La Glosa Dominical de Gérminans

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EL PÁRROCO CANSÓ Y ABURRIÓ HASTA A MI ABUELA
Cuando yo era niño, el párroco contaba siempre la misma historia. Relataba que mientras caminaba por la playa, reflexionando sobre el misterio de la Santísima Trinidad, San Agustín, el gran sabio obispo africano, se encontró con un niño que recogía el agua del mar con una concha y la depositaba en un agujero excavado en la arena. “¿Qué estás haciendo? -le preguntó el docto obispo. “Quiero vaciar el mar llenando este agujero” -le respondió el niño. “¿Cómo puedes meter todo este mar tan grande en este pequeño agujero? -observó San Agustín. El niño replicó: “¿Y tú cómo puedes creer que tu pequeña cabeza logre contener la infinita sabiduría de Dios?” Recuerdo que mi abuela, que seguramente había oído aquel relato unas ochenta veces, volviendo de misa primera, un domingo dijo en casa: ¡No sé cómo aún no se ha cansado de jugar con la tierra aquel bendito niño! Creo que ha llegado la hora de que aprenda a labrar la tierra más que a hacer agujeros (no decía arena, era concreta, decía tierra). Mi abuela era demasiado buena mujer para llegar a admitir que el párroco, con la complicidad de San Agustín, había acabado por agotarla con aquella historieta del niño que excavaba. Se olvidaba de los otros ejemplos que el sacerdote usaba para hablar de la Trinidad: el trébol, el triángulo, la aritmética, la geometría: era claro que la dejaban indiferente. Estaba más tranquila y segura cuando cogiendo hilo y aguja para zurcir calcetines exclamaba: “Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto” en un latín más o menos macarrónico.
C:\Users\usuario\Desktop\maxresdefault.jpgVed, mi abuela había comprendido una cosa excepcional, aunque no había ido al colegio. Había comprendido que era un ejercicio de soberbia el tratar de buscar meterte en la cabeza a la Santísima Trinidad. Porque para ella era como afirmar el ser capaz de explicar el misterio de Cristo. Mi abuela prefería arrodillarse y rezar. La recuerdo absorta, ausente, rodeada de aquella belleza propia de quien desflora el Misterio. Es impresionante: en la oración la pequeñez contiene lo Infinito, la vejez guarda el Misterio, en la nada se esconde el Todo. No tenía grandes capacidades intelectuales pero había intuido que la curiosidad no sacia en el encuentro con Cristo. Guiar es acompañar a una persona a descubrir paso a paso, a través de un camino surcado de maravillas, de estupor, de sorpresa. Un camino que más acerca  y más te hace sentir tu insignificancia. Un camino en el que el Espíritu Santo necesita alumnos acostumbrados a estar de rodillas ante Cristo Jesús.
https://lh6.googleusercontent.com/UukyIRQwQF__8H40phI5PwrT6OTCETirxPdm4E_4vzYHsnSOMk5DJYTn-1pNDc5X885vzTMPcjocLSEkMweXT3Lo4G1NJxs3OEtsjeori6ZmMSvrxyDVwwFWQ7tOsFm2O8Nw9vRjCDpSxp6ViAResulta imposible no conmoverse ante el relato del libro de los Proverbios en el que contemplamos a este Dios en su intento de diseñar a la perfección y con delicadez su obra maestra. Un Dios entretenido en fijar los cielos, calculando lo ancho y lo alto; que traza un círculo en los abismos; que recoge con sus manos las nubes impetuosas y las condensa; un Dios que como un fotógrafo obsesionado fija los manantiales, traza con su mirada los límites de los mares. Un Dios que como arquitecto proyecta y dispone los cimientos de la tierra. Y la sabiduría, igual que una mujer enamorada de su Tesoro, era su delicia y saltaba ante Él en todo momento.
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Casa natal de Don Bosco en Castelnuovo
Mientras en España en el segundo tercio del siglo XIX,  con el inicio de  las guerras carlistas empieza una lucha fratricida que devastará el país, mientras en Francia se gesta una revolución burguesa que instaurará una monarquía constitucional suplantando a los Borbones por los Orleans y mientras en Inglaterra se construyen las primeras líneas de ferrocarril que unirán las grandes ciudades industriales, Juan Bosco ordeñaba vacas en un pequeño caserío de las tierras del Monferrato, en el Piamonte. Pero había empezado a hablar con Dios. Comenzó a rezar. Es decir, empezó a ser el vértice de sí mismo. Aún más: empezó a convertirse en sabio. Es una cosa formidable pensar que cuando rezas, prestas tu voz al mundo. Las cosas no entienden nada, pero tú puedes hacerlas cantar, rezar, resplandecer. Tú puedes ser el cantor enamorado del universo. ¡Y esto es gigantesco! Te arrodillas y sientes en tu piel que todo habla de Él. Los atardeceres entre estrellas, el agua, la tierra, las cascadas, las tormentas y el juego de los niños. Los ojos y las manos, los lloros y los amores, la armonía y la dulzura.
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Yo me enfado y Él me dice: Perdona. Yo tengo miedo y Él me dice: Ánimo. Tengo dudas y me dice: Confía. Estoy nervioso y me dice: Tranquilízate. Yo quiero estar cómodo y Él me dice: Sígueme. Y hago proyectos y Él me dice: Bórralos. Yo quiero seguridades y Él me dice: Déjalo en mis manos. Quiero revancha y Él me dice: Mañana, hoy no. Pienso en la venganza y Él me dice: No te servirá de nada. Yo quiero ser grande y Él me dice: Vuélvete un niño. Yo quiero esconderme y Él me dice: ¿Dónde estás?
Todo lo que hago me parece fuera de lugar. No entiendo a Jesucristo. Quisiera buscarme un Maestro menos exigente. Pero no conozco a ninguno que como Él tenga palabras de vida eterna.
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

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5 comentarios

  1. MARPN
    Mn. Francesc, gràcies pel seu escrit. Es como un oasis en el desierto que cada día nos traen las noticias. Me ha alegrado muchísimo su referencia a D. Juan Bosco, que como todos sabemos, es el fundador de los salesianos. Un gran santo que para mí es referencial. He trabajado durante más de cuarenta años con la mirada puesta en él y su obra por los jóvenes, en particular los más olvidados y necesitados. Me sabe muy mal que la Congregación salesiana se haya apartado bastante del camino original de su fundador. Estoy seguro que desde el Cielo está intercediendo ante María Auxiliadora a fin de que vuelvan al camino que él enseñó, que es el camino de Jesucristo nuestro Señor y único Salvador.

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  2. Imposible de explicar, pero obligados a entender. Quizás uno de los puntos débiles de la pedagogía católica haya sido el alejamiento de las verdades de fe, aquellas por cuya defensa hubo mártires, cismas, persecuciones y condenas. Siglos turbulentos que buscaban la luz. Como todos nosotros ahora. Cuando, al atardecer, en el rezo del rosario, llegamos a las letanías, tras las peticiones de perdón a Jesús, llegamos a las invocaciones a la Trinidad. Tras cada persona, su identidad, Padre celestial, Hijo Redentor del mundo, Espiritu Santo. ¿En qué pensamos cuando nos referimos a Dios, Espiritu Santo? Lo de Dios Padre y Dios Redentor parece claro. Pero, ¿qué pasa por nuestra mente cuando pedimos misericordia a Dios Espíritu Santo? Acabamos de pasar Pentecostés. Y las tintas se han cargado sobre el don de lenguas, pero no en la conversión del corazón, en la entrega a la causa de Cristo. Nunca pensamos, porque nadie nos lo ha enseñado, que a Cristo nos lleva el Espíritu. Como nos lleva al Padre. Necesitamos urgentemente una teología de la Trinidad al alcance de todos. Conscientes, por supuesto, de que apenas si podemos trascender las metáforas que usted nos ha recordado.

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  3. Ninguna institución es perfecta. Conozco los salesianos de hace muchos años. ciertamente como toda persona humana que " integra" la Institución hay y ha habido de todo. Creo que siguen una buena línea pastoral, con aciertos y errores... misiones, donde son perseguidos y asesinados, como otros religiosos/ sas .están en siria y en China, en frontera y chicos de la calle, con jóvenes y familias con grandes carencias. Creo que intentan insertarse a pesar de las" derivas"defectuosas". Arriumemos el hommbro, un os y otros y hagamos lo que podamos.Me ha gustado ver la foto de la Casa de S.Juan Bosco en I Becchi . me ha gustado mucho la Glosa dominical de Mn.Francesc Espinar.Acerdado como siempre.

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  4. "...mi abuela había comprendido una cosa excepcional, aunque no había ido al colegio...". Su abuela era muy sabia y sabía discernir qué es lo que se puede comprender y qué es lo que necesita lo que llamamos Fe. La inteligencia puede cultivarse, pero no conozco ningún caso que haya sido adquirida.
    Es cierto que una buena cultura nos ayuda, pero no lo es menos que, muchas veces, llamamos cultura a un amasijo de fórmulas que de poco sirven si nos falta el buen sentido para utilizarlas.
    Puedo hablar de ello con conocimiento: lo que me ha sido realmente útil en la vida, son los grandes principios que me han sido transmitidos generalmente por personas como su abuela (sin despreciar los conocimientos académicos, con los que muchas veces ocurre que son como los árboles, que no nos dejan ver el bosque).
    Cuando nuestra inteligencia es incapaz, allí están Jesús su Santísima Madre y demás misterios que requieren nuestra Fe.
    Sublime glosa, Mosén Francesc. Gracias.

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  5. "Era ignorante (mi abuela) al lado de mis profesores del
    seminario "...

    Olvidamos que la vida no es lo que cabe dentro de un cráneo de hueso, por muy relleno de sesos que esté; y que el fin de todo conocimiento es su uso.

    (entendemos que es mejor usarlo para vivir mejor, no para vivir peor)

    Pues bien, esto es lo que no entienden los intelectuales, los masones y los teólogos del Concilio: creen que son superiores a los demás (porque "piensan más" )

    No importa el conocimiento libresco, por muy atiborrado de libros que esté, si luego no puede disfrutar de la vida o simplemente sacarle partido a tanta "ciencia" (mejor dicho, "letra", que de Ciencia no tiene nada)

    En el caso del catolicismo, llevar una vida cristiana y tener una muerte santa. El resto, honestamente es adorno.

    Hemos despreciado la religiosidad de estas personas (su manera utilitaria de vivir la fe, su santiguarse al salir de casa, la plaquita del Sagrado Corazón en la puerta de la casa, el rosario familiar...; y con ello hemos descristianizado la sociedad.

    Hasta el punto que estos intelectuales (de pacotilla, según demuestran los resultados) no tienen relevo.

    Si: no hay nada en la vida como saber que uno cumple la voluntad de Dios y que está protegido por Su justiciera bondad.

    Por cierto, hay gente que, para llegará los mismos o mejores resultados, necesitan pensar menos (Messi, que de "intelectual" no tiene un pelo). Pues eso es un mérito, ¿no?.

    Nunca un demérito.

    Necesitamos de muchas más abuelas como la del artículo, porque estamos perdidos por quienes nos han perdido; y seguimos sin hacer pie: no hemos tocado fondo.

    Para este viaje, no necesitábamos alforjas cargadas de libros.

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