La Eucaristía, centro y culmen de la vida cristiana

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Perspectiva poco habitual de la celebración de la Santa Misa por San Josemaría
El titulo del presente artículo recoge las palabras del capítulo 1º nº 11 de la Constitución Lumen Gentium  del Concilio Vaticano II, doctrina posteriormente recogida en la 2ª parte sección 2ª capítulo 1º del Catecismo de la Iglesia Católica
El motivo de tales citaciones resultan importantes en esta semana en la que la Iglesia Universal celebrará solemnemente la mayor festividad eucarística del ciclo litúrgico, el Corpus Christi: el próximo jueves con carácter universal y entre nosotros, de manera diferida, el próximo domingo 23 de junio.
La familia del converso  Scott Hann: su esposa Kimberly y su hijo entonces seminarista
Debido a la densidad de mis compromisos pastorales en estos días, buena parte en relación a la celebración de tal festividad en mi humilde pero fervorosa parroquia,  no puedo redactar un artículo de manera concienzuda como hubiese querido. Más allá de la Glosa Dominical que el próximo sábado publicaré, desearía compartir un relato eucarístico tan emotivo como desconocido y que tiene que ver con la conversión al catolicismo del pastor protestante Scott Hann:
LO QUE ENCONTRÉ EN MI PRIMERA MISA
“Allí estaba yo, de incógnito: Un ministro protestante de paisano, deslizándome al fondo de una capilla católica para presenciar mi primera Misa. Era un día entre semana, en una iglesia que estaba discretamente en un sótano, “un lugar seguro”, pensé. Quería entender a los primeros cristianos pero no tenía ninguna experiencia de la liturgia. Me prometí que no me arrodillaría ni tomaría parte en ninguna idolatría. Me senté en la penumbra. Delante de mí había un buen número de fieles. Me impresionaron sus genuflexiones y su aparente concentración en la oración.
Entonces sonó una campana y todos se pusieron de pié.
Inseguro de mi mismo, me quedé sentado. Como evangélico calvinista, se me había preparado durante años para creer que la Misa era el mayor sacrilegio que un hombre podía cometer. La Misa, me habían enseñado, era un ritual que pretendía 'volver a sacrificar a Jesucristo'. Así que permanecía como mero observador. Sin embargo, a medida que avanzaba la Misa algo me golpeaba.
La Biblia estaba delante de mí: ¡En las palabras de la Misa! La experiencia fue sobrecogedora. Permanecía sin embargo al margen hasta que oí al sacerdote pronunciar las palabras de la consagración: 'Esto es mi Cuerpo... éste es el cáliz de mi Sangre'.
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San Josemaría, celebrando devotamente
(Misal tradicional ed. 1962)
Sentí entonces que toda mi duda se esfumaba. Mientras veía al sacerdote alzar la blanca hostia, sentí que surgía de mi corazón una plegaria como un susurro: '¡Señor mío y Dios mío, realmente eres tú!'.
No podía imaginar mayor emoción que la que habían obrado en mí esas palabras. La experiencia se intensificó un momento después, cuando oí a la comunidad recitar: 'Cordero de Dios... Cordero de Dios... Cordero de Dios', y al sacerdote responder: 'Éste es el Cordero de Dios...', mientras levantaba la hostia.
En menos de un minuto, la frase 'Cordero de Dios' había sonado cuatro veces. Con muchos años de estudio de la Biblia, sabía inmediatamente donde me encontraba. Estaba en el libro del Apocalipsis, donde a Jesús se le llama Cordero no menos de 28 veces en 22 capítulos. Estaba en la fiesta de bodas que describe San Juan al final del último libro de la Biblia. Estaba ante el trono celestial, donde Jesús es aclamado eternamente como Cordero. No estaba preparado para esto, sin embargo...: ¡estaba en Misa! Todos se marcharon… No me pude mover de allí en una hora. Cuando bajé a Misa al sótano por curiosidad, no sabía si había bajado o subido al Cielo, a la Nueva Jerusalén.
Regresaría a Misa al día siguiente, y al siguiente, y al siguiente. Cada vez que volvía, 'descubría' que se cumplían ante mis ojos más Escrituras. El Apocalipsis se me hacía visible, donde describe el culto de los ángeles y los santos en el cielo. En la capilla oía una comunidad que cantaba: 'Santo, Santo, Santo'. Seguía sentándome en el último banco. Con renovado vigor me sumí en el estudio de la primitiva cristiandad y encontré que los primeros obispos, habían hecho el mismo 'descubrimiento' que yo estaba haciendo cada mañana.
En una o dos semanas yo estaba atrapado. No sé cómo decirlo, pero me había enamorado de pies a cabeza, de Nuestro Señor en la Eucaristía. Su presencia en el Santísimo Sacramento era para mí personal y poderosa. Día a día presenciaba todo el drama de la Misa, veía la Alianza renovada frente a mis ojos. Sabía que Cristo quería que yo lo recibiese en la fe, no solamente en mi corazón, sino también físicamente, sobre mi lengua, en mi garganta, y totalmente dentro de mi cuerpo y alma. Era esto en lo que toda la Encarnación consistía. Esto era el evangelio en plenitud.
Me volví al Señor en oración: 'Señor, ¿qué quieres que haga?'. Yo estaba completamente desconcertado, cuando para mi sorpresa, sentí que me respondía: '¿Qué es lo que tú, hijo mío, quieres hacer?'. Fue fácil. Ni siquiera tuve que pensarlo dos veces: 'Padre, quiero volver a mi casa. Quiero recibirte a ti, Jesús, mi Hermano mayor y Señor, en la Santa Eucaristía'. Y hubo como una suave respuesta del Señor: 'Yo no te estoy deteniendo'.
Me sentía en éxtasis. Es imposible describirlo. Entonces recordé que era mejor consultar primero con la única persona que sí estaba tratando de detenerme. Bajé las escaleras para buscar a Kimberly, mi esposa...”.

Scott Hann y su esposa Kimberly, junto con sus hijos forman hoy en día una fervorosa familia católica, miembros del Opus Dei. El próximo viernes 21 de junio, su hijo Joseph Freddy  cumplirá su primer año como sacerdote. Aquí tenéis el hermoso relato de su vocación que Religión en Libertad publicó.
A todos los lectores una hermosa y feliz fiesta de Corpus Christi. ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar! ¡Viva Jesús Eucarístia!
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet

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7 comentarios

  1. No por ser teología acerada deja de estar escrita de rodilla, esta vinculación de la Eucaristía con el misterio trinitario que celebrábamos hoy: Genitori, Genitoque / Laus et jubilatio,/Salus, honor, virtus quoque / Sit et benedictio: / Procedenti ab utroque / Compar sit laudatio./ Hermoso corolario al misterio de la Nueva Alianza sacramentado que escapa a los sentidos. Sólo el sentido interior del Espiritu que ilumina al pastor calvinista encuentra significado.
    Compar sit laudatio.

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  2. Una bella historia, Mosén Francesc. Gracias.
    Sólo nos queda repetir con usted: ¡Feliz fiesta de Corpus Cristi! ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar! ¡Viva Jesús Eucaristía!
    Y rezar. Rezar mucho.

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  3. MARPN
    Como siempre maravilloso en su contenido. Hechos de estos son los que nos ayudan a seguir creyendo en nuestra Fe y nos la aumenta.Cuanto bien nos hace, que los sacerdotes en sus homilías, nos recuerden las verdaderas "verdades" que nos ha enseñado desde siempre el magisterio de nuestra querida Iglesia católica. Que no nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino, queriendo enseñarnos nuevas ideas y creencias distintas de las contenidas en nuestro Catecismo de la Iglesia católica.Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar. Por siempre sea alabado.

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  4. Estimado Mn. Francesc M. Espinar Comas, ustedes los consagrados deberían de hacer más difusión de Jesús-Eucaristía. Sí, la Eucaristía no es un ¿qué es?, sino un ¿quién es?, cosa que a los laicos se nos olvida, frente a un mundo situado en la Nueva Era del estrés y de los estilos de vida de la superinformación... pues cada vez sabemos más, pero entendemos menos... la diferencia entre ciencia y sabiduría...

    Nos viene un monstruo nunca jamás visto antes, excepto en las invasiones bárbaras, pero ahora serían unas invasiones de vándalos armados de móvil. Me refiero a millones de niños de a partir de 8 años que son auténticos nativos digitales, y que para ellos, el mundo tradicional y clásico de sus padres es ya hoy mismo, puro epipaleolítico fosilizado, y eso en menos de un año de vida del niño digital.

    Porno, apuestas, videojuegos multitudinarios, microcréditos, venta de segunda mano, redes sociales, series..., estamos creando un ciudadano horroroso, que nos vendrá mayoritario por el 2028 y que nos gobernará por el 2038, carente de la más minima cultura clásica y tradicional, un futuro adulto infantilizado y transtornado por el exceso de móvil sin control.

    Será un adulto que sólo tendrá un mínimo vocabulario, carecerá en absoluto de capacidad lectora y de comprensión de textos incluso de nivel elemental. No escribirá, no tendrá ni lápiz de color, ni bolígrafo, ni papel, ni habrá movido coches con las manos, ni habrá hecho manualidades, castillos de arena en el mar... sólo móvil.

    Por eso le pido: difunda más, pues esto se nos hunde, por culpa de unos políticos ineptos, inútiles, incompetentes e incapaces, y de un Pueblo que se deja dominar por unos canallas...

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  5. Si ets de l'Opus Dei, aquí a aquesta pàgina, ja ets sospitós.

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  6. Al Anónimo17 de junio de 2019, 15:51
    No sé si el padre Espinar, será o no del Opus Dei, pero Vd. es sin lugar a dudas de los que encuentran "sospitós" a cualquier practicante que oiga misa con cierta asiduidad. Para su tranquilidad, ni soy del Opus Dei, ni me acaba de caer bien (por la conversión al nacionalismo de un sector importante del mismo).
    Lealó otra vez, hombre (o mujer), lo que dice el artículo es que son del Opus Dei, el matrimonio converso y su hijo. y si el motivo de su conversión fue una misa correctamente celebrada, es muy posible (sospitós), por las fotos, que el celebrante, en aquella ocasión, fuese san Josemaría.

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