliminarHay mucho sacerdotes que como en las catacumbas siguen fieles a su AMOR y atienden a los fieles, incluso jugandose su vida terrenal en las UVIs, hospitales, clínicas, residencias, etc. a estos todo nuestro AMOR y el dinero que podamos. No se ha visto a ningún obispillo en estas labores, si en cambio como el de Tarragona pidiendo por los golpistas ateos y anticatolicos.
Sigamos rezando para que por fin tengamos OBISPOS que deseen ser SANTOS.
En Italia, la X es el 8 por 1000, y cada vez se reduce como protesta a los obispos italianos, que son bastante malos.
Eliminar¿No le vas a dar una oportunidad al culto de la Pachamama, Pachamame y Pachamamo ni a sus santos sacerdotes y diaconisas?
EliminarPoco progresista me pareces a mi.
Yo ya me he acostumbrado a las Misas y comentarios de un Mosén como DIOS MANDA.
ResponderEliminarNo es otro que el Padre Fortea, creanme, miren en Youtube.
Anónimo de las 15:46. Y seguro que se ahorra de que le pasen el cepillo.
EliminarVeremos el proximo balance de la Iglesia Española.
Un juzgado de La Coruña absuelve a un hombre que fue multado por ir a la iglesia: estaba permitido.
ResponderEliminarhttp://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=37558&whp=whp
Es que ir a la Iglesia no está prohibido por el decreto de Sánchez, que además es inconstitucional.
EliminarHay que tener mucho cuidar con esta coalición de progresistas-comunistas porque nos jugamos el futuro y en menos que canta un gallo nos encontramos como en Venezuela y sin petróleo: Lenin dio el golpe de Estado bolchevique sin disparar un solo tiro.
¿Tú quieres ser tercer mundo, aunque seas
progresista-comunista?
Yo prefiero ser europeo y con dinero en el bolsillo para gastar.
Ante el silencio de SOROS sólo cabe hacer una cosa:
ResponderEliminarla analogía.
Hay que ver lo que Pedro Sánchez permite a los musulmanes, que además están ahora en ramadán, o a los protestantes y aplicarlo a las ceremonias católicas.
Porque es evidente que de un anticatolico no se puede esperar más que anticatolicismo.
Pero siempre se podrá alegar ante el juez que si Sánchez permite a unos unas cosas, permite a los demás las mismas.
(Se supone que según la Constitución todos somos iguales, no que los
inmigrantes musulmanes son más iguales que nosotros)
Nos toca sufrir las consecuencias de nuestros pecados -y son 40 años seguidos de tomadura de pelo y ruina-, lo cual es justo y necesario.
Ahora no sólo hay que arrepentirse, hay que mudar de comportamiento y de voto para que no volvamos a repetir los mismos 40 años de tomadura de pelo y ruina.
Con la ayuda de Dios.