El arzobispo Rino Fisichella presentando a "Luce" la mascota del Jubileo de 2025
No nos han bastado la inauguración de los juegos olímpicos de París ni nos ha bastado la inauguración de la catedral de Notre Dame renovada para mostrar la imagen moderna de la Iglesia, que ahora nos llega la guinda del pastel con la singular performance del primer (¿y último?) jubileo del tercer milenio del cristianismo en su primer siglo: el XXI. Un auténtico destrozo.
Es descorazonador tanto espectáculo descristianizante. Y la alta jerarquía eclesiástica, a favor de ese desdibujado de lo cristiano. Que la inauguración del París 24 ofreciese ese esperpento de espectáculo anticristiano sin que la máxima autoridad de la Iglesia dijese ni mu, asumiéndolo por tanto con toda naturalidad, fue muy penoso. Fueron otros líderes religiosos y políticos los que alzaron la voz para exigir respeto por las creencias de tantos millones de ciudadanos. Que la inauguración de Notre Dame fuera tomada por los políticos de todo el mundo, como un acto meramente político, dócilmente secundado por la Iglesia de París, evidentemente segundona, que además vistió sus galas más mundanas, arlequinescas a tope, por sintonizar con el mundo decadente que asistía al espectáculo, no fue demasiado reconfortante. Dar tres golpes en la puerta con el báculo, presidir unos cantos, incluidos el Magníficat, el Paternóster y el Tedéum, todo muy paralitúrgico, sin “consagrar” absolutamente nada, hasta Macron (que, por cierto, como máximo protagonista del acto, hizo el mejor discurso) hubiese podido hacerlo con mayor lucimiento que el conseguido por el arzobispo. Ya, pero sin olvidar que Macron fue el mayor responsable del esperpento de París 2024. Macrón soñador de esperpentos.
Pero que un Jubileo sea presentado por Roma como evento político con su mascota y todo, el Luce o la Luce (ése será uno de los grandes debates teológicos del Jubileo) y con un merchandaising más propio de un club de fútbol que de una confesión religiosa, no hay manera de digerirlo. La clave está en la persona a quien el Santo Padre confió la organización del “evento”. Es monseñor Fisichella, el promotor de la idea teológica del “aborto por compasión”. El gran teólogo que ha diseñado la imagen mundana del Jubileo. Porque se trataba de un Jubileo que ofreciese la máxima sintonía con el mundo. Ha levantado polvareda la inclusión en su programa de actos, de la peregrinación parece que sin nada de penitencial, de los católicos (y no católicos) gays. Una versión piadosa del Orgullo. Una cosa muy turística, que atraiga visitantes, como los mundiales de fútbol, como las exposiciones universales, como los juegos olímpicos. ¿Qué serían esos eventos sin la mascota? ¿Mascota? ¿Qué necesidad tiene la Iglesia de mascota teniendo la cruz, qué necesidad de mascota tiene el islam teniendo la media luna, y qué necesidad de mascota ha sentido nunca el comunismo teniendo la hoz y el martillo?
Pero bueno, ¿qué es o qué ha de ser un jubileo?
El jubileo es una venerable institución bíblica (Levítico y Deuteronomio) que restaura la libertad personal y la de los bienes raíces cada 7x7=49 años. El año 50º, en el que tenía lugar la liberación de personas y tierras, era llamado “Año de gracia”. Las deudas que no se liquidaban según lo pactado, daban lugar a la enajenación de bienes y personas para resarcirse el acreedor mediante la explotación de las personas y sus bienes. Es lo que se llamó en el mundo antiguo (también en Roma), la “esclavitud por deudas”. Una esclavitud que se extinguía cuando quedaba liquidada la deuda; y que en el catolicismo acabaría siendo la necesidad de “indulgencia” (léase “indulto”) de las penas pendientes por las culpas. En el caso de los judíos y de su jubileo, era ociosa la contabilidad de la explotación, porque el año jubilar tenía la virtud de extinguir las deudas, estuviesen como estuviesen.
El jubileo era, pues, una institución de libertad, de liberación. Y partiendo del hecho de que en el cristianismo, con razonable base léxica, se han confundido deudas y culpas (lo tenemos en la traducción del Padrenuestro), el Jubileo se instituyó para redimir las duras penas (penitencias) impuestas por los pecados, por las culpas. Ahí se hicieron un lugar holgado las indulgencias (en lenguaje jurídico, los “indultos”), en virtud de las cuales se extinguían las “penas” pendientes por los pecados cometidos y confesados (y si moría uno sin haber pagado por sus pecados, se tenía que acabar de pagar en el purgatorio). Y claro, con las indulgencias se extinguían las penas-deudas que tenías que pagar por los pecados, que, por otra parte, te habían sido perdonados ya en la confesión. Claro que la enorme afluencia de peregrinos para ganar las indulgencias, despertó una gran codicia en los más altos sectores de la Iglesia (gracias a éstas, pudo Julio II, el “papa rey” o “el papa guerrero”, arrasar la antigua basílica de San Pedro, demasiado modesta, y construir la actual). Los abusos se desbordaron, y en ellos se atrincheró Lutero para emprender la Reforma, es decir el más reciente cisma de la Iglesia.
Las deudas (culpas) contraídas por nuestros pecados acabaron siendo administradas con criterios bancarios. Y pasamos del catolicismo en el que nunca tenías la seguridad de haber pagado lo suficiente por tus pecados, al protestantismo, en el que no hay deudas (culpas) que pagar, porque ni siquiera hay pecado, definitivamente redimido por la Sangre de Cristo. El jubileo católico, pésima copia del jubileo judío, acabó llevando a la Iglesia a un tremendo naufragio.
La Iglesia naufragó por no ser capaz de extinguir las deudas contraídas por los pecados; y el mundo está pasando una tremendísima borrasca por no estar dispuesto a extinguir la enorme acumulación de deuda que lo está asfixiando. Ni en un caso ni en otro hay auténtica indulgencia ni verdadero indulto. Deudas que al fin y al cabo no son más que documentos en los que el tomador del préstamo se compromete a pagar con su trabajo futuro y con sus bienes, la cantidad asignada en el documento. Con lo que esa deuda no es más que trabajo-esclavización a futuro. Y va a ser ese compromiso de entregarnos como esclavos durante un tiempo más o menos largo (lo que fue siempre la esclavitud por deudas) lo que nos lleve a la ruina. ¡Con lo fácil y bien diseñado que estaba el jubileo bíblico! El de verdad. Pues el mismo que ha servido para liberar de toda pena al hijo de un presidente o a los que se han alzado contra el Estado. Esos sí que son indultos e indulgencias de verdad; eso sí que es el jubileo perpetuo para quien se lo puede pagar.
¡Qué gran oportunidad ha perdido la Iglesia de liderar las grandes normas de conducta y darle la vuelta al horroroso y esclavizador sistema del endeudamiento progresivo en que nos estamos ahogando, hasta la aniquilación o la más absoluta esclavización del endeudado! Un sistema que amenaza a personas, a familias y a Estados. La Iglesia está llamada a ser sal de la tierra y luz del mundo, ¿no? ¡Qué gran ocasión para reactivar el Padre nuestro… perdónanos nuestras “DEUDAS”, así como nosotros perdonamos a nuestros “DEUDORES”!
Pero bueno, hoy la inventiva está en convertir al Vaticano en un potentísimo organismo de promoción turística, a imagen y semejanza de los grandes eventos mundanos, ¡con mascota y merchandaising! Es un paso más en la prostitución de tan santa institución como fue el Jubileo ordenado por Dios: el auténtico, el que pone freno al crecimiento imparable de las deudas, asegurándole al Pueblo de Dios que no morirá aplastado por ellas.
Y entretanto, ahí tenemos la gran pregunta: ¿será el 2025 el gran año del Jubileo para la Iglesia, año en que Dios considere que ésta ya ha pagado la enorme deuda que contrajo con Él a lo largo del último medio siglo? ¿Será por fin el año de la liberación de la Iglesia esclavizada ideológicamente por el mundo?
Virtelius Temerarius
Todos los actos festivos valen pero no vale silenciar los mismos mandamientos originales que por cierto llevan mucha más materia que lo breve contado en el Decálogo, veamos por ejemplo según la Bíblia de Montserrat que el mandamiento de santificar las fiestas reitera que Dios creó el mundo en 6 dias y este detalle es repetido varias veces en la Bíblia:----"No t'ocupis en cap treball, ni tu, ni el teu fill, ni la teva filla, ni el teu criat, ni la teva criada, ni els teus animals, ni els forasters que viuen al teu país. Perquè Jahvè va fer en sis dies el cel, la terra, el mar i tot allò que es mou en aquests llocs, però reposà el dia setè. Per això, Jahvè beneí el dissabte i el féu sagrat. --------Después el clero se desmadra en celebraciones y hace ojazos a la Evolución de los millones de años donde la Palabra dice "días".
ResponderEliminarInsisto de nuevo: ¿cuántas horas tienen las "6 días de la creación"? Gracias.
EliminarMT
Sr Garrell Bons Reis amb el desig que li hagin portat un globus terraqui ben esfèric i un calendari de dinosaures on els dies siguin milenis. Es broma! Salut pel 2025 que ve for i ple de sofre.
EliminarDon Silverio, veo que ha elegido usted una versión edulcorada de la Biblia. "No t'ocupis en cap treball, ni tu, ni el teu fill, ni la teva filla, ni el teu criat, ni la teva criada, ni els teus animals, ni els forasters que viuen al teu país..." No, en aquel tiempo no se estilaban los criados y las criadas, sino los esclavos y las esclavas (en la versión de los 70, "páis" y "paidíske"), Pero como presumimos de ser libres, estando como estamos sometidos a vergonzosa esclavitud, no nos permitimos las alusiones directas y descarnadas a la esclavitud, porque podríamos vernos identificados con ella.
EliminarEl problema, don Silverio, es que siendo el Pentateuco la gran epopeya de la caída y del primer gran intento de liberación del hombre (genial el rito de la Pascua judía, un rito de huida de la esclavitud hacia la libertad), nos escuece tanto, que lo queremos obviar con mayor pertinacia que la que empleamos en obviar el Diluvio. La esclavitud nos escuece más; y la libertad que nos ofrece Dios, nos ofende y nos importuna.
Por eso, en cuanto salen nombrados los esclavos, los camuflamos como criados (contratados, no forzados), nos salimos por la tangente.
Miréselo, don Silverio, que el tema de la libertad (de hecho, de la esclavitud humana) es mucho más enjundioso y trascendente que el tema del Diluvio.
El tema de las indulgencias cuesta un montón entenderlo y creerlo. Es un invento muy terrenal, concretamente de Clemente VIII. La Iglesia administra la redención y dispensa con una autoridad que se saca de la manga. No recuerdo ue jesús hablara alguna vez sobre ello.
ResponderEliminarEl señor Silveri Garrell tiene razón sobre el pesado de los inacabables discursos hechos con papel de calco y pegamento rápido.
ResponderEliminarNo es que la Iglesia se haya adherido a estrategias globales del más ruin de los empeños, sino que ha entrado con Francisco en una espiral de estupidez alucinante. Con documentos de escasa entidad doctrinal, cuando no paladinamente erróneos, frasecitas de cotilleo (cara de pepinillos en vinagre), reuniones de significación equívoca, solo faltaba para poner la guinda la necia mascota de los enanitos del bosque. ¿Alguien se imagina un Concilio con un juguete infantil como emblema? No es que sea una aberración doctrinal, que lo es, es que se trata de una agresión a la inteligencia. Una soberana gilipollez.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
EliminarBuenos Reyes Sr Valderas. Nada de juguetes disen̈ados por mentes enfermas así como el logo es multicolor del jubileo donde parecen que estén bailando la Conga
EliminarSeamos sinceros. Francisco está llevando las cosas a un límite intolerable, pero no es él el "inventor" de estos desmanes. Las desgracias empezaron con Pablo VI y la reforma litúrgica y crecieron mucho más con Juan Pablo II y su "populismo papal", expresado en viajes y actos multitudinarios en estadios, misas con música rock, etc. Sí, Juan Pablo fue también alguien que contribuyó enormemente al estado actual de la Iglesia. Recordemos su defensa de Maciel y todos los abusos que se cometieron durante su larguísimo pontificado y a los que no se puso fin. Criticamos a la Iglesia postconciliar, pero olvidamos que el pontificado más largo de este periodo fue el de Juan Pablo II. Como dijo no sé quién, mientras en sus viajes llenaba los estadios, cada domingo las parroquias se iban quedando más vacías. En su breve pontificado Benedicto XVI no pudo ya poner remedio, aunque lo intentó heroicamente. Francisco es el resultado de más de medio siglo de desastres, en su mayoría acaecidos siendo papa Juan Pablo.
EliminarSr. Valderas, desde el concilio último, se han visto muchas gilipolleces perpetradas por auténticos majaderos.
EliminarLo de ahora es ya APOTEOSICO.
Sr. Valderas, también han nombrado una Prefecta de congregación o dicasterio que se llama ahora.
EliminarUsted lo ve claro?
Yo no!
Jolín, a VIrtelius todo le parece mal; le parece mal el Jubileo actual, le parece mal el Jubileo del año 1300 y crear jubileos católicos, le parece mal reconstruir Notre Dame y que acudan los políticos laicistas, le parece mal que haya una mascota (yo no recuerdo cristianos rabiosos y enfadados por la famosa mascota Pelegrín del Jacobeo 93). ¡¡Qué ganas de enfadarse por todo!!
ResponderEliminarSe agradecería saber que significa o simboliza la forma que tiene el báculo que lleva la mascota de marras.
ResponderEliminarMuchas gracias y feliz día de Reyes Magos.
Eso es un baston Wika de las brujas/os. Una chorrada completa como el nombre que parece a Lucifer o a un ser andrógino. Una tontera mas que nos ofrece este Vaticano "jubiloso"
EliminarExcelente artículo! Es insostenible el estado ruinoso de la Ia Iglesia. Hasta cuando vamos a tener que sufrir semejante deriva? Desde Panamá muchas gracias por sus atinados artículos y excelente portal de noticias, también nosotros ya hemos entrado en una fase lamentable - que nunca pensé ver- desde adoración de la conferencia episcopal en pleno a la pachamama por cinco días continuos, hasta la aberrante celebración de los obispos en honor a la Asunción de la Virgen pidiendo a los fieles visitar en familia ese día todos los templos paganos; desde haré Krishna hasta B’nai B’rith, sinagogas y sectas protestantes, y lo más espantoso colgar en un lugar prominente dentro de la catedral metropolitana una gigantesca y horrorosa pintura de la Virgen “come gallina” adornada de imágenes esotéricas con desnudos por doquier, Dios nos perdone tanta apostasía! Dios lo Bendiga!
ResponderEliminarPaciencia que esto acaba de empezar. La payasada de una tal Lalachus, mofándose del Sagrado Corazón, en las campanadas desde plaza Sol solo hace que presagiar que van a toda máquina, el tiempo se acaba y el jubileo se acerca. Quiera Pedro tras haber negado a Cristo volver con firmeza a tomar el timón de la Nave...será Francisco tras una conversión paulina o será ya Pedro Romano
Eliminar¿El "Luce", es el nombre de Lucifer para los amigos?
ResponderEliminarLe Luce tiene pinta de japonés trans aficionado al manga
EliminarPues vete tú a saber. La autora parece que satánica (y LGBTera) sí que es. Y ya que le encargaron el engendro (a dedo, sin concurso como debería) para la Expo 2025 de Osaka, podría haberlo diseñado más “moe”. No me gusta ni como llavero, aunque quizá sí como diana de escopeta de balines.
Eliminar11 “Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores".
ResponderEliminarHay deudas materiales y deudas espirituales; las hay también morales. Deuda material es la moneda o la mercancía que deben restituirse por haber sido prestadas. Deuda moral es la estima arrebatada y no correspondida, el amor querido y no dado. Deuda espiritual es la obediencia a Dios, de quien se exige mucho dándole bien poco, y el amor a El. Dios nos ama y se le debe amor, como se debe amor a una madre, a la esposa, al hijo, de quienes se exigen muchas cosas. El egoísta quiere tener, pero no da. Pero el egoísta está en las antípodas del Cielo. Tenemos deudas con todos: desde con Dios hasta con el esclavo, pasando por los familiares, los amigos, el prójimo en general, y los que están a nuestro servicio (pues todos éstos son en el fondo iguales que nosotros). ¡Ay de quien no perdone, porque no será perdonado! Dios no puede, por justicia, condonar la deuda que el hombre tiene para con Él, santísimo, si el hombre no perdona a su semejante.
12 "No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del Maligno".
María Valtorta (El Evangelio como me ha sido revelado), 28 de junio de 1945
Personalmente rezo la versión tradicional que aprendí de mis padres o bien la latina; pero no esta chapuza (2º sentido en el actual Diccionario de la lengua española).
MT
Oiga, señor anónimo de las 21:26, que fueron las indulgencias ligadas a los jubileos, la causa "declarada" del cisma de Lutero (un mordisco a la unidad de la Iglesia, más ostentoso que el de la manzana de Apple). Si ese tema no le parece importante, ni le parece importante tampoco la Fiducia supplicans y ninguna bagatela de esas con que nos entretiene el Santo Padre, ¿qué le parece a usted importante?
ResponderEliminarY bueno, rabioso lo que se dice rabioso, no veo yo a Virtelius. Enfadado, quizás tampoco. Criticón, sí; muy criticón. Pero bueno, si la crítica es un buen camino para la corrección, bien venida sea, ¿no?
Pero bueno ni Virtelius ni el Santo Padre pueden pretender caerle bien a todo el mundo. Y está claro que a usted le cae muy mal. Pero no sufra: le está muy bien al criticón que le critiquen. Sí señor, le alabo el gusto. Pero le veo un tanto amargado. Si yo fuese su médico, le recomendaría que sonriese de vez en cuando.
Cuanta razón Virtelius! Igualmente, de acuerdo con la siempre valiosa opinión de Valderas. La famosa frase "si Dios no lo remedia..." es lo que me repito continuamente pero parece que nos está dejando estropearlo todo demasiado.
ResponderEliminarRidículo Fisichella, ridículo Vaticano... :)
ResponderEliminar"Pero bueno, hoy la inventiva está en convertir al Vaticano en un potentísimo organismo de promoción turística, a imagen y semejanza de los grandes eventos mundanos, ¡con mascota y merchandaising! Es un paso más en la prostitución de tan santa institución como fue el Jubileo ordenado por Dios: el auténtico, el que pone freno al crecimiento imparable de las deudas, asegurándole al Pueblo de Dios que no morirá aplastado por ellas."
ResponderEliminarBien dicho...
"El jubileo era, pues, una institución de libertad, de liberación. Y partiendo del hecho de que en el cristianismo, con razonable base léxica, se han confundido deudas y culpas (lo tenemos en la traducción del Padrenuestro), el Jubileo se instituyó para redimir las duras penas (penitencias) impuestas por los pecados, por las culpas. Ahí se hicieron un lugar holgado las indulgencias (en lenguaje jurídico, los “indultos”), en virtud de las cuales se extinguían las “penas” pendientes por los pecados cometidos y confesados (y si moría uno sin haber pagado por sus pecados, se tenía que acabar de pagar en el purgatorio). Y claro, con las indulgencias se extinguían las penas-deudas que tenías que pagar por los pecados, que, por otra parte, te habían sido perdonados ya en la confesión. Claro que la enorme afluencia de peregrinos para ganar las indulgencias, despertó una gran codicia en los más altos sectores de la Iglesia (gracias a éstas, pudo Julio II, el “papa rey” o “el papa guerrero”, arrasar la antigua basílica de San Pedro, demasiado modesta, y construir la actual). Los abusos se desbordaron, y en ellos se atrincheró Lutero para emprender la Reforma, es decir el más reciente cisma de la Iglesia."
ResponderEliminarUn excelente resumen de unos pocos miles de años del significado de liberación de culpa espiritual y liberación de deudas económicas...
"¿Qué necesidad tiene la Iglesia de mascota teniendo la cruz, qué necesidad de mascota tiene el islam teniendo la media luna, y qué necesidad de mascota ha sentido nunca el comunismo teniendo la hoz y el martillo?" Me encanta esta frase.
ResponderEliminarSr. Virtelius,¿Podría comentar esta nueva aportación de Francisco en el día de la Epifanía? El cuarto rey, Artabano...¿Es esto católico o un guiño más al mundo y a su príncipe?
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