¿Cómo han acabado siendo esas celebraciones exequiales de la Palabra? Detallo: una celebración de quince minutos con algún sacerdote o diácono permanente, en algunos lugares laicos encargados para ello, con algún cantito de entrada (o música enlatada en los tanatorios) lectura, salmo y evangelio, con breve predicación, preces, padrenuestro y despedida con aspersión. En Cataluña, el canto folk americano “La vall del riu vermell” es el canto estrella. Actualmente como oferta comercial de las empresas funerarias un cuarteto de cuerda y solista está a disposición de las familias para que a elección de estas puedan acompañar el rito con música clásica o moderna. El “Yesterday” de los Beatles y el “Paraules d´amor” de Serrat alternan con el Concierto de Aranjuez, el Adagio de Albinoni o el Avemaría de Schubert. Y como no, al final, casi siempre un familiar que quiere leer una poesía o unas palabras en las que se “canoniza” al difunto mencionando lo bueno que era y se repite machaconamente ese “desde donde estés” o “danos fuerza desde el cielo”. ¿Y quien es el celebrante-guapo que previamente se atreve a revisar-censurar el contenido? ¿O a negarse a esas “palabras”? ¿Resultado? Una caricatura de la liturgia exequial católica tradicional que de bien cierto, por su joven edad y formación, Mons. Novell desconoce del todo. Lo máximo que ha podido conocer son las celebraciones posconciliares de estos últimos 30 o 35 años, y que en Solsona como en toda Cataluña (hablamos de nuestro ámbito por conocerlo) siguen una misma pauta y dictado: el del infausto CPL.
Pero que, aún a pesar de sus deficiencias, en las parroquias rurales mantienen algunos aspectos positivos. En primer lugar mantiene ligado a cada párroco con su parroquia responsabilizándole de las misas exequiales que puedan surgir en la semana. Esos párrocos que según comentaba a menudo el emérito Trassera, se pasaban todos el día sentados ante el televisor y que ante cualquier propuesta de su obispo para revitalizarlos respondían: “Senyor Bisbe, deixi-mos morir en pau!
Es evidente que sin la responsabilidad de la misa exequial sobre los párrocos, las celebraciones de la Palabra pronto y mayoritariamente recaerían sobre diáconos, religiosas o laicos.
En segundo lugar, los parientes, familiares, vecinos en las diócesis rurales acuden aún en masa a “acompañar al difunto”-como dicen- el día del entierro y no a la misa semanal. Se pierde pues la posibilidad de que la mayoría de estos participen en la misa. Claro está que una misa sin belleza litúrgica y sin una hermosa y sentida predicación más que una posibilidad atractiva se convierte en un tostón.
A mi entender lo que justamente debería imponer el obispo de Solsona es lo contrario: que todas las exequias parroquiales estén acompañadas del máximo esplendor de la liturgia católica tradicional. Que esa misa de Requiem gregoriana –la predilecta por Pablo VI que la presentaba como el culmen de la belleza litúrgica católica- fuera el denominador común en todas las parroquias de su obispado.
Que el párroco con monaguillos salga a cruz alzada a buscar al difunto y a la familia a su domicilio, que realice allí el alzamiento del cadáver y que en oración recorra las calles del pueblo a pie rezando el ritual, hasta la llegada al templo. Que revestido, ingresé en el altar con hermosos ornamentos acompañado de incienso y ceruferarios mientras se canta el “Requiem aeternam”, continuando por el Kyrie de la misma misa. Que vuelva hacer escuchar al pueblo de Dios el tracto “Absolve” como salmo precedente a la secuencia “Dies irae” hermosamente cantada, que predique sobre la vida eterna y la necesidad de ofrecer el sacrificio de la Misa en sufragio por los difuntos, más importante que todas las coronas de flores o las lágrimas, y que celebrando parsimoniosamente la santa Misa, a partir del canto del ofertorio “Domine Jesu Christe” hasta ese “Lux aeterna” de la comunión, aleccione a los fieles sobre el beneficio de aplicar la comunión en sufragio de los difuntos. Y que el canto del “Libera me” y del “In paradisum” final sea el colofón de una bellísima celebración exequial.
Y si cree que todo esto es quimérico, que es un imposible, que es anacrónico y fuera de lugar, que lo sustituya por lo que él crea que tiene la máxima dignidad y belleza. Pero que no caiga en la tentación de la simplificación y la comodidad. Sus diocesanos llevarán cuentas de ello.
A finales del siglo XVIII, uno de los gobiernos del emperador José II de Habsburgo cayó por haber determinado este que los entierros en la ciudad de Viena tuvieran lugar sin ataúd. Únicamente amortajados los cuerpos con un lienzo. El pueblo vienés se reveló porque velaba por la dignidad de sus sepelios.
En los años 70 cuando muchos sacerdotes progres se negaban a que los difuntos pasaran por el templo y concertaban con las funerarias municipales la secularización de las exequias, diciéndose prestar a acudir a los domicilios para una oración exequial antes del levantamiento del cadáver, la gente sencilla decía que “se les enterraba como perros”. Del lecho de muerte al cementerio. Y allí, nadie. No se equivocaban mucho. Los que decían “defender a los pobres” les privaban de sus honras fúnebres.
Muchos argumentarán recordando la discriminación en la clasificación de exequias: de primera, de segunda, de tercera y pobres de beneficencia. Todos sabemos que los buenos sacerdotes de entonces trataban a todos “como a ricos” honrándolos con el máximo decoro en la celebración. De miserables y mezquinos hubo y habrá en todos los tiempos.
Esperemos que en este tema, como en algún otro, Mons. Novell no cave su propia fosa. Los años lo dirán. Aún está a tiempo de rectificar. Una mala tarde la tiene cualquiera.
Dom Gregori Maria
Creo que la principal razón que ha movido a esta decisión no es litúrgica sino práctica: la avanzada edad media del clero de Solsona. Pero coincido con dom Gregori en que la mejor corona y despedida para un difunto católico de verdad es la Santa Misa.
ResponderEliminarAquestes fotografies estan ja molt passades de moda,no? particularment la primera. Nostàlgia dels temps passats?
ResponderEliminarT'equivoques. Esperança en un futur millor. Això és perque t'ha acostumat a la grisor. Els esclaus negres també creien que la seva antiga llibertat era nostàlgia del passat?
EliminarAh, ¿Es que en tu parroqyuia ya no se hace así?
EliminarAixò es feia abans del Concili Vaticà II.
EliminarY después también se hace. Se encuntran de frente a un sagrario mural, al que están haciendo el sahumerio con el turiferario. Completa y absolutamente vigente y sin nada extraño que pueda reprocharse.
EliminarJa, ja, ja...
Eliminar-Ja no tinc res mes a dir
Eliminar-Ja m'has enxampat
-Ja n'hi ha prou de que m'agafi a un clau ardent. ?
No es fácil ser católico en los tiempos que corren. El catolicismo actual, más abierto hacia lo espiritual, es, sin embargo, muy criticado hacia las religiones. Los valores y los ideales de vida inspirados en el Evangelio se presentan como caducos a varios sectores de la sociedad plural o contemporánea. Nuestros dogmas, nuestros principios y nuestras formas de organización para muchos parecen de otra época como bien dice Anónimo 08.00, Y si nos encontramos con los curas "progres" o monjas separatistas. Menudo caldo de cultivo.
ResponderEliminarNo me parece que el catolicismo de hoy sea más abierto a lo espiritual que el de antaño, basta ver el enorme déficit de confesiones de la actualidad. Creo que lo social ha invadido terreno, en detrimento de todo lo religioso. En el fondo, el progresismo, lo progre y el modernismo no son más que el triste resultado de este intento de transferencia imposible.
EliminarY llegando a esta frontera y sin encontrar solución se lanza en un intento desesperado a lo new-age, como si el sincretismo pudiera aportar alguna solución. Lo hace porque el único intento qu ele ha movido siempre ha sido el de relativizarlo todo.
DEacuerdfo.- Como es lógico, hoy no se puede acompañar en las poblacones, el cadaver al cementerio como cuando yo era niño.- El funeral está perdiendo su sentido de DESPEDIDA de la Comunidad.-A mí me apenan los ESPECTÁCULOS DE LOS "PESAMES" ANTE EL PROPIO ALTAR.- El oficiante debería acompañar al cadaver hasta la puerta de la Iglesia, y debían ser evitados los "pésames" dentro de lsa Iglesia.-Es verdad que se está perdiendo el sentido real de la muerte, como etapa del CAMINO. que Dios nos señaló desde la Eternidad.- <<<<<<<<<<¡se asiste de verdad al funeral, o a un acto social más?
EliminarYa me gustaría veros en parroquias donde hay una media de 200 exequias al año y con un público asistente que ni reza ni se santigua. Ya os pasarían las ganas de tanta pompa medieval
ResponderEliminarMons. Novell tiene muchas y muy buenas ideas, me cuentan los que le conocen y lo ven actuar de cerca.
ResponderEliminarAhora bien también dicen de él que es un hombre de oración, reflexivo, que escucha mucho, muy trabajador, que cuando ve claros unos objetivos se lanza y no hay quien le pare.
Yo creo que él se ha dado cuenta como su antecesor de cuantos sacerdotes tiene su diócesis, que edad tienen, y de estos con cuantos puede contar de verdad.
Una cosa es lo que te gustaria hacer, y otra con quien cuentas para llevarlo a termino.
Mons. Novell ha hecho una propuesta realista a partir de lo que hay y no olvidemos habra en unos pocos años, mirando la edad media del clero y de los feligreses.
Que el Señor bendiga e ilumine a este obispo, por el bien de la Iglesia Católica solsonense todos lo necesitamos.
Eso no es realismo... Es el "apaga y vámonos".
EliminarEl "apaga y vámonos" es fruto de una falta de visión sobrenatural.
EliminarSe habla mucho de la falta de sacerdotes, pero por cada fiel laico que se muere cuantos de nuevos entran en la comunidad cristiana de una parroquia.
El catolicismo sociológico de España y de Cataluña se acaba, aunque no quieran verlo algunas personas.
Disminuye la asistencia a Misa, los matrimonios, los bautismos, las exequias, los padres que inscriben sus hijos a la catequesis,...
Benedicto XVI lo ha dicho con otras palabras cuando habla de los católicos en Europa: "Minoria creativa".
En un futuro muy cercano se medira más la calidad, que la cantidad.
Y Jesucristo no dejara desamparados a esa minoria creativa que seremos los católicos.
El tema del nuevo Sinodo, y sus conclusiones seguro que abordaran con la ayuda del Espirito Santo esa realidad, que sin duda tendra repercusiones ministeriales y pastorales en la misión evangelizadora de todo bautizado.
Por lo que veo, cuenta la edad para las misas corpore insepulto, pero no para el resto de liturgias. No encuentro ningún motivo para que exista una edad máxima de permisión en el oficio fúnebre. Desde luego, que no será litúrgico.
EliminarLa liturgia exequial puede ser una gran fuente de catequización y de deleite estético, pero me imagino que los efectivos sacerdotales y diaconales de la diócesis de Solsona deben ser los que deben ser, y no se pueden pedir peras al olmo ni montar liturgias excelsas con los medios que deben haber disponibles.
ResponderEliminarTremendismos a parte, sinceramente no creo que Mons. Xavier Novell ni cualquier otro obispo caven su propia fosa por imponer un mínimo de posibilismo en las liturgías exequiales.
Y además hoy en día los deleites estéticos están fácilmente al alcance de la mano y de la tecla. Basta por ejemplo con ir a la página de Youtube y escoger el "Lux eterna" que a uno más le guste. Os recomiendo este "Lux eterna" gregoriano y obviamente "a cappella".
http://www.youtube.com/watch?v=vm0x3EtFcf8
Un "efectivo sacerdotal o diaconal" es un número, algo que cuenta para una movilización. Puede estar bien esta manera de llevar las cosas en la caja de un cambio de marchas, pero dentro d ela Iglesia habrían de ser considerados los factores y valores humanos, teniendo a sacerdotes y diáconos, reconociendo en medida de lo posible las peculiares características humanas de cada uno de ellos.
EliminarImposibilitar por norma no me parece una manera viable de imponer posibilismo, pero en fin, cosas más raras se ven cada día.
Cuando me casé, no asistí a Sancho Dávila para mi velatorio previo. Quise hacerlo en mi Parroquia y entre los míos, en el ambiente en que asistía a la misa dominical. Naturalmente, invité a familia y amigos, que no tuvieron problema en venir. No comprendo que cuando me entierren, la cosa tenga que ir distinta, no veo el motivo de alejarme de esa manera de mis parroquianos, ni el de que me diga un responso un cura desconocido, cuando hay tantos a los que tengo en amistad. Sé que mi familia y conocidos tendrán poco problema en ir a la parroquia y no me parece necesario que se apiñen en una salita pequeña para darme el último adiós, teniendo una iglesia gótica bien gorda en donde hacerlo.
EliminarEntiendo que el velatorio se haga en una sala dedicada a estos menesteres, por cuestión de salubridad, Pero no me parece en absoluto correcto que se dediquen más esfuerzos a los musicos con sus contrabajos y violines que a darme tres cuartillos de hora más, para que venga MI cura y diga una misa como Dios manda y comno yo deje mandada.
De paso: Para cuando quieran tocar algo ante mi féretro, tenga presente quien lo haya de hacer que no puede tocar ante mí "La vall del riu vermell", por ser su música el himno de las rojas "Brigadas Internacionales".
Absurdo.
ResponderEliminarLa última presencia del difunto en el templo parroquial, en su pueblo o ciudad, entre los suyos y sus vecinos, con su rector o vicario, con el rito exequial, lo es todo.
Lo que sucede en Barcelona es, a los efectos prácticos, una secularización más, que además, está de acuerdo con el espíritu de la época de esconder la muerte.
Pero ya son unas cuantas tardes...
ResponderEliminarAhora que se habla tanto de evangelización, no entiendo como no se aprovechan las excequias -aunque sean en tanatorios- para hacer llegar a muchos la Palabra de Dios y el sentido cristiano de la vida y la muerte. Todavía en los entierros la gente que asiste guarda cierta compostura y presta atención, lo que no ocurre, a menudo,en bodas y bautizos, por ejemplo.
ResponderEliminarSin embargo en los tanatoriosde Barcelona y alrededoras es común ver sacerdotes y diáconos(que ahora se han puesto de moda), celebrar el rito como "papagayos", sin vocalizar, con prisas,actuando como funcionarios, y a veces -sinceramente- parece una burla al finado mas que un acto religioso. Ahora, que cada vez con más frecuencia debo asistir a sepelios, me indigna y me duelen estas actitudes.
FIDEL: En un cementerio de Barcelona asistí hace unos 8 años a un entierro y en el leccionario había tachado con enérgicos trazos de lápiz la segunda mitad del evangelio de S.Mateo sobre el juicio final: "id malditos al fuego eterno porque tuve hambre y no me disteis de comer..."
ResponderEliminarMuy bien hecho! Dios es Padre y Madre! Siempre perdona!
Eliminar¿Bien hecha y e nombre de Dios la criba de los Evangelios? No es muy católica esta afirmación.
EliminarEn Barcelona el promotor de los tanatorios fue Martinez cuando era vicrio general. Ahí wmpezaron sus andanzas.
ResponderEliminarEl Cid Cabreador
Muy valiente Dom Gregorio María informando sobre asuntos fúnebres de Solsona y el buenista del obispo Novell. Pero ¿sabe él que en los tanatorios de la misma Barcelona se ha tocado de "despedida" al difunto alguna versión de "La Internacional" (el señor fallecido sería al parecer comunista) y también que se ha mandado al capellán de turno (sí, al sacerdote) leer en el oficio un guión escrito por cierta "viuda" que ponderaba en su encomio lo "cojonudo (sic) que había sido su concubino, mientras los familiares despreciativamente pedían ¡a un presbítero de la Iglesia católica! que no apareciera con vestimenta eclesiástica en la ceremonia por la que ellos pagaban? ¿Y que, cuando el capellán se negó en redondo a colaborar siquiera con su presencia en tamaños sacrilegios y abusos, los mandamases del tanatorio encontraron de inmediato complicidad y reemplazo en los demás mandamenos capellanes de la casa, que evidentemente todo son capaces de disimular por la pitanza, y ni siquiera simularon sonrojarse cuando los mercaderes, trivializadores y desacralizadores de la muerte dejaron al "rebelde" ipso facto "fuera del negocio" sin explicación alguna?
ResponderEliminar