Por ahí va la cosa: el Tribunal Constitucional se ha puesto creativo. Le pareció que no podía quedar fuera de su tiempo, caracterizado por tantas ingenierías: la genética (con sus transgénicos p. ej.), la financiera (¡qué genios!), la social (jugando a mefistofelillos) y tantas otras. Así que se lanzó a la ingeniería constitucional y en su virtud ha decidido que dos y dos son cinco, o lo que es lo mismo que, en virtud de la letra y del espíritu de la Constitución española, la unión de dos personas del mismo sexo forma parte de la multimilenaria y multicultural institución del matrimonio a la que se refiere nuestra Constitución. Hay que suponer que en virtud de esta creativa sentencia, el gobierno tendrá que desarrollar una intensa política de concienciación empezando por la escuela, exigiendo sobre todo a las maestras de primaria que sean sumamente rigurosas en la implantación del léxico adaptado a la nueva situación: reprendiendo por tanto a los niños cada vez que digan “mi padre” o “mi madre”, en vez de decir “mi progenitor A” o “mi progenitor B”.
Evidentemente los tres poderes en comandita (el ejecutivo, el legislativo y el judicial), por junto y por separado, nos han tomado a los ciudadanos por débiles mentales. Desde el famosísimo “OTAN de entrada no, y de salida tampoco”, vendido tan masivamente, los políticos de todos los colores quedaron deslumbrados al descubrir precisamente eso: que los ciudadanos ejercen de tales no por la razón, sino por otros mecanismos. Descubrieron gozosos que al no funcionarles ni tan siquiera el elemental principio lógico de no contradicción, les pueden hacer comulgar con todas las ruedas de molino que se les antojen. Y a partir de ahí se dedicaron a sus faraónicas obras de ingeniería social, la más eximia de las cuales es la cosa ésa de género, de la que forma parte la distorsión del concepto y de la institución del matrimonio. Es la moda tan creativa de cambiarles las cosas a los nombres.
Lo más probable es que la mayoría de los magistrados del alto tribunal ignoren que una civilización es algo sumamente complicado, imposible de construir ni en cuatro ni en cuarenta años: requiere instituciones que la hagan sustentable. Y si no da con ellas, se derrumba. Y puesto que toda civilización empieza a construirse por los cimientos, no se le ha ocurrido a ninguna crear una institución para practicar el sexo. Para eso existe ya un impulso biológico que se sostiene solo, sin que nadie salga en su ayuda. Por eso no se conocen instituciones que se dediquen a sostener la práctica del sexo (a no ser que, puestos a asignar nombres, quieran llamar “institución” a la prostitución, las orgías, la violación, y las múltiples variantes de práctica sexual).
Sí existe en cambio en todas las grandes civilizaciones que han sobrevivido al paso de los milenios, una institución denominada matrimonio , cuya finalidad queda expresada en el propio nombre: “ oficio de madre ”, cuyo término correlativo, ¡vaya casualidad!, es patrimonio , que significa “ oficio de padre ”.
¿Y por qué a todas las civilizaciones que han sobrevivido se les ha ocurrido ir a parar a un mismo patrón? La pregunta está mal formulada. No es que a ninguna civilización se le ocurrieran otros modelos y otras líneas de solución. Claro que sí, pero sobrevivieron únicamente las que eligieron el patrón del matrimonio con un “oficio de madre” y un “oficio de padre”. Las demás, variadísimas, desaparecieron del mapa porque sus modelos resultaron no ser sustentables: y no hubo manera de que se sustentase la sociedad sobre ellos.
Es que todas las civilizaciones se han tenido que enfrentar, más que al problema de la pervivencia (que de él se ocupa la biología si la civilización no le pone trabas) al de su edad global, que es tanto como plantear el problema de la sustentabilidad de todo el colectivo . Y esa edad global equilibrada, sólo se consigue mediante el relevo constante de cada rango de edad: un relevo que, obviamente, empieza en el nacimiento de nuevos miembros de la sociedad. Porque si no van avanzando imparables los sucesivos relevos, la sociedad envejece, se debilita por tanto, y antes de su muerte vegetativa es desplazada por otra sociedad más joven y fuerte. Y resulta que en ese camino de envejecimiento y de debilitamiento global nos hemos metido.
El caso es que las grandes civilizaciones han aprendido a lo largo de bastantes milenios de ensayo y error, que la familia asentada en el matrimonio es la única forma eficaz y duradera de garantizar este relevo generacional , asumiendo la costosa y dilatada carga de socialización de los nuevos miembros hasta su incorporación activa a la sociedad.
Estas civilizaciones no inventaron la institución del matrimonio pensando en resolverles el desahogo sexual a las parejas, que para ese viaje no hacían falta tan ricas alforjas; en lo único que pensaron fue en crear una institución lo más sólida posible para acoger y formar a los hijos. Y la llamaron matrimonio porque le aseguraban una madre al hijo; pero no a la manera de los animales, sólo para durante la crianza, sino para el largo período de formación hasta que se incorporase a la sociedad como individuo autónomo. Para hacerlo posible, vincularon a la institución el patrimonio, que probablemente no por casualidad significa “oficio de padre”.
Otra cosa es que al estar empeñada la sociedad en el bienestar y en la mejor formación de los hijos, tuviera la enorme preocupación de que éstos no nacieran fuera de la familia construida con el matrimonio. Y precisamente para evitar que nacieran hijos únicamente a cargo de la madre, con la enorme merma de posibilidades que conlleva esta situación, limitaron la actividad sexual al matrimonio. Insisto, para evitar que nacieran hijos fuera del matrimonio, sin familia por tanto y en tremenda inferioridad de condiciones .
Si todas las civilizaciones que aún sobreviven se propusieron como objetivo ineludible para la supervivencia de toda la colectividad, que institucionalmente los hijos nacieran dentro de una familia, el único camino para alcanzar ese objetivo era limitar la actividad sexual lícita al matrimonio. Otra cosa era arriesgarse a multiplicar los hijos marginales, que los hubo en todas las civilizaciones, y que en todas ellas fueron carne de esclavos.
Una pésima lectura de esta ilación entre actividad sexual y procreación, ha llevado a los de pensamiento más superficial (de sesudísima apariencia y rimbombante título algunos de ellos) a deducir que el matrimonio se había instituido para el disfrute sexual de la pareja que lo contraía. Y no, insitucionalmente no era así . Ésa no era la causa, sino el efecto; no la premisa, sino la consecuencia. Por eso son muchos los que se han llamado a engaño, incluidos la mayoría de los miembros (¡y miembras!, que diría nuestra eximia ministra) del Tribunal Constitucional y han confundido la crianza de los hijos, que fue el único motivo que dio lugar a la institución del matrimonio, con el disfrute del sexo, que biológicamente va unido a la reproducción. Es que como sin sexo no podía haber hijos, estas sociedades establecieron que sin hijos (sin la institución cuyo fin son los hijos) no pudiera haber sexo. El sexo quedó socialmente al servicio del matrimonio -esencialmente reproductivo - igual que lo está en la naturaleza al servicio de la reproducción.
De ahí que ninguna civilización nos muestre que el matrimonio, despojado a radice de su capacidad reproductiva, se haya puesto al servicio del sexo. Ninguna salvo la nuestra, en la que este fenómeno no pasará de ser una anécdota que acompaña a su decadencia y ruina. Es que, claro, estamos obsesionados por la sociedad del bienestar; ahí tenemos a todas las instituciones de este maravilloso estado del bienestar empeñadas en librarnos de la familia, del matrimonio (¡claro que sí, librarnos del matrimonio!), de la fidelidad, de la responsabilidad, del compromiso, del esfuerzo, de los hijos (aborto a la carta), pero ofreciéndonos sexo a tope. Sin restricciones de ningún tipo y promocionando cualquier género de sexo; porque es evidente que el sexo totalmente desvinculado de cualquier responsabilidad es un factor de bienestar, mientras que los hijos han venido a ser parte importante de un estado del malestar: por eso el sexo con hijos se considera en principio una calamidad de la que han de liberar a la mujer todas las instituciones.
El caso es que desde la pura perspectiva antropológica suena estrambótico, estrafalario, esperpéntico y kafkiano, llamar matrimonio a una pura cuestión de sexo, que por sí misma no es ni capaz ni idónea para desembocar en el “oficio de madre” intrínseco a esa institución . Más todavía cuando en su conjunto la sociedad en que esto se discute, ha puesto en peligro su subsistencia descuidando, devaluando y en algunos momentos acosando la auténtica “función de madre” (me refiero a lo difícil que han puesto el ser madre la ley del aborto y la tupida trama de instituciones a su servicio).
Y mientras arde Roma, los inefables magistrados del Tribunal Constitucional, después de deliberar durante 7 años si serán galgos o serán podencos, han emitido sentencia: son podencos. Roma se va al garete, y esos divos tocando la lira en medio del incendio.
Han sentenciado que qué mas da si los carniceros, en virtud del principio de igualdad y de no discriminación, reivindican la denominación de cirujanos y los derechos sociales inherentes a ese título, por ser el de carniceros vejatorio y carnicerófobo. Que al fin y al cabo una sociedad moderna no puede ser tan cicatera en meras cuestiones nominales.
Transcribo, finalmente, la opinión de monseñor Reig Pla sobre esta sentencia del TC: « Es un mal servicio para la sociedad española» puesto que no ha tenido en cuenta «los presupuestos antropológicos que están en la base de lo que es el matrimonio». También la Conferencia Episcopal Española ha manifestado su desacuerdo contra esta sentencia.
Cesáreo Marítimo
Parece mentira a donde se ha llegado, ya digo que cuando a Dios se le excluye de la sociedad, ésta se vuelve esclava de si misma.
ResponderEliminarPara el TC, puede ser una decisión victoriosa, ya que según tengo entendido, se ganó la votación por 8 votos a favor y 3 en contra. Pero no tienen en cuenta que va contra el Derecho Natural.
Sino que se lo digan a los indígenas y nuestros antepasados, que sin nadie darles lecciones de matrimonio ni de sexualidad, la humanidad ha ido creciendo, sencillamente porque por instinto natural, un hombre no busca a otro hombre, sino a una mujer para su compañía y todo lo demás.
Aquí queda claro, que para que los gais y lesbianas, puedan tener las mismas ventajas que los matrinonios, no han dudado en ir contra natura, antes que modificar el código civil para buscar otro nombre para esta clase de uniones.
Toda esa decadencia no viene de hoy para mañana, sino que es un largo proceso, en que se oyen disparates como que un embrión de determinadas semanas no es un ser humano y que se ha permitido que los gobernantes, aunque corruptos en buena parte, les sigamos votando, sin exigirles que cumplan su programa, no gobernando con la valentía que exige deshacer lo malo del anterior
De seguir así, la decadencia moral y económica, la tenemos garantizada. Solución primera y única, volver a contar con Dios en nuestras leyes y nuestros actos de cada día
Fue hace muchos años. Por razones que no vienen al caso tuvo cierto contacto frecuente con el capuchino Llimona. Se había hecho activo militante socialista y puesto el mundo por montera. En su caso, la fidelidad a la Iglesia y su doctrina (sacramental, social, etcétera). Recuerdo haberle expuesto la deriva socialista (la ingeniería de la que desde Zapatero se viene hablando, pero que es un distintivo socialista, avalado por CiU y de origen que muchos sospechan masónico) en dos puntos principales: la prevaricación de la justicia y la corrupción de la educación niños y jóvenes. Si repasamos la historia de la España posfranquista, veremos que esos dos puntos han sido los objetivos de principal incursión socialista-convergente.
ResponderEliminarLos presidentes del TC de los mandatos socialistas han sido entusiastas seguidores de la ruina de la justicia.
Suelo acudir a las fotografías. En una, que dio la vuelta al mundo por degradante y vergonzosa,veo a García Pelayo con cara de arrestado entre Guerra y González la víspera de la sentencia de Rumasa. Veo en otra a Tomás y Valiente (quien sería asesinado criminalmente por ETA) cogiendo con las dos manos la de González. Veo en una tercera a Sala en un sarao socialista, con zapatos de doble suela para elevar su estatura (según comentó algún diario. El TC socialista al servicio del poder socialista, al servicio de la ingeniería socialista-convergente.
Sabía muy bien Sala que no podía dejar el asunto del matrimonio homosexual sin aprobar, antes de que expirase su mandato. Igual que prevaricó, en compañía de otros (incluidos el convergente Gay), en asuntos dirimidos por el TS y sobre los que no tenia competencia, en sentencias que han causado un grave daño a España, no le ha importado saltarse en esta ocasión la lógica y el texto constitucional.
La letra es clara sobre el matrimonio. La evolución a la que Sala apela es una argucia jurídica carente de base. Si la sociedad quiere el matrimobnio homosexual tiene un medio eficaz: cambiar la Constitución. Pero Sala sabía que por ese camino no iba a reconocerse al menos a corto plazo.
¿Quién tiene la culpa de ese desastre? No hace falta ser un lince para inferir de los programas socialistas sus ideas disgregadoras de la sociedad. Sólo los interesados, los miedosos, los teólogos a la violeta, los necios, en una palabra, han propiciado ese desmadre y los que vendrán.
Esa sentencia no servirá de revulsivo, ni de llamada de atención de nuestros obispos, salvo en algún caso aislado. Y no en Cataluña, que no habrá ni uno con redaños. Todo lo contrario. Abundarán las justificaciones , del tono empleado por el abad de Montserrat a propósito del aborto: si el legislador lo consiente; o del arzobispo Vives a propósito de un Estatut contrario a la moral natural (no sólo a la católica): si el pueblo lo quiere.
No culpo tanto a Sala, cuya historia está ahí para quien quiera leerla, cuanto a esa masa de políticos sedicentes cristianos, incrustados hoy en instituciones rectoras de la Iglesia en Cataluña, que con su voto y su trabajo hicideron plausible al matrimonio homosexual, el aborto libre y, mañana, la eutanasia.
Porque las cosas se prevén. Lo manda el Evangelio en metáfora de ofidio.
Los peores enenigos de la Iglesia están en los partidos de derecha y en la propia Iglesia. Líbrame de los enemigos que de los amigos ya me cuido yo.
EliminarAquí hay dos problemas:
ResponderEliminarPrimero: El sistema de elección de los jueces y las cuotas de los partidos.
Se deberia llegar por meritocracia y no por ideologia.
Segundo: Yo soy católico practicante, e intento vivir según mis convicciones religiosas y mi conciencia.
Pero también veo que hay muchas personas que ni son católicas, ni nunca pisaran una parroquia, ni quieren saber nada de la religión, y a esas personas hay que darles desde el Estado, y la Administración, unas respuestas a su situación personal.
A mi no me gustan ciertos tipos de parejas, pero eso no quita que estan hay en nuestras ciudades y barrios.
Y ha veces los católicos tampoco sabemos presentar los temas de moral y doctrinales con coherencia, sin prepotencia, y desde la humildad.
Hoy los católicos somos ya una minoria, y esa es la realidad nos guste o no. Y desgraciamente muchos católicos después de años de ir a la Santa Misa, no saben dar razon de su fe.
Muy bien! Suscribo perfectamente todo lo que usted dice. Qué mentalidad más abierta y plural! Gracias Señor! Por fin veo la luz!
EliminarNo veo qué tiene que ver el dar respuestas con llamar Matrimonio a lo que no lo es. Nadie ha dicho que haya que atacar a nadie, no va de eso la cosa. Sencillamente, es que esa unión (que se ha dado siempre) no es un Matrimonio, y el motivo por el que quieren hacernos creer que sí lo es, no es porque muchos de esos "intelectuales" lo crean (ni aún lo aprueben en su interior) es sencillamente para avanzar en la desnaturalización y la relativización de la sociedad.
EliminarEse es su "trabajo".
Anonimo: me parece que no ha entendido una cosa elemental: el matrimonio y su preservación no es una cuestión religiosa, sino social. Sin una protección del matrimonio, la sociedad se va a hacer puñetas. Por esto el matrimonio no es algo propio de paises cristianos sino de todas las culturas y religiones.
EliminarSocialmente cada uno es libre de hacer las barbaridades sexuales que le apetezca, pero pretender institucionalizarlas, es un error enorme, porque el concepto de matrimonio pasa a ser una relación sexual y de convivencia cualquiera, no un marco de protección donde aportar nuevos ciudadanos, y educarlos y socializarlos. Ya bastante degradado está el matrimonio con la ley del divorcio expres, encima le faltaba esta puntilla.
En fondo la mayoria de gays les importa un pimiento que se puedan casar o no, pero lo que si les importa es que su situación sea socialmente reconocida y que la homosexualidad sea vista como una buena práctica.
En parte es posible que los catolicos no sepamos presentar los temas de moral, (aunque este no es solo un tema de moral), pero en debates de TV publica, ya se cuidan muy bien de no llevar a católicos con prestigio e ideas muy claras al respecto. La politica es ridiculizar a los catolicos, o llevar a catolicos progres que aplaudan a lo politicamente correcto.
Anónimo de las 11'03:
EliminarComo respuesta jurídica a la convivencia entre homosexuales, salió la ley de parejas de hecho. Nadie pedía que su situación fuera homologada al matrimonio real, fue un problema que inventó y expuso el PSOE a su antojo para luego lucirse con la solución, a la vez que atacaba una vez más a la institución de la familia, cumpliendo un famoso cometido de la masonería internacional.
No es el agravio comparativo lo que pueda solucionar ningún problema. Ni siquiera otorga mayores libertades, sino que genera nuevos problemas. Imagínate que sale un comerciante de excedentes de vinos jóvenes de Alella o del Priorato y consigue que tengan la denominación de Ribera del Duero y crianza.
Excelente articulo. Le felicito.
ResponderEliminarEl TC ha intentado rizar el rizo y de tan "guais" que parecen, a lo mejor pretenden tomarnos por tontos. Si tan evidente queda en la Constitución que el matrimonio es tanto para hombres como para mujeres a nadie se le habría ocurrido reivindicar una cosa que es tan evidente (desde el principio de la Historia, vamos)y que etimológicamente queda tan claro "matrimonio" Quien no entienda las partículas, ma-trimonio podría llevarse a engaño y entender que tal palabra está atentando a su dignidad diferente y por tanto quiere cambiarla; podrían empezar buscando otro nombre más acorde con la entidad ofendida. Sería como si yo me llamo Pepe Alberto del Monte y el otro Juan y este quisiera llamarse también Pepe Alberto del Monte porque todos tienen derecho a un nombre.
Hay una cosa evidente,los mismos que reivindican un derecho que no les corresponde están dejando en evidencia su diferencia propia. Es decir, son otra cosa, respetable, pero otra cosa. Dios quiera poner orden en tanto disparate.
Sublime texto.
ResponderEliminarHasta donde sé, si bien la STC constitucionaliza tal matrimonio, también es cierto que el PP puede deslegalizarlo, dado que el TC no ha dicho "y es inconstitucional deslegalizarlo".
ResponderEliminarDe todas maneras, aún a la espera de la sentencia donde se pueda ver la justificación, ha prelegalizado los matrimonios poligámicos musulmanes y los bigámicos: sólo hace falta un mínimo de celebraciones y una aceptación sociológica.
El TC ha roto la relación natural esposos-padres-hijos. Para él, todo es válido.
La página del TC: www.tribunalconstitucional.es
En España hay un déficit de blogs y sitios que opinen sobre ciencias jurídicas, sentencias, leyes y derecho. En este ámbito se tiene mucho campo de actuación. Lo más interesante y apreciado es la opinión y el comentario jurídicos.
En los EEUU, buscando a través de los "blawgers"; casi el 80% de los blogs y sitios jurídicos del mundo occidental son de los EEUU, lugar donde la compartición gratuita de información entre los profesionales y los ciudadanos forma parte de la cultura y también porque los bufetes dan información con fines de contratación, cosa diferente en España, donde muy poca información se comparte (y eso que hay campo: derechos lingüísticos, educativos, ejecuciones hipotecarias...).
Es muy importante compartir y opinar sobre sentencias y leyes españolas, tanto del Tribunal Supremo y Constitucional como de las leyes parlamentarias centrales y autonómicas, en especial, sobre estos temas que afectan a la ley natural y divina.
Los paises hispanoamericanos dependen mucho del derecho que se hace en España, debido a que España tiene el liderazgo en ciencia jurídica, motivado por el hecho de que debe de adaptar su derecho a la Unión Europea y a porque aplica doctrina jurisprudencial y científica de Italia, Francia, Inglaterra y Alemania, centros líderes del derecho.
Masturbarse mutuamente o en trió, no es que engendre nada, en todo caso un grave problema mental, pero para los políticos metidos a jueces, con un gran salario de por vida, dicen que es matrimonio, o sea que engendran algo, Qué será?, cuentas en Suiza? comisiones en negro? su ignorancia? en todo caso se propone lo que siempre ha sido excelente, el SACRAMENTO MATRIMONIAL, luego no hace falta inscribirlo en ningún lado DIOS lo sabe y es lo único que importa. Así las ventajas fiscales de las "mononosequé" del mínimo de subsistencia,de sumar los ingresos del esposo y esposa, etc. vamos que se mantengan a estos ineptos totalitarios o sean los verdaderos FACHAS con los impuestos de su invento.
ResponderEliminarPor lo visto el parlamento es superior a DIOS, ya que puede cambiar el ADN por simple mayoría coyuntural, o sea que sequía nanay, se vota democraticamnete que llueva y cuidado que las nubes no lo hagan, se las llamara homofugas y pronto a la cárcel por no ser progres, ni siquiera carcas comunistas como Los verdes hundidos
Dice Jordi:
ResponderEliminarHasta donde sé, si bien la STC constitucionaliza tal matrimonio, también es cierto que el PP puede deslegalizarlo, dado que el TC no ha dicho "y es inconstitucional deslegalizarlo".
A lo que añado que nadie sabe que sea inconstitucional deslegalizarlo, porque no lo es. La inmensa mayoría de leyes derogadas eran visiblemente constitucionales, siendo extraña excepción las que no lo hayan sido. Sirva esto para darnos una idea de por dónde va la jugada del Gobierno.
Cuando digo Gobierno, digo PP, PSOE y el moro Muza, al servicio todos del club Bilderberg, quien de verdad está gobernando Europa y medio mundo en la sombra. Si el PSOE atacó abiertamente con visos y visajes de fanatismo ideológico e introdujo el gaymonio y la ley Aído, el Pp lo hace en forma taimada, consagrado a su histórica labor de perpetuar todo lo que las izquierdas introduzcan, bajo la apariencia de populismo o inoperancia.
Vemos que achaca a su excusa del momento (El TC y su sentencia) la incapacidad fingida de no retirar este agravio y aún van llorando por las esquinas con lágrimas de cocodrilo, dándose por muy afrentados en que se ejecute lo que cumplen servilmente y en realidad, desean. Y vemos el futuro -ya no lejano- en que el fallo del TC sobre el recurso que el mismo PP puso sobre el aborto "obligará" a mantener la despenalización, por no decir que a radicalizarla.
Pero podrían haber retirado el recurso y jamás lo hicieron, ya que es un simple subterfugio que emplean sabedores de que en nuestra suspicacia, entenderemos esta situación como un miedo a la pérdida de votos. Ha sido toda esta farsa lo que ha pervertido a la democracia y la ha convertido en la peor de las dictaduras toleradas, entre nuestra anuencia total y estupidez supina.
¡Hala, todos a votar a nuestros verdugos, que somos muy libres!
Perdonadme si uso un símil escabroso y os ruego que no lo tengáis por soez. A una mascota se la puede querer mucho, pero que mucho, mucho. Y se puede convivir en un mismo hogar con un perro. Llegando a extremos y sin cuestionar las perversuiones sexuales, se pueden mantener relaciones entre un hombre y una perra. No darán por fruto un embarazo, problema que se soluciona con la adopción de una criatura (Perro u hombre, da igual) y el dogma jurídico de que lo primero es un matrimonio de toda la vida y lo segundo, una familia corriente, moliente y conveniente.
ResponderEliminarLo que sucede es que el TC no es lo bastante progresista como para abrirse tanto a estos derechos emergentes y reconocer que son exactamente los mismos que los del "marimonio", a la vez que diametralmente opuestos a los naturales.
Greu, molt greu error del PP de presentant recurs al TC trufat de "progres" a sous i de conservadors, a sou també i, a sobre, "maricomplejines". Fent això enlloc d'esperar a manar, derogar la llei i canviar-la el que han aconseguit és que es beneeixi la llei de forma pro laica i barroera, fins i tot anti jurídica, però beneïda. Però pensant-ho millor, potser és el que volien (plors del major dels Fernández Díaz a part)
ResponderEliminarL'homosexualitat existeix des que existeix el ser humà.
ResponderEliminarNo crec que equiparà juridicament les parelles homosexuals a les hetereosexuals estigui malament, és acabar amb una persecució i discriminació que han sofert des fa segles.
Tots coneixem el que han sofert aquest col.lectiu i com a cristià només puc dir que ja era hora.