El libro La opción benedictina, del escritor estadounidense Rod Dreher, traducido por Ediciones Encuentro, propone actuar del mismo modo que lo hizo en su día san Benito de Nursia: alejarse de Roma y dedicarse a nuevas formas de comunidad, dentro de las cuales pudiese continuar la vida moral sobreviviendo a las épocas de barbarie y oscuridad que se avecinan. Este ensayo, recomendado nada menos que por Mons. Georg Gänswein, diagnostica la grave enfermedad que sufre la Iglesia, planteando la necesidad de un modelo consistente en crear comunidades cristianas para preservar la vivencia de la fe, tomando como referencia el modelo benedictino, sujeto a una regla que atiende especialmente a la formación continua de los monjes.
Esta tesis podría encarnarse perfectamente en la reflexión de Benedicto XVI sobre “la minoría creativa” o en la conclusión a la que llega el obispo noruego Erik Varden, monje trapense, quien considera que el cristianismo debe volver como algo que responda a las cuestiones fundamentales sobre la naturaleza humana y devuelva la satisfacción a aquellos que han quedado desencantados por la secularización radical de las últimas décadas. Pero para ello, han de encontrar a Dios en la Iglesia católica. Similar postura esgrimió nuestro Virtelius Temerarius en su artículo “El papa agustino”
Erik Varden O.C.S.O, obispo de Trondheim (Noruega)
La obra de Dreher, que leí hace unos cinco años, me vino a la mente con la elección de León XIV, un segundo papa consecutivo procedente del clero regular. Dos pontífices que han vivido en comunidad, sometidos a una regla, cultivando la interioridad mediante la oración, la contemplación y el estudio. Cierto es que la situación de muchas órdenes religiosas es catastrófica y que afrontan el desafío de la caída en picado de vocaciones. No obstante, quizás se esté intentando que la renovación necesaria de la Iglesia se produzca desde comunidades con estructuras sólidas y vida interior profunda.
Este pensamiento me vino otra vez a la mente cuando vi que el primer nombramiento importante del papa León fue un carmelita como sucesor suyo al frente del Dicasterio para los Obispos. Asimismo, ante la grave crisis de la iglesia en Bélgica, los dos primeros obispos que nombró fueron un Agustino de la Asunción y un padre de la Congregación del Espíritu Santo. Dos religiosos alejados de la Iglesia local, lo que indicaba una decisión deliberada de buscar perfiles externos.
Filippo Iannone, nuevo prefecto del Dicasterio para los obispos
Esa selección de candidatos en las congregaciones religiosas se vino incrementando durante el período en el que el entonces cardenal Prevost estuvo al frente del Dicasterio de los Obispos. En España, este criterio se ejemplificó con las designaciones del claretiano Prado Ayuso, el mercedario Florencio Roselló, el escolapio Pedro Aguado, el franciscano Rodríguez Carballo, el cisterciense Octavi Vilà o el dominico Xabier Gómez. Por ello pensé: ¿por qué no en Barcelona?
Hace pocos días Religión Confidencial publicaba un artículo en el que postulaba al actual arzobispo de Pamplona, Florencio Roselló, como sucesor del cardenal Omella. ¡Otro religioso: un mercedario! No acabo de darle mucha chance al vaticinio, sobre todo porque no hace ni dos años que el obispo tomó posesión de la sede navarra. No obstante, me hizo pensar en otros candidatos procedentes de órdenes religiosas.
Mons. Florencio Roselló en su toma de posesión en Pamplona.
En este sentido, los benedictinos de Montserrat siempre han estado presentes en las quinielas episcopales. El primero que vendría a la mente es el actual abad, Manel Gasch, el cual se ha alejado del sectarismo de sus predecesores e, inopinadamente, está desempeñando su labor con ejemplar imparcialidad.
Sin embargo, quizá al benedictino se le tendría que buscar un poco más lejos, como sucedió con los nuevos obispos belgas que desarrollaban su misión fuera del país. Podría acudirse a Montecassino, donde el padre Jordi-Agustí Piqué Collado es prior de la Archiabadía. Anteriormente, fue decano-presidente del Pontificio Instituto Litúrgico de Roma desde el año 2012. Nacido en 1963, posee la edad perfecta para asumir un pontificado que no sea ni muy corto ni excesivamente largo. Lleva muchos años fuera del cenobio montserratino, lo cual le aleja de la atmósfera irrespirable de la última época. Tampoco se le conocen veleidades nacionalistas y, al contrario de un obispo catalán recientemente nombrado, todos sus alumnos hablan bien de él. Goza además de la virtud de la fina ironía, lo cual también serviría como contrapunto al chascarrillo habitual del mandato de Omella. Y tiene dos virtudes fundamentales: posee carácter y es exigente en las responsabilidades que encomienda a sus subordinados. Es trabajador y hace trabajar.
No creo que sea el candidato de Omella, al contrario del arzobispo de Pamplona. Religión Confidencial ponía énfasis en que la candidatura del mercedario Roselló se querría imponer antes de la llegada del nuevo nuncio en diciembre, no fuera a ser que este no se plegase a los deseos del cardenal barcelonés. En todo caso, la pugna está servida, y parece que entre religiosos va a andar el juego. En tal hipótesis, sería el tercero designado en poco tiempo en diócesis catalanas.
Oriol Trillas




Hoy día los religiosos constituyen la parte más desviada y estéril de la Iglesia. Acudir a ellos en busca de nuevos obispos supone un gran error, aunque pueda haber alguna excepción que confirme la regla.
ResponderEliminarCierto, y la prueba fidedigna fue Francisco, Bergoglio SJ
EliminarLeo este comentario, muy interesante como todos los suyos.
ResponderEliminarReconozco que me ha sorprendió un poco porque aquí donde resido actualmente, que es Centroamérica, el clero secular o diocesano es de más ortodoxia que el regular.
De hecho características que marcan la tendencia a ser “germinantes” aquí serían: 1/clero diocesano 2/ clero joven 3/ clero local.
Por contra lo menos “germinante” sería 1/clero de órdenes religiosas, 2/clero mayor o muy mayor 3/ clero español.
Y normalmente se dan juntas cada grupo de estas tres características.
El clero diocesano es joven y local.
El clero de órdenes religiosas es mayor y español.
Naturalmente estoy generalizando y se encuentra clero “bueno” o “malo” en todas estas categorías.
Pero la tendencia a mi parecer es la que señalo.
También destacar que existe en estos últimos años una rápida sustitución del clero español por el clero local debido a la edad de los sacerdotes españoles.
Francisco?.... Religioso....???
EliminarDe cual?????
Esto me recuerda a los estudiantes que después de acabar la carrera les obligan a hacer un "master" que significa reciclarse un buen trazo de más en lo que han estudiado como si sus estudios de carrera hubieran sido insuficientes. Pues a esto lo comparo con elegir a los obispos en los candidados integrados en órdenes religiosas que ya estan bien "masterizados" por su teologia de seminario y por su pertenencia a la comunidad monástica. Pero luego cuando se ponen la mitra seran obispos como todos e incluso nacionalistas inependentistas si el público lo demanda. Pues que no vamos a ninguina parte sin Diluvio ni Pentápolis en los seminarios, el miedo guarda la Viña, es un factor entre varios donde tambien existe el Amor, pero si sacamos cualquier parte del engranaje la "maquina" no funciona.
ResponderEliminarBravo Sr Garrell por su fino y lacerante comentario. "Master" es el que tienen que hacer en el Vaticano..reparación por la profanación de el "señor del pipí", ¿loco o satanista?..pero "master" para reparar la última manifa "tutti colori" en San Pedro y...¡cómo no! pot haber cerrado las Iglesias cuando lo del "bicho" y etc...Un gran "master" necesitan esos jerarcas.
EliminarEn mi opinión, parece deducirse, según el artículo, que esta moda de nombrar obispos y papas de entre religiosos por estas causas aparentes:
ResponderEliminar1. Formación profunda y estabilidad: Los religiosos (de órdenes como benedictinos, agustinos o carmelitas) viven bajo reglas estrictas que enfatizan oración, contemplación, estudio y obediencia comunitaria. Traen una "vida interior sólida" y carácter exigente, ideal para liderar diócesis en crisis, como propone Dreher: comunidades que preserven la moral cristiana en épocas de "oscuridad" (secularización, escándalos, caída de vocaciones en órdenes religiosas, que han perdido hasta 50% en Occidente desde 1960).
2. Renovación estratégica: León XIV (agustino) y su predecesor Francisco priorizan perfiles "externos" al clero diocesano local para evitar corrupciones o inercia. Ej.: En Bélgica, crisis por abusos y declive; se eligen foráneos con experiencia misionera (África, Asia) para "resetear" y atraer vocaciones jóvenes, aunque Francisco fue el peor pontífice de la historia eclesial. En España, el ex-prefecto Prevost (ahora papa) impulsó esto para contrarrestar el envejecimiento episcopal y la polarización (progre contra conservador).
3. Criterios vaticanos: El Dicasterio selecciona por "sabiduría, piedad, prudencia y celo pastoral" (Código de Derecho Canónico, canon 378). Religiosos destacan en esto: menos expuestos a dinámicas locales tóxicas (ej. nacionalismos en Cataluña), más enfocados en evangelización global.
.....
La crisis que atraviesa la Iglesia afecta de manera desigual a sus miembros. Los religiosos, diáconos y presbíteros enfrentan dificultades tan graves o peores que el resto.
No así, no, a los obispos y cardenales, tanto antístites titulares como auxiliares, que parecen prosperar bondadosamente con un crecimiento notable y envidiable.
Así, mientras la cabeza de la Iglesia se fortalece (obispos y cardenales), su cuerpo —compuesto por religiosos, presbíteros, diáconos (Iglesia eclesiástica) y las familias que forman la Iglesia doméstica— se debilita alarmantemente. Los obispos prosperan, pero la estructura eclesial y las comunidades familiares se derrumban.
Otro desafío significativo es la continuidad del rumbo francisquista bajo el pontificado de León XIV. Por el momento, se mantienen las normas de Francisco, reflejadas en documentos heterodoxos como Amoris laetitia, Fiducia supplicans, Traditionis custodes, Laudato si (con su controvertido numeral 207 sobre la Carta de la Tierra, de tinte abortista), el lavatorio universal de pies en Jueves Santo, etc., así como los nombramientos, destacando el de Tucho Fernández, conocido por sus tratados sobre amores, besitos y afectos.
Además, persiste la influencia de una agenda peculiar francisquista, que combina el pachamamismo con los objetivos de la Agenda 2030: desde la bendición de un bloque de hielo ártico hasta la celebración de la misa de la Creación, el proyecto del Borgo Laudato si —con su restaurante de lujo, su elitista huerto pijo-ecológico y sus costosas yeguas— y el Jubileo LGTB.
¿Será cuestión de darle tiempo a León XIV? ¡El problema es que el tiempo parece escasea!
El análisis de la situación de las órdenes religiosas revela un panorama desolador: la mayoría se encuentra en un declive vertiginoso, dislocadas sin solución alguna, sin apenas nuevas vocaciones y con bajas constantes por jubilaciones y fallecimientos.
Si esta tendencia continúa, al concluir el probable mandato de León XIV (hacia 2040, en unos 15 años), muchas de estas órdenes estarán prácticamente extintas, con miembros incapaces de gestionarlas debido a su avanzada edad (senescencia) o fragilidad (enfermedad, edad).
Encabezan esta crisis los jesuitas, una orden que se ha autodestruido y que, bajo el pontificado de Francisco —sin duda el peor papa de la historia—, ha tocado fondo.
ResponderEliminarLeón XIV, antiguo líder de los decadentes agustinos y responsable del ministerio de nombramiento de obispos durante el papado de Francisco, no parece, a primera vista, la elección más prometedora para revertir esta situación, si nos basamos en los antecedentes de ambas instituciones.
Las cifras, salvo excepciones como los cistercienses (que registran un descenso del 7%), son devastadoras y horrorosas: las órdenes enfrentan un colapso inminente, con un declive que las conduce hacia la extinción en pocos años. Están trituradas en su interior, son cosas muertas, viendo las cifras.
Esto plantea una pregunta inevitable: si las órdenes religiosas están en ruina, con miembros envejecidos, enfermos y en número cada vez menor, ¿qué capacidad tienen para salvar a la Iglesia cuando ellos mismos se encaminan hacia su desaparición y están en ocaso, ruina y derrumbamiento? ¿Pueden los ciegos ser pastores y guiar a las ovejas?
A esto se suma otro problema: la falta de confianza en los presbíteros diocesanos. Persiste una percepción de escepticismo, sospecha y descrédito hacia ellos, como si se asumiera en Roma que su vida moral, formación teológica o santidad estuvieran en entredicho y cuestionada, bajo sospecha. Parece como si hubiera la sensación de que a todo cura lo tengan bajo cautela, escepticismo, descrédito, falta de fe, sospecha y recelo generales y sistemáticos. ¿Qué sabrán?
En este contexto, los religiosos parecen ser la última línea de defensa, pero si ellos mismos están en decadencia, colapso, desplome, precipitación y declive hacia la extinción en pocos años, la Iglesia se asemeja a un ejército sin capacidad ofensiva, atrincherado en un último bastión a punto de colapsar y disgregarse, "la última trinchera, el último búnker, los últimos de Filipinas".
Aquí están las cifras objetivas, salvo error:
Francisco (S.J.) — Jesuitas
1965: 36.038
2024: 13.995
Pérdida: -62 %
León XIV (O.S.A.) — Agustinos
1967: 4.548
2024: 2.340
Pérdida: -49 %
Erik Varden (O.C.S.O.) — Trapenses (Cistercienses de la Estricta Observancia)
1959: 6.323
2024: 1.441
Pérdida: -78 %
Filippo Iannone (O. Carm.) — Carmelitas Calzados
1963: 3.025
2024: 1.984
Pérdida: -35 %
Obispo belga (A.A.) — Agustinos de la Asunción
1966: 1.967
2024: 915
Pérdida: -54 %
Obispo belga (C.S.Sp.) — Espiritanos
1966: 5.147
2024: 2.714
Pérdida: -47 %
Cardenal Robert Prevost (O.S.A.) — Agustinos
1967: 4.548
2024: 2.340
Pérdida: -49 %
José Luis Prado Ayuso (C.M.F.) — Claretianos
1966: 4.128
2024: 2.966
Pérdida: -28 %
Florencio Roselló (O. de M.) — Mercedarios
1963: 1.230
2024: 602
Pérdida: -51 %
Pedro Aguado (Sch. P.) — Escolapios
1963: 2.521
2024: 1.331
Pérdida: -47 %
José Rodríguez Carballo (O.F.M.) — Franciscanos
1963: 27.136
2024: 11.984
Pérdida: -56 %
Octavi Vilà (O. Cist.) — Cistercienses
1967: 1.665
2024: 1.559
Pérdida: -7 %
Xabier Gómez (O.P.) — Dominicos
1963: 10.150
2024: 5.369
Pérdida: -47 %
Manel Gasch (O.S.B.) — Benedictinos
1963: 12.131
2023: 6.486
Pérdida: -47 %
Jordi-Agustí Piqué Collado (O.S.B.) — Benedictinos
1963: 12.131
2023: 6.486
Pérdida: -47 %
En definitiva, estos números en concreto y las cifras de los religiosos y religiosas mundiales, indican que precisamente los más decadentes son los religiosos, los que han sufrido la gran crisis del Concilio Vaticano II.
Y lo peor, es que los mismos religiosos no se han interesado ni por su propia decadencia como congregación, la de la vida religiosa misma en su conjunto, ni el impacto que implica para la Iglesia Universal.
LA VIDA EN COMUNIDAD
ResponderEliminarYo me atrevo a pensar que el valor formativo radica en la vida en comunidad propia de las órdenes religiosas. Fórmula que imitan los seminarios diocesanos durante el período formativo, pero que se trunca al "terminar la formación" y salir al mundo a practicar lo que se ha aprendido.
Tiempo hubo en que los sacerdotes diocesanos pudieron vivir en comunidad: y eso dio sus frutos. Pero hoy, con la escasez de sacerdotes, a malas penas pueden vivir en comunidad los religiosos a los que el obispo encomienda parroquias. La falta de repuestos es dramática. Cuesta encontrar jóvenes y no tan jóvenes a los que les seduzca el ministerio sacerdotal tal como se ejerce hoy, con tremendas desviaciones doctrinales y morales que campan por la Iglesia libremente.
Al ser tan pocos, los obispos y los superiores religiosos no se atreven a arrancar las malas hierbas por temor a quedarse en cuadro (ahí tenemos el "divertidísimo" Josete en Madrid); a no ser que ellos mismos sean mala hierba y causa de que no pueda crecer la buena semilla.
El Rvdo. P. Jordi Agustí Piqué no será jamás obispo. Parece mentira que no se le conozca mejor por estas lindes. Una cosa es ser un intelectual (o dárselas de tal) y ser trabajador, y otra muy distinta llegar a obispo. Que siga en Montecassino y se realice como monje allí, porque aquí tendría poco recorrido. Tal vez, Dios lo llame para altas misiones. Pero si le diesen una mitra en Cataluña, algunos de los suyos le tendrían preparado el garrote vil. Así son en Montserrat: odium theologicum.
ResponderEliminarMontecassino fue "premeditamente destruido" en la.SGM...dicen que si hay un portal al inframundo que el.monasterio "tapaba". Más o menos como.la Cruz del Valle y el Escorial que los Bolan̈os de turnover quieren dinamitar. Toda la movida desde 1945 es pisar el acelerador y pavimentar la "avenida" pars el Anticristo". De Montserrat..en fin, que aún hacen obras buenas como restituir la bandera del Tercio de Montserrat a un lugar de honor.
EliminarLa opción benedictina: no la veo. Los primeros cristianos no se cerraron o apartaron en guetos idílicos, creo de sobra demostrado que hicieron todo lo contrario. Convirtieron toda una cultura pagana (y qué cultura) desde dentro, con autenticidad y coherencia. Y con el precio del martirio, todo hay que decirlo. ¿Y las catacumbas? No eran un gueto, eran un escondite. Celebraban el Sacrificio en casas particulares también. Pero a la que pudieron salieron y transformaron desde dentro. El apartamiento es para algunos. Muy necesario. Pero no la solución general en estos tiempos que corren. Ahora bien, ¿tenemos coherencia? ¿estamos dispuestos al martirio público? ¿tenemos una fe auténtica?
ResponderEliminarNo se cita el elevado dom Ignasi Fossas, OSB.
ResponderEliminarHago votos y rezo mucho para que nombren Arzobispo de Barcelona a Mosén Custodio Ballester Bielsa.
ResponderEliminarEl único que puede hacer algo para limpiar 🧹🧹🧹 tanta falsedad anti-Catolica dentro del mismísimo Clero.
NO LO DIGO DE BROMA!!!
Sr. Anónimo 12:19. Qué poco cree en el Espíritu Santo y en la Iglesia, si piensa que Mn. Custodio puede ser nombrado arzobispo de Barcelona!
Eliminar9.22 ¿Podría explicar su conocimiento sobre Espíritu Santo? Que yo sepa, sopla dónde quiere. Mire que sopló en el Vaticano alla por 2013...claro que ya sabemos que a los papas los eligen los cardenales no el Espíritu Santo directamente ya que Éste no se equivoca y muchos señores vestidos de púrpura si que se equivocan.
EliminarHay otro benedictino de Montserrat que podría entrar perfectamente en esta quiniela, el actual abad presidente de la Congregación Sublacense Cassinesa
ResponderEliminarLo importante de obispo para Barcelona, no es si es del clero secular y/o del clero regular.
ResponderEliminarSinó que sea un buen obispo, padre de sus sacerdotes diocesanos, que sepa rodearse de buenos y competentes sacerdotes y laicos para la curia, que sepa a dónde va la diócesis, un hombre de Dios, que le preocupen las almas.
Según Infovaticana, la terna para Barcelona incluye a Saiz Meneses, Roselló y Benavent:
ResponderEliminarhttps://infovaticana.com/2025/10/14/saiz-meneses-rosello-y-benavent-la-terna-de-barcelona-que-incluye-un-outsider/
En Imfovaticana también indican que hay un cuanto candidate.. un tapado..007 Bertomeu. Podría ser bueno en identificar y limpiar la diócesis
EliminarNo crean lo que dice Infovaticana!
EliminarCuando cese Omella, falta todavía mucho, mucho más de lo que los germinantes desearían, a Barcelona irá el obispo Conesa de Solsona.
EliminarSaiz Meneses no vendrá ni harto de vino.
ResponderEliminarY Benavente , MENOS.
POR DIOS, ya tuvieron bastante con la experiencia catalufa, HOMBRE.
Hombre, dé una oportunidad a esta tierra adusta. Necesitamos un santo varón, un patriarca, un Samuel, que nos limpie la diócesis. Eso sí, Omella no se retira sin honores y sin que traiga a León XIV a la Sagrada Familia ¿Va a ser menos que Sistach?
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