Ironías de la historia: los obsesos desenterradores de ayer se han convertido en los impíos enterradores de hoy
Parking del Tanatorio de Collserola, lleno de ataúdes |
¡Vaya por dónde!, los memoriosos desenterradores de muertos de hace casi un siglo, se han convertido en los más acabados enterradores de las víctimas de su incuria. Los que, alegando justamente la veneración de los muertos, se habían construido un glorioso programa de desenterramientos, ahora vienen y después de haber profanado la muerte en trágica soledad de miles y miles de españoles (y españolas, añadirán ellos), cuya vida tenían ya impíamente pisoteada, ahora vienen estos desenterradores y llegan a lo más profundo de su ignominia: y con soberbia impudicia profanan la muerte de los españoles (y españolas, dirán ellas) a los que debemos no sólo el ser, sino el cómo somos. Les debemos a ellos el haber salido de una guerra fratricida; les debemos la reconciliación nacional que abrió una nueva etapa política; les debemos la creación de un sistema sanitario y asistencial que les ha dejado cruelmente descartados a ellos; les debemos nuestra prosperidad económica.
Pues bien, precisamente a éstos, les hemos dejado tirados miserablemente en el momento más difícil de su vida: en el momento de su muerte. Y les hemos dejado solos -para evitar el contagio, claro- no sólo sin el acompañamiento de sus deudos en su último suspiro, sino incluso sin la asistencia espiritual que muchos de ellos hubieran deseado y sin el homenaje y reconocimiento post mortem que nos exige la civilización desde hace miles de años. Sin unos funerales dignos.
El hecho cierto es que el fenómeno de la veneración de los difuntos ahí está desde que la humanidad entra en el camino de lo que llamamos civilización. Y ciertísimo también que jamás se ha roto esa continuidad hasta el día de hoy, salvo episodios muy puntuales de salvajismo, que la historia ha condenado sin ambages. Por eso, a los que apreciamos el valor de vivir civilizadamente, nos estremece constatar la ligereza con que se están mercadeando ventajas político-sanitarias (o lo que es peor, ajustes de cuentas) a costa de algo tan sagrado como los difuntos. Y tan sagrado como el acompañamiento de la familia en la hora de la muerte.
Y hay una cuestión más, totalmente atada a la historia, y es el deber sagrado que tienen los hijos de enterrar a sus padres y garantizarles el reposo de la tumba. De los romanos nos viene esa vinculación de los hijos a sus padres difuntos, que se concretaba en el rito debido a los lares, es decir a los antepasados de la familia, a los que se les reconocía una vida en el más allá, por la que habían de mirar los familiares. Y esta responsabilidad se concretaba sobre todo en las honras fúnebres iniciales y en su continuidad anual. Y eso sólo tenía sentido en la medida en que se preservase el cadáver del difunto, asegurando su reposo y por supuesto su culto.
Sobre esa cultura edificó la Iglesia su culto a los difuntos: un culto orientado sobre todo al sufragio por el alma del difunto y a la preservación de su cuerpo (aunque al fin, de él no quedasen más que los huesos) en espera de la resurrección. Ahora, sin embargo, la Iglesia ya no cifra su supervivencia material ni en los sufragios por los difuntos, que representaban antiguamente la clave de un seguro sostén, ni en los diversos beneficios que otorgaban los deudos y que garantizaban el digno sustento de los ministros del altar. Si así fuera, hubiésemos luchado con uñas y dientes por seguir celebrando la misa por los difuntos en los tanatorios, cementerios y en las mismas parroquias a pesar de todas las pandemias. El 0,7% del IRPF, nuestra sagrada crucecita, nos evita la engorrosa tarea de acompañar moribundos peligrosos e incomodar a nuestros conspicuos gobernantes, tan generosos ellos.
Es terrorífica la quiebra económica que se nos está echando encima con el coronavirus. Pero de verdad, eso es una bagatela frente a la absoluta quiebra moral en que estamos inmersos gracias a esas autoridades que, despreciando el bien y la verdad, han encanallado a amplios sectores de la población que esperan, como agua de mayo, los 480 euros de ingreso mínimo vital en el que sueña el “populoso” gobierno que lleva el timón de la nación en esta terrible tormenta; porque no le ven con ganas ni con valor de restaurar los millones de puestos de trabajo que se ha llevado por delante una gestión tan nefasta de la crisis. El gobierno social-comunista en vez de luchar por recuperar el trabajo, prefiere centrar su política en ese mínimo vital que tendrá amordazados a millones de votantes y les impedirá cualquier rebelión y hasta cualquier cambio de voto: ¡Vivan las cadenas!
Que nuestros padres o nuestras madres que han conseguido ir tirando de la vida con enormes sacrificios, se tengan que ver abandonados en casa o en la residencia porque el sistema sanitario que ellos crearon y nos dejaron en herencia, no tiene sitio para ellos, y queden por tanto condenados a muerte, es una ignominia tanto mayor cuanto que no se ha producido una contundente movilización contra esa barbaridad. Están condenando a muerte a nuestro padre y a nuestra madre en el sistema sanitario que ellos crearon, y seguimos hozando coronavirus blanqueado en todas las televisiones, como si eso fuese lo más natural del mundo. Tan blanqueado, que ni los contabilizan: por no estropear sus gloriosas estadísticas. Ni a la categoría de número llegan.
Realmente, si está pasando esto y no nos hemos sublevado, es porque nos hemos declarado en quiebra moral. Lo de los campos de exterminio también lo sabía la mayor parte de los alemanes (pocos eran los que veían los judíos en los campos de exterminio, pero sí que los veían todos desaparecer de su vecindario); es que eran tiempos de tremendo envilecimiento y les iba mejor no preguntar. Tampoco hoy están nuestras conciencias tan limpias como para preguntar demasiado qué está pasando con nuestros ancianos padres. Ni siquiera los curas lo hacemos ya. Mejor lo dejamos ahí, ¿no? Los aplausos de las ocho de la tarde, el “Resistiré” y los acordes del pasodoble Paquito Chocolatero secarán las lágrimas y taparán los ataúdes sin la cruz que requiere aún, para ese momento, la inmensa minoría de los españoles que todavía no han sido abducidos por la retórica oficial, tan antigua y tan nueva: El muerto al hoyo y el vivo… ¡al bollo!
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.
www.sacerdotesporlavida.info
"Los que, alegando justamente la veneración de los muertos, se habían construido un glorioso programa de desenterramientos, ahora vienen y después de haber profanado la muerte en trágica soledad de miles y miles de españoles (y españolas, añadirán ellos), cuya vida tenían ya impíamente pisoteada, ahora vienen estos desenterradores y llegan a lo más profundo de su ignominia: y con soberbia impudicia profanan la muerte de los españoles (y españolas, dirán ellas) a los que debemos no sólo el ser, sino el cómo somos."
ResponderEliminarY franceses y francesas, y catalans i catalanes del nord...
En efecto, últimamente, Junqueras, Torra el estrellado, la portavoz de Torra Meritxell Budó, y Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona ("España es paro y muerte; Cataluña, vida y futuro"), demuestra que el pueblo ha votado emocionalmente, eligiendo a unos verdaderos incompetentes incapaces de gobernar un país, e instalados en el mundo arcaico, y eso ha pasado en dos meses, de antes de la pandemia: sabrán pronto que todo ha cambiado.
Dicen que Cataluña independiente como Republiqueta habría sido excelente, casi situada en modo divinidad, en relación con esta pandemia.
Pero el día 29 de febrero se hizo una concentración en Perpiñán (Catalunya Nord) con más de 200.000 participantes, y otros miles atrapados en las carreteras por el embotellamiento, para honrar a Puidemont (dicen que amparado por la masonería belga), con la participación de Lloll Beltrán y Carme Sansa como presentadoras, Comín, Ponsatí, Torra, Artur Mas, Laura Borràs, los músicos Roger Mas, Lluís Llach y Gerard Jacquet, el alcalde de Perpiñán Jean-Marc Pujol o en diferido Marta Rovira, Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn, el exconseller Lluís Puig y el cantante Valtonyc, dos de los detenidos el 23-S, Tamara Carrasco. Jordi Sànchez y Jordi Cuixart...
Pues bien, este aquelarre independentista tuvo repercusiones en la epidemia en dos lugares: Igualada y Perpiñán, aunque hay que esperar bastante tiempo para recuperar la trazabilidad del coronavirus en Cataluña-Occitania.
1. IGUALADA
Se descubre que en 5 autocares de Igualada habían contagiados, en noticia del 31 marzo:
www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2020-03-31/mitin-puigdemont-perpinan-viaje-autocar-igualada-coronavirus_2526271/
En Cataluña hay otros FOCOS de los que no se habla: Viladecans, Badalona, Sant Quirze del Vallés, Nou Barris en Barcelona:
www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2020-03-28/datos-positivos-coronavirus-cuestionan-igualada_2523376
2. PERPIÑAN
El eje Perpiñán-Igualada: la conexión en autobús de los focos unidos por el mitin
www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2020-03-31/mitin-puigdemont-perpinan-viaje-autocar-igualada-coronavirus_2526271/
Coronavirus: dernier point de situation en Occitanie
www.occitanie.ars.sante.fr/coronavirus-dernier-point-de-situation-en-occitanie-0
Son uns SOMNIATRUITES, sense ous, es creuen raça superior a tot el mon, millors que DEU
EliminarSiempre incisivo, siempre clarividente, Padre Custodio.
ResponderEliminarAsí es, han profanado las tumbas y han profanado las vidas, de los no nacidos, de los ancianos, de los deudos. Los Sicarios de la Muerte empuñan la guadaña con entusiasmo, ebrios de orgullo y poder, ciegos y obstinados. Nos encierran en vida, nos mueren en silencio, sin familia, sin duelo, sin velas, sin lágrimas.
Silencio, sólo silencio. Y Muerte, sólo muerte.
Ahora, ahora sí que están vacías las iglesias. Lo lograron.
Ayer mismo,la televisión daba la estadística sangrante del descarte de los viejos. Mientras el porcentaje de enfermos-muertos ancianos de coronavirus está en torno a la cuarta parte o la tercera parte del total, el porcentaje de ingresados en la UCI es de un mísero 3% o algo así. Por eso necesitan presumir de cada anciano que sale de la UCI. ¡Como son tan pocos! Es la más descarnada demostración estadística del descarte por edad. Las excepciones, sólo como coartada. Al noventaytantos por ciento de los viejos, ¡poca broma!, se les ha dejado morir confinados en las residencias (en algunos casos espeluznantes, auténticos campos de exterminio) o en sus casas. ¿Por qué? Por ser viejos. Eso sólo es posible en una sociedad que ha acomodado su conciencia a esta gran novedad de la civilización del descarte. Sin esa acomodación colectiva de la conciencia, tampoco hubiesen sido posibles los campos de exterminio y lo que nos falta por ver. Es el coronavirus moral. ¡Que Dios nos coja confesados!
ResponderEliminarEso que comenta deberá de ser investigado en sede judicial y parlamentaria. La edad ya no es un factor de descarte en el triaje. Han habido abuelos de 100 y 90 años que se han curado. Deberán de responder.
Eliminar¡Cuánta razón tiene, Mn. Custodio!
ResponderEliminarEl Maligno puede estar contento con las conductas que denuncia.
Gracias por su valor y acierto. El Juez Supremo se lo ha de tener en cuenta.
A ACM. Modificaría su última frase. "Que el Juez Supremo no se lo tenga en cuenta". Sus escritos rezuman odio. Me cuesta entender como se puede compaginar este sentimiento con su carácter saacerdtotal.
Eliminar"Vergés admite que Catalunya tiene 25 residencias en situación crítica" dice un titular de La Vanguardia. Y luego en letra pequeña "... y 122 en situación compleja".
ResponderEliminarLos que están en estado crítico son los residentes, lo que estaban quietecitos en sus salas de aburrimiento y les han llevado el virus (familiares y cuidadores). Tardaron en practicar test a los mayores. Pero es que encima no se les ocurrió que los primeros que debían habérselo hecho eran los cuidadores, para que no contagiaran a los viejecitos.
Tenemos unos gobernantes que sólo sirven para exhumar generales indefensos o para intrigar en proclamaciones que, ahora mismo, interesa a pocos. Los políticos no saben más que usted y que yo. Solo sirven para enzarzarse en tontos debates y decir frases ocurrente o graciosas.
No les pidamos más. Conducen el país, como quien conduce un tranvía. Lo harán bien si no se tropiezan con un cambio de agujas. Si surge algo que venga a enturbiar la rutina, ya no saben por dónde ir.
Ni copiar de China , han sabido. Ni calcar, saben.
Ha escrito, Padre Custodio, que "hay una cuestión más, totalmente atada a la historia, y es el deber sagrado que tienen los hijos de enterrar a sus padres y garantizarles el reposo de la tumba. De los romanos nos viene esa vinculación de los hijos a sus padres difuntos". Por si no lo conoce Vd, le diré que seguramente ese deber se hallaba ya en el ámbito judío y que fue expresado por Jesucristo en su conocido consejo "dejad que los jóvenes entierren a los muertos". La desconcertante expresión "que los muertos entierren a los muertos" no es, con grandísima probabilidad, sino un error de lectura en la tradición manuscrita del texto griego evangélico, que decía tous nearous (los jóvenes), no tous nekrous (los muertos). Cristo recordaba así la inveterada costumbre judía de que los parientes de menor edad (hijos, sobrinos, etc.) se ocuparan del sepelio. Quede constancia. Por lo demás, su artículo es maravilloso y edificante, como siempre
ResponderEliminarLo que habrán pasado esos ancianos en las últimas agonías, en su soledad aplastante, sólo Dios lo sabe. Es tiempo de leer a Job: "Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos; por eso me retracto y me arrepiento. echado en el polvo y la ceniza". Seguro que ante el Señor todos habrán vuelto el rostro a Dios. El nunca nos abandona.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarA Don JMVG. Esta vez yo también estoy de acuerdo con Ud.
Eliminar¿No sabe que la agonía produce siempre un estado de soledad aplastante, por muy acompañado que se esté?
El diccionario de la RAE, define agonía como: Angustia y congoja del moribundo; estado que precede a la muerte.
Si el ateismo salvaje no se se convierte, creo que tenemos virus para rato.
ResponderEliminarPablo iglesias pidiendo perdón a la CRUZ DEL VALLE ,que la divisa desde su casa de galapagar, ésto tendría que hacer y mucho me temo que no va ha caer esa BREVA de color rojo!
Creo que esta pandemia es bioterrorismo, dentro de ese proyecto global totalitario que utilizan las siguientes herramientas de mercadeo: “desarrollo sostenible”, “ciudades inteligentes”, “ciudades sostenibles”, “contadores inteligentes", "teléfonos inteligentes", "sostenibilidad", "conciencia medioambiental" etc., etc. Este “traidor lenguaje” está siendo utilizado para implantar un nuevo modelo de sociedad ultracontrolada, empobrecida y sometida, donde la idea de comunidad reemplaza la idea de justicia, donde la libertad tanto de conciencia como física será algo del pasado. Se llama Agenda 21 de la ONU. Que ha pasado a ser la Agenda 2030. Es un plan global que se va poniendo en marcha localmente. Es un fraude porque se ha presentado a la población bajo una “máscara de naturaleza” y no. Lo que realmente es, “es una toma de poder” del mundo como nunca se perpetró. La Agenda 2030 es el mayor fraude en las relaciones públicas de la historia mundial.
ResponderEliminarDigo que es un “lenguaje traidor” porque el vulgo piensa que vamos a vivir felices en equilibrio con la naturaleza. Que vamos a un desarrollo sostenible (lo contrario es insostenible), que cubra las necesidades del presente, sin comprometer las capacidades para satisfacer las propias necesidades de las generaciones futuras.
Y ante esta idea:¿quién va a estar en desacuerdo?
Su ejecución depende de una dialéctica hegeliana, donde se plantea una crisis y una solución. El equilibrio entre las dos deviene la nueva normalidad, ya que, si no hubiera sido por esa crisis, no se hubiera aceptado esa nueva normalidad, instaurada bajo presión. En el pasado como presión usaron “el cambio climático” y al final la esperpéntica actuación de Greta ….
Todos ellos son ejecutores de este programa: el gobierno central desentierra y entierra muertos, los aplaudidores autonómicos y locales, y la oposición PP y Ciudadanos. Vox hasta ahora no.
Al menos, informémonos. Así no nos prestaremos a ser los voluntarios de esa sostenibilidad donde detrás se esconde el totalitarismo. Pidamos la luz necesaria al Señor.
La Agenda en Barcelona está muy adelantada.
https://www.barcelona.cat/barcelonasostenible/ca
Para añadir a mi comentario 16,43
Eliminarhttps://www.democratsagainstunagenda21.com/
Teologicamente, Damian Galerón lo explica.
Eliminarhttps://youtu.be/CtcIlDGoY20
Mate y escuche la breve agonía del abuelo / (o de la abuela, no somos machistas) [...] Sonría, hoy que se puede asesinar sin molestia [...] No le indoctrinamos; no sea usted perezoso / aunque algún día, con la misma moneda, / no le puedan pagar sus hijos (ni sus hijas).
ResponderEliminarSra. Laura, no va usted desencaminada, mas pronto que tarde se sabrá TODO!!!
ResponderEliminarMe cuesta admitir que haya semejantes "sacerdotes" en la iglesia católica.Y semejante "pueblo fiel" que se llamen Cristianos.
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