El sacerdote Joan Aurich Casals tiene 82 años, pero sigue siendo párroco de la iglesia Mare de Déu de l'Esperança de Manresa, una población que pertenece al obispado de Vic, el mismo que ha vivido los convulsos acontecimientos de los que nos informaba ayer Oriol Trillas, que obligaron al obispo Romà Casanova a suprimir la Misa de Fiesta Mayor.
Este párroco en activo, muy vinculado a Omnium Cultural, ha sido de los clérigos más críticos con la visita del Rey a Montserrat, y ha dicho públicamente que la abadía tiene que ser acogedora y hospitalaria, pero eso no incluye al monarca español. Mn. Aurich está muy dolido, porque tiene muchos vínculos con Montserrat, desde los tiempos en que ayudó a algunos miembros de ETA escondidos en el cenobio benedictino a cruzar la frontera con Francia, aprovechando su condición de sacerdote que le daba muchas ventajas ante los cuerpos de seguridad del Estado, el vehículo con el que hacía los traslados llevaba impreso en la puerta del conductor el nombre de la parroquia en la que estaba en aquel momento: Sant Vicenç de Castellet.
Como es sabido, Montserrat acogió miembros de ETA, con la excusa humanitaria, el abad Cassià Maria Just era consciente de que tenía escondidos a asesinos manchados de sangre, que tenían que entrar clandestinamente a España, desde Francia, para alguna misión concreta puntual y que debían volver después al país galo, mientras estaban por aquí estaban seguros en un monasterio, además alejado de toda zona urbana con presencia policial.
El contacto entre Mn. Joan Aurich y la abadía de Montserrat era el monje Joan Redorta, que había conocido a un novicio benedictino vasco, Josu Arrizabalaga, que era hermano de Andoni, miembro de ETA, condenado a muerte en 1969 por haber lanzado un cóctel molotov a un vehículo de la Guardia Civil, finalmente la pena le fue conmutada por cadena perpetua. Gracias a esa contacto entre ETA y el monje Redorta empezó la colaboración entre Montserrat y la banda terrorista, para acoger a sus miembros con total impunidad.
Pero esa gentileza montserratina tenía que tener una continuidad, acompañar a los etarras hasta Francia, y allí es donde intervenía el sacerdote Joan Aurich, implicándose personalmente e implicando indirectamente a la Iglesia, en esa acción delictiva completamente reprobable. Tanto se institucionalizó este vínculo que el sacerdote Aurich y el monje Redorta se entrevistaron en Francia con Domingo Iturbe Abasolo, más conocido como Txomin, importante dirigente de ETA. La comida se realizó en agosto de 1973, pagando, lógicamente el "impuesto revolucionario", cuatro meses después volaba por los aires, el presidente del gobierno, el almirante Carrero Blanco.
Pero como todo en la vida, la colaboración tiene un final, desde Montserrat empezaron a ver que se estaban implicando demasiado y que los asesinatos de ETA cada vez eran más numerosos y salvajes. Tampoco ayudó mucho que en un viaje con un etarra a Perpignan, Aurich y Redorta encontraron en el maletero una metralleta de su acompañante.
Aurich ya se había destacado por su oposición al franquismo y sus simpatías por ETA, realizó una homilía contra los malos tratos recibidos por sediciosos contra el régimen en Manresa, lo que le valió un informe policial, y cuando se produjo la condena de terroristas por el juicio de Burgos, incluso se presentó con su coche en la misma ciudad castellana, para expresar su solidaridad con los condenados.
Ya en democracia Aurich se ha destacado por la lucha independentista, no solo firmó el vergonzoso manifiesto de clérigos a favor del referéndum ilegal de 2017, sino que él mismo participó activamente en la organización y desarrollo del mismo.
Si algún día pasan por Manresa, ya saben a qué iglesia no tienen que ir.
Francesco Della Rovere
Lamentable que un sacerdote con esa trayectoria siga en activo pese a haber rebasado ampliamente la edad de jubilación. Se vuelve a poner de manifiesto el poco carácter del Obispo de Vic.
ResponderEliminarSi algún día pasan por Manresa, ya saben a qué iglesia no tienen que ir.
ResponderEliminarGracias, ya sé dónde no ir, no dar dinero, ni bienes ni servicios... oraciones, las que quieran... cogeré mis sandalias, las agitaré y sacudiré para que ni el polvo del lugar tengan... Derecho a saber y conocer en recta conciencia, se dice... un derecho de los fieles, según la Lex Ecclesiae Fundamentalis... :)