Por el contrario, mientras crece el Seminario barcelonés, aunque sea de forma muy leve, viene menguando el número de seminaristas de Terrassa, que había llegado a sobrepasar al de la sede metropolitana. Efectivamente, este Seminario creado en el año 2006 creció en sus inicios de una forma fulgurante, llegando a un récord de 42 aspirantes en el curso 2011-2012. Cifra a la que, en los últimos quince años, no se ha acercado ninguna otra diócesis catalana. Sin embargo, a partir de entonces -y de forma también leve- viene decreciendo su número, hallándose actualmente en la cifra de 21 seminaristas; es decir que casi ha perdido la mitad en los últimos siete años. En definitiva, que nadie cante victoria porque lo que gana Barcelona, lo pierde Terrassa y el número de seminaristas sigue disminuyendo en el global de las diócesis catalanas: 35 en Barcelona, 25 en el Interdiocesano, 21 en Terrassa y 9 en Sant Feliu de Llobregat.
90 seminaristas en toda Cataluña. Una tasa de reemplazo sobre el total de sacerdotes activos tan exigua, que a nadie se le escapa los problemas que puede haber en la próxima generación, siendo especialmente graves en la Cataluña rural, donde el número de aspirantes va cayendo año tras año. Hace tan solo 8 años había 35 seminaristas en el Interdiocesano. El año pasado en las diócesis de Lérida, Solsona, Tortosa, Urgel y Vic no se ordenó ni un solo sacerdote. En Gerona y Tarragona, una ordenación. El panorama religioso de la Cataluña rural es estremecedor. Ya lo he repetido en más de una ocasión, pero si alguien volviese a los pueblos pequeños de Cataluña, después de ausentarse 25 años, creería que se halla ante extraterrestres. En aquellos pueblos, antaño tan católicos, es donde se ha producido una mayor deserción religiosa, sea en asistencia a misa, en bautismos, matrimonios, incluso en la mera imposición de nombres a los niños, que ya no tienen nada que ver con el santoral.
Se está salvando únicamente Barcelona, pero a una distancia sideral de Madrid con 112 seminaristas, Toledo con 67, Valencia con 63, Sevilla con 51 y Cartagena con 38. Y esas diócesis también están reculando, pero no a los niveles aterradores a las que han llegado en los últimos 25 años las diócesis catalanas.
Ayer mismo se ordenaron seis nuevos diáconos en la Basílica de la Sagrada Familia. Voy a destacar a uno de ellos que puede ser un verdadero crack: Alberto Para Martínez. Abogado en ejercicio e hijo de un insigne catedrático de Derecho Civil. En él se aúna el rigor con la juventud, la vocación religiosa con la jurídica, la sensatez con la audacia. La audacia de un joven con un futuro prometedor con las Leyes, que deja Aranzadis y clientes ante la llamada del Señor.
Jóvenes preparados, sin servidumbres nacional-progresistas, que tendrán que lidiar con un paisaje secularizado, en el que los sacerdotes irán menguando su presencia. Quedarán un día ellos solos en un mundo que nada tendrá que ver con el de sus padres. No les arriendo la ganancia. Aunque como todas las tareas hercúleas, afrontarla será un desafío apasionante.
Oriolt
"El panorama religioso de la Cataluña rural es estremecedor. Ya lo he repetido en más de una ocasión, pero si alguien volviese a los pueblos pequeños de Cataluña, después de ausentarse 25 años, creería que se halla ante extraterrestres. En aquellos pueblos, antaño tan católicos, es donde se ha producido una mayor deserción religiosa, sea en asistencia a misa, en bautismos, matrimonios, incluso en la mera imposición de nombres a los niños, que ya no tienen nada que ver con el santoral."
ResponderEliminarEl panorama rural no es estremecedor, sino lo siguiente.
Por alguna razón que desconozco, está generación de obispos de después del concilio ha abandonado el campo.
La paganización del mundo rural catalán durante el postconcilio, es una consecuencia lógica del total abandono episcopal en materia de liturgia, evangelización y catequización.
Los obispos han dejado totalmente asilvestrados a los laicos, diáconos y curas del campo. Han sido absolutamente abandonados en materia de libros y predicaciones durante estos 50 años de concilio.
El resultado es un lógico y natural abandono de la fe católica de forma masiva y progresiva en el tiempo.
Se ha eliminado de la misión episcopal de difundir e intensificar la fe católica.
Por causa de la ideología nacional progresista y modernista, se desacreditó a las viejas y eficaces devociones, las misas quedaban alteradas y adulteradas, la fe y moral, sin vida alguna. Se puede probar fácilmente, sólo observando la dinámica de las parroquias de pueblo: los obispos las han borrado de su misión.
Las ovejas fueron abandonadas por sus pastores y dejadas sin alimento alguno, mientras que eran puestas en la boca del lobo furioso del nacionalismo, del progresismo de izquierdas, de la nueva era y, en definitiva, del pecado del mundo.
Se ha cosechado lo que se ha sembrado, y la responsabilidad y culpabilidad es plena de todos los obispos catalanes, que han olvidado por completo la pastoral rural.
"En aquellos pueblos, antaño tan católicos, es donde se ha producido una mayor deserción religiosa, sea en asistencia a misa, en bautismos, matrimonios, incluso en la mera imposición de nombres a los niños, que ya no tienen nada que ver con el santoral."
ResponderEliminarTambién puede ser un indicio de que está más cerca la Gran Apostasía, previa al advenimiento del Anticristo previsto por San Pablo en 2 Tesalonicenses 2.
Les esperan los curas progres que les darán caza, con el apoyo de D. Juan José Omella y Germán Arana. Pobres curitas!
ResponderEliminar¿El rector del Seminario tiene algún mérito en el repunte?
ResponderEliminarSe notan los efectos de los conjuros de la queimada, miren ustedes!
EliminarEl vacío dejado por el catolicismo, lo cubre otro ídolo, como el independentismo antisistema en Berga:
ResponderEliminarhttps://www.google.com/amp/s/www.lavanguardia.com/politica/20180801/451180014159/independentismo-berga-dudas-1-o-referendum.html%3ffacet=amp
En la diócesis de Solsona el año pasado había 2 seminaristas. Este año se ha doblado con 2 más (por tanto hay 4) y para el año que viene hay 3 más pensándolo. Se está haciendo un muy buen trabajo vocacional y también parece que el único seminarista menor va a tener compañía el año que viene. Mucha gente está rezando por ellos y por nuevas vocaciones. También crecen las horas de adoración al Santísimo, los grupos de oración y las iniciativas de Nueva Evangelización en más parroquias. Y también aumenta el número de laicos preparados. Enhorabuena
ResponderEliminarDe acuerdo con el análisis: muchísimas personas rezando por las nuevas vocaciones, cuyo valor, por cierto, se multiplica exponencialmente gracias a las cada vez más numerosas horas de adoración ante el Santísimo. Bendito sea Dios que escucha a su pueblo y manda más obreros a su viña.
EliminarEn Cataluña hay actualmente alrededor de 1.500 curas, y apenas un centenar de seminaristas, insuficientes para garantizar el relevo de los seminaristas que abandonan, así como de aquellos curasu que se jubilan, dimiten, enferman, mueren, se trasladan, son suspendidos, se los aparta discretamente o trabajan en cargos sin llevar parroquia alguna.
ResponderEliminarPara estos 1.500 curas, serían necesarios que en los "cuarteles de recluta" hayan un 20% sobre estos de seminaristas, es decir, deben de haber unos 300 seminaristas, y no 100. Hambre para la vuelta de la esquina, unos 20 años o menos, para el 2040.
No obstante, debido a que el promedio de edad de los presbíteros es senil, y debido a que aumentará progresivamente el número de incapacitados, enfermos, muertos y jubilados, en realidad quizás hacen falta entre unos 400-500 seminaristas, puesto que las bajas van a crecer mucho los próximos años, como una catarata.
Pero el número necesario de sacerdotes para los 7,5 millones de habitantes de Cataluña, desde luego no son los 1.500, sino 5.000 sacerdotes, según la excelente ratio de 1960-1970, lo que implica unos 1.000 seminaristas, y no los escuchimirriciados y envejecidos 1.500 curas con sus capitidisminuidos 100 seminaristas.
Si miramos la tasa de "fecundidad" de las diócesis en seminaristas, novicios, ordenaciones y profesiones religiosas, la verdad, sólo se ve que muerte y corrupción.
los obispos achacan está falta de seminaristas a la secularización, pero esto es autoengañarse, porque ellos, por los lazos de la solidaridad de la comunión de los santos, son los principales causantes de esta eclesiocatástrofe, porque no han defendido la Escritura, la tradición y el magisterio, no han hecho ningún análisis intelectual ni han propuesto ninguna acción espiritual, han sido esclavos del poder político del nacionalismo, de las izquierdas y de la teología modernista protestantizada, no han cumplido su misión de enseñar, santificar y gobernar, han tolerado la existencia de curas, teólogos y religiosos heterodoxos y heréticos, y han enviado al garete a toda la devoción popular católica. Y muchos curitas y religiosos han sido pura mala hierba para sus obispos renovadores como Carles, y lo han saboteado todo a placer como zorros.
Gracias, hijos del Concilio, el nacional catolicismo os dio una gran iglesia y vosotros, nacional progresistas, la habéis arrasado.
El nacional catolicismo nos dio una iglesia al servicio de una dictadura. Cuando la dictadura se terminó, esa iglesia se desinfló como un sufflé.
EliminarEn Italia y Portugal, en cambio, la iglesia se mantuvo más o menos alejada de Mussolini y Salazar, y las cosas le fueron mejor.
El problema no es el Concilio, sino la sumisión-identificación con una dictadura impresentable.
Sólo que aquí el Régimen salvó a la Iglesia de la mayor persecución religiosa de toda su historia.
EliminarEl problema es la summisión-identificación con un mundialismo masónico abortista y democrático impresentable.
Por eso con el franquismo le fue muy bien a la Iglesia y ahora le va mucho peor.
Y más peor donde se ha identificado con el nacionalismo separatista, como en Cataluña y Vascongadas. Hay que ser muy ciego para no verlo.
Tampoco le va bien a la Iglesia en países tan democráticos como Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Austria y demás ralea, sin que se pueda aplicar el hipócrita subterfugio de que la causa está en la anterior sumisión a no sé qué, en vez de la sumisión a lo de ahora.
Pues según se nos explicó en la homilía del pasado domingo, en la diócesis de Lleida, actualmente, hay un seminarista mejicano, formándose en Pamplona...
ResponderEliminarEn el seminario del Opus Dei, si lo hace aquí sale amarillo vacía parroquias.
EliminarLérida tiene unos 192.000 bautizados, y según sus estadísticas de 1960-1970, hoy debería tener unos 192 curas, pero sólo tiene 140 curas para 126 parroquias. Tiene 1 seminarista, pero necesitaría entre 28-40 seminaristas. Si dicen que el único seminarista es mejicano y está en el Opus de Navarra, ello indica un fracaso estrepitoso y total de la acción del obispo presente y pasados, y delata claramente que no hay ni catequesis ni apostolado, ha abandonado del todo a sus ovejas.
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr Quim Marcos.
EliminarEstoy en un pueblo de Gerona, de 7.300 habitantes, y veo la pequeña biblioteca de la parroquia: tres libros para niños, un nuevo testamento, un misalito, revistas y prospectos. Nada más.
ResponderEliminarEn su única misa dominical, quizás el 1% de la población, unos 70, mayoritariamente ancianos. No hay grupos de oración, ni de estudio o lectura o de catequización.
Con eso está dicho todo: la dejadez del obispo, la falta de voluntad de misionar en los pueblos, y un gobierno episcopal que practica el descuido, apatía, abulia, desidia, desatención, desamparo e indefensión del Pueblo de Dios rural a ellos encomendado.
Qui dia passa, any empeny... y tranquilidad y buenos alimentos.
Pero vamos a ver, ¿no decíais que el rector del seminario, y sus predecesores recientes son un desastre? ¿Cómo es que ahora va bien?
ResponderEliminarSi no se busca PERSONAL SUDAMERICANO vamos mal. Sopena de incentivar personal Magrebí y convertirlos al Catolicismo. Pujol, el exhonorable estaría encantado!
ResponderEliminar