En los regímenes autocráticos, en que no hay más ley que la voluntad del monarca o del jefe del Estado cuyo poder se ejerce “por la gracia de Dios”, al ser la muerte del jefe, la muerte del régimen, su guardia pretoriana “administra” la vida (más bien la muerte) del autócrata de manera que sea lo más beneficiosa posible para el régimen que comparten. Y en esta circunstancia se producen dos fenómenos: las noticias que se dan del enfermo (o moribundo) son siempre optimistas, esperanzadoras, procurando aparentar la mayor normalidad. El segundo fenómeno es que estos mismos sustentadores o sustentados del régimen prolongan la vida del líder hasta extremos inauditos: fue el caso de Franco. Por ganar tiempo para gestionar la perduración del régimen; o su “reforma” si no queda otro remedio. En torno al lecho del enfermo se pelean sus allegados por la herencia.
El pasado domingo fue un día muy aciago para la Iglesia. Se hacía ya descaradamente patente que a lo largo del mes en que el papa ha estado ingresado, la “normalidad” con que siguió “funcionando” la Santa Sede era pura ficción, era una performance, especie de teatrillo de guiñol, cuyo principal personaje invisible, ob scaenam (sólo adivinado por indicios y sombras, por no incurrir en la obscenidad que finalmente ha emergido), era el mismo papa. Se fingió día tras día una normalidad y una bonanza inexistentes, con unos comunicados oficiales que suscitaban más dudas que certezas, culminando la ficción en la primera fotografía del papa, de espaldas, simulando una realidad evidentísimamente compuesta para darle visos de autenticidad. Y eso como preludio del siguiente acto, el del pasado domingo.
Ha transcurrido todo un mes de evidentísimo manejo de la Iglesia por los poderes del régimen que en ella están firmemente instalados, siendo el papa el escudo que les ha permitido a esos poderes seguir su propia agenda sin que nadie pudiera cuestionarlos. Porque al final, todo iba avalado con la firma del papa. De un papa que enfermó tan gravemente, que hubo momentos en que su vida corrió grave peligro. ¡Quién firma así!
A la vista de estos fenómenos es inevitable traer a la memoria el final lamentabilísimo del Caudillo, condenado por los hombres del régimen por él fundado, a una cruel agonía como último gran servicio al régimen, identificado con la patria, como hemos tenido a la Iglesia identificada con el papa y su régimen. El máximo poder del Estado, en manos de un ejército de batas blancas comandado por los prohombres del régimen.
El estremecimiento viene cuando nos preguntamos desde cuándo es utilizado el nombre del papa como ha estado siendo utilizado durante este último mes. Su nombre, su sello, su autoridad. Y cuesta creer que esto no venga de muy atrás ¿Muy atrás? ¿Cuánto? En efecto, es una hipótesis muy razonable la de suponer que el manejo del papa tiene su origen incluso desde antes del inicio de su pontificado. En este último mes nos hemos dado cuenta de que algo muy anómalo pasaba: porque hemos sabido (y no en cada momento, sino muy a posteriori) que el papa ha estado muchos días impedido físicamente, con severas dificultades incluso para respirar: cuanto más para hablar, dar órdenes y firmar documentos Y en esas circunstancias se nos ha hecho creer que el papa ejercía plenamente su ministerio y su actividad y que era él quien dirigía la Iglesia. Eso nos lo hicieron creer mediante la ocultación, los que fungían la autoridad papal.
Lo evidente es que ese fenómeno no se improvisó en absoluto, sino que tenía un rodaje, que venía ya sumamente ensayado y ejercido. Y efectivamente hay dos indicios a favor de esta hipótesis, y los dos en relación con las “estancias” (llamémoslas así) del papa. En primer lugar, el hecho de instalarlo en un hotel (la Casa Santa Marta; esa decisión no la tomó él solo) en vez de hacerlo en el Palacio Apostólico, permitía mucha mayor maniobrabilidad, mucha mayor accesibilidad fuera de todo protocolo y de toda lista de visitantes.
El segundo indicio es la disparatada agenda de viajes (es decir, de ausencias del centro de mando y de la sala de máquinas) que el aparato de poder (difícil discernir si poder vaticano o poder papal) le impuso al papa. Viajes a los que no había manera de verles el interés pastoral ni evangelizador; ni siquiera algún interés político. Viajar por viajar, por estar fuera. Así la maquinaria de la Iglesia seguía funcionando bajo las directrices de los peones, caballos, torres, alfiles y reinas situados estratégicamente en el aparato. Somos muchos los que nos preguntábamos ante ese gran barullo de viajes, quién los organizaba (no era el papa el que elegía sus destinos: incluso en condiciones precarias de salud, la oficina lo mandaba a hacer largos viajes); y somos muchos también los que nos preguntábamos quién llevaba el timón de la Iglesia durante los viajes del papa. Basta que nos fijemos en la gran autonomía con que han actuado los cardenales Fernández, Roche y Parolin y en el estrambote de la Sinodalidad, que sigue con vida y energía propias, aunque la vida y las energías del papa se apaguen.
Ante las evidencias que se han desvelado al ir encajando las piezas del internamiento del papa en el hospital, la pregunta pertinente, es: ¿seguro que esta manipulación de la figura del papa (evidentísima en este momento), empezó con su ingreso en el hospital? Es razonable pensar que el fenómeno de la actuación en nombre del papa (totalmente inevitable durante sus ausencias en los viajes), no nació a partir de su hospitalización. Es razonable pensar que ésta no fue una respuesta adaptada a una nueva necesidad provocada por la incapacidad temporal del papa, sino que partía de una larga praxis en la que el entorno del pontífice estaba intensamente entrenado; de lo que fácilmente se deduciría que lo único novedoso durante su hospitalización (prolongada mediante la inevitable convalecencia de al menos dos meses “en casa”, que conlleva un largo período de incapacidad); lo único novedoso sería la caída de los velos que encubrían esa manipulación, y quizá la culminación de la misma. Parece evidente, en efecto, que no hubiese sido posible entrar tan exabruptamente en esa manipulación. La Iglesia no la hubiese digerido.
Y ahí sigue punzante para los españoles el recuerdo fatídico de Franco, el anterior jefe del Estado, cuya muerte fue manipulada ad náuseam. Razones de Estado hacían inevitable que por estirar su vida todo lo posible para apañar la transición hacia el nuevo régimen, fuera sometido al más terrible ensañamiento terapéutico. Y tiene toda la pinta de que no dista demasiado la situación actual de la Iglesia, de la que atravesó España a la muerte de su anterior Jefe de Estado. Imponentes juegos de poder ante la incógnita de si el próximo cónclave consolidará o disolverá el régimen impuesto por el actual papa.
También a la Iglesia le ha pillado el riesgo de muerte de su máximo líder, en medio del enloquecido vértigo de un cambio de régimen, que en absoluto es iniciativa exclusiva y en solitario del papa. Un cambio de régimen que no ha habido tiempo de rematar. Y los que con el papa, una cum, están impulsando este cambio, han sentido de repente que al sufrir el resuello del papa graves accidentes, se le acababa el aire a la reforma con la que estaban comprometidos.
Y evidentemente, el problema ni se ha acabado ni se ha resuelto con el alta hospitalaria del papa. Un alta cuyas razones “políticas” son mucho más poderosas que sus razones médicas: en efecto, de hecho, se ha trasladado a la residencia del papa (al hotel vaticano Santa Marta) todo el equipamiento médico y personal para continuar la hospitalización “en casa”. Porque el papa no estaba en condiciones de abandonar la hospitalización.
Parece bastante evidente que en el caos de las intrigas que se mueven en torno al papa para hacerse con el control del poder de la Iglesia, los había partidarios de continuar con su hospitalización, y partidarios de llevárselo “a casa”. Y se precipitó la opción de estos últimos.
En fin, que si esta situación se alarga mucho, veremos emerger los hombres del régimen (los que lo han impulsado y sostenido: al régimen y al papa) a cara descubierta: con lo que empezaremos a entender tantas cosas incomprensibles. Es lo que tiene que la barca de Pedro se haya convertido en un poderoso trasatlántico imposible de ser gobernado por un solo hombre desde el puente de mando hasta la sala de máquinas, la cocina y la lavandería.
Virtelius Temerarius
Si se alarga este estado del papa sin renunciar y convocar elecciones ya se convierte en lo llamado "papalatria" en donde el Papa es venerado como un dios menor cuando el único Dios es el Trinitario del Cristianismo. Además Jesucristo lo dice bien claro: "no llaméis padre a nadie sobre la tierra porque sólo Dios es vuestro padre". Salud al Papa pero si se encuentra débil e impedido que convoque el Cónclave, amén.
ResponderEliminarBuenos días Sr Garrell. Por favor, ¡no disparate! Nada de "papalatrias" que eso sería xomo lo del Becerro de Oro y lo mal que le sento a Moisés que partió las primeras tablas de la Ley. Deseemos que Francisco se recupere y medite mucho en cómo restaurar todo el caos creado por el magisterio errático
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Don Silver Garrell.
EliminarSe nos ha dicho hasta la saciedad que dejó escrita su renuncia desde el mismo instante de su elección. Hay en el derecho canónico medios establecidos para remover al Papa. Su manifiesta incapacidad física es uno de ellos. Si no lo hace sponte propia, hay normas que indican cómo deben proceder los cardenales.
ResponderEliminarFrancisco no parece querer renunciar motu proprio. Lo ha manifestado en más de una ocasión con distintas respuestas, todas relacionadas con el "deseo de los otros" a que lo haga ya. Resulta impensable que, con la lucidez de un Benedicto XVI, lo haga con un breve en latín depurado. No parece proclive a dejar el cargo, ni en italiano (su idioma paterno) ni en castellano (su lengua nativa). Es significativo que haya recurrido al castellano para expresar sus sentimientos en esos momentos de máxima debilidad, como una suerte de vuelta a su origen.
No soy uno de los que rezan para que Dios lo reciba cuanto antes. Antes bien, que Dios le dé larga vida. Pero, como fiel, siento que no está capacitado para llevar la Iglesia.
El Señor, que escribe recto en renglones torcidos, nos hará ver lo bueno que hizo durante su pontificado que no supimos ver ante la deriva doctrinal catastrófica que sí percibimos.
Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarEste pontificado sólo puede ser entendido como flagelo y catarsis
EliminarSr. Valderas , no digas tonteras, hombre.
EliminarDiga la la verdad de lo que piensa, a ese señor no lo incapacita lo físico, lo incapacita lo PSIQUICO.
Y ESO DESDE EL PRINCIPIO!!!
Siguen los nombrientos y ceses de obispos como si no pasara nada, cuando todos sabemos que Francisco no esta en condiciones de firmar un papel. A ver si le han automatizado la firma como a Biden, y Francisco sin enterarse de nada.
ResponderEliminarLa curia vaticana es capaz de esto y de mucho mas.
'Somos muchos los que nos preguntábamos ante ese gran barullo de viajes, quién los organizaba (no era el papa el que elegía sus destinos: incluso en condiciones precarias de salud, la oficina lo mandaba a hacer largos viajes)...'
ResponderEliminarEncara que sembla força evident que mossèn Bergoglio ja no controla tot que passa al seu entorn, la premissa que durant aquests últims 12 anys ha sigut títera en mans d'altra gent dins del Vaticà no mereix ni un moment de consideració, em sembla.
Ni un instant.
FEM
A lo mejor voy a decir un disparate, pero la verdadera sinodalidad sería reducir la Curia Romana, devolviendo cierto protagonismo a las Iglesias particulares como en la Iglesia primitiva. Por ejemplo, repartiendo los dicasterios (y sus correspondientes gastos de mantenimiento y personal) entre las grandes sedes del catolicismo, poniendo a sus corresponientes arzobispos-cardenales al frente de cada uno: París, Milán, Madrid, Múnich, México DF, Nueva York, Boston, Sao Paulo, Seúl, etc... en la era de las vídeo conferencias e Internet se podría coordinar todo con un personal más reducido desde Roma, a salvo de las injerencias de tanto italiano, de tanto lobby rosa y de diplomáticos a lo Parolin.
ResponderEliminarPara tener y mantener semejantes heresiarcas mantenidos en una cosa llamado Vaticano, mejor disolverlo o pasar de ellos.
EliminarNuestro Señor no quiere eso de ninguna de las maneras.
A la porra con ellos!!!
Se fingió día tras día una normalidad y una bonanza inexistentes, con unos comunicados oficiales que suscitaban más dudas que certezas, culminando la ficción en la primera fotografía del papa, de espaldas, simulando una realidad evidentísimamente compuesta para darle visos de autenticidad. Y eso como preludio del siguiente acto, el del pasado domingo...
ResponderEliminar...
En mi estricta y personal opinión, me es imposible de creer que un hombre de 88 años, que según la capacidad laboral ya debería de estar jubilado desde como máximo los 70 años, y que su capacidad civil está en un grado de dependencia máxima, gran invalidez, es decir, que necesita de terceras personas para ayudarlo en todas las actividades de su vida, y su capacidad de saber y querer están capitidisminuidas al máximo.
Bergoglio tiene una doble condición:
I. EL PAPA COMO JEFE DEL ESTADO DE LA CIUDAD DEL VATICANO
En su calidad de soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, el Papa concentra en su persona los tres poderes del Estado:
1. Jefatura de Estado:
a) Representa al Estado de la Ciudad del Vaticano ante la comunidad internacional.
b) Recibe y acredita embajadores.
c) Puede suscribir tratados internacionales en nombre del Vaticano.
2. Jefe de Gobierno o Ejecutivo:
a) Es el jefe de gobierno del Vaticano.
b) Nombra a los ministros y demás autoridades de la administración.
c) Dicta decretos, reglamentos y resoluciones administrativas.
3. Legislador supremo y absoluto o Legislativo:
a) Es el legislador supremo del Estado del Vaticano.
b) Ejerce la función legislativa de manera directa o a través de organismos delegados, como la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano.
4. Juez Supremo, Fuente de la Justicia o Judicial:
a) Es la fuente suprema de justicia en el Estado del Vaticano.
b) Puede intervenir en los tribunales civiles y penales del Vaticano.
c) Es la última instancia judicial en este territorio.
...
II. EL PAPA COMO JEFE DE LA IGLESIA CATÓLICA
En su calidad de cabeza visible de la Iglesia, el Papa posee una potestad suprema, plena, inmediata y universal sobre toda la Iglesia, que se divide en dos grandes ámbitos:
1. Potestad SACRAMENTAL:
a) Relativa a la administración de los sacramentos y a la santificación de los fieles.
b) Incluye el ejercicio del munus sanctificandi (oficio de santificar).
2. Potestad de Gobierno o JURISDICCIONAL:
a) Se refiere a la dirección y organización de la Iglesia en su dimensión institucional.
b) Munus regendi (Gobernar) → Corresponde a la "Potestad de Gobierno o Jurisdiccional" (punto 2), que incluye las funciones ejecutiva, legislativa y judicial.
c) Se subdivide en tres funciones, análogas a las del Estado, pero circunscritas al ámbito eclesiástico:
i. Función Ejecutiva:
- Gobierna la Iglesia universal y dirige la Curia Romana.
- Nombra obispos y otros cargos eclesiásticos.
- Dicta decretos y normas de gobierno eclesiástico.
b) Función Legislativa:
- Es el legislador supremo en materia eclesiástica.
- Ejerce su poder legislativo mediante constituciones apostólicas, motu proprio y otras disposiciones normativas.
- Munus docendi (Enseñar) → Se relaciona con la autoridad del Papa para definir cuestiones doctrinales y enseñar con magisterio supremo. Este munus normalmente se menciona junto con la potestad doctrinal del Papa y el magisterio eclesiástico, y se incluye dentro de la función legislativa en cuanto a la emisión de constituciones apostólicas y documentos doctrinales.
c) Función Judicial:
- Es el juez supremo en la Iglesia.
- Puede intervenir en cualquier causa eclesiástica.
- Es la última instancia en la interpretación y aplicación del derecho canónico.
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Opino que esta doble carga ahora Francisco no puede aguantarla para nada.
SEDE IMPEDIDA
ResponderEliminarDudo que Bergoglio esté en condiciones mentales y psíquicas como para ser capaz de llevar las dos importantísimas funciones tanto de Estado como de Iglesia, lo que implica que el papado de Francisco está en sede impedida absoluta prorsus impedita, equivalente a sede vacante, que un equipo médico debe de valorarlo y el Colegio de Cardenales debe de deponerlo y convocar cónclave para elegir nuevo papa.
Dicen que estuvo agonizante y moribundo dos veces durante los 38 días de hospitalización institucional: eso es sede impedida por causa muy grave, riesgo vital mayor.
Eso habrá repercutido en su salud global: sistemas cardíaco-circulatorio, respiratorio, nervioso (central o encefálico y periférico), osteo-muscular, digestivo, renal-excretor, endocrino, inmunológico, linfático y sensorial
DEPENDENCIA
La dependencia se define como el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones relacionadas con limitaciones físicas, psíquicas, sensoriales o cognitivas, requieren asistencia significativa de otras personas para realizar las
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1. Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD).
Estas son tareas esenciales relacionadas con la supervivencia y el cuidado personal:
a) Higiene personal: Incluye lavarse, vestirse, desvestirse y asearse.
b) Movilidad funcional: Capacidad para desplazarse, levantarse de la cama, sentarse o acostarse.
c) Nutrición: Preparación, toma de alimentos y utilización de utensilios adecuados.
d) Control de esfínteres: Gestión y mantenimiento de la continencia, acceso al baño y cuidados relacionados.
e) Interacción y toma de decisiones: Comunicación verbal y no verbal, y capacidad para tomar decisiones básicas.
...
2. Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD)
Se refieren a tareas más complejas que garantizan la independencia en el entorno comunitario, tales como:
a) Gestión económica (manejo de recursos financieros).
b) Preparación de comidas.
c) Limpieza y mantenimiento del hogar.
d) Uso de transporte público o privado.
...
3. Clasificación por Grados de Dependencia
La clasificación en grados se utiliza para medir la severidad de la situación de dependencia, frecuentemente basada en la intensidad, frecuencia y tipo de apoyos requeridos.
a) Grado I: Dependencia Moderada
- Ayuda necesaria para realizar diversas ABVD, al menos una vez al día.
- Requiere apoyos intermitentes o limitados que no afectan sustancialmente la autonomía personal.
b) Grado II: Dependencia Severa
- Ayuda necesaria para realizar varias ABVD, al menos dos o tres veces al día.
- No requiere supervisión continua, pero sí un apoyo recurrente.
c) Grado III: Gran Dependencia
- Requiere asistencia para múltiples ABVD varias veces al día.
- Presencia indispensable y continua de un cuidador debido a pérdida significativa de autonomía física, psíquica o sensorial.
DISCAPACIDAD
ResponderEliminarEs una condición médica o física que limita las capacidades de una persona para realizar ciertas actividades. Puede ser de origen físico, sensorial, intelectual o psicológico. La dependencia evalúa la necesidad de apoyo externo
Evalúa el grado de afectación funcional que una persona tiene en relación con sus capacidades normales.
Grados de Discapacidad
La discapacidad se clasifica en grados según el porcentaje de afectación, que mide la dificultad para realizar actividades básicas de la vida diaria (ABVD):
a) Grado 1: Discapacidad Nula (0%)
No hay limitaciones significativas en las ABVD.
b) Grado 2: Discapacidad Leve (1% - 24%)
Pequeñas dificultades para realizar las ABVD, pero la persona puede desenvolverse de manera autónoma.
c) Grado 3: Discapacidad Moderada (25% - 49%)
Reducción importante en la capacidad para realizar ABVD, aunque se mantiene cierta autonomía en el autocuidado.
d) Grado 4: Discapacidad Grave (50% - 70%)
Dificultades significativas en la mayoría de las ABVD, incluyendo el autocuidado. Se requiere asistencia frecuente.
e) Grado 5: Gran Discapacidad (75% o más)
Incapacidad para realizar ABVD sin ayuda constante de otra persona. Este grado suele implicar una dependencia total.
...
En mi opinión, el papa estaría con una Gran Discapacidad, casi invalidante, para trabajar y para la vida civil, superior al 75%, y con una dependencia III o total.
Y esta gran invalidez es ya irreversible y se agravará con el simple paso del tiempo, debido a su edad, 88 años, al estrés que genera el cargo (Papa) y a las múltiples enfermedades que tiene y que son graves, además de haber de pasar por una rehabilitación muy gravosa. No está ya en condiciones para continuar ser papa.
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SINODALIDAD Y SEDE IMPEDIDA
Y eso implica que sólo hay dos vías:
1. O Francisco presenta la renuncia o abdicación inmediata
2. O bien el Colegio de Cardenales lo declara en sede impedida absoluta prorsus impedita por causa de incapacidad, lo que implica la emisión de un peritaje médico completo y la declaración de sede vacante por incomunicación por falta de capacidad para gobernar el Estado y la Iglesia, convocándose el cónclave para elegir nuevo papa. Y no pasa nada, si Bergoglio se va, no hay un apocalipsis, no es un dios...
La salud del pontífice no es privada, porque es una figura pública estatal y eclesial con jerarquía máxima: Jefe de Estado y Jefe de la Iglesia de más de 1.400 millones de católicos, y es el líder de un Estado que se integra en la comunidad internacional de 193 estados
Por lo tanto, al ser una Iglesia Sinodal, tal como dijo Bergoglio el 2021, y ahora lo es, todo el Pueblo de Dios tiene el derecho a saber en régimen de transparencia total y absoluta sobre el estado de competencia y capacidad, habilidad y destreza, de Francisco, tanto a nivel físico, psíquico y mental.
Bergoglio no es imprescindible, para eso está el Colegio Cardenalicio para celebrar cónclaves y elegir un nuevo pontífice con más energía y capacidad: no hay nadie imprescindible en el mundo, eso hay que comprenderlo, y Francisco no es imprescindible, los papas pasan, los obispos y cardenales también...
Y debe de seguir Francisco de manera inmediata la única senda posible, el camino trazado por Benedicto XVI: no es esencial, no es necesario, se sale por razones de enfermedad, edad, cansancio, falta de fuerzas, falta de competencia y capacidad. Se renuncia y abdica. Y no pasa nada. No es responsable ni civil ni penal, tanto por edad como por el estatuto de inviolabilidad e inmunidad, aún siendo el peor papa de la historia. No hay que tener miedo, y que viva en una residencia, tal como vivió Benedicto XVI, como papa emérito, pero que deje el paso y ceda el sitio a otro más joven, saludable, capaz y que siga la estela de San Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Benedicto XVI no abdicó..si quiere lo "abdicaron" para poner a Francisco que lidera un clan..El mismo clan que ahora quiere estirar todo lo que pueda la cuerda. Llámenlo "Mafia de St Gallo" o "Curia siniestra", tanto da...lo que se aprecia es cambio y cambio que puede ser abrupto
EliminarCon tristeza he leído el escrito del sabio Virtelius y los comentaristas del blog, que por fin han puesto de manifiesto el odio que tienen al Papa Francisco. Que el Señor les perdone...si se arrepienten.
ResponderEliminarAmigo/a, hay muchos y mucho de lo que arrepentirse pero, incluya también al señor que convalecencia en la Casa Santa Marta rodeado de un séquito. No olvide que llegar, llegará el día en que todo lo oculto sea desvelado
EliminarYo creía docilmente que ya estaba solucionado el problema de Cuelgamuros pero algunos escritores dicen https://infovaticana.com/2025/03/30/el-rosario-de-ferraz-a-los-obispos-en-el-valle-de-los-caidos-no-os-vendais-por-30-monedas-de-plata/
ResponderEliminarLos Tiempos son de Nuestro Señor. Parecerán que ganan pero así fue también lo de Babel, ladrillo a ladrillo hasta que....
EliminarLlegará el día, más pronto que tarde, que Franco y José Antonio volverán al mismo sitio que descansaban .
EliminarNo perdamos la esperanza.
El estado neurológico y cognitivo de Francisco me parece que sin lugar a dudas debe estar francamente mal.
ResponderEliminarEl encéfalo es muy sensible a la hipoxia, porque sí, sí hubo momentos prolongados de baja oxigenación (incluso con soporte), y además dos episodios de agonía pre-mortem ("se nos iba"), lo que implica una hipoxia al mínimo vital, lo que le habrá producido daños leves e incluso graves en las neuronas, afectando funciones cognitivas como la memoria, la concentración o el estado de ánimo.
Además, 40 días en el hospital, con sedación o en UCI, aumentan el riesgo de delirium o deterioro cognitivo post-hospitalización, algo común en pacientes ancianos.
A nivel psíquico, podría experimentar ansiedad, depresión o confusión, especialmente si percibe su fragilidad tras el evento.
Y con 88 años la perspectiva de mejora o de restablecimiento a la situación antigua ya no es posible en absoluto, sino que existe un progresivo deterioro más creciente aún si cabe debido a la enfermedad y a la edad.
Da la sensación de que ya no está en condiciones de regir la Iglesia, y que lo mantienen apartado de cualquier mirada escrutadora e inquisidora, simplemente para mantener el statu quo existente, y esto está muy muy muy mal. No es idóneo para mandar, y es más bien un sujeto débil y sometido a presiones que limiten y coarten su libertad.
Sr. Anónimo 17:41. ¿Cuál es la especialidad de medicina que ha estudiado? Ud. sabe MUUUUCHO!
EliminarLa diplomacia Vaticana es más falsa que Judas.
ResponderEliminarNuestro Señor no dijo nada de montar sedes diplomaticas en los estados.
Y menos pactando con el 👿😈!!