Los datos son del Diari de Girona, que ha recopilado la información que aparece en la Guía de la diócesis de inicio de 2025 y de inicio de 2020. Comparando ambos datos empíricos e incuestionables, Girona ha perdido el 20% de sus sacerdotes en cinco años. Exactamente, se ha pasado de 128 sacerdotes a 102, es decir, 26 menos en este periodo, y lo peor de todo es que la línea es completamente descendente y no hay ningún tipo de augurio de recuperación. Si nos remontamos a 25 años atrás, es decir, a los datos del año 2000, había 246 sacerdotes, es decir que en un cuarto de siglo se han perdido 144, lo que significa el 59% del clero.
Además, estas estadísticas frías no reflejan un dato tremendamente preocupante, esos 102 sacerdotes que figuran en la Guía diocesana no quiere decir que estén en activo, sino que incluye a todos los sacerdotes, aunque tengan 100 años y lleven 25 jubilados, y Girona tiene la media de edad más alta con diferencia del clero de Cataluña. Resumiendo, pocos, en descenso continuo y ancianos.
El actual obispo de Girona, el cisterciense Octavi Vilà, es un invento de Omella y Bartomeu para cubrir un obispado al que nadie quería ir. No se acaba de entender que una diócesis en estado casi comatoso, necesitada de un obispo dinámico, con experiencia en situaciones complejas y con gran bagaje pastoral, tenga un obispo que viene de la tranquila vida monástica de Poblet, donde solo viven monjes, sin contacto alguno con la vida parroquial y menos con la curial diocesana.
No es de extrañar que cuando el obispo Vilà se hizo cargo de la diócesis afirmara que esta gozaba de muy buena salud y que contaba con un laicado muy activo y comprometido. Claro, en comparación con lo que tenía en Poblet, es evidente el salto que ha experimentado en su nueva responsabilidad, pero la realidad es que de la misma manera que el clero gerundense se va extinguiendo, el laicado de la diócesis, también es anciano y sin relevo generacional.
Porque esta es la solución que los antecesores de Vilà adoptaron para cubrir las necesidades pastorales de la diócesis, en vez de traer sacerdotes de fuera, como han hecho otros prelados, se ha apostado por el diaconado permanente y por dar responsabilidades a los laicos, a imagen de los países de misión, donde los seglares se convierten en ministros de la palabra en los territorios donde no pueden ir los sacerdotes a celebrar la Eucaristía. La diferencia es que en esos países los que cubren esa misión son jóvenes y aquí son ancianos con poco margen de maniobra, porque dentro de unos años no quedaran ni sacerdotes ni laicos que les suplan.
En cuanto a la vida religiosa en Girona, más de lo mismo, en solo este último año se han perdido 3 de las 38 comunidades de monjas, las últimas en poner el cierre son las Hermanas de la Caridad de Terrades. Es cierto que los datos del descenso de la vida religiosa y sacerdotal son bastante genéricos en toda Cataluña, los peores de España, pero Girona se lleva todas las medallas. La Conferencia Episcopal Tarraconense ha reconocido que en seis años se han perdido la mitad de catequistas en Cataluña, todos ellos seglares, y mientras tanto el obispo Vilà confiando que los laicos son la solución de los problemas de su diócesis.
Narcís Feliu
Solo nos lamentamos en Germinans vistiendonos de saco y golpeándonos el pecho por nuestros fracasos. Levantemonos los ojos al cielo que lo de Girona es todo muy bueno y de los fracasos el buen Dios sacará la solución. La solución son los curas africanos y las celebraciones de la Palabra por los mismos laicos. Germinans tambien se hunde si no se atreve a teología de altos vuelos, faltan las predicaciones bíblicas espectaculares.
ResponderEliminarSr. Garrell, estic completament d'acord amb Vostè. L'exemple que posen d'importar sacerdots africans no és vàlid (posi com exemple la diòcesi de Vic). És la primera vegada que estic d'acord amb el seu plantejament.
EliminarLo único bueno que hay en Gerona Don Silverio, son las gambas de Palamós.
EliminarBastantes curas de Girona no profesan la Fe Catolica en su integridad, sino en un apaño que se han hecho ellos mismos, y esto se comprueba en sus Misas y sermones.
ResponderEliminarPersonalmente he oido a varios curas de esta diocesis decir que no hace falta ir a Misa los domingos, lo importante es ser buena persona.
He comprobado que algunas catequesis a niños son puro buenismo, y poco catolicas.
Me explicaban de otro cura que habia decidido no rezar el Credo, porque no decia nada del amor de Dios, otros que se inventan Plegarias Eucaristicas, alguno que cambia las palabras de la Consagracion, abusos liturgicos todos y mas, etc. etc.
Desde hace mucho tiempo, el obispado y su progre vicario, se han dedicado a promocionar los curas heterodoxos y apartar a los ortodoxos. Por sus frutos los conocemos.
Para esto, mejor que cierren de una vez la diócesis. Ellos se lo han buscado.
De hecho, con estos números, van camino de tener que dividir la diócesis entre sus vecinas.
EliminarYa se ha perdido mucho tiempo y el nuevo obispo no está demostrando hasta ahora el dinamismo necesario. El porvenir no es bueno en tales circunstancias.
Ya es una novedad que el obispo celebre la penitencia de forma comunitaria con confesión pesonal y absolución individual como hizo en Sant Feliu de Guíxols, donde por cierto ha nombrado un magnifico pastor. Trabajo tendrá con este clero "protestante".
ResponderEliminarSi los papás no inscriben a sus hijos en la catequesis, los catequistas nos aburrimos. El último inicio de curso no hubo ni una inscripción para primer año. En segundo año hay cuatro niñas, empatando con el número de catequistas.
ResponderEliminarPobre diócesis la de Gerona con ese plantel de sacerdotes apostatar. Dios bendiga a los sacerdotes fieles que seguro los hay, apartados, en silencio y haciendo su labor discretamente mientras son ignorados por sus "hermanos que se han apartado de la Fe par abrazar al Mundo y sus regalías"
ResponderEliminarEn Girona, la feligresía tiene como primera religión el culto a la Santa Independencia de Cataluña. Rezan poco y lo que les gusta es entonar el himno de la "Catalunya triomfant" que, dicho sea de paso, se enseña en las escuelas catalanas. Pero en ellas no se instruye en el conocimiento de la Biblia, la Torá o el Corán. Ni siquiera se cita su existencia. Conozco padres que han dado órdenes para que sus hijos no reciban clases de religión. Adoctrinamiento nacionalista, sí lo aceptan.
ResponderEliminarEn el 2050, serán mayoría los templos cerrados y destinados al mero uso turístico. En Girona, lamentablemente, empezarán antes.
Esta pobre gente nacionalista. Montaron un pifosio enorme comandado por aquel sujeto de CIU, Mas, el camarero de los Pujol. La cosa estalló con el adefesio de Puigdemont que anda libre en "la mansión de la República". Menuda independencia que ha dejado a Cataluña por los suelos
EliminarUn sondeo del CEO de la Generalitat hace unos años detectaba que un 30% de la población en las comarcas de Gerona tenían como lengua propia y habitual el castellano. En verano se anunciaban para los turistas las parroquias con alguna misa en castellano, fuera habitual o fuera para temporada de verano. Eran muy, muy pocas.
ResponderEliminarMuchos hispanoamericanos y otros castellanohablantes en las zonas de interior, o incluso en la costa, pero con horarios locos de la hostelería, tienen muy difícil ir a las escasas misas en castellano.
Y no basta la misa, tiene que haber comunidad, amistad, fraternidad, aunque sea entre inmigrantes hispanos. Si se mima de verdad ese 30 por ciento de hispanohablantes, saldrán comunidades cristianas vivas.
También entre los catalanohablantes pueden salir comunidades cristianas vivas, pero se supone que están bien ubicados, en su casa, con lazos, etc... y no requieren un esfuerzo consciente.
La solución pasa porque venga un nuevo Papa en línea con San Juan Pablo II y Benedicto XVI, cambie a Omella, Planella y el de Gerona, como mínimo: tabula rasa con lo viejo, sea obispo con sus grupos de poder e interés.
ResponderEliminarYo calculo que solo quedan 34 curas no jubilados.
ResponderEliminarUn gran pensador francés creo que Malraux, dijo : el siglo XXI será religioso o no será. Creo que a los 25 años, con el Jubileo, ha empezado este siglo. El primer signo: la revolución Trump.
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