El actual presidente de la Generalitat, Salvador Illa, no oculta en ningún momento su condición de "católico", forma parte del "Grup Cristians del PSC", afirma que reza cada día y mantiene una relación excelente con el arzobispo de Barcelona Juan José Omella. Hasta aquí todo fantástico, pero cuando rascas un poco en estos políticos que tanto presumen de catolicidad, te das cuenta de que no es oro todo lo que reluce.
Illa no es un converso, su fe le viene de pequeño, de su familia y del colegio de los escolapios de Granollers, además de haber participado del mundo de los "esplais" cristianos que organizan actividades en el tiempo libre para niños, adolescentes y jóvenes. Los que conocemos como funcionan estas cosas, al menos aquí en Cataluña sabemos como funcionan esas dos realidades de las que participó el actual President de pequeño, colegios que se llaman cristianos, pero solo de nombre y esplais que también se llaman cristianos, pero que actúan en la misma estela de los colegios antes citados o incluso peor.
Muchas generaciones de catalanes han participado de esa triple realidad, familia cristiana, colegio y esplai cristiano, pero su condición de cristianos es muy superficial, se sienten creyentes, incluso presumen de ello, pero la práctica y la coherencia con esa fe deja mucho que desear, por mucho que Illa diga que "intento conducirme de acuerdo a mi fe religiosa", los hechos demuestran todo lo contrario, porque a la hora de votar leyes o de ponerlas en práctica, el catolicismo no se ve por ninguna parte.
La prueba del algodón de estos políticos supuestamente "católicos" es cuando les preguntan por la Misa, entonces es cuando tienen que reconocer que van alguna vez, pero más bien poco, más por compromiso que otra cosa. Los vemos en los grandes acontecimientos en primera fila, muy activos en la celebración, y yendo a recibir la comunión sin haber pasado por el confesionario, para pedir perdón, por ejemplo, por no haber cumplido con el precepto dominical.
Algo parecido sucede con otro político de izquierdas catalán, en este caso independentista, Oriol Junqueras, otro que presume por todas partes de que es católico, y al que se le puede ver yendo a comulgar en importantes ceremonias, a pesar de haber reconocido que va poco a Misa y confesarse aún menos. El caso de Junqueras aún es peor, porque la política del partido que él preside, Esquerra, es aún mucho más hostil con la Iglesia y su Magisterio, que la del socialista Illa, no en vano el partido tiene como escudo el triángulo masónico.
Es muy difícil encontrar un político católico de izquierdas que sea coherente con su fe, el caso del que fuera ex-alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, negándose a votar leyes contra la vida, rompiendo la disciplina del partido y ausentándose de la votación, son puras excepciones que confirman la regla.
El problema es que en Cataluña, de esos políticos que se declaran católicos no sólo hay en la izquierda, también los hay por ejemplo en Junts, la opción post-convergente que cada vez se aleja más de aquellos políticos de la quinta de Jordi Pujol, que tendrían muchos defectos y pillerías, pero que al menos se les veía cada domingo en Misa.
Francesco Della Rovere
cosas de masones
ResponderEliminar¿Seguro que ERC es un partido más anticatólico que el PSOE? Yo veo a los dos partidos muy parejos en sus políticas hostiles al catolicismo.
ResponderEliminarPor lo demás, comulgar sin confesar previamente no es exclusivo de los políticos de izquierda catalanes. La mayoría de los católicos postconciliares lo hacen. Basta observar que en nuestras celebraciones comulga el 90% de los presentes, mientras los confesionarios, cuando existen, crían telarañas. Y los obispos y sacerdote, como si la cosa no fuera con ellos.