La Generalitat catalana, por medio de su dirección general d’Afers Religiosos, ha publicado un barómetro sobre la situación religiosa en Cataluña, que incluye un apartado titulado Religiositat i llengua: creure en català, que arroja unos sintomáticos resultados. El apartado engloba todas las religiones, resultando paradójico que la propia Generalitat reconozca que los habitantes de Cataluña rezan, en abrumadora mayoría, mucho más en castellano que en catalán. Un 36% en el idioma de Cervantes y un 18,3% en el de Pompeu Fabra, con un 22,6% que usa las dos lenguas alternativamente. El resto (10,2%) reza en otros idiomas, lo cual debe referirse con toda seguridad a los creyentes musulmanes. En cambio, este porcentaje castellano-catalán no se sigue en las ceremonias religiosas: solo el 18,8% se celebran en castellano, un 24,6% en catalán y un 30,7% en ambos idiomas. El culto en catalán se corresponde a un 93,4% de ritos católicos y un 4,5% de protestantes y en idioma español a un 63,1% de católicos y un 23,1% de protestantes.
Este estudio ofrece varias conclusiones. La primera ya se ha adelantado: los catalanes rezan más en castellano. Y dándole la vuelta: los catalanes rezan muy poco en catalán. La segunda es que las ceremonias religiosas no se acomodan a la realidad de la lengua de las oraciones de los fieles. El 36% de feligreses que utilizan el español en sus ruegos solo se ven correspondidos por un 18,8 de celebraciones en su idioma. La mitad de ellos son desatendidos. Hay una sobrevaloración del catalán, que utilizan solo un 18,3%, si bien los cultos en su idioma se elevan a un 24,6%. El uso de las dos lenguas, del cual desconocemos si es un bilingüismo perfecto o cuál es la proporción, también se observa primado: un 22,6% lo practica y un 30,7% lo recibe.
El otro apunte relevante es el idioma que emplea la parroquia protestante: un 88,8% en castellano. ¿A quién le puede extrañar que la cantera hispanoamericana se pase al protestantismo? Llegan a una tierra que habla su mismo idioma y cuando van a su iglesia católica muchas veces son recibidos en una lengua extraña. Son la cantera actual de nuestros templos, son casi los únicos que contribuyen con savia joven (solo hace falta asomarse a bautizos, primeras comuniones o confirmaciones) y los marginamos con una lengua que no es la suya. Los protestantes, mucho más cucos, les hablan en su idioma y los hacen sentir como en casa.
Ramon Bassas, director general d’Afers Religiosos
No obstante, las iglesias están empezando a adecuarse a esa innegable realidad, aunque no sé si llegan tarde. Se ha comenzado con las celebraciones bilingües, que hace unos años eran prácticamente inexistentes. En las provincias de Barcelona y Tarragona alcanzan el 35%. Luego en la de Barcelona las de solo en catalán y solo en castellano se igualan en un 22%. No consta en este apartado a qué religiones se refiere, pero puedo constatar que se aproxima bastante a lo que es la realidad del culto católico en las dos demarcaciones. Por el contrario, en Gerona el catalán se utiliza en exclusiva en un 35% y en Lérida supera el 50%.
Todo ello lo certifica la Generalitat -que por fin goza de un director general d’Afers Religiosos no sectario- y patentiza el resultado de un enorme fracaso: la normalización lingüística no ha llegado a las oraciones de los catalanes. Los castellanoparlantes siguen rezando en su lengua, incluso sus hijos y nietos aunque en su infancia hayan sido educados bajo el régimen de la inmersión en la enseñanza. Y probablemente otro dato que se esconde detrás de estas estadísticas: los catalanoparlantes han abandonado más sus creencias que los que tienen como idioma el español. Siendo los catalanoparlantes abrumadoramente católicos el fracaso merece apuntarse en el debe de su Iglesia. Huyeron a pesar de haber sido favorecidos con una liturgia mayoritariamente en su lengua. Quizás no hay solución y el catalán tendrá que limitarse todavía más. Hasta Mn. Salvador Pié Ninot publicó hace tiempo un artículo en La Vanguardia, cuestionándose si el empeño en celebrar únicamente en catalán no está alejando la cantera hispanoamericana de la práctica religiosa.
Oriol Trillas
No se puede hablar de un 36% de católicos que rezan en español en Cataluña y de un 18,8% en catalán, ya que dentro de esos porcentajes se incluye también a los protestantes, que mayoritariamente rezan en español, lo que desequilibra la balanza entre ambas lenguas.
ResponderEliminarPor otra parte, es normal que los catalanoparlantes abandonen la religión más que los castellanohablantes, puesto que los catalanoparlantes suelen ser en buen a medida de ideología nacionalista y ya sabemos que el nacionalismo periférico ha sustituido a Dios por la nación.