El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor (Lucas 4,18).
Nuestro problema en el siglo XIII fue la esclavitud: no sólo de hecho, sino también de derecho, con estatuto legal de esclavos para los cristianos que se echaban a la mar y eran secuestrados, hechos “cautivos” (convirtiéndose en ese mismo momento en esclavos del secuestrador), por los sarracenos, que tenían infestado el Mediterráneo. Fue indispensable crear una orden religiosa (al principio, también militar, porque había que enfrentarse a los piratas) bajo la advocación de la Virgen de la Merced, la redentora de los cautivos.
Es que a partir del secuestro se movía todo el negocio de la compraventa, a la que ponía fin la redención: es decir la compra por parte del que no quería pasar a ser propietario del esclavo, sino devolverle la libertad. Ahí estaban los frailes mercedarios, ahí estaba la Virgen de la Merced, redentora de los cautivos.
La condición de cautivo era inherente a la de esclavo. Con la singularidad de que en el nombre de cautivo ya se indicaba que la esclavización se había producido mediante la captura. Simplificando, mediante el robo y la apropiación de la persona. Esa situación dio lugar a la creación de la Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, que ése era el nombre completo. A la Virgen de la Merced se la llamó también la Virgen de la Misericordia: aquella no era una misericordia blandengue. Para esa misericordia había que luchar duramente y hasta exponer la propia libertad y la propia vida.
El Mediterráneo, el mismo mar en el que hoy se produce el “rescate” (nada que ver con la redención) de los que han sido echados cruelmente al mar por los modernos piratas, también sarracenos, vuelve a ser el escenario de las modernas y más sofisticadas tácticas de esclavización de personas. Por eso no estaría nada mal que nos repensásemos la gran obra de redención de la Virgen de la Merced.
¿Por qué? Pues porque desde la perspectiva cristiana y bajo el amparo de la Madre de Dios en su oficio de Redentora de cautivos, toda esta marea migratoria de la que somos arte y parte, tendría otro color. Como el que tuvo la redención de los cautivos sarracenos por parte de los frailes mercedarios.
Aquello también era sumamente complicado, porque redimir a los cautivos, es decir dar dinero a los sarracenos para rescatar a los cristianos en su poder, era llenar las arcas de los secuestradores y realimentar el negocio de los secuestros. Parecido al dilema al que se enfrentan tanto las ONGs que se acercan todo lo posible a los países de origen a fin de aminorar el riesgo de naufragio de los inmigrantes abandonados en míseras pateras, como los servicios de salvamento en los puertos de arribada. Bastaría que la táctica de Italia se extendiese a Grecia, países adriáticos, Francia y España, para que disminuyesen drásticamente esas oleadas de inmigrantes y se buscasen otros destinos.
¿Cuál es la gran diferencia entre la respuesta cristiana y la respuesta política? Es el alma lo que marca la diferencia: en la obra de la Virgen de la Merced, llamada también de la Misericordia, la principal motivación es la fe. Para los frailes mercedarios, lo peor que puede ocurrirle a un cautivo de los sarracenos, es que pierda la fe y con ella pierda su alma. Por lo cual estos frailes estaban dispuestos a canjearse por el cautivo mientras no reunieran el dinero para el rescate.
Esta visión religiosa zanjaba definitivamente el debate sobre la contradicción de hacer un bien rescatando a cada uno, pero con el gravísimo efecto secundario de alimentar a la fiera devoradora de cristianos.
Hoy tenemos abierto en canal el dilema sobre los graves inconvenientes que acarrea la inmigración a ritmo de guerras: provocadas algunas de ellas por los mismos países que abominan de esas oleadas de inmigrantes.
Y bien, todas las reflexiones que se hacen al respecto, se visten hasta donde es posible, de carácter humanitario. Pero como la acción humanitaria cuesta dinero (y no poco), en seguida se añaden las ventajas económicas que les reporta la inmigración a los países de acogida. Que si al ser tan baja la natalidad, falta mano de obra; que si ellos serán los que nos paguen las pensiones; que si desciende la población al tiempo que se envejece, nos vamos de cabeza a un friísimo invierno demográfico; que si representarán al fin y al cabo una importante inyección económica para los países que los acojan.
Y obviamente, esos razonamientos no tienen el mismo peso para todas las capas de la población. Ahí están los comerciantes quejándose de la grave merma de ingresos que les representa la competencia desleal de los manteros; ahí están los trabajadores de menor calificación profesional, quejándose de que la entrada de tal multitud de inmigrantes en su nivel laboral, contribuye a bajar los sueldos escandalosamente por exceso de oferta.
Y por otra parte están los sociólogos por una parte, y los políticos de determinada línea por otra, que llaman la atención sobre la inmensa multitud de inmigrantes totalmente descontrolados, que representan un desequilibrio y un peligro (a muchos de ellos, no les queda más camino que la delincuencia), siendo un mínimo porcentaje los que pasan por centros de acogida y ahí se están hasta que la administración les ofrece una salida digna. Es que no hay presupuesto para atender con igual dignidad (como a los del Aquarius, p. ej.) a todos los inmigrantes que entran en Europa.
Es una situación ciertamente que lanza a nuestras calles millones de esclavos explotados sin escrúpulos por tanto desalmado. Y que tira con fuerza del Estado del Bienestar hacia abajo.
Ni es fácil hoy afrontar el problema de la esclavización de los que se lanzan al mar en busca de subsistencia, ni lo fue ayer. Pero lo cierto es que hace 8 siglos, un ejército de hombres valientes, cristianos hasta la médula, se lanzaron a actuar llenos de fe, de esperanza y de caridad, poniéndose bajo el patrocinio de la Virgen Santísima. ¡Y hay que ver la inmensa labor que hicieron! Mantuvieron la fe de los cautivos y la salud moral de toda la cristiandad. Uno de los factores decisivos fue que el motor de esa gran gesta fue la devoción a la Virgen de la Merced. Hoy que la fe se ha enfriado tanto que, cuando la hay, va muy poco más allá del folklore, nos cuesta entender esa enorme fuerza. Pero es así, la confianza en la Madre del Dios Hombre y madre por tanto de toda la humanidad, en este caso bajo la advocación de la Merced, fue capaz de mover montañas. Porque la acción a menudo heroica de los frailes mercedarios, no afectó sólo a los cautivos redimidos, sino a todo el mundo cristiano. Esa gran virtud cristiana que desplegaron los frailes, mantuvo encendida la llama de la fe, de la esperanza y sobre todo de la caridad (sin la cual, nada hubiese sido posible), en todo el pueblo de Dios.
Pero hoy que, aunque el problema sea distinto, tiene algunos puntos en común con el de la esclavización de los cristianos por los musulmanes, no vemos por ningún sitio esa fuerza que aportó la Mare de Déu de la Mercè, que tanta, tantísima falta nos haría hoy. Al faltarnos la fe, no nos quedan más que motores políticos y económicos, que están dividiendo gravemente a la sociedad en partidarios y detractores de la inmigración. Los motivos son evidentes: los detractores no ven más que un trasplante de la esclavitud de los países musulmanes (la mayoría) a Europa. Y los partidarios ven la inmigración como un sucedáneo de la natalidad a la que ha renunciado la opulenta Europa.
Bastaría que los europeos tuviésemos en nuestros valores fundacionales, la fe que tienen los musulmanes en los suyos, para que este enorme problema que está poniendo Europa patas arriba, entrase en vías de apaciguamiento primero y de solución luego. Hoy como ayer, la vuelta de la Virgen de la Merced a nuestra sociedad (su aceptación como gran aliada) produciría el milagro que mantuvo en pie a la cristiandad durante muchos siglos a pesar de estar acosada y casi cercada por los sarracenos, pagando un altísimo precio de esclavitud individual, por preservar la libertad colectiva. Si recuperásemos nuestras virtudes de antaño presididas por la fe, la esperanza y la caridad, y nos acogiésemos de nuevo a la protección de Nuestra Señora de la Merced, la Madre de Misericordia, para afrontar los actuales problemas de inmigración con auténtico espíritu cristiano, nuestros problemas con la inmigración entrarían en la senda segura de la voluntad de Dios y de su Santa Ley.
Sigue siendo inmensamente arriesgado hacerse a la mar. Hace 800 años los mercedarios lo hicieron. Remaron mar adentro (cf. Lucas 5,1-11) y en la barca de Pedro entraron por la Cruz en la gloria de los que son fieles al mandato de Cristo: Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará (Mateo 16,25).
Custodio Ballester Bielsa, pbro.
www.sacerdotesporlavida.info
"... la vuelta de la Virgen de la Merced a nuestra sociedad (su aceptación como gran aliada) produciría el milagro que mantuvo en pie a la cristiandad durante muchos siglos a pesar de estar acosada y casi cercada por los sarracenos..."
ResponderEliminarFrancisco ha dicho por fin la verdad:
El Papa reivindica el acuerdo con la tiranía china: “Yo soy el responsable”
infovaticana.com/2018/09/25/el-papa-reivindica-el-acuerdo-con-la-tirania-china-yo-soy-el-responsable/
1. Este acuerdo es papel mojado. Gana siempre China al tener el poder coercitivo del Estado, y el Vaticano carece de toda coacción estatal.
2. China es hoy heredero del Enorme Dragón Rojo, que antes lo ostentaba la desaparecida URSS.
3. El P. Gobbi nos dice qué es el Gran Dragón Rojo, según revelaciones. Seductor y engañador de la Humanidad. Es el comunismo ateo que difunde el error y la obstinación del rechazo a Dios,
4. El Dragón Rojo es el ateísmo marxista. Sus diez cuernos son la desobediencia de los diez Mandamientos de Dios a través de la prensa y la educación. Sus siete cabezas coronadas con siete diademas, éstas son signo de poder y de realeza, y aquellas cabezas son los Estados donde el comunismo ateo domina con la fuerza de su poder ideológico, político y militar.
5. La enormidad del Dragón es la gran extensión de la tierra ocupada por el dominio del ateísmo comunista. El rojo es el uso de la guerra y la sangre como instrumentos de conquista.
6. El enorme Dragón Rojo conquista a la humanidad con el error del ateísmo teórico o práctico, que ya ha seducido a todas las naciones de la tierra. Es constructor de una nueva civilización sin Dios, materialista, egoísta, hedonista, árida y fría, de la corrupción y de la muerte.
7. El enorme Dragón Rojo tiene el objetivo diabólico de sustraer toda la humanidad al dominio de Dios y la Iglesia. El Dragón se manifiesta en el vigor de su potencia.
8. La otra bestia que ayuda al Dragón es la pantera negra que sube del mar, la masonería, que actúa en lo oculto de la sociedad para adorar falsos ídolos (Nueva Era, Estado, herejías). La tercera bestia, el falso cordero de dos cuernos que sube de la tierra, es la masonería eclesial, edificadora en lo oculto de un falso Cristo y una falsa Iglesia.
9. El Enorme Dragón Rojo, sin excluir la violencia (destruyó hace poco templos católicos), hoy evoluciona hacia la creación de una Iglesia de Estado para ser integrada dentro de la Iglesia, tal como hizo Stalin con los ortodoxos. Inteligentemente estructurada, es una alternativa al imposible exterminio violento de la Iglesia.
10. La Iglesia patriótica china puede verse aquí: www.chinacatholic.cn. Apoya al Partido Comunista a través de la manipulación de las Sagradas Escrituras, el Magisterio y el Catecismo. Es una Iglesia-Agencia estatal de espionaje y propaganda.
11. Francisco ha hecho resucitar el regalismo: la superioridad del Estado sobre la Iglesia
12. Francisco ha favorecido la aparición de pseudoiglesias católicas, pues Francisco ha dicho: "Estados, si tenéis fuerza, cread vuestra Iglesia patriótica, que yo no me opondré, la legalizaré y la integraré por ordeno y mando al resto". En Cataluña, tenemos nuestra Iglesia Nacional-Progresista.
13. El acuerdo es ambiguo y provisional, con seguridad hay otro acuerdo secreto de interpretación en paralelo. No va a eliminar a la Iglesia clandestina fiel y tradicional.
14. El nombramiento de obispos afecta a toda la Iglesia, pues ataca a los seminarios, admisión de religiosos y movimientos, el nombramiento, traslado y disciplina de curas, control de homilías, publicaciones y declaraciones, intervención en la CE, apoyo al Gobierno...
15. En definitiva, es un verdadero desastre. Se dice que Pío XI dijo al futuro Pío XII, cuando éste le pidió explicaciones de los contactos con Hitler, que pactaría con el mismo diablo para conservar un mínimo de Iglesia. Antes de morir, debió de publicar Mit brennender Sorge...
Francisco dice qué tendrá la última decisión sobre el nombramiento de los obispos chinos. Santa inocencia.
EliminarCon una distancia de 10.000 km entre Roma y Pekín, con un gobierno tiranico, despótico y totalitario, comunista ateo, materialista y corrupto, superpotencia expansionista imperialista y colonial (Tibet), enemigo de la democracia y los derechos humanos, capaz de usar la violencia, dotado de un mecanismo de control policial de la sociedad, y es impune e inmune a cualquier denuncia de la comunidad internacional, el control vaticano del ejercicio episcopal está totalmente perdido y será nulo.
Además, el obispo desarrollará su función episcopal esclavizadoramente servil de acuerdo con los férreos pactos, oficiales e implicitos, abiertos y secretos, firmados y apalabrados por Roma y Pekín. No me chupo el dedo.
Por ejemplo, en Barcelona tenemos el caso del obispo Omella y sus dos obispos auxiliares: sumisión al poder anticristiano de la Generalidad y del Ayuntamiento de Barcelona, protección de la Iglesia Patriótica Nacional Progresista, omisión de cualquier tipo de temática relacionada con la vida, la familia y el matrimonio, la educación y el bien común, la cultura de la muerte, la ideología de género y el relativismo moral legislativo, con la absoluta defensa del independentismo a través de las notitas cobardonas de la CET, abandonando los catalanes que queremos estar con España, y no diciendo nada-nada-nada del aborto y la ideología de género, el divorcio, adulterio y las parejas de hecho, la anticoncepción y la reproducción asistida, más la herejia rampante dentro del seno de la Iglesia. Nos toman por tontos del bote...
Y eso que Barcelona tiene una ruta de vuelo de 880 km y una duración de una horita y media de Roma... ¿A 10.000 km van a controlar algo? ¡Venga ya, a tomar el pelo a otros!
Una de las razones esgrimidas por los musulmanes contra la apertura de iglesias, la entrada de misioneros o la difusión de textos cristianos en sus países es que Alà es único, no hay otro. La libertad de culto, prosiguen, sólo cabe en una mente débil, que no está segura de su fe. En el Corán no cabe la libertad religiosa. Allí donde se implanta no cabe marcha atrás. Ahora tenemos centros islámicos, mañana serán iglesias con minaretes, desacralizadas y convertidas en mezquitas. El secuestro o el cautiverio lo han suplantado por la instalación. Lo decía Gadaffi a propósito de la inmigración turca en Alemania. Antaño eran guerras de religión, ahora se trata de la victoria demográfica. Como votan, ganémoslos para nuestra causa han descubierto los nacionalistas. Y donde solía haber un democristiano en la Generalidad, ahora lo ocupan musulmanes, gracias al amigo de monjas y obispos, un tal Torra.
ResponderEliminarLos mortales que vivimos entre el pueblo comprobamos días tras día las quejas de muchos ciudadanos que se quejan de que conocen todas las triquiñuelas administrativas que les permiten unas bicocas que desconocen los demás: ayudas a vivienda, pago de los servicios de energía y agua, libros y comedor escolar gratis, verano incluido, asistencia sanitaria a venidos ad hoc incluso de Marruecos, etcétera, etcétera. Ahora, al estar los servicios sociales en sus manos, los cristianos tienen que multiplicar las instancias y el papeleo.
Nadie se ha planteado, como sí ocurrió en el siglo XIII, una escuela de teología para preparar el diálogo interreligioso de altura, no la mentecatez esa de reunirse en un templo distintas religiones, patochada que nunca ocurrirá en una mezquita ni en ningún templo budista. Fue un catalán, Raimundo Martín, quien escribió la primera apologética para los frailes que habían de tratar con los musulmanes. Bajo el manto de María.
Veo que usted, sr JMVG, anda siempre descalificando e insultando.
EliminarNo veo a qué viene llamar mentecatez, o patochada, a una simple ceremonia interreligiosa, que no es más que una muestra de buena voluntad y respeto entre las religiones participantes. Nadie le obliga a acudir a una de esas "patochadas". Si en el mundo hubiese más personas amables y dispuestas a entender al otro, iría todo mejor. Usted, en cambio, prefiere el insulto gratuito, la confrontación, el pueril "yo bueno, tú malo", precisamente del mismo nivel moral que esos islamistas "closed-minded" a los que critica. Así no, hombre así no. Sea más inteligente. No se ponga al mismo nivel que esos locos.
Un católico no puede participar en ceremonias religiosas de cismáticos, excomulgados o paganos de otras creencias, masones incluidos.
EliminarDesde mi humilde punto de vista: El señor Valderas confunde tener conocimientos con tener fe. Sin duda tener conocimientos es muy bueno, pero tener fe es mucho mejor.
EliminarMe parece muy atinada la reflexión de Mn. Ballester, en especial la frase "Bastaría que los europeos tuviésemos en nuestros valores fundacionales, la fe que tienen los musulmanes en los suyos".
ResponderEliminarEuropa tiene que recuperar el apego a sus raíces cristianas. Solo así dejará de ser un "maremágnum" de estados con intereses contrapuiestos, que van a remolque de los acontecimientos. Europa debe dejar de actuar reactivamente, para actuar tomando la iniciativa. Apelar a la historia de los mercedarios es una bella reflexión.
Al honorabilísimo JC
ResponderEliminarOiga, que calidicar las patochadas de patochadas, no es un insulto, sino una descripción. No es únicamente el Sr. Valderas el que ve como vergonzosas patochadas esos actos de acomodación a lo que se lleva (lo políticamente correcto del momento, la moda: han llegado a montar aquelarres vergonzosos, pero guais).
La idea que desarrolla Valderas (la fuerza de la fe -de los musulmanes) es aleccionadora. Y estaría muy bien que usted la discutiera y contraargumentara. Pero está visto que lo suyo es el que los escolásticos llaman "argumento ad hóminem". A usted no le importan para nada las ideas. Le importan sobre todo las formas (por favor, políticamente correcto) y a partir de ellas, la calificación (la descalificación) de las personas que no se ajustan al modelo. Una vez descalificada la persona, está de más valorar y discutir sus ideas.
Y muy oportuna también la reflexión de Mossén Ballester sobre la Virgen de la Merced y sobre lo bien que nos iría hoy la fe con que se afrontó en el siglo XIII el problema de la piratería sarracena en el Mediterráneo; un problema, al fin y al cabo de esclavización de personas, que no dista tanto del que hoy padecemos haciendo como que nos importa el rescate de esa pobre gente esclavizada precisamente por sarracenos y echada al mar. ¡Qué buenos somos! Y cuanto más de izquierdas y más descreídos, más buenos.
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo y totalmente en des-acuerdo con JC. O somos CATOLICOS o no somos CATÓLICOS, medias tintas EN NINGÚN CASO!
ResponderEliminarMn Custodio , no puede comparar la situación de entonces a la de ahora. En esos siglos teníamos que rescatar a los nuestros , a cristianos . Ahora lo que nos llega son musulmanes y con muy mala intención...seamos claros. Antes era redimir esclavos cristianos , ahora es invadir España, Europa, una invasión islámica con todas sus consecuencias...la solución Cristina cual es? Pues cerrar fronteras a cal y canto y devoluciones instantaneas, ni uno más que entre en nuestro pais...sino olvidaremos en poco tiempo de que fuimos cristianos.
ResponderEliminar¿Mentecateces, patochadas?
ResponderEliminarEl amable anónimo de 10:31 juzga que mi desacuerdo con el sr JMVG es un ataque ad hominem. Me explique por qué.
Por otra parte: los encuentros interreligiosos de Asís, instituidos por San Juan Pablo II en 1986 ¿eran "patochadas" o "mentecateces" propias de un buenista políticamente correcto? ¡No me sean tan bocazas, señores!
San Juan Pablo II inauguró las jornadas interreligiosas de Asís para rezar por la paz. Joseph Ratzinger, entonces cardenal y responsable del Dicasterio de la Fe, señaló que no se trataba de ningún acto de sincretismo --ninguna mentecatez o patochada--, sino de que compartían un mismo anhelo por la paz desde su propia confesión o religión. Pero aquello que nació puro, como cualquier reunión de personas decentes que sin fe alguna se unen para realizar un bien para la sociedad, descarriló hasta convertirse en las reverberaciones actuales, donde hasta el propio inquilino de santa Marta afirma que Dios está por encima del Dios católico, que todos tenemos al mismo Dios se llame Dios o de otro modo (Alá, etc). Eso es sincretismo. Eso es patochada, es una memez.
EliminarOiga, señor JC: ¿Ha asistido usted a alguna de esas sesiones folklórico-ecuménicas organizadas por por el servicio de performances del obispado? Recuerdo algunas del tiempo de Sistach cardenal Martínez. El espectáculo "litúrgico" (en la iglesia, claro) podía ser muy ecuménico (incluyendo en el concepto de ecumenismo los pintorescos ritos tribales). Como perdí todo el interés en el tema, ya no ha sabido como ha tomado la antorcha su sucesor Omella. Pero tot plegat, muy poco respetable
ResponderEliminarY no digo que no sea respetable la idea del ecumenismo (aunque a mí no me entusiasma, porque la receta es siempre la misma: ser lo más protestantes posible, porque así nos acercamos a ellos). Lo que no son respetables son algunas de sus escenificaciones, en las que tanto ha abundado la diócesis de Barcelona. Algunas, absolutamente grotescas. Pues eso, ¡SORTIM!, que es lo que se lleva.
El rescate hoy de los cautivos consiste en ayudar a salir de la cautividad del vivir como si Dios no existiera. En Europa, mayormente, así es: la Europa institucional se negó a hacer constar el cristianismo en la redacción de su constitución como uno de los pilares de este añoso edificio que acoge a veintitantas naciones.
ResponderEliminarEl recuerdo de los mercedarios, que consagraban su vida a la liberación de los cautivos, pone de manifiesto la importancia suma de la fe que hubo en la Edad Media y aun hasta el siglo XIX y principios del XX. Ofrecerse como cautivo a cambio de que otro quedara libre solo está a la altura de personas que han trazado su vida a la medida de Dios y expresa con la mejor belleza de lo real que el buen pastor da la vida por sus ovejas.
Sabían a qué apostaban estos frailes mercedarios: a lo fiable sin resquicio que es el Dios del Evangelio.
Cervantes fue rescatado en Argel. Deudores como somos de tanta gracia derramada que se nos suele escamotear por la burda y ruidosa realidad de alharacas sin fin -el pecado es lo superfluo-, merecería la pena conocer bien tanto la experiencia de cautiverio del autor del Quijote como el proceso mediante el cual se logró su liberación.
Nada nos pertenece, sino lo que damos. Gracias, pues, a la Virgen de la Merced por los rescates que hay y que posiblemente no conocemos. Gracias por aprender a dar las gracias. Gracias por mediar ante su Hijo para que la mayor merced sea la de liberar a sacerdotes y obispos de la plaga de los abusos a menores y de otras plagas. Gracias por mediar ante su Hijo para que la Iglesia católica se limpie y se deje de encubrir a los malhechores.