Más allá de lo correcto: Nos salva la verdad

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Performance homo-erótica en la Parroquia de S.  Mauricio de Augsburgo
No sé si hay más arrogancia y complacencia del poder en las camisetas de cuello redondo y en las cruces Tau de los sacerdotes post-cristianos, o en  los pantalones vaqueros de pitillo y las americanas de cachemir de los ejecutivos y economistas post-modernos. Ambos son implacablemente post-misericordiosos, cada cual según su propio cargo, al negar unos la comunión a quienes se arrodillan ante el Santísimo Sacramento; y los otros, el fondo de pensiones a quienes todavía creen en el futuro de sus hijos. Ambos están unidos por la misma incomprensión de los elementos mínimos de la humanidad. El poder manda, y ellos obedecen: porque la única manera de ser y estar que entienden, es la de estar con el poder y dejarse modelar por él. 

No hay mejor manera de describir a estos miserables funcionarios de la Nada que el fragmento del “Archipiélago Gulag” en el que Aleksandr Solzhenitsyn describe a los jueces instructores que enviaron disidentes soviéticos a la masacre: "Su profesión no requiere que sean educados, educados y sobradamente preparados; y evidentemente no lo son. Su trabajo no les exige que piensen lógicamente, y no lo hacen. Su trabajo requiere sólo una ejecución precisa de las directivas y son insensibles a los sufrimientos de los demás: y esto sí que lo saben hacer y lo hacen. Nosotros, que hemos pasado por sus manos, los teníamos presentes con una sensación de asfixia; eran para nosotros como un bloque de seres totalmente desprovistos de conceptos humanos. (...) Entendieron que las acusaciones eran falsas, pero trabajaron año tras año. ¿Cómo fue esto posible? O se obligaron a no pensar (y ésta es la destrucción del hombre) o simplemente dijeron: así es como debe ser. Quien escribe las directivas no puede cometer errores".

C:\Users\usuario\Desktop\1562686609857.pngEs la banalidad del mal, a la que sólo se puede oponer la evidencia de la verdad, la única arma a la que ni siquiera el funcionario más diligente puede resistir. A la larga, el poder injusto sólo puede ser erosionado por la resistencia de aquellos que se abrazan a la verdad.

En esto consiste el "No tengáis miedo" de Juan Pablo II. Con el Leviatán anticristiano luciendo camiseta de cuello redondo o pantalón de pitillo y americana, no es posible colaborar. Nunca meditaremos lo suficiente sobre la advertencia de Hanna Arendt: "Somos responsables de nuestra obediencia". Estamos llamados a elegir entre obedecer o resistirse, pero esto no es sólo un deber de hoy en día, es la vocación del hombre y éste siempre debe hacerlo. Hoy es más urgente, más dramático y más doloroso porque el terreno en el que estamos, bajo la ilusión de encontrar una mediación honorable entre el bien y el mal, se está desmoronando y agotando. De modo que, paradójicamente, la elección, que es inevitable, se vuelve más fácil. Ernst Jünger, en “Tratado del Rebelde- La emboscadura”, define la decisión de oponerse radicalmente a la tiranía de la modernidad, con la imagen evocadora de la vuelta a la selva". La imagen de la selva da forma al concepto de libertad íntimamente arraigado en el ser y, dice Jünger, "es muy diferente de la mera oposición, y ni siquiera se encuentra en la simple fuga (...) Aquí hay diferentes medios disponibles además del simple "no" que hay que colocar en la casilla correspondiente (...) También se puede decir que en la selva el hombre duerme. Pero tan  pronto como abre los ojos, reconoce su poder y el orden se restablece. (...) atrapados en el juego de poderosas ilusiones ópticas, estamos acostumbrados a considerar al hombre, en comparación con sus máquinas y con el arsenal de su técnica, como un grano de arena. Pero estos espejismos son y siguen siendo los cimientos de una imaginación gregaria”.
El hombre no es un grano de arena; pertenece, mejor pertenecía, a un "pueblo”.  Pero “el pueblo” es una entidad que ya no está de moda: envuelto en melancólicas banderas rojas, fue enterrado con su tradición, junto con su pasado y su futuro. Se inventaron “el pueblo de Dios”, y rápido lo transformaron en “el pueblo del dios Dinero”, uno y otro odiados por los comisarios post-cristianos y post-capitalistas porque el pueblo, incluso el artificial, molesta al poder. Raramente se percibe tanto desprecio hacia él como en las liturgias que se escenifican en las iglesias post-cristianas o en los bancos post-capitalistas. No hay nada bueno en esos templos y en esas religiones, ante los cuales tenemos el deber de ser profanos. Lo afirma Jünger cuando habla del nihilismo cristiano que simplifica su tarea con facilidad. No podemos limitarnos a imaginar lo verdadero y lo bueno en las cómodas y nobles estancias de nuestro confort mientras en los sótanos están desollando vivos a nuestros hermanos. No sería lícito, aunque nos encontrásemos en una posición espiritual superior: porque el sufrimiento inaudito de millones de esclavos clama al cielo pidiendo venganza. Las exhalaciones que emanan de los desolladeros siguen apestando. Y no son situaciones que se pueden revertir con cualquier medio fácil a corto plazo.
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Pero la “selva” si queremos mantener este nombre para el lugar donde ejercer la gracia de la fe y la virtud de la vida civil al máximo, no está hecha para albergar grandes conglomerados. No puede albergar movimientos, partidos y manifestaciones masivas, grandes o pequeñas, incluso cuando son el resultado de buenas intenciones. Un amigo me recordó algunos pasos en un espléndido trabajo de Simone Weil que se titula “Manifiesto para la represión de los partidos políticos”. Son trágicamente incontrovertibles: “Cuando en un país existen partidos, se llega a un estado de cosas tal que resulta imposible intervenir eficazmente en los asuntos públicos sin entrar a formar parte de un partido o seguir el juego”. Sucede también en la Iglesia: si no adulas al poder, ya no cuentas. Eres caricaturizado, dejado de lado y marginado. Te has convertido en un “peculiar”. Sigues en lo tuyo no porque te respeten o te consideren, sino sólo porque te temen. 
En este estado de cosas, las instituciones (sea la Iglesia o los partidos, tanto da) son un mecanismo maravilloso en virtud del cual  ningún espíritu dedica su atención al esfuerzo por discernir en los asuntos que le incumben: el bien, la justicia y la verdad. Como resultado, a excepción de un pequeño número muy escaso, sólo se deciden y se toman medidas contrarias al bien, a la justicia y a la verdad. Si estas organizaciones se confiaran al diablo, sería imposible imaginar algo más ingenioso. 
Es al desear la verdad con una mente despejada y sin tratar de adivinar de antemano el contenido, cuando se  recibe la luz. De lo contrario se reduce todo el mecanismo de atención. Es imposible examinar los problemas terriblemente complejos de la vida mientras se presta atención, por un lado, a discernir la verdad, la justicia y el bien público; y por otro lado, a mantener la actitud apropiada de corrección. Pertenezcas al grupo que pertenezcas. La facultad de atención humana no puede responder simultáneamente a estas dos preocupaciones. De hecho, cualquiera que se dedique a una de ellas, abandona la otra. Pero no hay sufrimiento moral para quienes se abandonan a la justicia y la verdad; mientras que someterse a la corrección de las instituciones, implica el temor a las penas más severas por indocilidad. Castigos que tocan casi todo: carrera, sentimientos, amistades, reputación, honor, a veces incluso la vida familiar. El partido comunista ha llevado este sistema a la perfección. La Iglesia actual imita este modelo. 
El horror comunista en los países del “Telón de Acero” llegó a la destrucción de los cuerpos. Y con ello llegó muy lejos; pero esa represión  podía dejar las almas intactas. Sin embargo aquí y ahora, hay mucho más en juego que la salvación terrenal, ya que se decide sobre lo eterno.
Así como ayer no era posible salvar la integridad del propio cuerpo y de la mente y al mismo tiempo entrar en el mecanismo comunista, por ejemplo, con una reserva mental, hoy no es posible salvar la integridad de la fe y el alma ejerciendo esta reserva para entrar en el vientre del Leviatán posmoderno. Todos los que lo han intentado, pensando que después de todo "algo de bueno hacían", están perdidos. Cuando nos vemos obligados a tratar con la autoridad injusta en la ilusión de salvar esa pequeña porción del bien que a pesar de todo permanece, hacemos un gesto natural que pervierte al espiritual creando un hábito al mal. La capacidad de contagio con la Nada es inmensa. Bien claro lo dijo santo Tomás de Aquino: Bonum ex íntegra causa; malum, ex quocumque defectu.
Hoy en día tenemos sobrados e inquietantes ejemplos de cómo una institución como la Iglesia puede enseñar institucional y magistralmente a sus hijos los caminos de la perdición. Y también explicar por qué, en la carrera hacia la Nada, es capaz de seducir a los cristianos dedicados a la conservación: entendida ésta como un método puramente formal, separado del contenido. Para el fariseo, no hay nada más irresistible que un formulario lleno de nada.
También podemos recurrir al oxímoron, complementando una palabra con otra que tiene un significado opuesto, como muchos tratan de hacer con la Amoris Laetitia; pero por ese camino es inevitable caer en una situación realmente nihilista. Esa es la triste realidad.  Por eso hoy en día nacen tantas religiones sustitutivas. Incluso se puede decir que con el desplazamiento de los valores supremos, cualquier cosa puede adquirir iluminación litúrgica y significado. No sólo las ciencias naturales y la tecnología asumen este papel: las visiones del mundo y las sectas prosperan. Es una era de apóstoles sin misión.  Esto genera la impresión de que estamos en un desierto salpicado, eso sí, de molinos dedicados a la oración y que giran bajo el cielo estrellado. Continuamente nos llegan más numerosos datos e informes que confirman todo esto. Se sigue consagrando, aunque ya no se crea en la Eucaristía. Luego, para hacerla más comprensible, ésta se reinterpreta de manera diferente.   
C:\Users\usuario\Desktop\51Grqa9JjcL._SX306_BO1,204,203,200_.jpgLa oración permanece en los fieles y no es poco. Hablando de San Juan Clímaco,  escribía Hugo Ball en su obra “Cristianismo bizantino”: "La oración es una aristocracia de la pobreza. En ella se toca todo lo que es exclusivo del cielo y de la tierra. Solo el que está marginado aquí, es bienvenido allí y solo el que está encarcelado allí, se libera. Ningún intelecto penetra con un propósito o una ventaja en este lugar sagrado. La meditación puede inflamar, pero solo la oración ilumina. Estar absorto en el corazón ya es mucho. Pero algo muy diferente es que el espíritu visite al corazón como un príncipe-obispo y mientras tanto ofrezca oblaciones a Cristo, su invitado. Entonces ya ninguna imagen puede arrastrar a los sentidos. Nos posee como si fuese una “piadosa tiranía de Dios”. Es entonces cuando la oración y el pensamiento de la muerte se fusionan. Las dudas que se disuelven y la revelación certera de lo incierto es para San Juan Clímaco la señal de que somos escuchados”
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

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17 comentarios

  1. Recuerdo, querido mosén Francesc, la reacción de los comunistas catalanes, los de la gauche divine, el último de cuyos epígonos es el actual sindic de greuges que tiene enfilada a la Iglesia aprovechando el río revuelto de la pederastia montserratina, jesuítica y lasaliana, ante la concesión del Nobel a Solshenitsyn y la difusión de las experiencias en el Goulag. En particular, Manuel Vázquez Montalbán se puso como un basilisco, atribuyendo el premio y la publicación a las fuerzas reaccionarias, de acuerdo con la terminología todavía en uso. Cayó luego el telón de acero, y la izquierda se enfundó el traje del feminismo, la ideología de género y el ecologismo. En la Iglesia, la gran bicha para determinado sector ha sido Juan Pablo II, sobre el que ha caído una losa de cemento armado en santa Marta. Como mucho, tenemos las palabras del actual Pontífice cuando afirma, recientemente, que él repite en doctrina social textos copiados de Juan Pablo II. Pero nadie le ha preguntado por la doctrina social. En cuestiones dogmáticas y morales va a su aire. No insistiré. Pero, ¿tendremos que callarnos? ¿Habrá que pensar con los jueces soviéticos que los de arriba tienen sus razones?
    Dijo el Señor, de acuerdo con el Evangelio de Juan, que la verdad os hará libres. Y san Pablo abunda afirmando que habéis escogido el camino de la verdad. Por eso uno no entiende el silencio lanar de tantos obispos, cardenales, sacerdotes y teólogos. O, lo que es, más esperpéntico, la afición ecológica que les ha entrado a determinados cardenales por el ahorro del agua de la ducha o la ecología de las ciudades.
    Salo cuatro vulgaridades, que no recoge, por banales, la Viquipedia, los que el cardenal Martínez ha escrito sobre la ecologia de la ciudad es, desde el punto de vista científico, muy mejorable. En los años setenta había en España dos pioneros de la ecología, el catedrático de la asignatura en la Universidad de Barcelona y el catedrático de la materia en la Universidad Autónoma de Madrid. El de Barcelona había incentivado el estudio de la ecología terrestres (bosques, prados, etcétera) y la ecología marina (plancton, producción primaria, etcétera), así como la limnología (agua dulce, lagos y lagunas, pantanios, cuencas fluviales, etcétera). El madrileño dirigó entonce la primera tesis doctoral sobre ecología de la ciudad, tomando como modelo parques y jardines de la metrópoli. No busquen información de ese tenor en el libro del antiguo obispo de Barcelona. Lo peor no es que este eclesiástico colme su tiempo de ocio en divagaciones personales, sino que el asunto se insiere en una seudeteología de baratillo que mezcla panteismo (la diosa Tierra) con la historia de la salvación a través de conceptos tomados del ámbito de la ciencia de la forma que Sokal puso en solfa para irrisión del lector.

    ¿Hemos de callarnos?

    Quizás, por su estado, no pueda ser más explícito, mosén Francesc. Permítame que quienes hemos quemado las naves vayamos con los pies por delante. Como diría Goethe, si quieres ser libre necesitas andar solo. Unicamente los que andan solos son libres.

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    1. Sobre el libro de Sistach, sería de agradecer que indique qué aspectos son incorrectos. Por favor, concrete un poco.

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    2. ¿Tiene usted algo contra la pseudoteologia, la ufología y las
      psicofonias?

      ¿No tiene derecho un Príncipe de la Iglesia a colaborar contra Trump y sus ángeles (caídos)?

      ¿O es que todo en esta vida va a ser la monserga de siempre: ser buenos, rezar mucho y pagar el diezmo al clero?

      Tenemos que colaborar con este santo varón y varona y hacernos druidas.

      Se supone que éramos cada vez más ilustrados, educados y libres.

      No sé cómo hemos llegado a esta farsa ni como esta gentuza se atreve a tomarnos el pelo con tanto descaro.

      Necesitamos a un Lutero que nos defienda y defienda el partido de Dios.

      Y olvidarnos de esta basura y basuro, aunque sean príncipes y princesas de la Iglesia.

      No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.

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    3. El catolicismo de hoy, empezando por Francisco, es de una apostasía aburrida y bostezante, hecha al modo garrulo de un masón zote y bobo, facturada por una feliz chica instagramer autofotografiándose, insípida hamburguesa vegana con café descafeinado y leche desatada con sacarina, un producto happy sin aristas, embolsado, enlazado y servido a la manera de Rosalía, un partido de fútbol sometido a la tortura de lo políticamente correcto del VAR, a la sonrisa de un Messi fiscalment travieso promocionando sus calcetines.

      El Apocalipsis falló: el Anticristo y sus esbirros mitrados y ensotanados son de tal mediocridad, que el cisma se hará por simple muermo fastidiosamente tedioso, al son de una orquesta tocando a 6 revoluciones por minuto: haíto de hastío.

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  2. Maravillosa cita de Hugo Ball. Para memorizar.

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  3. SOMOS RESPONSABLES DE NUESTRA OBEDIENCIA

    Claro que son comodísimas "la obediencia debida" y la fe del carbonero que se resume en el "doctores tiene la Iglesia". Pero sólo nos podemos permitir esas actitudes cuando funcionan las instituciones dentro de los parámetros de la "normalidad". ¿Pero qué ocurre cuando "la obediencia debida" te obliga a corromper, a robar, a violar y a matar? En esas circunstancias, "la obediencia debida" no nos salva de nuestra conciencia y de nuestra responsabilidad. En esas circunstancias es obligado dejar de ser masa los unos, y funcionarios los otros.

    Y cuando las circunstancias de la Iglesia son en cuanto a la necesidad de conciencia de sus miembros, tan graves como lo fue la dictadura de Pinochet con todos sus desmanes, no vale invocar la fe del carbonero para ahorrarnos la obligación de cultivar el conocimiento y la conciencia. La institución está fallando estrepitosamente, sobre todo en sus mandos: desde el más modesto (los aparatos curiales de los obispos y por supuesto todos ellos, porque en la terrible situación en que está la Iglesia no se han dignado alzar la voz) hasta el más alto: el papa con toda su curia, en la que los niveles de corrupción son ya inenarrables.

    En estas circunstancias de la Iglesia, los fieles (y no digamos el clero)somos responsables de nuestra obediencia. Porque sabemos que la Iglesia jerárquica va a la deriva, y el timpnel ha decidido que sus principales responsabilidades son la ecología y la inmigración (pero eso sí, manteniendo bien altas, vigiladas e infranqueables las murallas de su pequeño Estado. Eso es, la Iglesia volcada en la Amazonia mientras se le derrumba Europa.

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  4. He leído el artículo sobre la primera misa del Padre Fabián en la Iglesia de San Mauricio de Ausburgo.

    Lo primero que me ha llamado la atención es, claro, por qué sale un tío bueno desnudo danzando y no un tío viejo como yo desnudo danzando.

    A mi me parece que este Padre y Madre Fabián es un viejofobo del copón.

    Pero es que hay más:

    ¿Es que en Augsburgo las viejas, aunque estén buenas, no son también hijas e hijos de Dios?

    ¿No tienen también derecho a salir bailando desnudas en un lugar de oración?

    No sé dónde ni cómo hemos perdido los papeles.

    Algo me sugiere que si quieres pescado tienes que ir a la pescadería; y si quieres carne, a la carnicería.
    Pero que si buscas lo que necesitas en donde no lo encuentras, te vas a donde te lo den.

    Yo entiendo que la primera misa es.... ¡La primera misa!

    Luego vendrá el convite y todo lo demás.


    Pero la "inauguración" , como la primera consulta de un médico o el primer juicio de un abogado es eso: la primera vez (que además impone)

    Tal vez este joven piensa que su trabajo en Augsburgo es hacer performances.
    Y si son picantes, mejor.

    Parece ser que en Augsburgo ya no se hacen misas.

    Total ya hay demasiadas mezquitas como para seguir adorando a Dios por otros medios y buscar salidas más ilustradas y progresistas que iluminan la mente del medieval oscurantismo clerical.

    Especialmente si es a través del Arte y la creatividad (y la intelectualidad: la tríada que legitimidad con su prestigio vacío dictaduras comunistas y socialistas)

    Pero aquí, el que tiene la culpa no es este patán.

    Los responsables, por este orden son:

    El obispo del lugar, el superior del seminario y el párroco de San Mauricio.

    ¿Y cómo está gentuza tiene la impudicia de meter este espectáculo LGTB-ecologista por las narices a sus feligreses?

    Pues por los acuerdos fiscales entre la Iglesia Católica y el Estado alemán por la que ésta es multimillonaria aunque de católica sólo tenga el nombre (está intentando ecumenizarse a la Iglesia luterana -se supone que sólo al ala "progresista" y "progresisto"-)

    Yo no tengo que ver con esta charada de religión.


    La Iglesia ha abandonado a Cristo y con ello su justificación del su necesidad.

    Fabián, el clero de San Mauricio, el seminario de Ausburgo y su señor obispo y obispa sobran.

    El que quiera ver algo similar, que vaya al teatro y pague la entrada.

    Esto me ha recordado la obra "Equus", que fue un escándalo (el mozo de cuadra se desnudaba "porque lo exigía el guión" )
    Pero Equus era una buena obra de teatro; esta payasada, no.

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  5. ¿No es necesario un "instrumentum laboris" s.j. para Occidente?

    ¿O es que Occidente se da por perdido, por capitalista y por aporofobo?

    En vez de echa balones fuera y justificar lo injustificable al otro fin del mundo este señor está ahí para ser también responsable de la Iglesia en Europa y Estados Unidos.

    No basta haberlos abandonado a los pederastas, a los ecumenistas y a los "progresistas" s.j.

    El mensaje de Cristo sigue siendo válido y la obligación de predicarlo sigue siendo válida.

    ¿Qué cuesta decir a la gente que tiene que arrepentirse y seguir a Cristo?,

    Pues a lo mejor es que la gente espera de sus líderes católicos que les recuerden que tienen que arrepentirse y seguir a Cristo.

    Y alguien tendrá que recordar a estos falso pastores que el mundo, el diablo y la carne son los enemigos del alma.

    (si es que creen que tenemos alma inmortal y que tenemos que dar cuenta de nuestros actos y omisiones en un Juicio Final, cosa que parece que se lo toman como una metáfora s.j.)

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    1. He leído ese artículo y dice que la "primera misa" que no es primera misa son nada menos que 3 performances.

      (no bastaba una sola, como hacen los misacantanos)

      Esto me hace pensar:

      ¿tanta mano tiene el mozo para disponer durante 3 días de ese histórico edificio?

      ¿Es acaso sobrino del obispo?

      ¿Sobrino de la Merkel?

      ¿Quién paga eso?

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  6. Tenemos unos gobernantes Civiles y eclesiàsticos que no nos merecemos.
    Esto tiene toda la pinta de que acabarà MUY MAL!!!!

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    1. Está científicamente probado que votamos a quienes se parecen a nosotros.

      Por otra parte, ¿de dónde salen los gobernantes eclesiásticos?

      ¿De las coles?

      Si todo eso depende de cada uno de nosotros, entonces todo es mucho más fácil: cambiando nosotros cambiarán los gobernantes "civiles" y "eclesiásticos" .

      (o, como dicen los manipuladores "progresistas" : cambiaremos el "mundo" (sic)).

      Si quiere, pues, merecer a sus "gobernantes" , empiece por usted mismo.

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  7. Gracias por traer a Hugo Ball.

    Parece un pensador apasionante.

    Creo que la Iglesia Ortodoxa de alguna manera ha conservado mejor su manera de vivir el Evangelio (en el sentido de ser más vivencial y menos intelectualista).

    Siguen creyendo en el demonio, como Cristo fue tentado; y creo que esto es mucho más importante de lo que pensamos para la teología del pecado y para la psicología del pecador-hijo de Dios.

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  8. Disculpe mi corta inteligencia, pero creo que hace un paralelismo entre los bailes salvajes (¿amazonicos?) de la Morizkirche y los bailes dada del Cabaret Voltaire (con perdón por lo de "Voltaire").

    Pero será antes de la conversión de Albert Bell al catolicismo y misticismo, digo.

    (O ¿no?)

    ¿Llevará el dadaísmo al misticismo de los "locos de Dios" de la Ortodoxia?

    ¿Podrá la Heterodoxia del Padre Fabián llevarle al misticismo dadaista?

    ¿Dónde venden las entradas para el Cabaret Maurice?

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  9. En relación al anónimo de loas l8,18. Ya sé que llego tarde para un comentario y que nadie me leerá a estas alturas del 29 de septiembre. Son los inconvenientes de haber pasado el mes en un rústico lugar con dos docenas de habitantes, sin internet y andando todos los dias solo (pero así me he sentido libre, y dilatado cuanto más me estreché). Espero que al menos me lea hoy el ilustre colegio de los Arcángeles. Al grano: ha caído Vd. en la trampa de la Sra. Adela Cortina -su creadora- y de otros indocumentados que declararon la palabreja "aporofobia" como gran invención intelectual del año. Y veo que Vd. ya ha ampliado el étimo con el adjetivo aporofobo (escríbase aporófobo). Si con ello quiere Vd. aludir al fenómeno del temor o miedo a los pobres, debo indicarle que esa voz es un engendro de quien ignora tanto el griego como las bases correctas para formar neologismos. Griego "aporos" posee el sentido de pobre, pero no en un sentido material, sino en el de falto de recursos de ingenio, desorientado, incapaz de encontrar vías o soluciones. Verbigracia: es un pobre hombre, un pobre diablo... Sin embargo, pobre con el valor de indigente, menesteroso,pedigüeño, que es, según Dª Adela, lo que ella cree haber brillantemente construido con dicha palabreja "aporofobia" (miedo, repulsión hacia el pobre indigente que encontramos en la acera y al que fingimos no ver)decíase en griego "ptochos", por lo que la fórmula correcta en castellano sería ptocofobia, y no esa otra ficción infumable. Para mayor abundancia, fíjese en este párrafo (que es de mi propia cosecha; vade retro operar como los presidentes del Senado): "entre las instituciones públicas sostenidas por las ciudades helenísticas cabe mencionar el asilo de pobres (ptocheion), el asilo de ancianos (gerontokomeion), el orfanato (orphanotropheion), el albergue para viajeros (xenodocheion), la inclusa (brephotropheion). El asilo de pobres (de pobres de verdad, no de pobres de espíritu), resulta obvio, nunca se llamó en Grecia "aporeion", sino "ptocheion". Pero claro, ya sabemos que al ignorante no debemos exigirle delicadezas y, por si fuera poco, resulta que la voz "ptochos" ofrece dificultades de pronunciación; en cambio, ¡aporofobia es tan eufónica y da tan bien el pego! Con su magnífico dislate, no le quepa duda de que la Sra. Cortina formará pronto parte de la RAE de la Lengua. De hecho, ya está en la de Ciencias Morales y Políticas. Y hágame Vd. el favor de no volver a utilizar jamás ese delirante y erróneo "aporofobo" (aporófobo), que tan bien cuadraría para definir lo que sentimos ante tantos "pobres" políticos implorando nuestro voto en las escaleras del metro.

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    1. Soy del Ilustre Colegio de Arcángeles (creo).

      Empleo la palabra "aporofobo", no por ser la palabreja del año (la primera notícia -consecuencia de vivir en otro mundo-) sino por ser una palabrota:

      el insulto dominical de Bergoglio contra los descreidos antiperonistas y antiperonistos.

      Lo he visto en carteles dentro de una iglesia de la secta bergogliana.

      El caso es que me indignó (indigno de mi); porque yo tengo mi presupuesto para ayudar a estos olvidados del mundo, pero hijos predilectos de Dios. A parte de haber ayudado en un comedor social para estas personas.

      Según escribo esto me viene al espíritu si no será una performance de este santo varón en plan "Cristo expulsando los mercaderes del Templo" o la maldición de la higuera que no daba fruto por no ser el tiempo.

      (perdón por lo de "mercaderes", que es kapitalista; y lo de la higuera seguramente será un ficus amazonica )

      Pero me pregunto para qué pagamos servicios sociales, a parte de para que algún político nombre políticos enchufados para sus cargos y crear funcionarios para administrarlos (y los pobres, en la miseria de siempre; lo que les suele suceder a los hijos predilectos de Dios):

      nada de extraordinario en el Estado del Bienestar de políticos y funcionarios que padecemos y financiamos (¡A la fuerza ahorcan!)

      Parece que después de 2000 años de teología cristiana, los 10 mandamientos se cierran en 2: ,

      "No serás aporofobo" y "serás ekologista"

      Bueno, pues será un avance.

      Lo del acento, mi tableta es kapitalista y no tiene corrector automático, que es una lata (tenerlo; no no tenerlo)

      El único helenismo y helenisma que me interesa es:

      "politicoctono" ,

      (le dejo a Ud el gusto de poner el acento; si a la moda española o a la griega)

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    2. Me parece muy sugestivo y sugerente pasar el mes en ¿una aldea? (espero que en el campo) rodeado de 24 vecinos y vecinas; y aún así andando todo el día solo.

      (ya habrá hecho trampas y se habrá enganchado a la televisión)

      Parece una buena excusa para hacer un retiro laico y sentirse libre por no poder gastar.

      Me alegro de que pueda darse el lujo de recobrar, aunque sólo sea por treinta días, el sentimiento de ser humano -es lo que deja la falta de Internet-; y, con un poco de suerte, el de que nada humano le es ajeno, a pesar de esos 24 vecinos abandonados.

      Espero que haya habido cabras o algún animal que le recuerde con su sonido de alguna manera que no está en la ciudad y que, afortunadamente, sólo es un mes.

      Si no angustia, relaja.
      Como en un monasterio.

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    3. Es interesante la aversión que podemos llegar a sentir ante la pobreza.

      Tal vez es un sentimiento mágico por el que creemos que podemos caer en la misma situación; tal vez por el miedo que sentimos a no ser de una clase superior (a la nuestra); tal vez por las dos cosas.

      Un problema creado con la prosperidad del mundo moderno que si bien nos ha dado un gran bienestar, también movilidad social -oportunidades y amenazas- para subir y bajar.

      Cristo, que no le hacía ascos a estar con y predicar a pobres

      (y en aquella época precapitalista, la miseria era extrema y bien distribuida)...

      ...ya nos dio su opinión con el frasco de perfume caro.

      Aún así, algo me dice que rechazando a estas personas, rechazamos lo que tenemos de más humano y acabamos creyendo lo que no somos.

      Para nuestro perjuicio, no para el suyo.

      Antes que cualquier cosa, somos hijos de Dios y hermanos en Cristo.

      Tal vez tengamos que volver a la vieja y denostada caridad (Charitas) y dejarnos de solidaridad y solidaridades.

      Seguramente porque eso es lo único que funciona.
      Aunque sea para hacer un mundo más humano y más cristiano.

      (y para dar oportunidades a héroes como Juan Ciudad y Camillo de Lellis a ser santos)

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Custodio, el cura de Barcelona que podría ir a la cárcel por avisar del islam radical
Les joventuts de la CUP amenacen a un capellà: «et tenim en el punt de mira»
El obispo de Mallorca defiende que romper la unidad de España «es una opción política» e insinúa que han sido «colonizados»
Un mossèn de Barcelona, a l’equip guanyador d’en Carlos Sainz al Dakar
Omella elude hablar de la amnistía y reclama a Sánchez que dedique "todas sus fuerzas a coser las heridas" provocadas por "los pactos de investidura"
El Papa, indispuesto tras conocer a Pere Aragonès
Omella se defiende y dice que el texto en castellano del Papa lo envió Montserrat
Los obispos catalanes vuelven a apoyar al nacionalismo