Catequesis de San Juan Pablo II sobre el sacerdocio

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El presbítero, pastor de la comunidad
 (Lectura: evangelio de san Juan, capítulo 10, versículos 1-4) 

1. En las catequesis anteriores hemos explicado la función de los presbíteros como cooperadores de los obispos en el campo del magisterio (enseñar) y del ministerio sacramental (santificar). Hoy hablaremos de su cooperación en el gobierno pastoral de la comunidad. Para los presbíteros, al igual que para los obispos, se trata de una participación en el tercer aspecto del triple munus de Cristo (profético, sacerdotal y real): un reflejo del sumo sacerdocio de Cristo, único mediador entre los hombres y Dios, único maestro y único pastor. En una perspectiva eclesial, la función pastoral consiste principalmente en el servicio a la unidad, es decir, en asegurar la unión de todos en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia (cf. Pastores dabo vobis, 16).

2. En esta perspectiva, el Concilio dice que «los presbíteros, que ejercen el oficio de Cristo, cabeza y pastor, según su parte de autoridad, reúnen, en nombre del obispo, la familia de Dios, como una fraternidad de un solo ánimo, y por Cristo, en el Espíritu, la conducen a Dios Padre» (Presbyterorum ordinis, 6). éste es el objetivo esencial de su acción de pastores y de la autoridad que se les confiere para que la ejerza en su nivel de responsabilidad: conducir a la comunidad, que se les ha confiado a su pleno desarrollo de vida espiritual y eclesial. El presbítero pastor debe ejercer esta autoridad según el modelo de Cristo, buen pastor, que no quiso imponerla mediante la coacción exterior, sino formando la comunidad mediante la acción interior de su Espíritu. Cristo trató de transmitir su amor ardiente al grupo de los discípulos y a todos los que acogían su mensaje, para dar origen a una comunidad de amor que, a su debido tiempo, constituyó también visiblemente como Iglesia. En calidad de cooperadores de los obispos, sucesores de los Apóstoles, también los presbíteros cumplen su misión en la comunidad visible animándola con la caridad, para que viva del Espíritu de Cristo. 

3. Es una exigencia intrínseca a la misión pastoral, según la cual la animación no se regula por los deseos y opiniones personales del presbítero, sino por la doctrina del Evangelio, como dice el Concilio: «Deben portarse con ellos no de acuerdo con los principios de los hombres, sino conforme las exigencias de la doctrina y vida cristianas» (ib.).

El presbítero tiene la responsabilidad del funcionamiento orgánico de la comunidad, y para cumplir esa tarea recibe del obispo la oportuna participación en su autoridad. Al presbítero corresponde asegurar el desarrollo armonioso de los diversos servicios indispensables para el bien de todos encontrar las personas que colaboren en la liturgia, la catequesis y la ayuda espiritual a los cónyuges; favorecer el desarrollo de diversas asociaciones o movimientos espiritual, y apostólicos con armonía y colaboración; organizar la asistencia caritativa a los necesitados, a los enfermos y a los inmigrantes. Al mismo tiempo, debe asegurar y promover la unión de la comunidad con el obispo y con el Papa.

4. Ahora bien, la dimensión comunitaria de la tarea pastoral no puede pasar por alto las necesidades de cada uno de los fieles. Como leemos en el Concilio, «a los sacerdotes, en cuanto educadores en la fe, atañe procurar, por sí mismos o por otros, que cada uno de los fieles sea llevado, en el Espíritu Santo, a cultivar su propia vocación de conformidad con el Evangelio, a una caridad sincera y activa y a la libertad con que Cristo nos libertó» (ib.). El Concilio subraya la necesidad de ayudar a cada uno de los fieles a descubrir su vocación específica, como tarea propia y característica del pastor que quiere respetar y promover la personalidad de cada uno. Se puede decir que Jesús mismo, el buen pastor «que llama a sus ovejas una por una» con una voz que ellas conocen muy bien (cf. Jn 10, 3.4), ha establecido con su ejemplo el primer canon de la pastoral individual: el conocimiento y la relación de amistad con las personas. Al presbítero corresponde ayudar a cada uno a usar bien su don y también a ejercitar rectamente la libertad que brota de la salvación de Cristo, como recomienda san Pablo (cf. Ga 4, 3; 5, 1. 13; cf. también Jn 8, 36).

Todo debe orientarse a la práctica de una caridad sincera y activa. Esto significa que «se instruya bien a los fieles para que no vivan solamente para sí mismos, sino que, de acuerdo con las exigencias de la ley nueva de la caridad, cada uno, cual recibió la gracia, adminístrela en favor de su prójimo, y así cumplan todos cristianamente sus deberes en la comunidad de los hombres» (Presbyterorum ordinis, 6). Por eso, forma parte de la misión de los presbíteros recordar las obligaciones de la caridad; mostrar las aplicaciones de la caridad a la vida social; favorecer un clima de unidad, respetando las diferencias; estimular iniciativas y obras de caridad, para las que se abren a todos los fieles grandes posibilidades, especialmente con el nuevo impulso dado al voluntariado, practicado conscientemente como buen empleo del tiempo libre y, en muchos casos, como opción de vida. 

5. El presbítero está llamado a comprometerse también personalmente en las obras de caridad, a veces incluso mediante formas extraordinarias, como ha acaecido en la historia acaece también hoy. Aquí deseo subrayar, sobre todo, la caridad sencilla, habitual, casi oculta, pero constante y generosa, que se manifiesta no tanto en obras llamativas —para las que no todos tienen los talentos y la vocación— sino en ejercicio diario de la bondad que ayuda, sostiene y consuela en la medida que cada uno puede hacerlo. Es evidente que se debe prestar atención principal .podríamos decir preferencia., «a los pobres y los más débiles... cuya evangelización se da como signo de la obra mesiánica» (ib.); «a los enfermos y moribundos» por quienes los presbíteros deben tener particular solicitud, «visitándolos y confortándolos en el Señor» (ib.); «los jóvenes, a quienes han de dedicar también particular diligencia» ; así como a los «cónyuges y padres de familia» . A los jóvenes, en especial, que son la esperanza de la comunidad, el presbítero debe dedicar su tiempo, sus energías y sus capacidades, para favorecer su educación cristiana y la maduración en su compromiso de coherencia con el Evangelio.

El Concilio recomienda al presbítero también a «los catecúmenos y neófitos, que han de ser gradualmente educados para que conozcan y vivan la vida cristiana» (ib.). 

6. Por último, es preciso atraer la atención hacia la necesidad de superar toda visión demasiado restringida de la comunidad local, toda actitud de particularismo y, como suele decirse, localismo, alimentando por el contrario el espíritu comunitario, que se abre a los horizontes de la Iglesia universal. También cuando el presbítero debe dedicar su tiempo y sus atenciones a la comunidad local que se le ha confiado, como es el caso especialmente de los párrocos y de sus colaboradores directos, su espíritu debe mantenerse abierto a las mieses de todos los campos del mundo, sea como dimensión universal del espíritu, sea como participación personal en las tareas misioneras de la Iglesia, sea como celo por promover la colaboración de su comunidad con las ayudas espirituales y materiales que se precisan (cf. Redemptoris missio, 67; Pastores dabo vobis, 32). 

«En virtud del sacramento del orden —afirma el Catecismo de la Iglesia católica— los presbíteros participan de la universalidad de la misión confiada por Cristo a los Apóstoles. El don espiritual que recibieron en la ordenación los prepara, no para una misión limitada y restringida, ''sino para una misión amplísima y universal de salvación hasta los extremos del mundo" (Presbyterorum ordinis, 10), "dispuestos a predicar el Evangelio por todas partes"» (Optatam totius, 20) (n. 1565).

7. En cualquier caso, todo ha de centrarse en la Eucaristía, en la que se encuentra el principio vital de la animación pastoral. Como dice el Concilio, "ninguna comunidad cristiana se edifica si no tiene su raíz y quicio en la celebración de la santísima Eucaristía, por la que debe, consiguientemente, comenzarse toda educación en el espíritu de comunidad" (Presbyterorum ordinis, 6). La Eucaristía es la fuente de la unidad y la expresión más perfecta de la unión de todos los miembros de la comunidad cristiana. Es tarea de los presbíteros procurar que sea efectivamente tal. A veces, por desgracia, sucede que las celebraciones eucarísticas no son expresiones de unidad. Cada uno asiste de forma aislada, ignorando a los demás. Con gran caridad pastoral los presbíteros deben recordar a todos la enseñanza de san Pablo: «Aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan» , que «es comunión con el cuerpo de Cristo» (1 Co 10, 16.17). La conciencia de esta unión en el cuerpo de Cristo estimulará una vida de caridad y solidaridad efectiva. 

La Eucaristía es, por tanto, el principio vital de la Iglesia como comunidad de los miembros de Cristo; de aquí recibe inspiración, fuerza y dimensión la animación pastoral. 

19 de mayo de 1993

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6 comentarios

  1. FRENTE AL PRAGMATISMO CARITATIVO DE ALGUNOS SACERDOTES

    "En cualquier caso, todo ha de centrarse en la Eucaristía, en la que se encuentra el principio vital de la animación pastoral" Con esa obsesión tan de moda por poner el énfasis del sacerdocio en la solidaridad (no la "caridad", que suena carca), reconforta esta insistencia de S. Juan Pablo II en la Eucaristía como centro de la pastoral. Lo que no puede ser es que a más de uno, la solidaridad le deje hasta sin tiempo para rezar o para administrar los sacramentos. Son vocaciones equivocadas.

    Eso se puede hacer desde la vida civil. Miren el Open Arms. Va a las costas de África a rescatar a los migrantes incluso antes de que naufraguen. Y el fundador de esa ONG no es cura.

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    1. Desde un punto de vista moral, Open Arms es positiva, pero las consecuencias son malas: los efectos que se siguen son catastróficos.

      Al existir una fuerte presión emigratoria africada, debido a la catastrófica situación de corrupción política de la totalidad de la Unión Africana (55 estados, 1.000 millones de habitantes), cuanto más rescates en el mar existan, más barcos precarios esclavistas de emigrantes se lanzarán, más naufragios existirán, y más ricas se harán las redes mafiosas de trata de esclavos modernos, con la indiferencia de los políticos corruptos de África.

      Salvini ha indicado la dirección correcta: la restricción de salmamento marítimo ha hecho descender drásticamente la flota de barcos esclavistas, y con ello, se reducen los naufragios.

      El problema es terrible: Europa tiene 500 mll. de hab., pero África tiene 1.100 mll., 2.478 millones en 2050 y unos 4.387 millones en el año 2100.

      Por tanto, la emigración ilegal ha de ser completamente cerrada, tráfico 0, dado que las cifras de emigración a Europa en absoluto pueden ser asumidas, dado que hablamos de docenas de millones de emigrantes al año si se aplican las disparatadas políticas progresistas del "Welcome refugees" de fronteras abiertas, papeles para todos, inasumible para nuestros Estados del Bienestar y equilibrios presupuestarios.

      El problema no solucionado están el cómo aportar progreso y bienestar en África, junto con democracia, lucha contra la corrupción y Estados viables y eficaces.

      Sin esta solución, la emigración rebentará absolutamente a la Unión Europea y a la Unión Africana. Si hablamos sólo de cientos de miles de emigrantes ilegales al año (y es poco), eso colapsará a Europa ecológica, social, financiera y culturalmente, además de generar un movimiento político contrario a la emigración.

      Y controlar la emigración con las fronteras, es moralmente lícito.

      A los progresistas: o pensáis con la cabeza o vais a ser el mayor fabricante del mundo de países colapsados.

      Ah, por cierto, si en el 2050, África llegará por los 2.500 mill., Asia lo hará quizás por los 5.000 mll., y Europa, a los 650 mll.

      Por ello, se impone pensar en las consecuencias de una política emigratoria progresista: pensad, pensad...

      - ¿Cuál es la cifra de sostenibilidad emigratoria: un millón, diez millones de emigrantes al año?

      - Si vienen millones de emigrantes a Europa, y a España y Cataluña ¿no causará una catástrofe social, urbana, ecológica, alimentaria, laboral, presupuestaria, sanitaria, escolar, política, de superpoblación urbana, de transporte, lingüística...?

      - ¿Por qué descapitalizar África de su población joven y laboralmene capacitada?

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    2. ¿Pensad, pensad es el seudónimo de Salvini?

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    3. Catolicismo y emigración2 de septiembre de 2019, 12:31

      Providencial el artículo de Infovaticana sobre la respuesta católica a la emigración:

      infovaticana.com/2019/09/02/los-argumentos-catolicos-contra-la-apertura-de-las-fronteras/

      1. El principio fundamental está en el BIEN COMÚN:

      «las naciones más prósperas tienen el deber de acoger, en cuanto sea posible, al extranjero….[pero] las autoridades civiles, atendiendo al BIEN COMÚN de aquellos que tienen a su cargo, pueden subordinar el ejercicio del derecho de inmigración a diversas condiciones jurídicas» (CIC, 2241)

      Olvidar, negar o desdeñar el bien común del país receptor es no ser católico, pues el bien común forma parte de la doctrina católica.


      2. DESPOBLACIÓN. Priva a los países de origen de gente muy necesaria. No es de gran ayuda para Zambia que todos sus médicos y enfermeras emigren al Reino Unido y trabajen en la Seguridad Social.

      3. REAGRUPACIÓN FAMILIAR AD INFINITUM. La inmigración por fuerza separa a las familias. Los programas de reunificación familiar hacen lo que pueden. Pueden, por ejemplo, reubicar a la abuela guatemalteca para que esté con su nieto en Nueva York; pero entonces sus otros dieciséis nietos estarán privados de su Abuela. Estos lazos familiares se extienden ad infinitum y, a no ser que se traslade a toda la población de Sudamérica a Brooklyn, no pueden sobrevivir al proceso emigratorio.

      4. CULTURA. Desequilibrio cultural. La asimilación está reconocida a nivel universal como algo necesario para mantener el orden social y cultural en naciones con altos índices de inmigración.

      5. LABORAL. Fomenta los trabajos que los nacionales no harían. La inmigración masiva crea fisuras entre los trabajadores menos cualificados y peor pagados, que compiten para ver quién trabajará por un sueldo menor.

      6. EMIGRACIÓN MASIVA. Un estudio llevado a cabo por Gallup demuestra que a más de 750 millones de personas en todo el mundo les gustaría ir a otro país si tuvieran la oportunidad. Es el 10 por ciento de la población mundial.


      7. SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DE LOS PAÍSES EMISORES DE EMIGRANTES. Demos cobijo a las personas cuyas vidas estén realmente amenazadas; en caso contrario, ayudémoslas a mejorar las condiciones políticas, económicas, culturales y espirituales de su tierra natal.

      ...

      Cuando los neoliberales y los progresistas se dan la mano:

      8. NEOLIBERALES. Los hermanos Koch, empresarios afines a Trump, pusieron el grito en el cielo cuando Trump quiso limitar la emigración, debido a que perdían a trabajadores con sueldos bajísimos.

      PROGRESISTAS. Quieren una sociedad rota en miles de comunidades separadas, porque así les permite sumar votos con el fin de hacer políticas comunitaristas (leyes, subvenciones), y además, se fomenta la agenda moral de destrucción del catolicismo, debido a que la poligamia tribal y musulmana favorece a su política del poliamor.

      ...

      Por mi parte, repito:

      9. La emigración sin control causa en Europa una crisis y catástrofe en todos los ámbitos:

      - ecológica, pues habrá que construir cientos de miles de viviendas gratis, lo que implica un gran consumo de tierra perdida para siempre por la Naturaleza, además de consumir gran cantidad de recursos hídricos y alimentarios, y robar más tierra a la Naturaleza para hacer carreteras y edificios públicos como hospitales, escuelas, comisarías...

      ...

      10. Las políticas de Colau "Welcome refugees" son neoliberales, basadas en el liberalismo absoluto al pedir fronteras abiertas, papeles para todos. Pero son de una gran ineficacia y peligrosidad social, como se ha demostrado en la crisis de los manteros (mercancías piratas, sin pago de impuestos), narcopisos (unos 400 en la Ciudad Vieja), y delincuencia internacional.

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  2. Tranquilo 12:31, a la Colau la nombrarán dentro de cuatro días ,Doctora honoris causa de la Misericorditis Vaticanoide . Altiempo!!!!

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  3. Cardenal Sarah: “La Iglesia no puede colaborar en esta nueva forma de esclavitud que es la migración masiva”
    https://infovaticana.com/2019/04/05/cardenal-sarah-la-iglesia-no-puede-colaborar-en-esta-nueva-forma-de-esclavitud-que-es-la-migracion-masiva/

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