¡Claro que importan los nombres! Las mayores fechorías eligen para ellas piadosísimos nombres con los que identificarse. ¿Cuál es la diferencia entre nacer y parir? El sujeto, claro está. En nuestra especie, pare la mujer y nace la criatura que llevaba en el vientre. Pero los abortistas sólo ven un sujeto, la madre (¡perdón, la mujer!) Lo esencial es que el que nace, durante todo el proceso de nacer, para el que se prepara durante días, es un sujeto. Hago esta reflexión porque también a mí, igual que a tantísima gente, me escandaliza y me horroriza esa irracional alegría de los legisladores de Nueva York, al conseguir legislar que se puede “abortar” (es decir asesinar) a ese sujeto que está naciendo: que está haciendo ya su último esfuerzo (nanciscor-nascor es esforzarse) por salir del claustro materno. Es una legislación contra ese sujeto. Lo que digo es que ése al que es lícito y bueno matar durante todo el embarazo, es un sujeto, un individuo de la especie Homo sapiens: sí, sí, de la misma especie de los individuos que dan saltos de alegría por haberse concedido a sí mismos la licencia de matarle. Y a esa cosa la consideran un enorme avance de su civilización. Repito, se trata de un sujeto que está realizando una acción de la mayor trascendencia en su vida. Tanto, que cada año celebrará el aniversario de esa hazaña. No celebra la madre el aniversario del parto, sino el hijo el aniversario de su nacimiento, de su primera gran hazaña en la vida. Nacer es para el niño una gran hazaña.
Ciertamente el trance es durísimo para los dos protagonistas: para la que pare (hoy ya es posible parir sin dolor) y para el que nace: no se ha encontrado aún la manera de evitarle el esfuerzo a la criatura. Afortunadamente. Porque el que quiere nacer ha de superar una prueba de esfuerzo: por lo general, muy dura. Y esa prueba le prepara y le habilita para la vida que le espera. De ahí que ni siquiera sea bueno pensar en cómo le podríamos ahorrar ese esfuerzo al que está por nacer. De entrada, no parece una buena idea. La obsesión de moda es ahorrarles a nuestros hijos todos los esfuerzos que les exige la vida. Empezando por el esfuerzo que le representa nacer, y continuando por los que le exige la escuela. Por fortuna no está en nuestras manos ahorrarles el esfuerzo de nacer (excepto en la fórmula de la cesárea). A no ser que consideremos una obra de piedad en favor del niño, matarle por ahorrarle el sufrimiento de nacer.
Me contaba una madre de dos hijas, su desesperación por la indolencia de la primera de ellas, que tiene ya 16 años. Por problemas en su desarrollo fetal, se le tuvo que ahorrar el esfuerzo de nacer; y luego, a continuación, la madre, con la abnegación propia de una madre, tuvo que ayudarla muchísimo en todas las etapas del desarrollo. Se vio obligada a ahorrarle gran cantidad de esfuerzos para los que la niña no estaba preparada. Venía con muy poca fuerza, tanto física como anímica. La vida que le había caído en suerte, le había ahorrado hasta el esfuerzo de nacer: una desproporción tremenda entre el esfuerzo que le correspondía hacer al bebé y luego a la niña, y el que le correspondía a la madre. Es lo que hoy se lleva: para los hijos, una vida cómoda, relajada, repleta de derechos pero sin deberes, una escuela que no se atreve a exigirle nada al niño, por no estresarle. Eso sí, si es necesario medicarle para relajarle en todos los sentidos, se le medica sin el menor escrúpulo.
Nos hemos colocado en una visión ciertamente distorsionada de lo que le corresponde a cada uno. Por eso, los de Nueva York, en las antípodas de esa madre, se sentían felices de que la madre pueda matar a la criatura mientras está naciendo: y eso para que no interfiera en su derecho a la felicidad. La felicidad de la madre, claro está. Es la opción neoyorquina. Y a lo mejor, hasta se sienten muy buenas personas por ahorrarle a la criatura el esfuerzo de nacer aunque sea recurriendo a los métodos más sanguinarios. Prefieren sacarlo como sea, aunque sea a pedazos. Ellos son así de progresistas. Es que el progreso es imparable.
En el caso que comento, en cambio, y por supuesto en todos los casos de graves dificultades de la criatura para vivir y desarrollarse, es la madre la que asume el papel de mártir. Dios dirá en qué ha de parar todo esto. Tampoco es tan complicado ver con claridad cuál es la disyuntiva. En la opción neoyorquina, la madre sacrifica al hijo, lo sacrifica de verdad; y en la que estoy comentando, no es exactamente que el hijo sacrifique a la madre, sino que es la madre la que se sacrifica por el hijo.
Algo estamos haciendo terriblemente mal para que no haya parado de crecer el número de madres (sí, sí, son las madres las sacrificadas) que se han de sacrificar severamente para sacar adelante hijos con severas dificultades. Hace años que sé de industrias de diverso género que utilizan los fetos abortados para obtener productos geniales. Una de estas industrias (no es ningún secreto) es la de cosmética. Estremecedor. Pero otra más preocupante aún, es la industria farmacéutica. Lo de las vacas locas fue efecto inevitable del canibalismo. Para la alimentación de las vacas se reciclaban los restos no vendibles de las vacas. Y “se volvieron locas”. ¿No nos ocurrirá lo mismo si con los “desechos” de los abortos de seres humanos fabricamos cosméticos, medicamentos y vete a saber qué más? Y encima nos los inyectamos. Llevan tiempo sonando estridentes las alarmas. Algo tuvimos que aprender con el episodio de las vacas locas, ¿no?
Todavía sigue resonando el escandalazo de Planned Parenthood, que puso en marcha el mercado secundario al del aborto, de miembros y órganos sueltos de los fetos (ya no son sólo fetos triturados). Mercado floreciente que condicionó las técnicas de aborto para asegurarse de que los miembros y los órganos eran extraídos en las mejores condiciones. Si eso le representaba al feto más sufrimiento, y a la madre un plus de riesgo, tampoco tenía mayor importancia. La industria del aborto no se iba a frenar por tan poca cosa. Resulta muy desagradable recordar estas cuestiones, pero están ahí tremendamente tozudas, con su cuota de riesgos añadidos para la humanidad a la que se pretende salvar mediante esa práctica tan salvaje.
No sé si no habrá llegado respecto a la diatriba del aborto, el tiempo de dejar a un lado las consideraciones morales (que los defensores del aborto perciben como arcaísmos de carácter ideológico y religioso que impiden el progreso de la humanidad); el tiempo de aparcar esa línea argumental ante la que son impenetrables los “pro choice” (partidarios de la “elección”, justo los radicales que cierran el paso a cualquier elección en tantos otros temas) para centrarnos en razones de estética y decencia, en argumentos no engañosos en defensa de la mujer, de su libertad sexual (de verdad) y de su salud (de verdad). Tiempo de denunciar cuánto egoísmo sexual del hombre (es decir de falta de libertad de la mujer y de coacción) hay detrás de cada aborto. Y finalmente quizás vaya siendo hora de huir con clara determinación, de la tremenda abominación e incalculable riesgo que representa esa antropofagia ultramoderna e hipertecnológica en la que la incorporación de la carne y la sangre de nuestros semejantes se hace mediante sofisticadísimas técnicas de laboratorio. Penetrando hasta nuestro ADN. Ya llevan tiempo sonando las alarmas. Con tremenda estridencia por cierto.
Y como ocurrió con el canibalismo tan economicista de las vacas locas, los efectos en la salud los veremos de aquí a un decenio (los indicios son cada vez más alarmantes). Es una barbarie descuartizar criaturas, unas más pequeñas y otras no tanto en el vientre de sus madres para así evitar que nazcan vivas. Tremenda barbarie cuyo motor en quienes la practican, es la avaricia. Pero redondearla con la venta de miembros, de órganos y de restos para incrementar así las ganancias, es de lo más obsceno y nauseabundo en un ser humano; y más todavía en una sociedad y en su sistema legislativo. ¿Podríamos resistir la comparación con las civilizaciones que hace miles de años practicaban sacrificios de recién nacidos?
No, claro que no. Pero es políticamente incorrecto hablar de estos temas. Incluso en la Iglesia. Es un tema que tiene fatigada a mucha gente... Por eso se ha impuesto el criterio de hablar sobre ello lo estrictamente imprescindible y así no enfadar a nadie. Por ejemplo, con ocasión del 25 de marzo, día en que en muchos países se celebran grandes manifestaciones en favor de la vida del no nacido (se evita decir “contra el aborto”, porque en algunos países y sobre todo en algunas mentes, el aborto es un derecho; y es delictivo y por consiguiente políticamente incorrecto, manifestarse abiertamente contra un derecho). Pero espero que se me perdone la osadía de escribir un par de veces al año contra el aborto. Me adelanto a pedirle perdón al comentarista al que le fatiga el tema y pregunta cada vez si no sé hablar de otra cosa. Pero le advierto que tengo intención de hablar del abominable crimen del aborto (cf. Gaudium et spes, 50) tantas veces como crea oportuno: Lo que os dijeron en la oscuridad, proclamadlo a plena luz; lo que escuchasteis al oído proclamadlo desde las azoteas (Mt 10, 27).
Pero prefiero terminar con la buena noticia de la que llaman ley del latido del corazón que prepara el Estado de Georgia, en EE.UU., por la que se prohibiría el aborto desde que es posible percibir el latido del corazón del feto, hacia la sexta semana de embarazo. Entre los que se oponen a esa ley están los obispos: explican que se oponen a esa ley por prudencia… por prudencia política sin duda, pues la doctrina secular de la Iglesia es clarísima y no está sujeta a vacilaciones.
Lo importante es que, en Estados Unidos, donde se inició la legislación en favor del aborto, se están dando pasos muy firmes para reducir su amplitud y su tremenda permisividad, a pesar de todo y de todos.
Custodio Ballester Bielsa, pbro.
www.sacerdotesporlavida.info
El Papa Bergoglio dijo que en la Iglesia no hay porque estar hablando siempre del Aborto, y lo dijo criticando la monotemática del tema que parece único como si no hubiera más temas. Curiosos hoy en el canal televisivo DIMAX que es especializado en temas científicos y técnicos y nos presenta unos documentales muy extensivos sobre los "extraterrestrs" hasta tal punto que pretenden hacernos creer que los humanos fuimos engendrados por los extraterrestrs llegados con sus naves y que los mensajes de La Bíblia son interpretados equívocamente pues donde dice "dios" debería decir "aliens". Una forma muy moderna de "matar" al Dios de La Biblia tan grave como matar niños en el seno materno. Si se mata al Dios Bíblico con las diversas artimañas modernas ya todo viene de carrerilla después pero si se mantiene el Dios Bíblico que castiga a los pecadores ya resulta más difícil que se instalen leyes permisivas, el temor de Dios guarda la viña. Bueno criticar de matar narciturus pero también conviene hablar de las diversas formas de matar al Dios. EF.
ResponderEliminarEn el aborto hay una estructura de responsabilidades, la de la madre es directa, e indirecta la del padre, la familia y el Estado.
EliminarPor eso, el aborto es un efecto del pecado original, es un pecado personal, y también un pecado social y estructural.
Las consecuencias del aborto son la muerte del niño o la niña, y esto es un mal intrínseco, pues priva definitivamente de la vida de los inocentes, los niños.
Los niños que son fetos y embriones son los primeros pobres, tal como dijo San Juan Pablo II, junto con los enfermos y los ancianos, pues los primeros, están desprovistos de lo mínimo para defenderse.
La oposición entre pobres contra aborto con eutanasia es inexistente, porque es una relación de coexistencia y preferencia, según doctrina y magisterio católicos, pues la primera fila de los pobres son los fetos y embriones, y luego los enfermos y ancianos.
La opción preferencial por los pobres tiene por primeros destinatarios "obsesivos" a los fetos y embriones, y luego, los nacidos que son enfermos y ancianos.
Existe la responsabilidad del pecado por omisión de todos nuestros diez obispos catalanes en los temas de la vida, la familia, la educación y el bien común.
ResponderEliminarTambién está el pecado del resto de dirigentes y superiores eclesiales catalanes: congregaciones, órdenes, movimientos...
Temo que da la sensación de que le han dejado a esta página de Germinans para que haga el trabajo que todos ellos deben de hacer: como San Juan Bautista dijo a Herodes "no te es lícito", así lo deberían de hacer a todos los alcaldes, al presidente de la Generalidad y al Estado: "no os es lícito promover el aborto".
El consagrado dirigente, en Nuevo San Juan, debe de decir al político dirigente:
--- "No te es lícito aprobar el aborto, la eutanasia, ni cualquier ley que mate vidas humanas. Cometes un pecado mortal, tanto si eres creyente como ateo, es un acto moral perverso intrinsece malum"
El Quinto Mandamiento, "no matarás [al inocente]", y el artículo 15 de la Constitución, "todos tienen derecho a la vida", queda totalmente destruido a nivel de ley y de tribunal constitucional.
Por un lado, las Cortes Generales aprueban dos leyes del aborto (1985, 2010) progresivamente más lesiva al derecho a la vida del feto y embrión, mientras que el Tribunal Constitucional -léanlo bien- aún no ha dictado sentencia contra la última ley del aborto de Zapatero: 9 -nueve- años, y sin sentencia, esto es una prevaricación de los magistrados.
Por tanto, entre la maldad de los diputados y senadores, y la prevaricación de los magistrados del Tribunal Constitucional, junto con el culpable silencio de obispos, dirigentes y superiores eclesiásticos, católicos y no católicos, el Quinto Mandamiento y el artículo 15 están completamente vulnerados y violados, tanto por la omisión de los consagrados como por acción de los laicos parlamentarios. El Pueblo, culpable ante Dios por elegir gobernantes malvados. El Pueblo de Dios, no responde en conjunto ni en sus obispos al llamado a la defensa de la vida.
Escatológicamente, está la verdad divinamente revelada -hereje y excomulgado quien lo niege o dude, anathema sit- del llamado Juicio de las Naciones en la segunda venida de Jesús, Mateo 25.
Y preguntará a Cataluña:
--- Cataluña, te di riqueza, cultura, prosperidad, gobierno, nacionalidad, historia, mercados, bienestar, gastronomía, turismo, ciencia... ¿Qué habéis hecho vosotros como Pueblo y como Pueblo de Dios para santificaros, para defender mis Mandamientos?
Y esta generación de catalanes del 1985 al 2019, ¿qué contestará ante el resto de las naciones, que la contemplarán en su juicio colectivo en presencia de Jesús?
Otro tema de oro es responder a la pregunta fundamental:
--- El feto y embrión,
¿son seres biológicamente humanos?
Y si son seres humanos ¿son personas humanas?
Y si son personas humanas ¿tienen derechos humanos?
Y si tienen derechos humanos ¿tienen derecho a la vida?
Y si tienen derecho a la vida ¿hay que protegerlos integralmente?
Y si hay que protegerlos con la madre ¿por qué NO se hace la ley?
Hoy, 2019, existen suficientes evidencias científicas como para afirmar que los fetos y embriones son humanos y, por tanto, jurídicamente, tienen derechos humanos. Que lo rebatan.
Se dan casos de jóvenes que cuando se saben embarazadas ya llaman por el nombre elegido al ser que llevan en su vientre. Eso es aceptar sin ningún género de dudas que allí hay un ser viviente. Las abortadoras le ponen el nombre de "estorbo". Pero no deja de ser un ser viviente.
ResponderEliminarMARP
ResponderEliminarYa lo he dicho muchas veces y lo repito: El aborto y la eutanasia son el holocausto del mundo moderno. Aquí la diferencia está en que una gran mayoría lo aceptan como derecho. ¿Dónde está el testimonio real y cristiano de la Iglesia?. Como dice algún anónimo, cometen el mortal pecado de la omisión y mirar hacia otro lado. Le pido a María Auxiliadora que ilumine a las madres que se encuentren en el dilema de abortar o no abortar. La Iglesia católica tiene diferentes asociaciones que promueven la ayuda a estas madres (parejas). Que no le quiten la vida a un ser humano. Que lean los casos de eminentes científicos y servidores de la humanidad que sus madres al final decidieron decir NO AL ABORTO. Basta de crímenes contra seres indefensos.
Meritoria y titánica, mosén Custodio, su lucha por la vida. Más meeritoria y más titánica desde el momento en que usted se encuentra casi solo en ese empeño. Si mueve el corazón de alguna futura madre y salva usted la vida del niño, éste le quedará sumamente agradecido, aunque no lo sepa. ¿Cuántos niños nacieron en España en la época en que el aborto estaba prohibido, justamente porque estaba prohibido? Más de los que la gente se imagina, porque el despegue de los progenitores (por múltiples causas: comodidad, belleza de la mujer, dificultades económicas, etcétera) no es exclusivo de nuestro tiempo.
ResponderEliminarAhora los métodos son más sutiles. Se revisten de un aura científico--técnica. Las universidades y academias de Occidente andan revolucionadas con la línea roja que a últimos del año pasado pisó el investigador chino He Jiankui. No sólo él, aunque los que le dieron cobertura ahora se llaman a andana. Sabido es que manipuló el genoma de dos embriones, embriones que luego implantó en el útero materno y nacieron dos gemelas. Ni que decir tiene que los embriones sobrantes se echaron por el sumidero. Y que eso ha dado pie a una discriminación por razones de dinero para preparar el niño que queremos (más fuerte, más sano, más inteligente). No es ciencia ficción. Se habían hecho con anterioridad múltiples ensayos con embriones, pero no se habían implantado. Ese campo de la bioética, para nuestra desgracia, no entra en las inquietudes de la jerarquía eclesiástica.
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
ResponderEliminarYo también estoy totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarGracias, Mosen Custodio. Insistir e insistir es una manera de no perder nuestra humanidad. Bendita obsesión. Gracias
ResponderEliminarAnte esos nuevos paradigmas éticos(1), mezclado con sincretismo religioso que va generando la ONU y otras instituciones internacionales, y que se va diseminando a través de todos los paises, nos queda el compromiso con la verdad y el bien moral cristiano, sabiendo de antemano que nadie nos va a aplaudir.
ResponderEliminarMateo 5, 13-16: “Vosotros sois la sal de la tierra”
Queda también la esperanza de que los valores de la Hispanidad con su cultura católica resurjan en un bloque geopolítico Hispánico, frente a ese bloque anglo-norteamericano, que casi está consiguiendo colonizarnos y colonizar gran parte del planeta, con sus valores utilitarios, en parte resultantes de la cultura protestante.
(1) El utilitarismo sentimental mayoritario, el nuevo paradigma de la salud, el paradigma de la reinterpretación de los derechos humanos y el nuevo paradigma de la familia
Totalmente de acuerdo con la sra Laura S.
ResponderEliminarJosep Maria Simón Castellví escribió alguna vez que realizar un aborto es como celebrar una misa negra. Tremenda comparación acertada.
ResponderEliminarEl Informe Kissinger (1974), para evitar ser acusado de “imperialismo demográfico” establece tres objetivos estratégicos:
ResponderEliminara) Se ordena a la diplomacia norteamericana disfrazar las políticas de control de natalidad, bajo la capa de los derechos humanos.
b) Se establece como política global que se deben cambiar los patrones de los pueblos, entre los que se incluyen las creencias religiosas, que hacen inviables las políticas de control de natalidad. Intentos de crear una religión universal.
c) Se decide que los encargados de implantar esas políticas, deben ser los políticos nacidos en los países menos desarrollados, Brasil, Méjico, India, Pakistán.., previamente reeducados en Universidades de Estados Unidos y Gran Bretaña. De este modo esa injerencia quedará disimulada y se aseguraran una gran despensa de recursos naturales. Serán los mismos políticos locales los que entreguen la soberanía jurídica e incluso la territorial de sus naciones.
Esta forma de guerra fría tiene como finalidad conseguir el dominio global por la imposición de un pensamiento único, una colonización ideológica. Intento de construir una nueva sociedad sobre bases totalmente distintas a las que conocemos, tratando de contrarrestar y anular lenta y discretamente toda visión trascendente del hombre, para sustituirla por un nuevo sistema de valores o reingeniería social anticristiana.
No se trata solo de la legalización de crímenes como el aborto y la eutanasia, o de aberraciones como el reconocimiento social y jurídico de la homosexualidad, sino que se pretende subvertir todo el orden social hasta ahora conocido, que van desde la llamada “memoria histórica” hasta el desarrollo sostenible y del ecologismo transformados en una nueva religión universal.
ESPAÑA PAIS REFERENTE PARA LAS NACIONES UNIDAS
Poder Global y Religión Universal
Juan Claudio Sanahuja, O.D.
www.libreriacordoba.es
2016