Resulta imposible camuflar todo el sentimiento de dolor, frustración y decepción que vive en estos momentos todo el laicado que intenta vivir su fe con coherencia y exigencia. Y no solo en nuestras latitudes, siempre limitadas. Todo el orbe católico vive esa sensación de absurdo. Lo desvela, y no cabe duda de ello, el tono y los razonamientos de los comentaristas de esta página, así como de la mayoría de páginas católicas en la red. Que responden a la realidad de lo vivido en el día a día.
El clero, que con más cercanía vive la realidad eclesial en sus carnes, también está sujeto a ese sentimiento de desmoronamiento. Y lo que resulta más dramático, especialmente los sacerdotes más jóvenes y comprometidos con su vocación, lo viven en sus adentros, lo viven en la realidad pastoral de sus lugares de destino. Lo sufren con mayor o menor crudeza según su capacidad para resistir moralmente a los embates. Los sacerdotes, aunque sigan adelante con la heroica misión que su vocación y su realidad pastoral han colocado en sus manos, viven dolorosamente sus días y las contradicciones de este mundo de absurdidades. Más cuando constatan que sus pastores (que deberían ser fuente de consuelo y estímulo para su serenidad y su sosiego) están tan contentos de haberse conocido a sí mismos.
Los que aún resistimos al pie del cañón hemos de cumplir la delicada tarea de animarles a cambiar su manera de razonar. Hemos de evitar que se contagien con el sinsentido del mundo que nos acosa; ¡y cuán a menudo, ni siquiera nos damos cuenta de ello. Hoy pienso en ellos, laicos y sacerdotes, mis hermanos. Me gustaría ayudarles a abandonar la visión mundana del mundo en que estamos atrapados, cambiando a un modo decididamente cristiano de ver la condición humana. Y para llegar ahí son muy numerosos los puntos de vista que necesitamos cambiar.
Un cristiano consciente y proactivo debe estar capacitado para transfigurar, (¡cómo me gusta esta expresión!) la experiencia de sufrimiento en relatos maravillosos y cargados de esperanza, que deben mudar nuestra concepción de la felicidad. Sólo así, de esta manera podremos entrar en los adentros de las nuevas generaciones, para descubrirles que la felicidad auténtica, la que da equilibrio al ánimo y un sentimiento de sosiego ante cada vuelco dramático de la vida, es aquella que coincide a la perfección con la libertad. La verdadera.
Recientemente se han publicado las estadísticas de los suicidios en España: 10 cada día. Y la mayoría, hombres. Una vida en que se ha desmantelado el armazón moral que la sostenía, en cuya cúspide estaba Dios, se ha tornado mucho más difícil. Esta mayor dificultad afecta de manera específica a los sacerdotes, porque han quedado como administradores de la Gracia de un Dios del que la sociedad se ha empeñado en prescindir. Y adquiere tintes de heroicidad el empeño en seguir sintiéndose libres para que de esa libertad emane una corriente de felicidad. Porque sí que disfrutan de la libertad que nos da ser hijos de Dios (lo tienen muy complicado los que no se sienten así por debilitamiento de su fe); pero en lo que respecta a la organización funcional de su vida, los sacerdotes son víctimas de una hiriente merma de libertad en comparación con el simple ciudadano civil; porque en ese aspecto están en un régimen feudal en el que el obispo es el príncipe y ellos los siervos, con un régimen de derechos respecto al príncipe, análogo al de los siervos. Con el inconveniente añadido de que estos príncipes eclesiásticos rinden vasallaje al poder temporal y a la ideología que éste se ha empeñado en imponer a la sociedad, contando con el pacto tácito (a veces, demasiado explícito) de silencio de la Iglesia. En este régimen, digo, es realmente heroico que los sacerdotes sientan esa libertad en la que asentar su felicidad. La tentación más fuerte es la de la apostasía tácita en la que tan confortablemente se han instalado una gran pléyade de príncipes de la Iglesia.
Un hombre puede al menos intentar ser feliz únicamente si ha conseguido antes ser un hombre libre. Pero la libertad no es aquel concepto inalcanzable que acaba diluyéndose en medio de tantas teorías. El sentido de lo concreto y el realismo al que intentamos adecuarnos con nuestras ideas y palabras puede atraer a muchos cuando lo vivimos de verdad. Sin la cabeza llena de quién sabe qué teologías, con las armas del buen sentido común cristiano, podremos meter dentro de los corazones lo que muchos autores han presentado con muchas palabras. Demasiadas para lograr decir algo de verdadero y vivido.
No basta pues hablar genéricamente de libertad, hay que vivir como hombres libres. Todos los acontecimientos de la vida, especialmente los sufrimientos, han de ser vividos como elecciones libres. Y eso sólo se puede conseguir cuando derivan de una libertad profunda, profundísima: la que tiene que estar y permanecer como el origen de todo nuestro obrar y que nos permitirá llevar a cabo las elecciones más difíciles con aquella “grave levedad” que no es otra cosa que la felicidad verdadera.
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
No basta pues hablar genéricamente de libertad, hay que vivir como hombres libres. Todos los acontecimientos de la vida, especialmente los sufrimientos, han de ser vividos como elecciones libres. Y eso sólo se puede conseguir cuando derivan de una libertad profunda, profundísima: la que tiene que estar y permanecer como el origen de todo nuestro obrar y que nos permitirá llevar a cabo las elecciones más difíciles con aquella “grave levedad” que no es otra cosa que la felicidad verdadera.
Nuestro sentimiento de libertad y pues de nuestra paz, están por encima de todo. Esto se obtiene como un don especial que hemos de impetrar a Dios; los acontecimientos de la vida sólo tienen la tarea de afinarlos. Hemos de saber descubrir lo que quizá ya llevamos dentro del corazón: la capacidad de no temer al sufrimiento. Y si un hombre deja de tener miedo al dolor, no lo rechaza, lo besa como los poetas y lo bendice como los santos: ya es finalmente libre. Un hombre, un guerrero, un mártir puede decir que es inmortal cuando cesa el miedo a morir. Es una de las tantas paradojas del cristianismo. Vencido el miedo a morir, uno comprende cómo debe vivir. Se libera del mundo y empezamos a mirar hacia arriba.
Este pensamiento es la esencia de todos los hombres que afrontan la lógica invertida del mundo con el temple de quien sabe que, abrazado el dolor como un buen compañero de viaje, al final se encontrará con aquel Dios capaz de tan grandes regalos. Y sin cadenas subirá hacia lo alto con el corazón ligero de quien no ha odiado a nadie. Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
¿LIBER QUÉ?
ResponderEliminar¡Ay, mosén Espinar!, ¡cuánta tristeza detrás de estas palabras! Es tremendamente difícil educarse en la libertad y educar en la libertad cuando se tiene organizada la vida como antes de la revolución francesa, que ésa es la situación jurídica del cura. Los "derechos humanos", con la justicia efectiva, igual para todos, etc. etc., para el cura no cuenta. Los curas están como curas, fuera del régimen democrático que les asiste como ciudadanos del respectivo país. y al país le encanta dejarlos tirados; si no, que no se hubiesen metido a curas. Para ellos, la Constitución es papel mojado. No cuenta. Y el poder civil, encantado de sostener esta situación y de regarla con abundantes dineros.
Ya que habla de suicidios, mosén, también los hay entre los curas (y no son precisamente los granujas los que se suicidan). Pero la Iglesia, igual que el Estado hasta ahora, oculta celosamente estas estadísticas: son un indicio evidentísimo de fracaso tanto del cura que se suicida, como de la Iglesia que tan mal gestiona sus problemas: incluso el tratamiento "oficial" del suicidio por parte de los respectivos obispos, es vergonzoso. ¡Qué lástima!
Siento decirlo, pero ¡qué cobardes son los curas! Y lo son inexorablemente, porque si el obispo dice que de esto o de aquello no se predica (o ni siquiera lo dice, conformándose con la prohibición tácita), ¡ningún cura predicará de eso! ¡Ninguno!, porque su poder sobre el cura es tan absoluto como el del señor feudal sobre su siervo. En efecto, los obispos y los curas no han salido del feudalismo. Con lo cual ya sabe el sacerdote que la desobediencia y hasta la simple desafección puede ser castigada (y a veces lo es) con la secularización. Muerto el perro, se acabó la rabia.
Estando sometido al Derecho Canónico (en el que se recoge los derechos o más bien la falta de derechos de los curas) no se puede ser libre de ningún modo. El obispo es el amo, es el auténtico señor feudal y tiene todo el derecho de actuar como amo. ¿Cómo es posible sentirse libre así?
Me conmueve y me hiere la profunda cobardía de los curas, hija de su tremenda indefensión. Podemos esperar de ellos muchas cosas. Pero en absoluto espíritu y agallas de libertad. No estamos en tiempos de mártires. Estamos bajo la ley del "primum vívere".
Ya veremos qué pasa con el próximo cisma, que está al caer. El papa ya ha amenazado a los alemanes con cortarles el grifo del dinero, que ahí es donde ve él la clave. Pero justo en Alemania, no es él el dueño del grifo.
El papa ya nos ha puesto en antecedentes: las fidelidades estarán mayoritariamente en función de los sueldos, no de la doctrina. Ante este panorama, lo que queramos; pero cualquier cosa menos libertad.
Goyo
ResponderEliminarMn. Francesc, como siempre, iluminado en su exposición.Cuan certeras son sus palabras. Con claridad y caridad cristiana, ha expuesto la triste realidad en la que se encuentra nuestra querida Iglesia católica en Barcelona y podríamos extrapolar a toda Catalunya y al resto de España y el mundo mundial. Con gran sentimiento de dolor, veo como los mayores responsables de su buen funcionamiento, parecen mirar hacia el lado contrario para evitar los problemas que pudieran suscitar si actuaran como deberían hacerlo, olvidando las palabras de Jesús: "No tengáis miedo". Ellos son los verdaderos culpables de que nuestras parroquias estén, cada día, más vacías. Recemos para que el Espíritu Santo nos envíe sacerdotes santos y comprometidos con su misión. Hoy han sido Ordenados cinco nuevos presbíteros. Aleluya!!. María Auxiliadora protege la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
PD.- Siempre seguiré aconsejando, que los católicos que no estamos de acuerdo con la manera de actuar de nuestros rectores, sigamos buscando parroquias que cuiden de sus feligreses como siempre se ha hecho. Haberlas, haylas. Loado se Dios.
"...pero en lo que respecta a la organización funcional de su vida, los sacerdotes son víctimas de una hiriente merma de libertad en comparación con el simple ciudadano civil; porque en ese aspecto están en un régimen feudal en el que el obispo es el príncipe y ellos los siervos, con un régimen de derechos respecto al príncipe, análogo al de los siervos. Con el inconveniente añadido de que estos príncipes eclesiásticos rinden vasallaje al poder temporal y a la ideología que éste se ha empeñado en imponer a la sociedad, contando con el pacto tácito (a veces, demasiado explícito) de silencio de la Iglesia."
ResponderEliminarLos católicos tradicionalistas de Madrid están completamente enfadados con el señor feudal Osoro, y desde los aún no misericordeados católicos auténticos de Adoración y Liberación, le han cantado las cuarenta y lo han dejado de vuelta y media:
https://www.youtube.com/watch?v=U7oW8Wl5Th8
Parece que Osoro ha llevado a la total ruina fideística y moral a la archidiócesis de Madrid. Y a Osoro lo llamaban el sosías de Francisco...
Nuestros progresistas modernistas eclesiales son, en la persona de Francisco, papólatras ultramontanos: todo lo que dice, lo dice como Dios. En cambio, con Pablo VI (Humanae vitae), y sobre todo con Juan Pablo II y más aún contra Benedicto XVI, se dedicaron a la crítica, desobediencia, resistencia, oposición, conspiración y descalificación constantes.
El Papa, por el hecho de ser nombrado por los cardenales en el cónclave, no está nombrado por el Espíritu Santo, Francisco no es la Cuarta Persona de la Santísima Trinidad. Esto es ridículo. El Espíritu Santo asiste al cónclave y colegio cardenalicio, y al final, cada cardenal elige según su conciencia, y si es un cardenal corrupto, mafioso, ateo, hereje, masón o marxista, escoge según esta desviación. Si el Papa hubiera sido elegido por el Espíritu Santo, eso significaría que sería imposible la elección de verdaderos pésimos Papas que la historia de la Iglesia ha dado: Borgia, Medici, algún loco desquiciado (el juicio o concilio del cadáver, Synodus Horrenda), Francisco y su herética Amoris laetitia que autoriza la herética comunión y absolución de los adúlteros...
Los maestros franceses de espiritualidad tienen una expresión muy gráfica para referirse a los sacerdotes: "Saisis par l´amour de Dieu". Es una bendición tener un cura amigo, un pastor que nos guíe, un sacerdote que perdone en nombre de Cristo nuestros pecados. Venturosamente, los hay. Y no son pocos. Lo que pasa es que los que arman ruido son otros, que, para desgracia de todos, en primer lugar de los propios sacerdotes celosos, ocupan en las diócesis los primeros puestos. Primeros puestos que aprovechan para hablar en nombre de la Iglesia, ya sea en la curia, en el centro de estudios teológicos, en las instituciones diocesanas. Y, por una vez que acierten, equivocan el mensaje cien. Repito, quienes más lo sufren son los propios sacerdotes. Los que vamos a pie y nos sentamos más cerca de la puerta que del ambón, gozamos de una libertad limitada sólo por la verdad y la caridad. La caridad bien entendida. No esa gazmollería que aconsejan para los críticos los que se ponen la teología, la moral, los sacramentos o la liturgia por montera.
ResponderEliminarComo escribe con lucidez mosén Francesc, el pensamiento sobre la muerte ayuda y mucho. Desnudos llegamos y desnudos nos iremos. Sólo importa el juicio de Dios.
Estamos a punto de asistir al sínodo de la Amazonía. ¿He de callarme ante los disparates del Instrumentum laboris? ¿He de callarme ante la mentira de una finalidad que tapa la intención real? Mueller, el cardenal inmaduro que diría Francisco, menudo ejemplo de trato a los subordinados dicho sea de paso, acaba de dar una lección de filosofía analítica aplicada al nefasto libreto pontificio. Lo ha examinado punto por punto y puesto de manifiesto sus palabras vacías, sus contradicciones con la doctrina católica, su vacuidad. Vacuidad equiparable a la de Martínez Sistach con su ecología de las ciudades o el ahorro de agua de Omella. Ante semejantes necedades, ¿hemos de callar? ¿Es faltar a la caridad denunciarlas en toda su crudeza?
La libertad es jugar limpio con Dios. Abrazarse a El y confiar.
Libertad es valentía. Recuerdo a cierta joven que, tras revisar su examen en la facultad de medicina, el catedrático al devolvérselo calificado le preguntó: ¿Tu eres hija de tal? Ella temiendo lo peor, pues su progenitor tenía fama de implacable con determinados comportamientos académicos, y viendo un suspenso si lo reconocía, se avergonzó de ese instante de duda y sacó el coraje de hija: "Sí es mi padre". Pues tienes mucha suerte, le dijo. Si reconocemos lo importante, si no nos avergonzamos del Evangelio, seremos libres, porque, siguiendo a Pablo, Dios estará con nosotros.
"Estamos a punto de asistir al sínodo de la Amazonía. ¿He de callarme ante los disparates del Instrumentum laboris? ¿He de callarme ante la mentira de una finalidad que tapa la intención real?"
EliminarPues tenemos a su Peronísima Santidad dándole, dale que dale, a la zamfoña con los refugiados y emigrantes, incluso ha inaugurado una gran estatua en Roma sobre el tema.
África tiene la misma población que China, 1.320.000.000 hab., de los cuales el 10%, 132.000.000, emigrarían si pudieran a Europa. Y sin contar Asia y América. Europa tiene unos 700.000.000 hab.
Es imposible la emigración progresista del pensamiento Blancanieves: welcome refugees, fronteras abiertas, papeles para todos, derecho a votar porque pagan impuestos, reagrupacion familiar universal y pulsera "gratis total, todo pagado".
Los principios e migratorios NO SON primero los de Francisco, acoger, proteger, promover e integrar, sino que los primeros son los de la lógica SISIS:
1. Soberanía
2. Imperio de la ley
3. Seguridad
4. Integración
5. Sostenibilidad
Que Francisco predique dando trigo: su Vaticano es el único estado totalmente amurallado, él es una monarca absoluto, y es el primero del mundo, después de la Corea del Norte, en políticas restrictivas de aduanas, nacionalidad, residencia, tránsito, establecimiento, relaciones comerciales y culturales e inmigracion.
El sínodo de Amazonas está íntimamente y amorosamente relacionado con el caminito sinodal de Alemania.
EliminarAmazonas quiere los curas casados, y Alemania quiere los curas casados, pero a imitación de los luterana, también desean los curas divorciados, los curas adúlteros, los curas que practican aborto, eutanasia, eugenesia, anticoncepcion, homosexualidad y todos los actos intrinsece malum que se les imagine por la cabeza.
En Alemania, a las asociaciones progresistas, liberales y modernistas les motiva la razón, pero no la verdad católica.
Tanto les da lo que Jesús dijera, da igual lo que pasara hace 2.000 años, no existe según su criterio ninguna razón teológica, hay sólo una razón de modernización a los tiempos actuales, alegando un irresoluble problema estructural que no puede seguir más así, detectado en el informe alemán sobre los abusos en la Iglesia, que es, por un lado, unos hombres consagrados inmaduros y sin experiencia en sexualidad, y de otro lado, a que supuestamente la presencia de la mujer en la toma de decisiones lo habría impedido.
El cambio parece generarse en un grupo minoritario pero estructurado de mujeres (apoyado por hombres consagrados), quizás más de 650.000 mujeres unidas en 5.800 agrupaciones, que integran la mayoritaria Asociación de Mujeres Católicas de Alemania (Katholische Frauengemeinschaft Deutschlands, KFD) y la Federación de Mujeres Católicas de Alemania (Katholischer Deutscher Frauenbund, KDFB).
El objetivo es la destrucción de la Tradición y Magisterio y la luteranizacion completa de la Iglesia: obispado, sacerdocio y diaconado casado femenino con divorcio y recasamiento, y con homo y transexualidad, aborto, anticoncepcion, cultura de la muerte, relativismo moral, ideología de género, odio a la familia y el matrimonio, odio a la educación tradicional de los hijos y el bien común... lo ya dicho y conocido, y que conocen de sobra los obispos y el Vaticano (caso del jesuita progay P. James Martín).
No atienden a ninguna razón excepto la suya, creen estar en posesión de la única verdad auténtica. Si hay obcecación por parte de un grupo numeroso de laicos y obispos alemanes, de muchos curas, ex sacerdotes y altos consagrados que odian a la Iglesia y quiere YA HOY las reformas que esperan con impaciencia desde los 1960: envejecen y quieren ver los cambios antes de morir.
El cisma está cantado, asegurado y a las puertas: no se hagan ilusiones irreales de unidad.
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
ResponderEliminarSi nosotros CALLAMOS, GRITARAN LAS PIEDRAS!!!!!
Para que esto fuese así -según el evangelio-,deberíamos ser niños o, al menos tener su sencillez. Personas que siempre pontifican, no pueden ser consideradas como niños.
EliminarEl Canon 1399 del Código de Derecho Canónigo otorga al obispo la potestad de crear nuevos delitos que no están todavía tipificados, si lo considera conveniente por la gravedad o el escándalo que, a su parecer, produzca algo en algún momento. La destrucción del Derecho... Pues siempre hay que conocer el delito y la pena consiguiente antes de que se produzca. ¿O no?
ResponderEliminarY siempre el perdón y la misericordia!
EliminarNo sólo es una barbaridad jurídica, el que existan tantos códigos penales como obispados hay en el mundo, sino que sería un despotismo si se añadiera que las nuevas leyes penales son de carácter irretroactivo.
EliminarEn general, la parte penal-procesal y la otra parte sancionadora-administrativa del Código de Derecho Canónico, es nula porque está viciada de incumplimientos diversos sobre los derechos humanos penales y procesales, lo que es peligrosísimo en grado absoluto, en manos del actual Vaticano francisquista, empeñado en misericordear tradicionalistas pero no a progresistas (P. James Martín, obispos alemanes rebeldes), siendo dos graves conculcaciones a los derechos humanos, por ejemplo, la indefensión causada por el procedimiento administrativo-sancionador (denunciado por el P. Custodio), y el otro, la imprecisión de los tipos y penas, en los que hay penas que se tipifican como "se impondrá una pena justa", absoluta aberración descriptiva que va desde la excomunión hasta la suspensión y el entredicho.
Además, en la práctica, en general, los obispos han tolerado, permitido, fomentado o disimulado ante la desobediencia de muchos de sus curas y profesores en el cumplimiento y enseñanza de la verdad católica desde el Concilio.
No han aplicado el código penal general ante la rebelión progresista y modernista (casos Forcades y Caram), y si lo han hecho, como el caso Pousa, sólo es por el escándalo público que señalará a los obispos como herejes por omisión, en colaboración activa y coordinada con su cura hereje por comisión: el obispo, debiendo de actuar, no lo hace, por tanto, es hereje por omisión.
Y hasta este punto no quieren llegar.
No, aún.
Sr. 12:21, perdone usted , a Mosén Custodio lo Misericordieo la Alcaldesa de Hospitalet. Esa Señora de voz marcadamente cargada de testosterona, que yo sepa, no pertenece a ningún tribunal que aplique el derecho canonico.
EliminarNo necesariamente el Código de Derecho Canónico deja una puerta abierta para que se aplique una pena proporcional a la gravedad del atentado contra la ley moral. Por ejemplo el secuestro no están en el Código de Derecho canónico si un clérigo secuestra a un niño y le tiene retenido durante años, eso entraría en el canon 1399.
EliminarHay mucho sacerdote que cree pertenecer a una casta especial superior.
ResponderEliminarHay mucho sacerdote que solo dice su misa o sus misas (bien pagadas) y poco más.
Hay mucho sacerdote que nunca visita a los enfermos de su parroquia.
Hay mucho sacerdote que se crea su circulito parroquial,que coincide con sus ideas políticas y se olvida totalmente del resto.
Hay mucho sacerdote que viaja mucho..
hay mucho sacerdote que su parroquia está siempre cerrada.
hay mucho sacerdote que no se prepara su homilía y no dice más que tonterías.
Hay muchos sacerdotes buenos pero no les dejan serlo,porque sus colegas les pueden marginar totalmente.
Los obispos en estos asuntos creo que no interfieren, es cosa del mismo clero...Insisto hay mucho sacerdote bueno.
Me alegro que haya tantos sacerdotes en alguna parte; pero el resto no lo entiendo, ni el por qué de su queja:
EliminarUn sacerdote es un profesional liberal (como un médico o un abogado); no es un monje.
Los compromisos profesionales de un sacerdote en su diócesis de incardinacion están regulados por el Código de Derecho Canónico y por el cargo confiado a él por el señor obispo.
¡Claro que queremos sacerdotes santos!
(a ser posible como el santo cura de Ars)
Pero no tienen más obligación que usted y yo.
Rece para tener curas santos que se ocupen de su rebaño como Cristo les enseñó.
Y agradezca lo que nunca apreciamos y damos por sentado:
el trabajo continuo de tantas personas que están sin quejarse al pie del cañón las 24 horas para la salvación de las almas; y especialmente la de esa oveja extraviada que siempre hay.
Normalmente viven solos en un mundo enemigo de los cristianos.
Si utiliza sus observaciones como un espejo de lo que hace usted en su vida y con su vida, usted tiene la oportunidad, si quiere de hacer algo y mejorar.
Sí; la próxima vez que nos crucemos con un sacerdote como Dios manda, tenemos que darle las gracias.
Sólo eso.
(no se preocupe, que no le estoy diciendo que se rasque el bolsillo)
Hace ya años que sigo con atención esta magnífica página-web de Germinans y a sus notables intervinientes.
ResponderEliminarEducado como católico y recibiendo muchos de sus sacramentos me alejé de la Iglesia hace ya 40 años y no he regresado a su seno porque no comulgo con los curas trabucaires secesionistas.
Me he decidido a intervenir para dejar constancia de una dejadez que encuentro entre católicos: parece como si se centran exclusivamente en el Hijo y dejan de lado al Padre (que Es El que nos puede salvar en sentido amplio)
Es, diría, tan importante la lectura del Antiguo Testamento como la del Nuevo. Dios aparece en ambos.
De las tres personas, Dios Hijo es el más importante para la Iglesia en el mundo, la Iglesia militante o peregrina, pues de su costado nace la Iglesia, nace de Maria Virgen, acompaña a la Iglesia, hace los milagros, dice lo mismo que le manda decir el Padre, etc...
EliminarEncomiéndese a la Virgen Maria para que caiga en manos de un buen sacerdote, y vaya deprisa y ligero, pues la Iglesia parece que va a caer en la Gran Apostasía. Puede leer un Catecismo, a ser mejor el de antes de la reforma de Francisco sobre la pena de muerte, incluso los catecismos tridentinos, todos ellos, pues son doctrinales. El Concilio Vaticano II no es doctrinal, sino pastoral.
Si lo que más le ayuda o le inspira es el Padre, utilicelo.
EliminarPadre, Hijo y Espíritu Santo es lo mismo manifestado de diferentes maneras a lo largo de la Historia Sagrada.
Pero recuerde que son medios para un fin:
No nos necesitan de ninguna manera y el fin es la salvación eterna tras una vida santa y una santa muerte.
Veo que no es católico: es una opción libre.
Si vive en un país católico, le dará un sentido de estar fuera y de ser una minoría.
También de estar en lo cierto, si eso le ayuda.
Pero la decisión ha de ser suya y los beneficios y pérdidas de ésta, también.
Respecto a no "regresar a su seno" porque no comulga con los curas trabucaires es como no ir a cobrar el décimo premiado porque la de la administración de Loterías es independentista y tuerta.
Pues pobre lotera, que tiene esos handicaps, pero no veo que eso tenga que perjudicar su bolsillo (e incluso su jubilación, si la cantidad ayuda).
Le invito a observar ese rasgo de su personalidad que, manifestado así, le puede estar arruinando la vida (¡a quién se le ocurre no cobrar billetes premiados!)
El que algo no nos guste, no significa que deba de ser de otra manera.
Usted ha recibido sin merecerlo la gracia de Dios de creer, de tener una formación cristiana, de recibir los sacramentos, seguramente de tener unos padres católicos en un país católico...
... Usted sabrá que, como el de la parábola de los talentos del Antiguo Testamento (para que vea que no "leo"), tarde o temprano ha de dar cuenta al Amo; y la soberbia no es una eximente.
Por cierto: también Dios aparece en el Corán; muchas veces.
Es interesante lo que dice sobre la importancia de la lectura de la Tora, que además fue el libro que leyó y medito el Salvador en su vida terrenal.
EliminarPero para la Iglesia católica es tan importante como los ejemplos de la vida de Cristo y Su enseñanza:
Por eso se lee una porción en cada misa (más una porción de los salmos, de las Cartas constituyentes de la Iglesia primitiva, y, a veces, del Libro de la Revelación)
Y si en vez de ir solo a la misa dominical, asiste a la diaria, también tendrá su ración diaria de Escritura judía.
Cualquiera puede leer el breviario; y muchos laicos rezan diariamente incluso alguna hora canónica mayor, que también tiene su porción de Antiguo Testamento.
Pero es que la Iglesia tiene un interés especial en "leer" la Tora :
Porque ahí se anuncia y promete lo que ocurre y cuentan los cuatro evangelios. Y a esas escrituras hace referencia expresa la enseñanza de Jesús, que las interpreta y mejora.
El Papa católico de Roma ha declarado un día "día de la Biblia" (algo ecuménico y ecológico,como si lo viera)
Así que ya no tiene excusa para leer la Biblia en el camino católico.
(El Antiguo Testamento)
A Juan Can
ResponderEliminarEmmanuel, Dios con nosotros, Dios entre nosotros, Dios como uno de nosotros. Es que cuanto más cercano a nosotros está Dios, mejor lo entendemos, mejor nos comunicamos con Él, más nos reconforta. Es comprensible e inevitable esta reducción. Dios Padre, el que preside el Antiguo Testamento (y la calificación de Padre se la da el Nuevo Testamento), nos queda lejos. Cristo Jesús nos resulta mucho más cercano. Y aún así, aún así, nos estamos vaciando de Dios.
Pues sí, es cierto que en la pastoral y en la catequesis, Dios Padre está relegado. Y no digo que eso esté bien; lo que digo es que eso tiene una explicación sencilla. Para mi madre (q. e. p. d.), Dios era Jesús, sin más. Tenía una fe sencilla, simplificada pero firmísima. Ya me gustaría a mí tener una fe tan recia como la suya; aunque fuese al precio de andar lamentablemente cojo en teología.
Por lo demás, también a mí me impresiona y me seduce el Dios de Israel, el Dios del Antiguo Testamento. También, también. Por más que el Padrenuestro sea la gran oración, a todos nos resulta más fácil desahogarnos con Jesús. Tan, tan, tan próximo a nosotros.
Si te has alejado, por que vienes a darnos consejos??? Un poco ridículo no???
ResponderEliminarSigo siendo cristiano y católico aunque no practique y soy lector de la Biblia. No vengo a traer consejo sino a llevármelo.
EliminarEsta tarde - noche se está perpetrando un ACTO SACRILEGO en Monserrat. Torra sé las sabe todas, jeje!
ResponderEliminarEso de la "libertad" me suena aquí al viejo mantra masónico para dar golpes de Estado, hacerse con el poder y robar los dineros públicos.
ResponderEliminarEn estas repúblicas bananeras, y todos los hemos visto, ¿qué libertad ha habido?
Han sido horribles dictaduras de miseria y opresión.
En la 2 República Bananera, ¿qué libertad ha habido, salvo la Ley de Defensa de la República Masónica y la Ley de Fugas en las tapias del cementerio?
Hoy en día, tenemos una libertad grandiosa, gigante, ilimitada; pero no puedes votar más que entre un par y medio de partidos con listas cerradas nombradas a dedo por el Gran Timonel respectivo. Ni libertad para no pagar con tus impuestos partidos políticos que atacan tus intereses, ni libertad para educar a tus hijos, ni libertad para fumar, ni libertad para decir lo que alguien políticamente correcto censura como "políticamente incorrecto" ...
Pero somos "libres", gracias a los herederos del Frente Popular...
Hoy sabemos por la Ciencia que inconscientemente seguimos el comportamiento del grupo al que creemos pertenecer.
Y si hacemos o pensamos lo contrario, somos nosotros mismos los que, sin que nadie diga nada, rectifiquemos y nos adaptemos
(esto sirve también para aclarar la extraña sensación de los sacerdotes de estar en el mundo equivocado.
No. Están en el mundo adecuado con los obispos adecuados.
Del mismo modo que nunca llueve a gusto de nadie (sólo puedes abrir el paraguas, mojarte, regar o no regar: tienes la libertad de elegir entre los 4), así el trabajo o la familia)
Dentro de nuestras limitaciones, ¿podemos elegir para ser "libres"?
Bueno, Cristo murió en la cruz para que seamos libres de salvarnos y condenarnos.
Y la doctrina tradicional de la Iglesia es lo suficientemente clara y equilibrada.
Ahora toca decidir -con libertad-.
Por eso, el que el "mundo" (los que manipulan con libertad a la gente) esté equivocado no debería preocuparnos (si 2.000.000.0000.000 de moscas comen mierda, eso no significa que yo deba comerla. Tengo libertad, y la ejerzo, de no hacerlo.
Muy al contrario; sabiendo que el con Dios sólo se basta, no necesita nada, esto da fuerzas para resistir a cualquier diablo, a cualquier maldad y a cualquier obispo.
Lo que pasa es que cuando damos más importancia al que dirán y vivimos en el mundo virtual de la televisión (controlada por los enemigos de los cristianos), sufrimos.
Pues en nuestro pecado está la penitencia.
Me pregunto que diría el gran Balmes de todo esto.
ResponderEliminarDeberíamos dejarnos un poco de las modas y acudir de vez en cuando a los clásicos;que son clásicos porque han pasado el test del tiempo.
Además, como vemos en Aristóteles, Santo Tomás, San Francisco de Sales... están escritos en un idioma sencillo y preciso, no abstruso
e indebidamente complicado.
Como la experiencia humana es muy similar desde que el hombre es hombre, estos vejestorios preconciliares (¡vaya por Dios!) todavía son de una gran utilidad práctica. Por encima de las modas, los obispos y las televisiones.
La libertad está pareada con la responsabilidad, esto es, recibir sin quejarse (yo diría con alegría) los beneficios y perjuicios de nuestros actos.
ResponderEliminar(lo que antes la Iglesia recomendada aceptar y recibir "por la salvación del alma del fiel")
Esto que, en sí no es más que madurez personal y un instrumento necesario para aprender, nos da libertad, contentamiento y sentido de la vida.
Por eso hay que abrazar la libertad y la responsabilidad: nos llevarán lejos y nos ayudarán en este valle de lágrimas.