La última merienda. Porque para convencer al hombre, primero tienes que llenarle la panza. Y esto hasta Cristo lo sabe: Hijitos, ¿no tenéis nada para comer? Estos no lo reconocen, han oído hablar de la Resurrección, lo toman por un fantasma. Quién sabe por quién lo han tomado: un mendigo, un pescador rival, un viejo amigo. Hoy no es tiempo para cordialidades en las orillas del Mar de Tiberiades. En dos ocasiones ya, después de los hechos de Pascua, se lo habían encontrado. En la última agradecieron la testarudez de Tomás que la propició. Y sin embargo hoy no lo reconocen. Pesa en el corazón la noche apenas transcurrida: nada de pescado, poco pan y tanta hambre. Tres años antes trabajaban de pescadores, tres años después siguen siendo pescadores: redes que llenar, diálogos vespertinos entre remendar y tejer, fortuna y mala suerte. Lo miran y le echan en cara toda su rabia como respuesta a su pregunta: ¡No! Quizás el no más pesado de los evangelios. La negación más oscura de la esperanza, la desolación de un corazón de pescador: ¡no y después no, vete!
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
Exposición vívida que mueve al lector a introducirse como un comensal más en la pitanza. Reconocido ya el Señor, comprobarían Pedro y los demás que era El efectivamente, al partir el pan. Cuando empezaran a comer el pescado asado. Era costumbre muy marinera, que se ha prolongado hasta nuestros días en las sardinadas costeras. Una comida fraterna y alegre, regada con buen vino. Sería, sin duda, un momento de espacimiento del Señor con los suyos. Porque las grandes empresas no necesitan sobreactuaciones ni gestos a la galería. Me ha encantado esa visión, mosén, de los pasos de la Resurrección hasta la Venida del Espíritu.
ResponderEliminarJoan Planellas (sacerdote de Girona) nuevo arzobispo de Tarragona, toma de posesión el 8 de junio. Actual decano de la Facultat de Teologia de Catalunya.
ResponderEliminar¿Me amas? Una pregunta, la misma, por tres veces. La respuesta afirmativa fue necesaria y suficiente para el encargo: Apacienta mis ovejas.
ResponderEliminarDios es Amor.
Hasta que seamos capaces de entender eso en toda su dimensión, no podemos decir que hayamos captado el mensaje de Jesús. Amor para con todo lo creado. Amor incondicional, como es el amor verdadero.
El auténtico amor se apoya en el modelo deber/sacrificio, que ha sido sustituido por el modelo placer/consumo, como bien decía usted esta misma semana, en su gran aportación de "las tres revoluciones que nos están destruyendo".
Simón, hijo de Juan, ¿me amas?.
Todos somos interpelados: ¿amamos realmente a Jesús, más que a todo lo demás?
Que cada cual responda a esta pregunta.
Gracias, Mosén Francesc, una vez más.
Menudo fichaje para primado, que tiemble Messi: https://www.mundodeportivo.com/otros-deportes/20190504/462026234369/planellas-dice-que-abrira-un-periodo-de-renovacion-sin-enmendar-a-nadie.html
ResponderEliminarLe escribo con lágrimas en los ojos. Tantas veces he negado al Señor que no se pueden contar. Sin embargo, como a Pedro, ni una sola reprimenda, ni un solo echar en cara. Solo perdón y gracia. Maestro, tú sabes que te amo,fortalece mi fe y que aprenda a abandonar mi vida en tus manos.
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