Sí, parece que el papa se sintió engañado por monseñor Bertomeu. Eso se desprende de las declaraciones de Giuliana Caccia y Sebastián Blanco, los dos activistas pro-vida y pro-familia que fueron amenazados por una excomunión ferendae sentenciae, si no retiraban la denuncia por “revelación de secretos”, interpuesta ante la fiscalía peruana contra el minutante Bertomeu. Está claro que las versiones que le transmitieron al papa el acusador y los acusados, difieren con tanta distancia como la que va de la verdad a la mentira. Sin menoscabo de que no es nada desdeñable la versión de los hechos con que se defiende el ahora acusado.
Sólo nos falta descubrir si el papa, además de engañado, se siente decepcionado por la conducta de su investigador favorito y, sobre todo, resentido. Porque el papa Francisco es muy sensible a estas traiciones que ponen en peligro su credibilidad. Menos mal que este incidente le ha permitido al papa hacer un gran alarde de su flexibilidad y magnanimidad para con los inicialmente condenados. Pero, evidentemente, a costa de Monseñor Bertomeu, el instigador y demandador de la condena.
Y es que en el marco de la investigación sobre el Sodalicio de Vida Cristiana -la llamada misión van Helsing- realizada por el arzobispo Scicluna y Jordi Bertomeu, prelado doméstico de Su Santidad, Caccia y Blanco declararon en un entorno de confidencialidad ante el minutante tortosino. Éste, insatisfecho por lo que acababa de oír, se desahogó con un periodista que divulgó rápidamente las declaraciones. Los afectados presentaron una “queja” -todavía no era una denuncia como la que Omella sí que recibió sobre un clérigo homosexual de manos largas-; queja a la que Bertomeu no se dignó contestar, por más que le insistieron los agraviados. Este es el motivo por el que éstos decidieron denunciarle ante la fiscalía de la nación e incluso ante la misma Signatura Apostólica.
Posteriormente, el 26 de septiembre pasado, Giuliana Caccia y Sebastián Blanco recibieron un documento de la Nunciatura en Perú, en el que se les acusaba de tres delitos canónicos por haber denunciado penalmente a Jordi Bertomeu por violación de secreto profesional; y se les instaba, si no querían ser excomulgados en 48 horas, a retirar la denuncia al prelado doméstico de Su Santidad. Además, se les penalizaba condenándoles a pagar 27.000 dólares cada uno a Cáritas Lima; y finalmente, como pena última, nunca más podrían presentarse como católicos.
Convencidos de que el papa Francisco había sido mal informado por Bertomeu, Giuliana Caccia y Sebastián Blanco, a través de diversos conductos, pidieron la gracia de ser escuchados por el propio Pontifice. A los pocos días, la Santa Sede, visto el revuelo mediático suscitado por tan severa medida que, mal aconsejado, había asumido el mismo Francisco como propia, el Vaticano se puso en contacto con ellos para anunciarles que el papa había escuchado su petición y que les recibiría personalmente el 23 de noviembre. Aunque Giuliana y Sebastián, siguiendo indicaciones pontificias, mantuvieron en secreto la cita papal, desde ese mismo momento les informaron que el precepto penal -la excomunión- quedaba en suspenso.
Recibidos amablemente por el papa Francisco en audiencia privada, Caccia y Blanco manifestaron que “apenas le habíamos informado del castigo que se nos había impuesto, inmediatamente el papa nos dijo: ‘la excomunión no va. Quédense tranquilos’. Aunque teníamos la conciencia tranquila por no haber cometido ningún delito, sino de haber hecho lo correcto, el escuchar del propio papa que este asunto llegaba a su fin y que nunca se debió dar, nos da una paz espiritual difícil de transmitir en palabras”. Luego, el pontífice los animó a que comunicasen a sus amigos que “el papa los ha recibido, que los ha bendecido y que la excomunión no va”. Francisco les pidió revisar allí mismo el decreto que recibieron de la nunciatura Apostólica de Perú con la amenaza de excomunión. Ellos se lo entregaron y “firmó de su puño y letra sobre el documento la revocación de la pena”.
Luego, manifestaron a Francisco que, previo al proceso civil que iniciaron contra Bertomeu, durante un año intentaron resolver la situación con él de manera privada, pero nunca obtuvieron la respuesta esperada. “También le dijimos que habíamos interpuesto una demanda canónica en la Rota Romana” contra el minutante. Hacia el final de la reunión, habiendo quedado todo expuesto y claro, el papa Francisco les pidió: “Seguid adelante siempre con la verdad y, por favor, rezad siempre por mí”. Tanto Giuliana Caccia como Sebastián Blanco señalaron que salieron profundamente consolados y animados “para seguir trabajando a favor de la vida y de la familia”, mientras mantienen firme la acusación civil y canónica contra Bertomeu.
Evidentemente esto es una desautorización en toda regla del eclesiástico causante de tamaña polvareda por eludir un juicio civil. Es incoherente que la Iglesia exija que sean sometidos a la justicia civil los delitos del clero si se trata de abuso sexual y, en cambio, se reserve el privilegio de eludirla si se trata de otros abusos, sobre todo si el que los comete, exhibe categoría vaticana.
Lo más grave de este caso, es que el reverendo Jordi Bertomeu, al margen de cuál sea la calificación judicial que merezca su comportamiento, al empeñarse en evitar a toda costa (elevadísima costa para los sancionados) el juicio que se le venía encima, metió en un buen lío al papa, que entendió que estaba ante un grave entuerto y le tocaba deshacerlo. El resultado es que el investigador que envió el papa a las Américas para investigar abusos muy graves, por no exponerse él, expuso al papa. Con el riesgo tremendo y evidente de que se le acuse al investigador papal de encubrimiento: por haber pasado por alto, en sus viajes, gravísimos delitos continuados (de intocables), deteniéndose en cambio en acusaciones comparativamente irrelevantes. Pero referidas estas últimas a no-intocables.
Con esto, monseñor Bertomeu queda en situación sumamente delicada; porque pasa de haber gozado de la total confianza del papa, que se fio en todo momento del buen hacer de su enviado, a estar bajo sospecha y, sobre todo, bajo vigilancia. Es obvio que el papa ya no puede dejarle hacer, confiando en que no vuelva a meterle en líos por salvarse él. Quien hace un cesto, hace ciento.
Tampoco está claro si el papa lo dejará en dique seco, o si siguiendo la consigna vaticana del promoveatur ut removeatur, y para premiarle los servicios prestados hasta el momento, lo ascenderá dándole un cargo de relumbrón en algún dicasterio. Es que hay que tener en cuenta que habiendo ocupado Monseñor Bertomeu un oficio muy delicado, de extrema confianza, por cuyas manos han pasado multitud de dosieres, se ha convertido él mismo en una especie de intocable; razón por la cual el Vaticano, maestro de diplomacia, evitará cualquier riesgo. En cualquier caso, su aparcamiento en dique seco, será sólo temporal.
De todos modos, el problema más serio que afronta nuestro Monseñor es que, atendiendo a la comparativa de sus investigaciones, pueda ser acusado de encubridor (lo de Cochabamba es lo más escandaloso), acusado de ser “el encubridor papal”; acusación que podría salpicarle al papa como lo salpicó la excomunión exprés.
En cualquier caso, monseñor Jordi Bertomeu podría ser promovido en su propia tierra, alejado de los focos. Estamos seguros de que la diplomacia vaticana le encontrará una salida digna. Eso sí, la cosa no será inmediata; tendrá que poner tiempo por medio. Y, precisamente, tiempo en el Vaticano es lo que nunca falta.
Lluís Llagostera
Me ha parecido muy positiva la reacción de Bergoglio, los ha dejado en paz, que era lo que les debía de pasar, pues el caso de Bertomeu, además de un presunto delito de revelación de secretos administrativos o penales, además era otro delito más grave aún, el de represalias contra denunciantes que ejercitan su derecho humano procesal, que era denunciarlo por revelar secretos procesales a la prensa.
ResponderEliminarDigo que me ha parecido positivo que los recibiera (primer milagro) y les llevara la paz del archivo y sobreseimiento (segundo milagro), pues Bergoglio era famoso, en sus primeros tiempos, cuando era jóven y osado, de ser un misericordeador de aúpa, y de tener montado un carajal en la Iglesia Católica respecto a la apostasía de la Iglesia Alemana en su camino sinodal, el Partido Comunista que hace lo que le da la gana en la Iglesia China gracias a un tratado secreto, y la impugnación que muchos le hacen a su legitimidad como Papa, como puede verse aún en este artículo de Specola [1].
Muchos, incluso sacerdotes valientes que han sido a su vez sancionados, manifiestan que su elección pontificia es inválida, ilícita e ilegal, y ello por diversas causas:
1. Por razón de la nulidad de la renuncia de Benedicto XVI (defecto formal por errores gramaticales en el redactado en latín; defecto material por no renunciar al munus o título y sí al ministerium o ejercicio activo de gobernar, enseñar y santificar; renuncia defectuosa al no ser pura e incondicional e inmediata)
2. Por ser electo en un cónclave viciado de nulidad al ser electo por la Mafia de San Galo
3. y finalmente, porque al aprobar los derechos sacramentales para las parejas convivientes en actos intrinsece malum no arrepentidas (homosexualidad, adulterio y concubinato) en Amoris laetitia y Fiducia supplicans, lo que implica su condición de Papa heresiarca excomulgado latae sententiae non declarata con sede impedida absoluta prorsus impedita, con la consecuencia de sede vacante y convocatoria inmediata de cónclave si no hay retractación a la herejía por parte del colegio cardenalio, según una opinión jurídica y teológica, al estar fuera de la ley y la comunión espiritual
4. En esta misma situación también se encontraría el mismo arzobispo Scicluna, líder de la comisión Van Helsing o contra el Soladicio de Vida Cristiana, pues aprobó implementar Amoris laetitia en Malta, y un excomulgado no puede comulgar ni, evidentemente, puede ejercer su ministerium o ejercicio activo de potestad judicial: lógico, está excomulgado, pues ¿cómo puede gobernar, enseñar y santificar aquél que no tiene ninguna comunión con la Iglesia Católica? Este era otro fallo flagrante de la excomunión ferendae sententiae contra los dos laicos, que la proponía no sólo un presunto represaliador y filtrador de secretos procesales, sino también otro que estaba excomulgado y además latae sententiae non declarata, y a todo este escándalo múltiple, además se sumaba la queja de muchos de los sancionados por este caso Soladicio, entre ellos, un famoso periodista, Alejandro Bermúdez, que ha cuestionado la decisión del Papa de expulsarle del Sodalicio de Vida Cristiana.
Sólo faltaba el múltiple escándalo de un palmario caso de filtración de secretos administrativos o penales, más una sanción de excomunión represaliadora y abslutamente desproporcionada contra dos fieles que ejercen sus derechos humanos procesales, más otro escándalo, la excomunión del cardenal Scicluna, y finalmente otro escándalo, que muchos sancionados por el caso Soladicio han manifestado la injusticia que se ha realizado contra ellos, y que piensan recurrir la sanción a éste y al próximo papa.
Si ya mal le van las cosas a Bergoglio -por cierto, nadie le obliga a ser papa-, sólo le faltaba seguir la estela de navegación de Sánchez...
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[1] infovaticana.com/blogs/specola/el-milagro-de-guadalupe-los-migrantes-del-papa-francisco-carta-a-roma-el-jesus-palestino-una-con-papa-nostro-el-juez-del-vaticano-la-muerte-dulce/
Benedicto XVI fue el Papa. Ahora en la cátedra de Pedro se sienta un señor del cual se dice que no fue ordenado diácono, que estaba metido en el Contubernio de St Gallen, mucho se dice pero lo que está claro es que el nivel de "lío" en la Iglesia se acelera meteóricamente
EliminarImpresiona el lenguaje porteño de "la excomunión no va". Lo que sí es bueno es que Francisco pidió que rezaran por él. Lo necesitamos todos y lo necesita él pued puestos a excomulgar tiene un largo listado de purpurados lavanda/manoseadores que "si les iría"...Recemos mucho por nosotros y por Francisco
ResponderEliminarBien, esperaba un artículo del reverendo padre Ballester que se digna enriquecer los viernes a este foro pero me encuentro con el Diluvio frecuente en contra del agente Bertomeu, que Dios lo guarde que bien se lo merece. Alguno que firma debajo debe estar muy obsesionado con el agente Bertomeu y me pregunto si será por envidia de su cargo de 007 digno de película policiaca. De locos anda este foro y mas loco este Silverio con su Diluvio siempre presente y los otros con el Bertomeu que de Diluvio le aplican sin cesar. Al paso que vamos el contador de visitas a la web quedará paralizado de la misma manera que quedan paralizados los seminarios. Hagamos un esfuerzo teológico para alzar los pensamientos y criticar a Dios Ciencia antes que a Bertomeu, y brotarán tallos verdes en nuestro Catolicismo del mundo mundial, amén.
ResponderEliminarFalta el Diluvio y la Pentápolis don Silver
ResponderEliminarDon Silver y tutti quanti se equivoca con lo de Pentapolis.
EliminarEs TETRAPOLIS.
Zoar o Segor, según interpretación lingüística, se salvó de la quema.
No eran tan fogosos en dicha ciudad.
Monseñor Bertomeu sustituirá al Trucho.
ResponderEliminarEso está cantado.
12.17 Monseñor Brrtomeu podría ser obispo de Barcelona y,con sus dotes investigadoras, destapar toda la corrupción que hay aquí que se huele que es mucha y viene de lejos
EliminarEs proverbial la capacidad de Omella de reunir en su entorno las amistades más peligrosas. Recuerdo todavía como, al finalizar la ordenación episcopal de Mons. Abadías en la Sagrada Familia, Omella departía alegremente con el ahora ex párroco de la Mare de Déu de Montserrat del Guinardó. El presunto abusador y Omella se hallaban cogidos por los antebrazos en gesto de inusual fraternidad, hasta el punto de que Omella acariciaba al ex párroco en la nuca. Llamaba la atención ese filing, la verdad. A mí y a muchos otros de los presentes.
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ResponderEliminarPor su porte y su estilo, parece que monseñor Bertomeu sería generosamente aceptado, y encajaría de maravilla en la corte de Omella, donde hasta se podría hacer la ilusión de una brillante carrera eclesiástica. Estoy seguro de que si el papa le pide que acoja a Bertomeu, Omella accederá encantado.
¿Existe alguna posibilidad que monseñor Jordi sea acogido en la corte de Omella, ahora que está de cuarto menguante? ¿ Podría postularse express para arzobispo de Barcelona
EliminarNo es prelado doméstico sino prelado de honor. El precepto penal no es la excomunión, un precepto penal es una prohibición o un mandato acerca de algo preciso a omitir o a hacer, y si se desobedece se aplica una pena, en este caso precisó el precepto era retirar la demanda, y si no lo hacían serían excomulgados. Lo que sin duda es una barbaridad.
ResponderEliminarEl millor "premi" seria posar-lo de rector d'una parròquia rural de Tortosa a portar la comunió als malalts i ensenyar la doctrina a la mainada.
ResponderEliminar¡Qué crueldad! Pasar de las pizzas y gelatos vendidos en las cervanías del Vaticano, departiendo cada día con César Augusto, para pasar en una apartada parte del Imperio, en zona de pueblos, villas y pagos, alejado de cualquier urbs y ciudadanos de encanto...
EliminarAmén
EliminarJordi Bertomeu a Tortosa y Sergi Gordó a Barcelona.
ResponderEliminarOmella jubilado ya para que pueda viajar más a Roma y Madrid.
No sabemos si el Nuncio lo tiene pensado asi o triunfara Omella-Arana y sus dos candidatos aragoneses.
No. Sergi Gordó en Tortosa reformando la diócesis y dando peso a los sacerdotes que se lo curran de verdad como Mn. Víctor, Mn Joan G. y tantos otros.
EliminarVamos a decir la noticia real y no sus historietas de risa.
ResponderEliminarhttps://www.religiondigital.org/opinion/Paola-Ugaz-Francisco-Sodalicio-Papa-Salinas-Allen-Bertomeu-Scicluna_0_2733026672.html
He leído atentamente el link que ofrece el comentarista de las 16:51. Es evidente que estamos ante un genial culebrón de chismorreos. Es la manera de gobernar de Francisco: entra en el juego de los chismorreos y se lo pasan de uno a otro como un pelele. ¿Por qué os pensáis que pasa sus horas en el hotel, y no en el palacio apostólico?
ResponderEliminarPero no, no le va lo de poner profesionales al frente de cada asunto y dejarles hacer. No hay más que ver el grande, el eximio profesional que ha colocado al frente del dicasterio para la Doctrina de la Fe; no hay más que ver el experto en pornoteología que ha colocado en ese dicasterio, para entender el estilo del papa. Hagamos lío, que así se corrompe la Iglesia más deprisa.
¿Y quién tiene razón? Al papa han ido a explicarle los amigos de Bertomeu, que los delitos de todo género del sodalicio son gravísimos. Y sin embargo, la "misión" sólo les ha acusado de cuatro fruslerías. ¿Por qué no se las han contado antes a Bertomeu para que los empapelara en serio, y no de broma?
Y el papa, en medio de este sainete. ¡Qué divertido!
Como Prelado que es, no tardará mucho en lucir Mitra y Báculo Episcopal de verdad .
ResponderEliminarYa toca.
'Sólo nos falta descubrir si el papa, además de engañado, se siente decepcionado por la conducta de su investigador favorito y, sobre todo, RESENTIDO. Porque el papa Francisco es muy sensible a estas traiciones que ponen en peligro SU credibilidad. '
ResponderEliminar¿Qué lío, verdad?
¡Qué lío, verdad!
Qué lío
Lío
I qui té la culpa?
Potser:
Jordi
++Scicluna
[++]Becciu
++Muller
++Erdő
MAR
++Enrique y Tarancon
La Mare Teresa
Kubala
Carlos Gardel
Mata Hari...?
"I qui NO era de CAP manera el responsable d'aquest embolic," em demanes?
Encara no t'has enterat...?
FEM
Dicen los que conocen a Bergoglio de tiempo, que esa forma de regir la Iglesia en base a chismorreos, la trajo puesta de Argentina, de su época de provincial de la Compañía allá en la pampa.
ResponderEliminarDicen que gobernaba la Compañía de Jesús especialmente a base de chivatazos. Le molaban un montón los chivatos y sus chivatazos. Metía la pata constantemente; pero como nadie sabía de dónde le venían los tiros y le podían seguir viniendo, ahí los tenía el reverendo padre provincial a todos atemorizados. Es su forma de gobierno. Muy personal. Es su singularísimo estilo pastoral.
Pero estamos locos? Que en estos tiempos de cacareada sinodalidad, transparencia y demás mandangas el Vaticano, siguiendo la antievangélica y maquiavélica praxis del promoveatur ut removeatur, premie y promocione a este sinvergüenza, es inadmisible. Así está la Iglesia, gobernada por malas personas, delincuentes, corruptos, inmorales,... Con qué autoridad moral pueden pretender luego que el Pueblo de Dios o sus subalternos en los órganos de poder y decisión les obedezcan y respeten?
ResponderEliminarEsto no es la Iglesia; esto es una organización mafiosa.
A Berboglii se le atribuye lo de decir que hay nostálgicos de "las puntillas de la abuela" ¡Pues menuda abuela chismosa está hecho!
ResponderEliminarEn mi caso ya no son de la abuela són de la bisagüela. Animo tienen mas cerca la eternidad. Se nota en la bajada de comentarios, no repetidos
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