TODOS VOSOTROS SOIS HERMANOS
La liturgia de este domingo XXXI nos hace leer el inicio del capítulo 23 de San Mateo, perícopa que contiene una directa denuncia a los escribas y fariseos y que constituye la introducción al último gran discurso del Señor, el refinado discurso escatológico. Después de las discusiones y enfrentamientos de Jesús con los escribas, fariseos, saduceos y doctores de la Ley de los capítulos precedentes, el evangelista presenta una respuesta sintética del pensamiento del Señor, de su manera de concebir la Ley y los Profetas, de escuchar la Palabra de Dios y de cómo vivirla. Es como el contrapunto a las Bienaventuranzas. Tendríamos que comprenderlas como dirigidas a nosotros, en este final del año litúrgico, como una fuerte llamada a la seriedad con la que debemos preguntarnos si en verdad somos sus discípulos. La pregunta que Jesús nos dirige pues, es si nosotros hemos descubierto la novedad cristiana y su identidad, y si la vivimos sin hipocresía. Jesús nos provoca para que abandonemos todo lo que es obstáculo y lastre para esta novedad y lo que oscurece la identidad cristiana. El Señor nos exige un valiente examen de conciencia y una concreta decisión de coherencia de vida.
Después de proclamar el primer y gran mandamiento del amor de Dios y el segundo, que es igual al primero, el amor al prójimo, sería superficial contraponer el amor a la Ley. El Señor no la desprecia, como piensan los escribas y fariseos, y no desea sustituir la ley por el amor, como piensan muchos cristianos. El amor es el cumplimiento de la Ley: sin amor la Ley muere y el Profeta se apaga. Pero no, el amor no es un sentimiento vacío y superficial: no deja de lado la Ley, la vive en plenitud; no se contenta con no decir lo falso, busca la verdad; no se contenta con no matar, da la vida; no sólo no roba, sino que viene al encuentro de la necesidad de los hermanos. Esta página del evangelio expresa la pasión de Jesús por la Ley: no como una serie de preceptos para practicar, sino como expresión del cuidado con el que Dios como Pastor, guía a su pueblo por el camino hacia la libertad. El amor de Jesús por la Ley muestra que Él vive totalmente en la escucha de la Palabra de Dios: este es el signo de su ser Hijo de Dios que conoce interiormente la voluntad del Padre, que únicamente el amor filial impide que acabe en un legalismo vacío e inhumano. La convierte pues en instrumento de autenticidad y de libertad. Jesús quiere acompañar a sus discípulos hacia la madurez sin dejar espacios para equívocos.
Jesús no contesta la enseñanza de los escribas, más bien les invita a una observancia precisa de cuanto enseñan. Con palabras duras, con invectivas y lamentos, expresiones llenas de cólera y sufrimiento que manifiestan el dolor por el Amor traicionado, el Señor denuncia situaciones intolerables. Jesucristo denuncia ante todo la hipocresía de quien con tanto empeño “dice pero no hace”. Dice y después se abstrae de la realidad, no participa de la fatiga de la vida, y reduce la Palabra de Dios a una abstracción, a un sistema de principios morales. Principios para imponer a los demás, practicando la autoridad como poder y no como servicio. Denuncia la vanidad de quien quiere admiración de la gente y de quien se considera importante, deseando honores y títulos: todo esto que podría tener un sentido, se convierte en ridículo o dramáticamente negativo cuando obvia la atención y escucha a la Palabra de Dios y a los verdaderos valores de la persona que debiera testimoniar.
Santo Tomás de Aquino manifiesta una especial predilección por la frase: “No os hagáis llamar maestros, ni llaméis a nadie padre en la tierra, ni os hagáis llamar guías”. En ella, el Doctor Angélico descubre el proyecto para una vida en común hermosa y feliz: no una sociedad anárquica, sino una sociedad en la que sus elementos constitutivos adquieren un sentido nuevo porque derivan de Jesucristo. “Uno sólo es vuestro Padre, el que está en los cielos; uno vuestro Guía, el Cristo. Todos vosotros sois hermanos”. Con Cristo compartimos la vida del Padre, escuchamos su Palabra y la ponemos en práctica. Santo Tomás subraya que sólo entre hermanos, entre amigos que han saboreado la experiencia de Aquel que enaltece a quien ha tenido la valentía de vaciarse de su propio orgullo, se puede ejercer una autoridad, una paternidad, una guía. Que no domina, que no aplasta, sino que libera porque es únicamente transparencia de un Amor.
Mn. Francesc M. Espinar Comas Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
Palabras preñadas de sentido y verdad: la ley y el amor, la fe y las obras, indisociables. En estos tiempos de fariseísmos y falsos profetas, en que Lutero pareciera que tuviera razón y Melanchton fuera dechado de pedagogía cristiana, la vindicación de la carta de Santiago sobre la justificación adquiere plena significación. Convertir las obras en amor es una magnífica reflexión. Gracias, mosén Franscesc.
ResponderEliminarGlorioso el comentario del sr. Valderas, como siempre.
EliminarEn realidad, según la Biblia, tal como dijo un teólogo, hay tres patas del trípode que son indisociables, como corazón, pulmones y cerebro:
Eliminar1. Amor
2. Verdad
3. Justicia
Los cuales dan como frutos del Reino de Dios preanticipados y consumados al modo de la Tierra:
1. Orden
2. Tranquilidad
3. Paz (interna y externa: familiar, social, internacional)
4. Felicidad
...
Una visión global y holística, completa:
1. Amor, caridad y misericordia de todo:
- Dios y su Ley
- La Iglesias por ser la Esposa de Cristo
- prójimo (por orden: hijos, cónyuge, familiares, sociedad)
- uno mismo
- la Creación (por su orden: animal, vegetal y mineral)
2. Verdad de fe y moral, de lógica y razón.
No hay amor sino laxismo si niego, dudo o me callo la verdad.
3. Justicia
Casi tal como la definió el jurista romano Ulpiano:
Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi
La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho.
Religiosamente, dar su derecho es que los obispos y presbíteros den todos los tesoros antiguos y modernos a los fieles: devociones, misas bien hechas, confesar, predicar la verdad total...
De nada sirve la verdad si actúo injustamente, callándome o alabando las malas acciones de los poderosos, como se ha visto en el caso de la Iglesia con los hechos políticos que acaecen.
Ser amoroso y verdadero pero injusto no sirve: es laxismo y mentiroso, propio del Padre del Homicidio y de la Mentira.
Si hay un consagrado que dice "Yo amo y ayudo al pobre", pero dice herejías y errores graves, no ama tal como quiere Dios.
Si dice lo mismo y dice la verdad, pero tiene consideración de las personas (laxo con el poderoso y amigo), ni ama ni dice la verdad, es familiar del Príncipe del Mundo.
El oficio de consagrado, en todos los niveles, es muy difícil, imposible sin la doctrina y la gracia de Dios. Recemos por ellos.
4. Amor, verdad y justicia llevan al orden, tranquilidad, felicidad y paz del Reino de Dios.
Todas ellas son necesarias en el mundo y más en Cataluña, ésta Reino de satanás, entre otras, porque lleva acumulados más de 450.000 homicidios de niños inocentes no nacidos, privados de la felicidad del nacimiento y desarrollo, propiciado por falsos o cobardes "patriotas" injustos y negadores de los derechos humanos en igualdad y universalidad.
"Dice y después se abstrae de la realidad, no participa de la fatiga de la vida, y reduce la Palabra de Dios a una abstracción, a un sistema de principios morales. Principios para imponer a los demás, practicando la autoridad como poder y no como servicio."
ResponderEliminarEs que la Ley o Doctrina tiene son de imposible cumplimiento si no participa la gracia.
El nacional-progresismo eclesial alienta el incumplimiento de la Doctrina diciendo que son ideales, y para nada habla y da la gracia.
El catolicismo es paradójico, pero no: pide cumplir una Ley que sabe imposible de cumplir por las propias fuerzas, pero da la gracia.
Y la confesión no deja de ser la ayuda para ser perfectos como Dios, nada menos.
Nuestro nacional-progresismo ha fracasado totalmente en integrar la totalidad de las palabras evangélicas de Jesús.
¿Por qué seguimos y nuestros consagrados siguen dándonos literalmente basura y estiércol de una ideología postconciliar estéril?
El nacional-progresismo episcopal y presbiterial ha borrado toda mención a pecado mortal, confesión, indulgencia, infierno, purgatorio, demonio, posesión, mística, ascética.
No encaja en su ideología y lo rechaza. Consecuencia: nos dan falsedades y modelos de consagrados engañosos y estafadores.
Hay que pedir a Jesús que nos envíe muchos, santos y buenos sacerdotes, y que dé valentía y parresía para decir la verdad en tiempos de postverdad y noticias falsas.
“No os hagáis llamar maestros, ni llaméis a nadie padre en la tierra, ni os hagáis llamar guías”
ResponderEliminarUn olvido entre los obispos, curas y religiosos catalanes es que el Logos, la Palabra, tiene por compañía a la Taumaturgia, la capacidad de hacer milagros: sanación de enfermedades y transtornos, liberación de importunaciones diabólicas, profetizar o ver el futuro, ver el pasado y el presente escondido, cardiognósis o capacidad de ver el corazón de las personas tal y como lo ve el Espíritu Santo, la multiplicación de todo tipo de materia, la totalidad de los fenómenos místicos divinos...
Este gravísimo olvido de la taumaturgia o poder de hacer milagros y prodigios, es lógico en el nacional-progresismo.
Es debido a que tienen terror y pánico al Espíritu de profecía y cardiognosis: "No vais bien y sufriréis un mal como consecuencia de vuestra maldad, y vuestro corazón no está limpio", al estilo de las cartas a las 7 Iglesias del Apocalipsis: "... estás muerto por dentro..."
Por eso, nuestros obispos y presbíteros, así como religiosos (abades y monjes), teólogos y laicos destacados, son verdaderos y fieles Funcionarios de la Palabra, de 10 a 13 y de 18 a 20 horas.
Pero no ejercen el Poder de la Palabra para el bien de la Iglesia: el obispo castiga al presbítero que hace milagros, el abad a su religioso, el presbítero a su diácono, el presbítero y el diácono al fiel que es profeta o carismático...
Miedo, terror, pánico a la verdad y poder de la Palabra... profeta de calamidades... terrorista... Dios es amor y nunca amenaza ni castiga... estafador milagrero... loco chiflado... rígido con cara de pepinillos amargados...
"Jesús no contesta la enseñanza de los escribas, más bien les invita a una observancia precisa de cuanto enseñan. Con palabras duras, con invectivas y lamentos, expresiones llenas de cólera y sufrimiento que manifiestan el dolor por el Amor traicionado, el Señor denuncia situaciones intolerables."
ResponderEliminarNuestros nacional-progresistas, adictos y adeptos a la teología progresista, son hoy estos Escribas, Fariseos y Doctores de la Ley, pues tienen el poder jurídico y moral de la Iglesia catalana, ya no aquel "nacional-catolicismo" de antes, desaparecido hoy.
Estos neofariseos nacional-progresistas hacen lo mismo que sus padres, 2.000 años después:
"Señor, si practico la justicia social hacia el pobre según el marxismo, y si defiendo a Israel de Roma con el independentismo radical, entonces cumplo con la Ley de Dios: amar al pobre y al oprimido. Con eso basta para ir al Cielo y ser justo en la Tierra. No necesito decir la verdad de fe y moral, ni practicar la justicia, ni cumplir con la liturgia, ni ayudar a la estabilidad y paz de mi gente."
Totalmente de acuerdo con la reflexión del Sr.Valderas,grandioso!
ResponderEliminarSí, pero hay cosas que sólo las puede Jesús y la intercesión de María (a través de cadenas de intercesiones: santos, ángeles, almas purgantes, fieles laicos y consagrados):
Eliminar- Señor, corre, ven a ayudarnos, sólo tú lo sabes y lo puedes todo
- María, demuestra tu realeza, protégenos
- Jesús y María, eliminad los planes perversos de los malvados
Opino que la Jerarquía y el pueblo de Dios en general, tras el CVII y con relación a España en particular, después de un estado confesional católico, coadyuvó a la llegada de un estado ateo, aunque fuera bajo la forma de estado aconfesional. Se dedicaron a derribar el único estado cristiano de Europa y a todo ello, creo que le llamaron con la paradójica frase “independencia institucional de la Iglesia”.
ResponderEliminarLa realidad es que no ha habido independencia institucional de la Iglesia, sino más bien todo lo contrario. No ha habido condena “seria” ni del divorcio, ni del aborto masivo, ni de la experimentación con embriones, la imposición de la ideología de género etc. Vendidos por un puñado de monedas.
Aquí en Cataluña, si ha existido confesionalidad de la Iglesia y esta ha sido la “catalanista progresista”. El intrínseco abrazo de la Jerarquía al poder civil en Cataluña, a todas sus obras y sus pompas raya la apostasía total.
En estas cenizas de lo que fue la cristiandad hay focos de resistencia y hay esperanza.