No podía estarse callado. Ante la Diada Nacional de Cataluña, también él tenía que poner el huevo. ¿Quién le llama a pronunciarse ante el 11 de septiembre y a callar sobre las tribulaciones que está pasando hoy la Iglesia? Al fin y al cabo, eso ni es cosa de él, ni afecta para nada a sus fieles. ¿No es eso, monseñor? Y del tremendo escándalo del crimen cometido en casa de un destacadísimo sacerdote homosexual de su diócesis, de eso no nos ha dicho nada. ¿No tiene usted ninguna responsabilidad en los escándalos de ese sacerdote? Usted es su jefe, usted es su pastor.
¿Y qué dice monseñor Pardo? Pues dice en primerísimo lugar, que vivimos sentimientos de dolor y preocupación por los que están privados de libertad en prisión con unas acusaciones que gran parte de la ciudadanía rechaza; también por los que se han visto forzados, de una manera u otra, al exilio. No podemos olvidar el sufrimiento y la angustia de ellos mismos y de sus familiares.
En segundo lugar, “NO ROMPAMOS LAZOS”. Es la clave de su carta pastoral.
Y en tercer lugar nos dice el obispo de Gerona: Y también debemos orar por Cataluña. La plegaria no significa magnificar ninguna opción.
Todo lo demás es relleno, son lugares comunes para no dejar colgado el sermón. Lo que más le ha motivado a dar a luz esa “carta pastoral”, y lo que sin duda le ha merecido el mayor número de elogios y parabienes, es ese hallazgo de “NO ROMPAMOS LAZOS” (no era necesario que añadiese “amarillos”. Todos le hemos entendido. D. Juan José Omella, el Coloso de Cretas, habría añadido: ¡Y tender puentes!
En fin, que el pobre obispo Pardo, si no habla en favor de la independencia de Cataluña en un día tan señalado, revienta. Y siendo tan evidente ese riesgo, la fantasmagórica Conferencia Episcopal de Cataluña le ha invitado a que se exprese. Pero sin decir que lo hace en nombre y representación de todos los obispos de Cataluña.
¡Hay que ver!, con el sufrimiento que hay en el mundo, y ya más concretamente en Cataluña, ha de manifestar el obispo de Gerona que vive sentimientos de dolor y preocupación por los que están privados de libertad en prisión (tautología para darle más relieve al asunto). Y añade una apreciación que se saca de la manga, refiriéndose a unas acusaciones que gran parte de la ciudadanía rechaza. Aparte de que se trata de una apreciación gratuita, delata el clarísimo concepto que tiene este obispo de la ley al servicio del bien común (de los dos bandos en que han conseguido dividir Cataluña; de los dos, no de uno solo). El bando con más recursos puede saltarse la ley común, por más que el otro bando resulte perjudicado. Y si los que se saltan la ley son mayoría (¡que no lo son!), no hay que obligarles a cumplirla. ¡Qué inmensamente listo es este monseñor Pardo!
Y luego está el sufrimiento de los presos, de los desterrados voluntarios y de sus familias. Ése es el mayor dolor que se puede experimentar en la diócesis de Gerona, ése el mayor problema que interpela al obispo de esa provincia. En su diócesis, ni hay más presos (todos ellos con familia), ni hay más gente que sufra, ni hay pobreza ni conflictos familiares, laborales, religiosos, raciales… no hay nada que pueda perturbar la paz y la tranquilidad del Señor obispo, fuera de los presos políticos y sus familiares. Muy sensible está monseñor. Como que se acuerda hasta de los que se han visto forzados de una manera u otra al exilio. ¡Qué gran corazón tiene el obispo! Pero tampoco tanto que le quepan todos los catalanes de uno y otro bando; no sólo los sediciosos. Pero bueno, la Iglesia tiene una magnífica pastoral de prisiones. Debería aprovecharla monseñor Pardo para visitar a “sus” presos y para darse cuenta de que los otros presos también sufren (y no tienen los sueldazos de esos presos privilegiados), también tienen familia y no tienen un obispo que sufra por ellos y pida a toda la feligresía que haga otro tanto.
En fin, ya estamos al corriente: el obispo de Gerona sufre por los “presos políticos”. ¡Con las ganas que tenía de decirlo así, ha tenido que morderse la lengua! Lo compensa con la feliz frase de “No rompamos lazos”. Pues qué quiere que le diga, monseñor, si se trata de los lazos con que tantos están dispuestos a ahorcar a sus conciudadanos que no están en su celestial sintonía, lo más cristiano del mundo es hacer trizas esos lazos tan dirigidos a la discordia: a la unificación forzosa de toda la ciudadanía de Cataluña bajo esos lívidos lazos.
Lo importante era terciar episcopalmente en la polémica de los lazos amarillos. Y dio con la frase feliz: “No rompamos lazos”, sobre todo si son amarillos, que son los lazos que nos separan a los catalanes por categorías: los auténticos y los que no se dejan domar. Ahí está el pobre tendero de Blanes al que se empeñaron en IMPONERLE el lazo en el escaparate de su establecimiento. Y por no dejarse, ¡la que se le ha venido encima! ¿Y alguien ha echado la cuenta de los establecimientos que soportan que se les “imponga” el lazo amarillo por no destacarse, por no enfrentarse, por no ser señalado? Pero viene el ingenioso obispo de Gerona y nos manda que “no rompamos lazos”, que nos los dejemos imponer. Sí, imponer. ¿Tienen idea de cuánta gente en determinados entornos y lugares lleva el lazo amarillo por evitar ser señalado? Es la Estrella de David, pero a la inversa. En esos lugares, el que no lleva lazo es sospechoso. No, señor obispo Pardo, no rompamos lazos, que la marca del lazo nos identifica.
¿Y a qué se refiere monseñor Pardo cuando dice que la plegaria no significa magnificar ninguna opción? ¿Adónde va, monseñor, con esa excusatio non petita? Así que lo que en realidad nos está anunciando, es que quiere persistir en sus piadosísimas “oraciones por los presos políticos”. Y como la oración que sale de sus labios no la utiliza como dardo envenenado, su oración sediciosa “no significa magnificar ninguna opción”. No, no es que no magnifique ninguna opción, sino que ha colocado usted esa opción como la única legítima para su oronda excelencia. No se anda usted con menudencias, señor obispo.
El obispo Pardo, hijo predilecto de Torrelles de Foix |
Y aunque D. Juan José Omella no es tan explícito en sus declaraciones, sí que lo es en sus actos: Ahí está la revocación del nombramiento del independentista mossén Enric Subirá, al que iba a remover de la parroquia de Sant Medir… Una miradita del presidente Torra y, cual nuevo enamorado de Ada Colau, el embelesado D. Juan José rompe el nombramiento para la alejadísima parroquia de Orrius y deja a Subirá en Sant Medir. Bastó una advertencia del fugado Puigdemont en el Palacio de la Generalitat el día de San Jordi del año pasado… y el Rvdo. Custodio Ballester fulminado y al exilio, como los patriotas catalanes.
En Calanda aprendió mucho este mañico. Siempre como una caña que se cimbrea al viento que más fuerte sopla... Seguro que el mismo D. Juan José piensa que, si nos hubiese dicho la Misa por Franco allá por los años ochenta, nunca estaría donde ahora está. Don Elías, su episcopal mentor, nunca lo hubiera permitido.
El Cojo de Calanda
Pues ya repasaré la carta de Pardo donde dice no romper lazos. Pero lo que más me ha gustado y que rompe todos los esquemas separatistas es donde pone: "nadie puede arrogarse ser propietario de Cataluña". SG.
ResponderEliminar"nadie puede arrogarse ser propietario de Cataluña"...
Eliminar... y debía de haber concluido la premisa con la conclusión obvia:
"y quien lo haga, atenta violando el bien común y peca gravemente"
Premisa y conclusión... pero aquí nos quedamos con eso, premisas, premisas que se las lleva el viento internáutico... rellenando los documentos con una de cal y otra de arena (qué bueno es Napoleón, me gusta Fernando VII), para que nadie les pille en un renuncio... Pardo, que ya somos gatos viejos, y conocemos a todas las ratas de biblioteca...
España sigue siendo diferente porque no tiene una izquierda patriótica como la francesa o la alemana o la italiana.
ResponderEliminarOs dejo unos párrafos de un artículo de Pío Moa sobre la legitimidad de la sublevación del 18 de julio de 1936:
el Frente Popular se compuso, de hecho o de derecho, de stalinistas, socialistas exacerbados, anarquistas, golpistas republicanos y separatistas catalanes, más el ultrarracista PNV. Y no por casualidad todos estos “demócratas” terminaron bajo la protección de Stalin. En la guerra, la cuestión de la democracia no representó ningún papel. Se trató de la lucha entre quienes querían implantar un régimen revolucionario y destruir la cultura cristiana y la integridad nacional, y quienes defendían la continuidad de la nación y de su ancestral cultura católica. Ese fue el contenido esencial de aquella contienda.
Por terminar: he sostenido que la rebelión del 18 de julio del 36 es la más justificada desde la rebelión contra Napoleón en 1808. Cuando los useños se rebelaron contra el yugo inglés, necesitaron justificar tan grave resolución con argumentos sólidos: Inglaterra les sometía a un yugo tiránico imponiéndoles impuestos y negándoles la correspondiente representación. Su guerra de independencia lo fue también, en parte, civil, pues muchos colonos preferían seguir sujetos a Inglaterra. Me parece claro que la rebelión cívico-militar (pues así fue, como admite Viñas y señaló abundantemente Ricardo de la Cierva) de 1936 en España, estuvo más justificada todavía.
No es de recibo que un obispo mienta. Mal está que sea de pocas luces. Mal está que se deje llevar por pulsiones maníaco-obsesivas, especie morbosa cuyo cuadro clínico parece confeccionado atendiendo a la conducta del monseñor. Mal está que se deje doblegar por poderes públicos o por el qué dirán. Pero mentir a doble carrillo, por falta de formación y por pulsiones patológicas, viene a ser la síntesis de la galería de retratos de estos viejos obispados del nordeste español.
ResponderEliminarDice, orondo y chaparro, y subraya en cursiva el Cojo de Calanda, que vivimos sentimientos de dolor y preocupación por los que están privados de liberta en prisión con unas acusaciones que gran parte de la ciudadanía rechaza. Privado de libertad en prisión (¡qué cacho pleonasmo señor cura, menuda carta dominical con esas luces literarias!) está mi paisano que mató en el geriátrico de Olot a no sé cuantos ancianos con salfumán y otros ácidos fuertes. Pero no piensa en él, ni visita al desgraciado el obispo Pardo, no obstante ser una oveja de su rebaño. Ni piensa en los que, en Gerona y provincia, a los encarcelados por violaciones, pederastia, robos, asesinatos, tráfico de drogas, extorsiones, que de todo hay en las cárceles gerundenses. No los visita, pese a ser obra de misericordia.
Hay otros de guante blanco y puñalada artera que, por consanguineidad ideológica, si los siente como suyos. Como aquellos curas de la Revolución Francesa que alentaron a las masas contra la jerarquía eclesiástica, comunidades de religiosos y de monjas o de paisanos. Es el argumento de “la gran parte de la ciudadanía”. Para él, para el orondo y chaparro inquilino de la Plaça del Vi, bajo cuyos arcos, siendo niño, ví vibrar al obispo Cartañá al recordar el fin del sacrificio de tantos curas suyas merced a muchos de los mandos militares que celebraban la efeméride, para el orondo y chaparro, digo, la ciudadanía son sus amiguetes. Y como son sus amiguetes, sus “copains”, lo que ellos digan va a Misa. De hecho, la Misa la dictan ellos. No hay moral objetiva. No hay derecho objetivo. Sólo la opinión de los míos. La ciudadanía que yo reconozco, como pequeños nazis, como pequeños totalitarios. Es una doctrina moral perversa que ha calado en la formación de los curas catalanes. Es la excusa que dio el decano de san Paciano ante las quejas de una vecina porque el templo estaba tomado por las hordas excluyentes: es el pueblo y yo hago lo que diga el pueblo. La consigna no la mejoraría Goebbels.
Y luego mintamos usando las palabras torticeramente. A los huidos, llamémosles exiliados, “que fa bonic”. Miserable comportamiento.
"No es de recibo que un obispo mienta. Mal está que sea de pocas luces. Mal está que se deje llevar por pulsiones maníaco-obsesivas, especie morbosa cuyo cuadro clínico parece confeccionado atendiendo a la conducta del monseñor. Mal está que se deje doblegar por poderes públicos o por el qué dirán. Pero mentir a doble carrillo, por falta de formación y por pulsiones patológicas, viene a ser la síntesis de la galería de retratos de estos viejos obispados del nordeste español."
EliminarEs el verdadero prototipo de obispo postconciliar: cobarde.
También explica la mala formación, propia del postconcilio.
Pero hay un algo más que lo transciende, pues es imposible tanta complicidad con el mal. Como dijo un marxista, y como Viganò explica, es un problema estructural: la Curia vaticana ha sido tomada por unos lobis, gays, masónicos, económicos, políticos y heréticos, de forma extensiva, intensiva, masiva y continuada durante décadas, todos imbricados y autoprotegidos.
Esto es una vergüenza sideral,por favor,que no ven ustedes que estos ecclesiásticos-as son todos hijos del Señor de la mentira,satánicos de pies a cabeza?. Si el Papa no remedia esto, un servidor no dará un céntimo para su mantenimiento,que curren y esta estafa que se la paguen ellos!
ResponderEliminar"Lo importante era terciar episcopalmente en la polémica de los lazos amarillos. Y dio con la frase feliz: “No rompamos lazos”..."
ResponderEliminarLa táctica de los separatistas lazys es la del ariente: cada Diada, una gran manifestación. Y así en el resto.
Pero hay dos contramedidas al ariete:
- la pasiva, llenar la puerta de sacos de arena, absorbiendo así los golpes
- la activa, lanzar piedras al ariete para bloquearlo, y lanzarle breas ardientes para quemar la madera y fundir la cabeza de bronce
Y cuando existe un ejército, la mejor es la táctica de la guerrilla. Napoleón debió de trasladar tropas o acompañar a los convoyes con un mínimo de 1.500 tropas de infantería. No se lo derrota, pero se lo entorpece.
Traducido a la vida normal: denunciar siempre las mentiras del enemigo político, sus contradicciones, sus planes anticatólicos, su totalitarismo, su despotismo, sus proyectos y programas, sus agendas... siempre.
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo, menos en una cosa; la defensa constante del ultra Mn Custodio...ni me gusta este individuo y sus formas , ni me gusta la manipulación pro- indepe. Germinans , un poco de imparcialidad porvafor! O es esta una una web que apoya la ultraderecha ? Aclarenlo , si us plau.
ResponderEliminarEn mi modesta opinión, le diré que creo que Germinans no oculta nada su posicionamiento político. Es público y notorio su proximidad a eso que llama vd. "extrema derecha", excluyendo, creo yo, únicamente a neonazis y asimilables de pelaje pagano. Todo lo demás, es decir, nostálgicos franquistas, carlistas, falangistas y en definitiva aquellos que ponen la unidad de España como bien supremo... eso es Germinands.
EliminarMejor ser ultraderechista que la inmensa mayoría son Católicos, que no pro-indepes.Lo que buscan indepes y rojerios varios es la ANIQUILACIÓN total de la Iglesia de Cristo. Veo sr.Anónimo 14:26 que está usted en la PARRA y perdone usted si le he ofendido en algo.
EliminarEn la parra está usted, veo que usted tiene aún la tele en blanco y negro. No monopolize la Iglesia desde sus gafas oscuras...
EliminarSi no le gusta Germinans, no lo visite.
Eliminar"¿No es eso, monseñor? Y del tremendo escándalo del crimen cometido en casa de un destacadísimo sacerdote homosexual de su diócesis, de eso no nos ha dicho nada. ¿No tiene usted ninguna responsabilidad en los escándalos de ese sacerdote? Usted es su jefe, usted es su pastor."
ResponderEliminar1. El escándalo del cura Jaume Reixach en Blanes es cuádruple:
a) Lo sabía el mismo cura que no es lícito las cosas que hacía bajo ninguna causa de justificación
b) Lo sabían todos los curas de Gerona, arciprestes y dirigentes incluidos, y sus compañeros nada dijeron. ¿Por qué callaron? ¿hubieron contraprestaciones ilícitas?
c) Lo sabía TODO el Pueblo de Dios de Blanes, y nada dijeron
d) Lo sabía también el mismo obispo Pardo, pues es imposible que no supiera nada: lo toleró si recibió alguna denuncia, lo disimuló si se lo dijeron privadamente, y tolerar y disimular son pecados y delitos graves
2. Y el obispo Pardo puede darse un canto en los dientes, pues el caso le salió bien, indemne él:
e) De haber aplicado el derecho penal o administrativo sancionador canónico, expulsarlo del sacerdocio activo, entonces nada habría pasado con la repercusión que tuvo: habría sido un crimen de un privado
f) El obispado se libró del pago de una fuerte indemnización por daños y perjuicios, así como de una denuncia penal por encubrimiento, porque tuvo una verdadera culpa in vigilando sobre Reixac, y además, una culpa in omittendo en el deber inexcusable de perseguir e impedir los delitos canónicos.
g) La policía, el juez y el fiscal, deberían de hacer una entrada y registro e incautación de todos los archivos episcopales, oficiales y secretos, para saber si hubo denuncias sobre la mala conducta de los curas bajo su cargo. Y lo han de hacer rápido. Ellos tienen todo el poder jurisdiccional, y si no lo hacen o lo hacen tarde, entonces colaboran en la ocultación de un delito.
Ahora dicen que Jaume Reixac vive jubilado, en el mismo piso de Blanes donde se cometió el crimen, escribió un libro autojustificatorio titulado «Més que un crim», y sufre un cáncer de próstata irreversible. Recemos por él.
? Alguien sabe decirme a que huele éste Pastor ¿a oveja seguro que no.
ResponderEliminarEste pastor huele a "correveidile",a nada mas!!!
EliminarPues tiene razón el obispo lazionalista, rompamos las sogas amarillas.
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