El alcalde de Vic, Albert Castells, se manifestó "profundamente dolido" por la suspensión de la Misa en honor del patrón de la ciudad, San Miguel de los Santos, el día antes que se celebrara su fiesta, es decir, el 5 de julio. Hasta el último momento, el primer edil del consistorio intentó convencer al obispo Romà Casanovas para que se celebrara el Oficio religioso, pero no consiguió convencerlo.
No debía estar el prelado de muy buen humor con Castells, porque en todo el jaleo que se montó, el alcalde no colaboró a apaciguar las aguas, sino que fiel a su ideología, recordemos que forma parte del partido de Puigdemont, le sentó como una patada que viniera a su ciudad el presidente de la Conferencia Episcopal Española,
Castells declaró a los medios que "la decisión del Obispado, creo que no es óptima, porque mucha gente está dolida. La ciudad de Vic vive hoy un día de luto, personalmente, como alcalde, me duele profundamente que mañana no haya oficio de San Miguel, tan arraigado a nuestra tradición y que forme parte de la esencia de nuestra fiesta mayor".
El alcalde dijo también que lo que se tenía que haber hecho es celebrarse el Oficio sin la presencia de Argüello y que intento convencer al obispo Casanova para que así fuera. Es decir, que, según él, es el alcalde y las entidades locales, quienes tienen que decidir quién viene o no viene a un acto religioso. Y si no aceptas su veredicto, te montan una de gorda por desobedecer sus indicaciones.
No es de extrañar que Romà Casanovas acabara suprimiendo la Misa porque si se hubiera hecho sin la presencia de Argüello hubiera parecido como si el obispo hubiera cedido al chantaje de las instituciones locales, y de esa manera ante futuribles situaciones parecidas ya sabían como tenían que actuar, con la seguridad de que el obispo se acabaría doblando a sus peticiones.
Por eso, el obispado de Vic, explicaba en un comunicado que la Eucaristía se suprimía "tras la convocatoria de acciones que consideran contrarias y limitativas de la libertad religiosa". Porque ese es el verdadero problema, la Iglesia puede invitar a quien quiera a un acto estrictamente religioso como es una Misa, y quien no quiera venir que no venga, todo el mundo es libre para ir o no ir, pero lo que se ha hecho en Vic es coartar la libertad religiosa del obispo y de los fieles con amenazas barriobajeras, si el arzobispo Argüello ponía los pies en la ciudad.
Lo de Vic, es un precedente que no podemos dejar en una simple anécdota, y está relacionado con lo que sucedió en Montserrat con la presencia del rey Felipe VI, unos indeseables, bastante minoritarios, intentaron boicotear la presencia del monarca en el año del milenario. El monasterio benedictino tiene todo el derecho y la libertad de recibir y acoger a quien quiera y nadie puede meterse en su terreno. Lo mismo el obispado de Vic con la visita de Argüello, pero en Montserrat no se suprimió el acto, porque el rey y las autoridades no podían ceder al chantaje y estaban protegidos por las fuerzas del orden público, pero el obispo vicense se arriesgaba a un problema de orden público, poniendo vidas en riesgo y también el patrimonio eclesial que podría haber sido vandalizado.
Francisco Fabra
Arrugarse con los tiramos sólo sirve para que estos se crezcan. Por eso la Misa no se tendría que haber suspendido, o bien haber medido mejor si era conveniente invitar a Argüello, dado el grado de envenenamiento de la sociedad catalana. Pero una vez invitado no se debió dar marcha atrás.
ResponderEliminarLa sociedad vasca y catalana son dos comunidades enfermas moralmente de odio porque sí, afuera no lo entienden, otros lo ven como colectivos retrasados en los oscuros años 1960-1970 en la Irlanda del Norte con el IRA y los unionistas british, con calles tapiadas para separar barrios irlandeses de los ingleses, francotiradores emboscados, delatores por todos sitios...
EliminarSólo el tiempo podrá sanarlas, aquí creo que más rápido, visto como ha acabado el prusés...
Si el alcalde de Vich se queja de que se suspendió la misa la culpa es suya ya que debía poner todo su ejército de policia municipal de Vich al servicio de proteger la celebración de dicha misa.
ResponderEliminarOpino que la desastrosa suspensión de la Misa de San Miguel de los Santos en Vic el 5 de julio de 2025, desencadenada por la oposición del Megaarzobispo-Alcalde Exmo., Ilmo. y Rvdm. D. Sr. Albert Castells a la presencia del microbispo Luis Argüello a secas, pone de manifiesto un conflicto entre la autonomía eclesial y las presiones políticas independentistas como emanación espiritual del Volkgeist, efluvio místico y totalizante donde el líder político. el alcalde, electo de las sacras urnas democráticas por la Gracia de Dios y del Pueblo, no solo lo interpreta, ignorante lector, sino que impone su visión del espíritu nacional como verdad absoluta, dogmática olímpica, en forma de ley obligatoria y sancionadora.
ResponderEliminarEn efecto, la decisión del obispo Romà Casanovas, respaldada por el Código de Derecho Canónico, y los derechos humanos a la libertad religiosa, como reconoce la Constitución Española (art. 16), la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 18), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 18), Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (art. 10), Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (art. 9), la Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa y finalmente, el Acuerdo España-Santa Sede, protegió la libertad religiosa y evitó riesgos de orden público tanto sobre las cosas y las personas. Sin embargo, dejó un precedente inquietante sobre la vulnerabilidad de los actos religiosos ante injerencias civiles en contextos de alta polarización.
1. Contexto y núcleo del conflicto
El evento en cuestión era una Misa solemne tradicional, la parte religiosa de la Fiesta Mayor de Vic, en honor a su patrón, San Miguel de los Santos. Sin embargo, la participación del arzobispo Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española y percibido como una figura del sector españolista y conservador, desató una fuerte oposición en Vic en este sector indepe de línea de ultra alta tensión, que genera violentos arcos eléctricos frente a cualquiera que no piense como ellos.
Este territorio, antaño la Ciutat dels Sants, con una marcada identidad católica y soberanista, independentista y monolingüe catalana, liderado por el alcalde Albert Castells (Juntets per Catalunya), un partido burgués de ultraderecha (como ERC y PNV, Comuns y Cup) disfrazada de progre social-nacional, rechazó la presencia del dimoni gros y escuat Argüellocifer, por considerarlo un feo símbolo de autoridad externa y españolista, imperialista y otros ista más.
Hostilidad política:
La oposición del santet Castells a satanet Argüello no fue solo religiosa, sino profundamente política. En Vic, sectores independentistas vieron su participación como una afrenta a su identidad local, generando tensiones que amenazaron con alterar un acto tradicional de gran arraigo cultural y religioso.
2. Desarrollo del conflicto
El alcalde Castells, consciente del valor de la Misa como parte de la tradición de Vic, intentó mediar para preservar la celebración: la estética, lo primero, las personas, al fondo a la derecha.
Propuso excluir a Argüello como una medida de pacificación, argumentando que así se evitarían conflictos y se mantendría el acto religioso.
Sin embargo, esta solicitud fue interpretada por el obispo Romà Casanovas como una injerencia indebida en decisiones eclesiales.
Decisión del obispo:
Casanovas suspendió la Misa, afirmando que no cedería a presiones políticas que limitaran la libertad religiosa.
Su postura fue clara:
- si Argüello no podía participar, el acto no se realizaría, ya que aceptar la exclusión implicaría legitimar la coacción civil sobre la Iglesia.
Reacción del alcalde:
Castells expresó tristeza por la suspensión, calificándola como un "día de luto" para Vic, lamentando la pérdida de una tradición por un conflicto que él había intentado evitar. Una pregunta: ¿no podía pedir la ayuda de la policía local y los mozos? ¿o hay miedo a ir contra los tuyos, estomacant-los per a defensar a algú com l'Argüello?
3. Postura eclesial: defensa de la autonomía
ResponderEliminarEl obispo Casanovas fundamentó su decisión en la autonomía eclesial, protegida por el Código de Derecho Canónico (cánones 455 y 838), que otorga a la Iglesia la libertad de regular sus actos litúrgicos sin injerencias externas.
Ceder a las demandas de Castells habría debilitado y anulado esta potestad y establecido un precedente horrible de chantaje, represalia, abuso e intervención política en asuntos religiosos.
Además, la suspensión se justificó por razones de seguridad, ante el riesgo de protestas que pudieran derivar en altercados o daños al patrimonio eclesial.
No han calculado los protestones que suspender un acto por riesgo y peligro hacia las cosas y personas, hacia el patrimonio histórico, cultural y religioso de la terra, los está retratando como una organización criminal terrorista de odio: una gernació d'una munió i futimer de caps de suro per fer terror i fer odi que ningú entèn a la resta del món. Fuera, a las figuras religiosas se les tiene respeto, aquí, fent rucades, donant puntades de peu d'ase...
5. Análisis del núcleo esencial
El conflicto en Vic refleja una colisión entre dos principios:
Libertad religiosa: La Iglesia, liderada por Casanovas, defendió su autonomía para invitar a Argüello, amparada en el Derecho Canónico y las normativas citadas: la Iglesia tiene libertad, independencia, soberanía, autodeterminación, autogestión, autodisposición y autodecisión.
Hostilidad política independentista: El rechazo a Argüello por parte de Castells y los sectores soberanistas de Vic responde a una narrativa antiespañolista que percibe a figuras estatales absolutamente inaceptables que no merecen ningún reconocimiento de los derechos humanos ni siquiera a título personal.
El intento de Castells de excluir a Argüello, aunque motivado por preservar la tradición, excedió sus competencias civiles y fue visto como una coacción.
Casanovas, al suspender la Misa, priorizó la integridad de la autonomía eclesial y la seguridad, evitando que la celebración se convirtiera en un escenario de confrontación, regalando un espectáculo "per llogar-hi cadires". Los de la ceba deben de estar agradecidos: así se ha privado de guapos vídeos viendo su intransigencia agresiva a nivel internacional.
6. Implicaciones
Precedente preocupante: La presión civil sobre actos religiosos podría repetirse en contextos polarizados, amenazando la separación entre Iglesia y Estado. Els de la ceba reparten entradas de libre acceso a ese territorio selvático y soviético.
Tensión de poderes: El choque entre Castells y Casanovas evidencia un conflicto entre autoridad civil y eclesial, agravado por la polarización catalana.
Impacto social: En Vic, actos tradicionales como la Fiesta Mayor se transforman en disputas simbólicas, intensificando las divisiones identitarias. Ya no se respeta nada.
Conozco Vic desde 1960, un lugar de mucha personalidad e historia. He visto esta transformación durante más de 50 años, de carácter regresivo e involucionista del catolicismo al nacionalismo payaso del 2012-2017, cuando nos manipularon durante 5 diades para una independencia eixorca de 8 segundos y una huida de opereta de dos duros, por parte de dos líderes que sabían que nada podía sostenerse, ni con las columnas romanas que hay en Vic.
En 2030 y en las generaciones futuras, prevaldrá más Verdaguer y la cultura que no este teatro trágico-risible del procés.
Lamentablemente, este período será visto como culturalmente estéril, sin interés e irrelevante, y sólo la creatividad e innovación, cultural y científica, el compromiso con la buena política, la educación, cortesía, urbanismo y solidaridad fraterna y divina entre los conciudadanos, eso y sólo eso dará proyección de futuro.
El Sr. Obispo hizo lo correcto.
ResponderEliminarVale más prevenir que curar.
Bien y mucho está envenenada la sociedad catalana. La mayoria de politicos se retroalimentan en Su odio a España y a la Fe, sean socio/comunistas, nacionalistas o liberales tipo PP. No se olvide que el "Frente Popular" que gobierna el acto de Barcelona, lo hace gracias al voto de un mindundi del PPC llamado Sirera...todos vividores y gente de poco fuste
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